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El club de contenedores perdidos

Sobre los contenedores con material médico, su control y el porqué de su destrucción

El químico farmacéutico Bernardo Borkenztain explica por qué no hay que cobrar "al grito" en un tema que es estrictamente técnico y no burocrático.

15.04.2020 12:17

Lectura: 5'

2020-04-15T12:17:00-03:00
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Por Q.F. Bernardo Borkenztain

borky@montevideo.com.uy

Es interesante - porque resulta chocante para quien no está familiarizado con el sistema - que aparezcan "perdidos "en la ADUANA contenedores con material médico producto de donaciones que fueron abandonados.

En especial en época de crisis sanitaria, en la que el equipamiento sanitario escasea, esto es causa de reaccionas (diversas) de la población general, pero lo lamentable es que se politice y se convierta en chicanas mezquinas y que no aportan nada.

En Uruguay tenemos un gobierno muy bien ordenado en materia sanitaria, y que tiene condiciones muy rigurosas para los productos de salud que entran, sean o no donaciones, y los profesionales que trabajamos en el área lo sabemos (y a veces sufrimos) bien.

Por un lado, está el sistema de habilitaciones y registros, que depende del M.S.P. y que son diferentes departamentos según sean equipos médicos, reactivos clínicos y dispositivos terapéuticos, o medicamentos o cosméticos, domisanitarios y alimentos modificados y dietéticos. Son profesionales especializados los que se encargan de presentar (por las empresas) y evaluar (por el gobierno) los que garantizan el sistema que funciona bien, y prueba de eso es que no se conocen casi casos de alto perfil en los que los involucrados sean productos de salud que causaron problemas en los usuarios.

Por el otro lado están las excepciones, como las donaciones o los sistemas de emergencia, que establecen mecanismos que no implican pasar por todo el procedimiento anterior, pero sin dejar de lado el cuidado de la salud pública, lo que es una garantía, pero además es cumplir la ley y no generar una situación en la que los empresarios que hacen las cosas bien, afrontando costos y demoras impresionantes, tuvieran que competir con misteriosas "donaciones" que, por entrar sin regular al país terminaran por - accidentalmente (1)- salir a la venta en condiciones de competencia irregular y sin control sanitario.

En Uruguay es la Ordenanza 623/2004 (dificilísima de conseguir online) la que regula las donaciones y, entre otras cosas, establece qué organizaciones pueden recibirlas, pero también qué tipo de documentación las deben acompañar, que tienen que ser suficientes para presuponer una calidad sanitaria aceptable.

El concepto anterior precisa aclaración. "Aceptable" implica que, no solamente los productos fueron fabricados en forma correcta y tecnovigilada, algo que todo importador garantiza bajo declaración jurada y que en estos casos se documenta con papeles del estilo de certificados oficiales y de análisis, sino que la cadena de custodia siga manteniendo dicha adecuación, porque si unas jeringas -pongamos por caso- están vencidas, o fueron almacenadas bajo la lluvia, no pueden utilizarse. Lo mismo ocurre si son (como frecuentemente pasa con las "generosas donaciones") productos prontos a vencer, que es más barato regalarlos al tercer mundo que destruirlos. Pero no pasan, y por una buena razón.
Entre otras cosas esa es la causa primordial por la que el destino de las mercaderías rechazadas es la destrucción, porque al permanecer en un contenedor abandonado no hay certeza de nada. En épocas anteriores (pero que llegué a conocer como profesional) los "decomisos" de Aduana se remataban y salían a la venta en forma legal, fuera cual fuera su estado. Eso hoy no pasa, y es una garantía.

Por lo anterior, es tan irresponsable como ignorante tener una opinión moral sobre esos contenedores porque hay muchos datos técnicos para saber antes de opinar. Yo no tengo idea, pero hay algunos datos más. Veamos.

Por otro lado, la organización que recibe la donación tiene que comenzar una serie de trámites perfectamente definidos antes de poder realizarlas, y aparentemente en este caso era la División Sanidad de las FFAA y no se iniciaron ni siquiera. (Énfasis en el "aparente" porque, la fuente es una página oficial del FA y por lo tanto no es objetiva).

La misma fuente declara que una parte de la donación fue liberada, pero otra requería "permisos(2)" y esos fueron los que no se tramitaron. Pero para saber (y opinar) habría que tener una voz oficial.

El tema de fondo es que acá se produce una tensión entre la carencia de cierto material médico y la necesidad de tecnovigilancia para garantizar la salud pública, y no puede - de ninguna manera - cobrarse "al grito" de gente que no entiende de un tema que es estrictamente técnico y no burocrático. Y mucho menos caer en la baratija de la politiquería. En épocas que no hay crisis sanitaria lo rechazado por el M.S.P. se destruye y violín en bolsa.

El tema es que a los justicieros de teclado les gustan más las inquisiciones que el dulce de leche, y ya saltan todos a pedir cabezas de funcionarios (3)  que ni conocen ni saben lo que hacen.

Bajemos los nervios, que nos quedan bastantes días de tiempo ocioso para opinar de todo y dejemos la salud en manos de los que saben porque las luxaciones de pulgar son dolorosas.

Q.F. Bernardo Borkenztain

(1) Obviamente esto puede suceder solo por error, un empresario jamás intentaría incumplir la ley no declarando sus importaciones...
(2) La palabra es ambigua porque no existen los "permisos", hay registros o liberaciones puntuales que se realizan ad hoc, pero n existe algo indefinido.
(3) Que, por cierto, son de carrera y no políticos, así que siguen siendo los mismos. Están donde están por profesionales no por amiguismo.

Por Q.F. Bernardo Borkenztain

borky@montevideo.com.uy