En la noche del 3 de mayo de 2007, Madeleine Beth McCann, de tres años, desapareció de su cama en un apartamento de vacaciones en un centro turístico de Praia da Luz, en la región de Algarve, Portugal. La niña, de origen británico, estaba allí junto a su familia, y su todavía no explicada desaparición continúa generando interrogantes.
El alemán Christian Brueckner, principal sospechoso del caso, fue visto sonriendo al salir de un tribunal en su país el jueves 15. El gesto llamó la atención, ya que fue interrogado por periodistas sobre su posible participación en el secuestro y asesinato de la niña británica.
Brueckner, de 47 años, fue llevado a un juzgado en la ciudad de Lehrte luego de que se lo acusara de insultar a los funcionarios de la prisión en la que actualmente cumple una condena de siete años de prisión por violación, hecho sin relación con la desaparición de Madeleine.
Durante una audiencia sobre su situación penitenciaria, supuestamente gritó insultos a dos funcionarios de la cárcel. En Alemania, insultar a un funcionario público constituye delito.
En su defensa, el presidiario alegó que estaba siendo “torturado” y tratado de manera “inhumana”. Esto habría ocurrido en marzo de 2024, cuando los funcionarios hablaban en su presencia sobre los términos del confinamiento en solitario que se había dispuesto para él.
Brueckner, que recuperará la libertad en setiembre, se disculpó en una carta, afirmando que se había “despertado con el pie izquierdo”. El tribunal lo condenó a una pena de libertad condicional, con duración aún indefinida, además del pago de las costas judiciales. Si comete otro delito durante ese período, podría ser enviado nuevamente a prisión por hasta un mes, aunque los fiscales esperaban una sentencia más severa.
La reacción
Mientras era escoltado por agentes de policía hasta un furgón de la prisión, varios reporteros se le acercaron y lo interrogaron directamente sobre el caso de Madeleine. “¿Tuvo usted alguna implicación en la desaparición de Madeleine McCann?” y “¿Mataste a la niña?” fueron algunas de las preguntas. Brueckner no respondió con palabras, pero —según consigna el periódico Daily Mail— mostró a todos una breve e inquietante sonrisa.
Aunque las autoridades alemanas ya lo han nombrado oficialmente como sospechoso por la desaparición de la niña, Brueckner todavía no ha sido acusado formalmente en el caso McCann. La investigación continúa activa y ha cobrado nuevo impulso con las recientes revelaciones emitidas en un documental de la televisora británica Channel 4, y la evidencia encontrada en una antigua fábrica en Alemania.
En el lugar, donde se manufacturaban cajas, se encontraron materiales inquietantes: documentos con “contenido depravado”, ropa infantil, bicicletas de niño, más de 75 trajes de baño y juguetes, presuntamente pertenecientes a niñas. Se dice que algunos de estos objetos fueron enterrados bajo el cuerpo del perro de Brueckner, que fue exhumado por la policía durante la búsqueda.
La inminente liberación del sospechoso aumenta la presión sobre los fiscales alemanes para que presenten una acusación formal. “El tiempo corre en contra del caso y los investigadores no quieren verlo liberado”, dijo una fuente cercana al caso en declaraciones al periódico The Sun.
La misma fuente destacó que la policía británica podría jugar un papel decisivo en esta etapa, pero advirtió que hay un enorme volumen de información por procesar. Sin embargo, se mostró confiado en los buenos oficios de la justicia germana. “Hay más de 20.000 páginas de pruebas sobre Madeleine, y los alemanes están dispuestos a traducirlas todas”, dijo.
Hasta el momento, Brueckner sigue negando cualquier implicación en la desaparición de la niña.