La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió este jueves a las críticas por su decisión de no asistir al funeral del papa Francisco, argumentando que cualquier postura habría generado controversia y que su ausencia es coherente con el principio constitucional de laicidad que rige al Estado mexicano.

“¿Qué hubiera pasado si decía que voy? Pues lo mismo. Hubiera habido una crítica tremenda”, dijo la mandataria durante su habitual conferencia matutina, en la que minimizó los cuestionamientos y defendió el envío de su secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, como máxima representante del país en la ceremonia que se celebrará este sábado en el Vaticano.

El anuncio de su ausencia fue interpretado por algunos sectores como una muestra de desdén hacia la figura de Francisco, especialmente porque el papa la recibió en audiencia en febrero de este año, poco antes de iniciar su campaña electoral. Analistas y opositores expresaron en redes sociales su malestar, señalando una “falta de empatía” y una “ruptura simbólica” con los millones de católicos mexicanos.

México es el segundo país del mundo con mayor número de fieles católicos, después de Brasil, y la decisión de Sheinbaum contrasta con la presencia confirmada de al menos 50 jefes de Estado o Gobierno, entre ellos los presidentes de Estados Unidos, Brasil, Argentina y Francia.

Con información de Agencias