Tiene casi 40 años y hace nueve que es padre, pero su ángel juvenil hace que todos los vean como un muchacho simpático y desprejuiciado, como si estuviera muy lejos de la adultez.

Los aficionados a la televisión lo conocen como "El Piñe" -su apellido reducido a las primeras cuatro letras-; lo ven como uno de ellos que se estableció por méritos propios como figura de la televisión vernácula. Quienes sí tienen presente su nombre son los escuchas de Segunda Pelota en Océano FM, donde Mariano López lo llama Jorge Carlos.

De familia de profes de educación física, hijo de un reconocido periodista deportivo, Jorge Piñeyrúa reparte su tiempo entre varios programas de la grilla de canal 10, la radio, el teatro (cada tanto) y las grabaciones de su participación como cara de una casa de préstamos en efectivo. Está enamorado, ya casi no sale a bolichear y en los últimos años -consecuencia de la paternidad de mellizos crecidos- le empezó a importar el qué dirán.



-¿Te quema estar cerca de los 40?
-Y... empiezo a sentir que cada vez me queda menos, no sé si es la crisis de los 40 o qué. Ahora empecé a hacer deporte y me estoy cuidando. No me importan las arrugas, lo estético, pero sí la salud. Me gusta mucho estar vivo, así que estoy empezando a hacer cabeza para estirarlo lo más posible.

-¿Es cierto que si dejás algunos de los kioscos que atendés, el índice de desempleo se mueve notoriamente?
-Jaja, me gustaría no trabajar tanto. En todos los lados donde estoy, hace muchos años que estoy: en la radio hace 10 años con Segunda Pelota en Oceáno FM y en el canal hace como 15 años. En Bendita TV estoy desde el principio y después surgió algo para hacer en horario central y a raíz de lo que hacíamos en el teatro con Yo y 3 más, el canal pensó en nosotros. Eso de la actualidad. Y en el medio del programa surgió de hacer Salven el millón, que en principio era una parte de Yo y 3 más. Me arreglo bien los tiempos porque me han permitido en la radio no ir cuando tengo que grabar "el Millón" y acá (en el canal) han sido flexibles cuando la prioridad ha sido la radio. Trato de no dejar tirados a los dos medios. Pero hoy, por ejemplo, tuve que grabar para el canal y no pude ir a la radio... y cuando tengo que grabar para Creditel, me las ingenio. Al ser muchos programas del mismo canal, el empleador es el mismo, entonces es comprensivo. Lo ideal, para mí, sería tener menos programas. Es un reconocimiento a mi trabajo, pero lo ideal sería dejar algo.

"Yo juego mucho con la desinformación, también en la radio. Sonó raro que yo fuera el conductor de un programa como Salven el Millón"


-¿Tenés lazos afectivos que te hacen complicado dejar algo?
-¡Claro! Porque Yo y 3 más lo hago con amigos y Segunda Pelota con amigos, a Bendita lo quiero mucho y "el Millón", la verdad, es un éxito impresionante.

-Fuiste criticado y cuestionado por conducir Salven el Millón. Se señaló que no eras la persona más idónea para conducir un programa de cultura general. ¿Cómo lo tomaste?
-Cuando vino con respeto lo tomé bien. Aparte, si yo lo viera desde afuera también hubiera dicho "¿qué tiene que ver este loco con este programa?". Yo hice siempre cosas de entretenimiento y joda, también en la radio. Aparte yo juego mucho con la desinformación, también en la radio. Sonó raro que yo fuera el conductor de un programa así.

-¿Sentís que te los metiste en el bolsillo con tu forma de conducir?
-No, con mi forma de conducir no, siento que nos fue bien, que el formato es muy bueno y que estuve a la altura. La pude llevar bien. No me quedó grande, no quedé en offside.

-Recién dijiste: "juego mucho con la desinformación"... Yo he notado cierta falta de precisión y rigor, tanto en la radio como en Bendita TV. ¿Hay algo de pose en eso de "desinformado", entonces?
-No, no... estoy mucho más informado de lo que la gente cree. Miro los informativos, no vivo en una burbuja. Me llegan todas las noticias, me caliento con la política... No hay pose. Lo del Millón ya me había pasado a mí en el canal cuando me enviaron a cubrir noticias de Punta del Este y yo no pegaba con nada, eran todos lindos, gente top, con cierta forma agradable de hablar y yo ahí... Y sin embargo, anduvo bárbaro eso. Acá pasó algo parecido. No es que yo esté desinformado, es que el prototipo de conductor de Salven el Millón sería un tipo súper informado, como que él sepa todas las respuestas.

-Yo iba más allá de Salven el Millón, hablaba de vos: he visto en Bendita TV que decís que Fulano que trabaja en tal radio y en realidad trabaja en tal otra, o no recordás quién es Mengano...
-Ah, pero eso es de distraído, no de desinformado. Eso lo vas a ver eternamente en mí. ¡Tengo un problema impresionante con los nombres! Me confundo, no me acuerdo de los nombres... Me molesta no saludar a alguien que conozco, porque puede quedar como que soy agrandado. Me da una vergüenza bárbara no acordarme de un compañero de liceo, ponele... me ha pasado.

-También, en Segunda Pelota te embromaban porque decías que te jactabas de que habías leído un solo libro en tu vida...
-Leí alguno más, pero no muchos más... No me gusta leer libros. He leído algunas sobre la historia reciente, leí "Memorias del Calabozo" (de Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro), o sobre la fuga del Penal de Punta Carretas y el de Leonardo Haberkorn (NdeR: se refiere a "Milicos y Tupas"), y algún libro más... alguno de entrevistas, pero no mucho más. Ojo, no creo que soy un crá por no leer. No me jacto ni me parece gracioso eso. Eso fue dicho en el tono de Segunda Pelota, donde metemos mil horas y así es la dinámica del programa; pero si hablamos seriamente, no me parece que soy un ejemplo por no leer.

"No creo que soy un crá por no leer. No me jacto ni me parece gracioso eso. Eso fue dicho en el tono de Segunda Pelota, donde metemos mil horas"


-Sos un tipo muy simpático, pero me llamó la atención leer que te considerás tímido. ¿Lo sos?
-En algunas cosas soy tímido, sí. No me gusta mucho que hablen bien de mí, me da vergüenza. Cuando mi padre habla de mí, por más que me da para adelante, me pone incómodo. Soy tímido con las mujeres, siempre lo fui. Soy tímido cuando entro a un lugar donde no conozco a nadie. Y no sé qué esperará la gente de mí... no soy excesivamente tímido, pero soy mucho menos verborrágico de lo que parece.

-No sos, entonces, el centro de la fiesta.
-No, para nada. Me divierto escuchando a mis amigos, no soy el que hace un chiste tras otro.

-¿La tele es un afrodisíaco? ¿Te hace rubio y de ojos claros?
-En mi caso no... El maquillaje no llegó a tanto. Pero sí, para un tipo como yo, que nunca ganó nada, por lo menos en alguna circunstancia me sirvió para que se acercaran a hablarme, a decirme algo. Pero no tanto.

-¿Y lo compensás con labia?
-¡Yo no lo compenso con nada! He tenido pocas parejas y de larga duración. Nunca he sido un ganador ni un mujeriego. Ahora estoy en pareja y súper feliz. Sí me gustaba salir, pero nunca fui un seductor.

-Hay una fama que te asocia al Bacilón...
-Lo sé, pero ¡hace años que no voy al Bacilón! Fui años al Bacilón y es un boliche que recuerdo con cariño, pero... en los últimos tres años debo haber ido dos veces. La última vez fue hace como nueve meses. Era un habitué, hace años. En Cerrá y Vamos ya me jodían con eso, pero después se dijo hasta que era el dueño del boliche.

-¿Cómo es tu relación con las drogas?
-He fumado marihuana, pero nada más. Acá si salís de noche, te encasillan. Yo soy más de estar con los parroquianos y tomando una con amigos. Se ha inventado mucha cosa, con un dedo acusador, agresivo... y antes no me importaba, pero ahora, que mis hijos ya tienen 9 años me está empezando a joder que se invente cualquier cosa.

-¿Cuánto te cambió la paternidad?
-Te cambia todo... Hay una frase que me encanta que es: "Uno aprende a ser hijo cuando es padre" y es verdad. A mí me cambió en la relación con mi viejo. Y yo, desde que mis hijos nacieron, estoy separado de la madre de ellos. Pero como padre aprendés un montón de cosas, bajás cambios, todo es más distinto. Te duele mucho más todo, la prioridad son ellos, las preocupaciones son otras. Yo no estaría trabajando tanto si no fuera por ellos. Este trabajo es muy cíclico y me pregunto "¿qué pasa si mañana me quedo sin trabajo?" y como te decía, el qué dirán, antes no me importaba y ahora sí, por lo que les pueda hacer sufrir a ellos.

"Soy tímido con las mujeres, siempre lo fui. Soy tímido cuando entro a un lugar donde no conozco a nadie".


-Cuando arrancaste en la tele con Cerrá y Vamos, ¿pensaste que trabajar en tele era algo pasajero?
-¡Absolutamente! Yo nunca pensé que iba a vivir de esto. Jamás, jamás. Iba a la radio y esto era un hobby, a ver cuánto duraba. Y la cosa empezó a fluir... Primero hice un programa con el gordo (Fernando) Tetes en TVC que se llamaba Cuarto Cuarto, y después hicimos en Cerrá y Vamos, primero en Señal 1 y después acá en el 10. La gente todavía se acuerda... Ahí entré al 10 y nunca más me fui. Pero cuando me pongo a pensar cuánto hace que estoy en la tele y cuántos años que estoy en los medios, veo que son muchos... ¿Viste que estoy en plan crisis de los 40?

-¿Nunca pensaste que tu perfil fresco, espontáneo y descontracturado puede tener fecha de caducidad?
-Sí... cuando yo trabajaba en El Espectador un loco de producción me dijo que iba a tener que empezar a cambiar, porque si no iba a terminar aburriendo. Y en realidad lo que me planteo es ser honesto conmigo mismo, yo no hago lo que hacía hace 15 años. Hoy no quiero hacer las notas que hice en Estilo, por ejemplo. Yo actúo como me sale, no me propongo algo, ahora me sale ser así a los 39 años. Mientras comunique como me sale comunicar en el momento de la vida en el que esté, lo tomarán o lo dejarán. Yo no hablo como hablaba cuando tenía 25 años.

-¿Notás que evolucionaste como comunicador?
-Tengo mucha más experiencia. El oficio te da una tranquilidad que en otros momentos no tenía, estoy más calmado, me banco mucho más la adrenalina, las críticas y los elogios. Antes era un torbellino de adrenalina, y ahora entiendo mucho mejor la jugada: los programas empiezan y se terminan y no por eso son fracasos. Los premios no son lo más grande del mundo y las críticas hay que aceptarlas y no bajonearse.

-Ponete en empleador: ¿Por qué pensás que a canal 10 le reditúa tanto tu imagen?
-Creo que se fue dando de a poco... hice en el canal todo lo que tenía que hacer. ¡Hasta en Subrayado estuve! Empecé de muy guacho acá, y fui haciendo desde las notas más pedorras hasta otras... Hay una cosa muy humana en este canal, y acá soy muy querido, porque me fueron viendo crecer. Me fueron dando oportunidades y las agarré, y en momentos complicados hubo fierros calientes y también los agarré, y eso lo han valorado, me fueron renovando el crédito. Hay una relación muy extraña con el canal que va más allá de lo profesional.

-¿En algún momento tuviste algún dilema ético al ser la cara visible de Creditel? Porque estás promocionando una empresa, pidiéndole a la gente que se endeude...
-Cuando me llegó, lo vi como un trabajo. Cuando alguna gente amiga me planteó lo que vos me decís, lo pude haber pensado, pero también creo que yo no estoy mintiendo. Las ofertas que promociono son reales. No lo siento como una falta de ética, no me parece grave. La gente no es estúpida, sabe lo que hace.

-A Nano Folle le confesaste en Retrato Hablado que sos muy llorón. ¿Qué cosas te hacen llorar?
-Mis hijos, las cosas familiares... bah, cualquier cosa en realidad. Una película cualquiera me puede hacer llorar. El otro día en Piriápolis me colgué con una película vieja, de Richard Gere, que esperaba siempre al perro... ¡y me puse a llorar! La gente veterana me emociona, los delivery de Iñaki (Abadie) en Yo y 3 más con trabajadores, me emocionan... Lloro de alegría y de tristeza.

"He fumado marihuana, pero nada más. Acá si salís de noche, te encasillan. Yo soy más de estar con los parroquianos y tomando una con amigos"


-Si fuera por vos, ¿Bendita TV sería menos dura, menos ácida, y comprarías menos problemas?
-Sí, sí, sí. Me hago cargo de todo lo que pasa en Bendita porque soy parte del equipo, pero en algunas cosas no estoy de acuerdo. No me hago el gil: estoy en un programa de archivos que muestra los errores de otros. Pero muchas veces lo hemos hablado con los productores y en alguna época los off, los audios, eran muy agresivos. Vos podés decir "cómo se cayó Fulano" o podés decir "cómo se cayó el nabo de Fulano". Pero es una discusión que tenemos hace nueve años con los productores y hay tolerancia. Muy pocas veces he llegado a decir "esto no lo presento yo". Creo que pasó sólo dos veces.

-¿Qué te significó el Iris de Oro?
-A mí me gusta ganar los premios e ir a festejar con los compañeros, pero no le doy tanta trascendencia. Pero sí me encantó la repercusión que tuvo en la gente que me quiere: mi abuela me llamó enseguida, mis amigos, mis compañeros, que me decían de corazón que me lo merecía. Y la verdad: ¡estuvo buenísimo ganarlo! Yo no me lo esperaba y no se había corrido el rumor.

-En tu niñez tus viejos se radicaron en Argentina, por el exilio. ¿Te costó el desarraigo?
-Me fui a los 4 o 5 años y volví a los 9, ponele, en 1985. Me costó porque allá estábamos solos, no había familia, primos, nada... se respiraba un poco de temor. Mi viejo me dijo: "Si te preguntan en la escuela, decí que vinimos por un trabajo"... nada importante, pero es lo que recuerdo. Teníamos una vida normal, pero sin amigos ni familia cercana. Los domingos o los fines de año éramos nosotros solos.

-¿En serio querías ser futbolista?
-¡Quiero todavía ser futbolista! Te cuento algo: tengo el sueño recurrente de que tengo edad de Cuarta división y me suben a Primera.

-No te creo que seas hincha de Defensor Sporting...
-Sí, soy. Cuando era chico fui de Nacional, de Peñarol y de Defensor. Mis hijos son uno de cada grande. Yo hice vestuarios de Nacional en la época del Quinquenio y me dolía que perdiera Nacional porque conocía mucho a los jugadores. Hace poco tenía un amigo como preparador físico en Peñarol y quería que ganara Peñarol o cuando llegó Paolo Montero, a quien admiro. Hubo clásicos en que quería que ganara uno, y otros en que quería que ganara el otro. Por eso la solución fue hacerme de Defensor. Voy al Franzini cuando el día está lindo...

"Yo nunca pensé que iba a vivir de esto. Jamás, jamás. Iba a la radio y esto era un hobby, a ver cuánto duraba. Y la cosa empezó a fluir..."


-Debe ser fuerte que una ferretería te elija como imagen para pintar una caricatura tuya en la fachada, ¿no?
-¡Pah! Eso fue salado, mucho más que otras cosas que pasaron después. Eso fue hace pila de años, te referís a la ferretería que está por Gonzalo Ramírez, en el barrio Palermo. Fue terrible orgullo y una sorpresa también. Está mi dibujo y el de Omar (Gutiérrez) y en aquel momento Omar era un ícono de la televisión uruguaya, y yo estaba empezando... Por ese entonces había terminado con una novia, que vivía por ahí, y pensaba: "Qué bueno que hayan puesto este dibujo acá, porque cada vez que ella pase, va a tener que verme y se va a acordar de mí". Mirá, eso y una entrevista que me hicieron en Guambia fueron de esas cosas que decís: "Pah, mi carrera se está transformando en algo".

-¿Sos feliz?
-Soy recontra feliz en este momento, y aparte lo he intentando permanentemente, soy un militante de buscar la felicidad.


Montevideo Portal / César Bianchi
Fotos: Juan Manuel López