Horacio Rubino -53, cara de bueno, tono monocorde pero agradable- está estresado. La entrevista se hace unas horas después de su actuación en el Teatro de Verano con Momosapiens, su conjunto de parodistas, por la cual se llevó un par de tirones de orejas a tener en cuenta para la Segunda Ronda. Así y todo parece tenerse fe para lo que resta. De seguro la vestuarista ajustará los tiempos para que la ropa llegue en hora y alguien se hará cargo de que los micrófonos funcionen.

Él se encarga de los textos y la dirección de su conjunto. Ergo, de todo. Arriba del escenario los Momosapiens bailan y brillan con su vestimenta, pero lo que más le preocupa a él es que las parodias funcionen.

Lamentablemente, a su juicio, la preocupación por las parodias no es compartida por el jurado.

Por lo menos, no en la medida que él entiende que debería ser. "Creo que deberían darle más valor al corazón de esto: la parodia. La categoría no se llama show-man", dice Rubino y su expresión parece tener destinatario(s).

Ganar ya no lo desvela: es el letrista más laureado del carnaval o anda cerca. De ganar o perder, de qué tiene que tener un buen chiste, del sello "rubinesco" como definición del gag tonto pero efectivo, de política y del auto que tiene que es una rareza (porque cuando se va para el costado siempre pierde alguna pieza), hablamos en este Seré Curioso de carnaval.

@Chechobianchi

-¿Sos el letrista más premiado del carnaval uruguayo?
-No lo sé... Pero tanto en Momosapiens como en Los Klaper's y Los Gaby's -que eran como el Peñarol y Nacional de aquella época- sumo decenas... Solo con Momosapiens tenemos 70 premios, entre individuales y colectivos. Y no me acuerdo los que llevábamos con Klaper's y Gaby's, donde libreté. Algunos dicen que soy el más premiado, sería muy atrevido darlo como un hecho consumado.

-¿Y cómo impacta en el ego eso?
-El carnaval debe ser la expresión cultural más importante, junto con el fútbol. Lo que yo hago es para un segmento, no me voy a colocar en la línea de los escritores porque lo hago sólo para carnaval, pero sí lo hago con las mayores ganas y todo el empeño para lograr lo mejor. Y podría destacar la permanencia también... con este llevo 35 carnavales, llevo escritos entre parodistas y las demás categorías (escribí en todas)... debo llevar más de 80 espectáculos escritos. No me creo nadie por eso, pero tampoco soy nada. Es algo que me ha dado un entrenamiento importante para manejar el humor.

-¿Qué tienen los parodistas que no tiene la murga, que es la categoría más popular?
-Los parodistas reúnen más rubros para juzgar. Si pensás en una murga, lo importante es el canto y la crítica, son los elementos fundamentales. Y ponele que hace unos 20 años se empezó a considerar la puesta en escena, que antes no existía. El parodista tiene más elementos: puede tener crítica o no, tiene canto, tiene el baile -el rubro que menos me interesa, pero está y hay que cumplirlo-, pero además se canta en vivo. Los parodistas tienen que cantar en vivo mientras están bailando, se cambian en pocos minutos, tienen una puesta en escena.

"Con este llevo 35 carnavales, llevo escritos más de 80 espectáculos, en todas las categorías. No me creo nadie por eso, pero tampoco soy nada"


-¿En qué te inspirás para escribir los textos?
-Trato de que la gente se divierta. El carnaval es eso: alegría, el Dios Momo. Si bien en los parodistas a veces hay pasajes dramáticos yo siempre apuesto al humor, al entretenimiento: la gente quiere eso. Lo vemos en los tablados: la gente por momentos se emociona, pero lo que más quiere es reírse, divertirse y ahí es donde ponemos énfasis. Buscamos un humor que sorprenda, no que se vea venir cómo va a terminar el chiste. En Momosapiens ya hay un estilo propio: podemos hacer un clásico de Shakespeare y de repente salimos con algo de actualidad que la gente no espera.

-¿Qué humor te hace reír a vos?
-Muchos humoristas que he consumido de adolescente. Les Luthiers, por decir algo cercano, es un humor que me encanta y me inspira. Y más a nivel internacional los Monty Python, Mel Brooks, Benny Hill, con un humor visual total, pero todo libretado.

-Pero cuando escribís, me consta, te nutrís de la lectura de diarios de acá y del extranjero...
-Sí, todos los días leo la prensa internacional. En mi computadora tengo las pestañas separadas por países y por idiomas. Leo diarios de España y de Estados Unidos como parte de una rutina diaria. Es que la realidad es la principal generadora de humor. Lo que realmente pasa es más gracioso que lo uno se puede poner a inventar para que haga reír. A la gente le gusta la actualidad, lo reconoce. En la parodia que hacemos de Romeo y Julieta, cuando Romeo se toma el veneno para morirse porque cree que Julieta está muerta, él en esa parte dice que "ha traído un potente veneno que no fallará: agua de Maldonado", y la gente explotó de risa en el Teatro de Verano, porque es una situación que se está dando y la gente lo reconoce como propio.

-¿Y el sistema político te hace reír?
-Sin duda. La política es una máquina generadora de humor, hablo de todos los partidos, eh. Yo fui uno de los letristas de Decalegrón durante siete años y era un programa que se nutría muchísimo de la política. No debe haber nada peor para un político que lo parodies con las cosas que dice o hace. Por ahí prefiere que alguien lo insulte a que hagan humor con lo que ellos hacen. En Decalegrón llamaban algunos políticos para pedir que suavizáramos su personaje, que no lo hiciéramos decir tal cosa.

-En la política, ¿cuáles son Montescos y cuáles Capuletos?
-No hay buenos y malos. Todos los uruguayos que han elegido una opción, en algún momento se vieron defraudados con esa opción. Está pasando ahora: los izquierdistas ven cosas que dicen: "Pero esto que están haciendo es lo que nosotros criticábamos cuando éramos oposición". No se salva nadie. Yo también hablo de política y con amigos hemos charlado sobre lo fácil que es ser oposición, porque es criticar todo lo que hace el gobierno. El tema es que llegan al gobierno y hacen lo mismo que hicieron los anteriores, porque no es fácil gobernar y dejar a todos contentos. Y macanas se mandan todos. Cuando el FA llegó al millón de votantes -y yo lo votaba- yo pensé: "Ya no somos un millón de buenas personas. Tenemos de todo acá adentro". Entonces no se puede sacar la chapa de incorruptibles, es mentira. La única división que hago es la de gente buena y gente mala. La diferencia estará cuando alguien identifique a los malos, los señale y los separe.

-Fue lo que dijo Vázquez en 2004: "Podremos meter la pata, pero nunca la mano en la lata, y al que la meta, se la cortamos".
-Pero no lo hizo. Y en algunos casos se quiere tapar el sol con un dedo.

"La realidad es la principal generadora de humor. Lo que realmente pasa es más gracioso que lo uno se puede poner a inventar para que haga reír. A la gente le gusta"


-¿Cómo es eso de que usás modelos matemáticos para hacer más efectivos los chistes?
-Yo vengo de una formación científica y, a modo de juego, estudié un poco el humor... a ver: nadie sabe cómo funciona, nadie tiene la fórmula. Quise aplicar la matemática en algunas situaciones puntuales. Son muy simple, no hablo de cálculos "einstenianos"; pero hay mecanismos de regla de tres, con dos frases y el remate en la tercera. Lo hemos probado con dos y no funciona. Tiene que ir in crescendo los dos pies, para llegar al tercero. Se las he enseñado a los componentes de Momosapiens y ellos mismos a veces me lo piden, para que funcione el chiste.

-¿Son necesarios los golpes de batería para anunciar el remate del gag? ¿No es una forma de subestimar al público diciéndole "ríase ahora: terminó el chiste"?
-Históricamente, los humoristas los usan para el remate de todos los chistes. Se ha usado mucho. Con Momosapiens hacemos otra cosa, lo hacemos poquitas veces y lo usamos cuando el chiste es muuuuy tonto, es estúpido de más, como diciendo "¡qué estupidez!"...

-...un chiste con tu estilo: "rubinesco".
-Claro, un chiste "rubinesco". Ahí sí usamos el golpe de batería. Hace muchos años en Momosapiens cuando había un chiste malo decíamos que era un "doing", que es el sonido de resorte. Y cuando era excesivamente malo era un "super-doing". Y nosotros a veces los hacíamos -y la gente se reía igual, como diciendo "qué idiotez el chiste que acaban de hacer"- y le poníamos un doing al final. Era como decir: "sí, es un chiste idiota, nos hacemos cargo". Pero no usamos ese recurso como algo permanente.

-Tus chistes "rubinescos", como decimos, son rápidos, ingeniosos y efectivos. Pero alguien puede decir que son "rubinescos", como crítica, no como elogio.
-No dudo que muchos que dicen que los chistes son rubinescos lo digan de forma despectiva. Pero generalmente se usa para definir chistes cortos, simples (a veces cuanto más simple, mejor) y a veces cuanto más idiota, mejor, cuanto más tonto el chiste, mejor. Se ríen de eso. El chiste cumplió su cometido. Me ha pasado encontrar menciones a ese tipo de humor, pero en una buena. Hay una página en Facebook que se llama "Bien de Rubino", que son chistes de mi estilo. ¡A cuál de todos más idiota!

-¿Vos te reís con esos chistes? ¿Te hacen gracia cuando se te ocurren?
-Sí, sí, me hacen gracia, me hacen reír.

-Te sentás a pensar y redactarlos...
-Sí, sí. La mayoría de mis chistes son propios. También, si me cuentan un muy buen chiste, lo incorporo y lo uso. Pero tengo una página de humor en La República que se llama "Rubinescos", precisamente, y el 80% de lo que publico ahí son chistes inventados por mí.

-Este año arrancan la actuación con un repaso de lo mejor de los 25 carnavales que están celebrando, donde aparecen personajes de las parodias de un cuarto de siglo. ¿No es un gesto chauvinista?
-Veinticinco años es mucho, es una vida. Hay integrantes de Momosapiens que, cuando arrancamos, eran bebés y los teníamos a upa, y después crecieron y vinieron porque querían salir en los Momo, porque siempre fueron hinchas. Entonces, nos parecía que había que hacer un homenaje a lo mejor de todos esos años. Por eso se nos ocurrió hacer una canción que dijera cositas de cada parodia, con el recuerdo de algunos personajes y un video que ilustre esos momentos. Yo festejé los 10 años, los 15 y los 20, ya que ahora era el cuarto de siglo, algo había que hacer. Fijate que un adolescente que hoy es hincha de los Momo, no vio muchas parodias...

"La diferencia entre los políticos estará cuando se los identifique a los malos, y los separe. Tabaré Vázquez lo prometió, pero no lo hizo"

-Y si tuvieras que elegir uno de los 25 años, ¿cuál sería?
-Mirá... para cortar fino, podría primero quedarme con los cinco años que ganamos el primer premio. Nunca te vas más satisfecho que cuando obtuviste el primer premio, y el sabor del primer premio tiene un sabor especial. Fue en el '98, hicimos Sacco y Vanzetti y otra parodia sobre el Rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda. Ese año, por haber sido la primera vez que levantamos la copa, lo recordamos con mucho cariño.

-¿Cómo se tomaron los anarquistas la parodia de Sacco y Vanzetti?
-Yo me enteré después de que había un recelo de ellos porque íbamos a parodiar o satirizar algo que para ellos es muy importante. La Federación Anarquista puso gente a seguirnos, y hoy pienso que si hubiéramos hecho algo que les faltara el respeto nos agarraban a trompadas a la salida. Nosotros no politizamos las parodias, yo uso el contenido social de lo que estoy contando, sin partidarismos. Hicimos Sacco y Vanzetti, con mucho humor, pero también mostrando lo que pasó con dos tipos que fueron un chivo expiatorio frente a una situación puntual y los condenaron injustamente a muerte. No sólo les cayó muy bien la parodia, sino que aprovechaban las actuaciones para volantear folletos sobre el anarquismo en la puerta de los tablados o el lugar de ensayo.

-¿Paul Fernández es quien mejor te interpreta? Da la impresión de que se entienden de maravilla, quizás por la complicidad diaria del programa de radio Que parezca un accidente en LaCatorce10...
-Paul es uno de los que mejor me interpretan. Los que están en Momosapiens y, sobre todo, los que tienen algunos años adentro, sintonizan enseguida lo que pretendo y el mecanismo de humor que me gusta. Y van asumiendo un tipo de humor similar al mío y sugieren cosas...

-¡Para congraciarse con el jefe!
-Puede ser... Y bueno, Paul es uno, sí. Es una artillería de humor, tiene mucha energía y tiene bien claro para dónde apunta Momosapiens. Me interpreta muy bien.

-¿Cuánto dinero invertís en la agrupación, por año?
-Si alguien saca un conjunto de parodistas con aspiraciones, con la idea de estar en la pelea, no podés gastar menos de 25.000 o 30.000 dólares.

-¿Y cuánto recuperás?
-A veces nada. A veces me ha ido bien y he empatado, entonces lo consideré un triunfo y a veces he perdido muchísima plata. En algún carnaval he perdido 10.000 dólares. Es un hobbie caro.

-Ya que hablás de los que apuestan a ganar, los más competitivos, ¿te sentís ignorado por el jurado? Se percibe una tendencia de los últimos años: hay un claro favorito que es Zíngaros y un retador que sería Los Muchachos. ¿Te sentís subestimado por la crítica especializada o el jurado?
-Mirá, es muy difícil cuantificar el arte. En fútbol, el que hace más goles gana. En el arte: vos y yo vamos al cine, y capaz que a vos te encantó la película y a mí no me gustó nada, entonces si vos y yo fuéramos jurados, vos le ponías un 10 y yo un 2... Es imposible que el jurado sea objetivo, porque tiene un gusto.

-Entonces da la impresión de que el gusto del jurado está muy definido hacia lo que hace Zíngaros...
-Yo te podría decir que entre 1997 y 2002 estábamos muy afines al paladar del jurado: en el 97 fuimos segundos, en el 98 ganamos, en el 99 fuimos segundos, 2000 y 2001 ganamos, y 2002, segundos. Alguien podría haber dicho lo mismo al revés, que el jurado estaba consustanciado con lo nuestro y relegaba a las demás. Entonces creo que son rachas, modas. Hoy el jurado está más volcado a los shows que a los espectáculos de parodismo. Nosotros somos parodistas.

-¿Y ellos no lo son?
-Somos todos parodistas, pero para nosotros el corazón del espectáculo es la parodia; para otros es el show: lo visual, la ropa, los bailes... No es que esté mal, pero no debe ser lo más importante porque somos parodistas, la categoría no se llama show-man. Lo que veo es que a veces se relega el corazón de la categoría: la parodia. Cuando se baja Momosapiens, lo primero que se juzga es la parodia. Si yo me bajara y se empezara a hablar de lo bien que bailamos o lo bien que abrimos el espectáculo, entonces me faltó algo, porque yo apuesto a las parodias.

"Si alguien saca un conjunto de parodistas con aspiraciones, con la idea de estar en la pelea, no podés gastar menos de 25.000 o 30.000 dólares. A veces no recuperás nada"

-¿Pero no te indigna no ganar?
-No estoy desesperado por ganar porque por suerte gané muchas veces, pero sí creo que deberían darle más valor al corazón de esto: la parodia; así como en la revista el corazón es el baile. Un humorista, ponele, tiene que hacer reír.

-¿Es riesgoso hacer humor a partir de una tragedia? Lo digo porque ustedes tienen una parodia sobre los 33 mineros chilenos en Copiapó.
-Si hay una tragedia real, se hace dificultosa la tarea de hacer reír con eso. La más jodida que me tocó le puse tan poquito humor que después el jurado entendió que no era una parodia, y hoy quizás te diga que tienen razón... fue cuando hicimos La lista de Schindler. En un momento dado, un personaje dice: "Mirá lo que nos está pasando que ya no hay chistes en la parodia" y la gente no se reía de eso, sino que lo aplaudía. En el caso de los mineros de Chile la ventaja que tenemos es que tuvo un final feliz. Vos sabés que la están pasando mal allá abajo, pero al final salieron todos bien.

-¿Pero hay límites en el humor o vale todo?
-No, no vale todo. Mirá, a mí no me divierten las cámaras sorpresa, porque aunque al final le digas que era todo una joda, durante el proceso todos se ríen a costa de un tipo que la está pasando muy mal, y hubo casos de gente a la que le dio un infarto... Ese humor grosero y agresivo no me gusta.

-Fuera de micrófono me hablabas de lo sacrificado que es liderar una agrupación carnavalera...
-Mirá, si vos agarrás un contador y le pedís que te lleve los números, el tipo va a mirar esos números y te va a decir: "No, no, mejor dedicate a otra cosa". "¿Me estás diciendo que no sabés si vas a recuperar algo de plata? No hagas esto, andá a vender cocacolas en el estadio".

-De todas tus obligaciones en el conjunto, ¿cuál es el principal quebradero de cabeza?
-Hay muchos... le destinás muchas horas que se las quitás a otras cosas. Yo anoche estuve en el Teatro de Verano y al llegar a casa de madrugada no dormí, porque tenía que escribir mi espacio de chistes en el diario, entonces perdí horas de descanso por trabajar. Le robás tiempo a la familia: durante 3 o 4 meses llegás muy tarde y cansado a tu casa, cuando todos están durmiendo. Y no tenés satisfacciones todos los días. Yo, como director, soy el solucionador de problemas. Trato de atajar penales, y alguno se me cuela. Depende todo de los sponsors, y tenés que salir a vender publicidad...

-¿Y cuál es la gran satisfacción?
-Cuando un público numeroso te aplaude o sentís una risa compartida por 6.000 o 7.000 personas en un Teatro de Verano. Me pasa que gente que no conozco me cruza por la calle o me escribe agradeciéndome por haberle sacado una sonrisa en un mal momento. Una vez, cuando hice la parodia de Galileo Galilei, me paró un adolescente y me dijo que quería agradecerme, porque le habían puesto un escrito sorpresa sobre Galileo, él no había estudiado nada pero se acordaba de algún dato que yo tiré en la parodia... ¡Y me encantó ese piropo!

-Vos fuiste letrista de Decalegrón, Dale con Todo, Pizza a Carballo... ¿Crees que hoy hace falta humor en la televisión?
-Hace falta humor, sí. Uruguay siempre tuvo una tradición de programas humorísticos. Cuando trabajé en Argentina me decían que lo mejor que pasó por la TV argentina en humor fue Telecataplum. Pero ahí hicieron época varios humoristas uruguayos con Hiperhumor, Jaujarana... es humor nuestro. Y la TV, el medio de comunicación por excelencia, no puede permitirse no tener programas de humor.

-Sin embargo, el año pasado hubo una apuesta al humor en TV con Parentela, el programa de Manuela Da Silveira en Canal 4, y no funcionó...
-Yo no lo vi, entonces no sé cuál fue el motivo de que haya fracasado. Pero te digo que Peligro Sin Codificar, el programa argentino donde participa "Pichu" Straneo -que nos acompañó al Teatro de Verano y es hincha de Momosapiens- ese programa casi no tiene libreto. Salen a improvisar. Tiran una situación y la desarrollan ahí... ¡y es un éxito! Y a mí no me gusta que no haya libreto, capaz que ahí sí estás subestimando al espectador. Y tiene una legión de seguidores. Pero volviendo: el uruguayo tiene que tener humor, porque los lunes es obligatoria la picana del hincha del cuadro que ganó al que perdió... Es una pena que no haya un programa que reúna a la familia para hablar de nuestras cosas.

-En los últimos años hubo un recuerdo recurrente a lo que fue Requetedivertidos y Requetesábados, con Gabriela Lopetegui.
-Pasó hace más de 25 años y todavía la gente lo recuerda. Me pasa de ir por la calle y me cantan pedacitos de las canciones. Voy caminando y alguien me canta: "Yo tengo un auto que es una rareza..." y es su forma de saludarme.

-¿Por qué crees que marcó una época cuando solo se mantuvo cuatro años (1988-91)?
-Por varias cosas: primero, éramos nosotros mismos, no personajes, éramos Horacio y Gabriela, sin disfrazarnos. Se hicieron videoclips, cuando estaban naciendo. Eran videos muy precarios en máquina Ampex, hoy unos mastodontes que te reís por los efectos prehistóricos, pero en aquella oportunidad eran de vanguardia. Y lo otro -por eso siempre digo que no se puede repetir- es que no existía el cable. Tenías los canales 4, 5, 10 y 12. Como no había cable, las opciones infantiles eran pocas y había más probabilidades de que nos eligieran. Hoy creo que sería difícil que un producto similar se impusiera, por la competencia feroz del cable.

"Por la calle me cantan pedacitos de las canciones. Voy caminando y alguien me canta: 'Yo tengo un auto que es una rareza...' y es su forma de saludarme"


-¿Sos un físico frustrado?
-Sí. He pensado en retomar los estudios de Física, pero con hijos chicos y laburando todo el día es complicado. Aparte de que a medida que van pasando los años se te van haciendo lagunas en la cabeza... he perdido información, y el que está estudiando siempre se está actualizando constantemente.

-¿Usás el telescopio que le perteneció a Clemente Estable o es una pieza de museo?
-El personaje de Galileo era uno de los que entraba en la primera canción que recuerda los personajes de los 25 años y como los de utilería no habían terminado un telescopio yo dije: "Olvídense, traigo el mío de Clemente Estable". Lo cuidaron bien y ahora volvió a mi casa.

-¿Y cómo llegó a vos?
-Mi padre era primo hermano de los hijos de Clemente Estable, que vendrían a ser como tíos segundos míos. Y se criaron juntos. Uno de los hijos de Clemente, "Rayo" Estable, me lo regaló, porque yo quería ser científico... para mí es una joyita tenerlo.

-Hablamos de física, ahora hablemos del físico: ¿te pesa estar gordo, más allá del juego de palabras?
-La preocupación viene por el lado de la salud. Tener kilos de más trae complicaciones, la obesidad me ha traído diabetes -algo he bajado, pero debo bajar más para controlar la diabetes-... He ido a comprar ropa y no encuentro mi talle. O te regalan ropa y le erran con el talle. No es un complejo para mí, por el contrario, aprovecho para hacer humor con eso. Pero si hubiese una fórmula mágica para bajar los kilos, lo haría.

-¿Ves a tus hijos todo lo que quisieras?
-Tengo dos hijas grandes que ya viven con su familia, una de 30 y otra de 28. Un hijo de 14 de mi actual pareja y una que tiene 4 y está por cumplir 5, a la que ahora le estoy retaceando tiempo juntos, a decir verdad.

-¿Sos feliz?
-Sí, soy feliz. Tengo las cosas que me dan felicidad. He perdido familiares y seres queridos, pero sigo teniendo una familia numerosa, vivo con dos de mis hijos, mi señora Gissell me acompaña en todo y es la encargada de hacernos los trajes, y puedo vivir del humor y de hacer lo que me gusta. Estuve en todos los medios, hago teatro, carnaval, escribo, y en todo trato de divertirme. Por deformación, en todas las reuniones donde estoy trato de hacer reír a los demás, y eso también me pone feliz.


Montevideo Portal | César Bianchi
Fotos: Juan Manuel López