Seré curioso

Oveja blanca (entre las negras)

Sebastián Bauzá: "Hay cosas que me importan más que estar sentado en el sillón de un palco"

La peor Navidad de su vida, las sospechas, los sobornos millonarios, las amenazas. Y la paz de hoy. Bauzá en Seré Curioso.

17.05.2018

Lectura: 32'

2018-05-17T06:45:00-03:00
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Por César Bianchi
@Chechobianchi

Fotos: Juan Manuel López

La revelación de un audio grabado en abril de 2014 por el exCEO de Traffic, el brasileño José Hawilla, en conversación con los argentinos Mariano y Hugo Jinkis de Full Play y Alejandro Burzaco, exCEO de Torneos y Competencias, fueron para Sebastián Bauzá "la frutilla de la torta". Pero también un bálsamo, el alivio y la tapa final a un  tormento que al expresidente de la AUF le tocó vivir desde que se puso en duda su honorabilidad.

El mentado FIFAgate arrancó investigando al presidente de la federación estadounidense y terminó llevando presidentes de toda la Conmebol, además de empresarios corruptos, tras las rejas. A todos menos a uno: el uruguayo Bauzá, que hoy se dedica tiempo completo a regentear la histórica confitería Lion d'Or.

-La cuenta es fácil, le damos tres millones (de dólares) a Brasil, tres a Argentina y tres para el presidente (en ese momento, Eugenio Figueredo). Él sustituyó a Nicolás (Leoz, paraguayo) y nos los hizo saber desde el primer día. Siete presidentes, un millón y medio, porque hay un país al que no le tenemos que dar nada-, dice Burzaco en el audio.
-¿Por qué?-, pregunta Hawilla, haciéndose el tonto, para sacarle la info prometida al FBI, con quien se alió tras ser detenido en 2013 para delatar a sus cómplices y así reducir su pena.
-Porque es honesto y ahora acaban de expulsarlo-, dice Burzaco refiriéndose a Bauzá, quien en marzo de ese año renunció a la AUF en un confuso combo de circunstancias que lo dejaron sin gobernabilidad. "Entonces nunca le damos nada a él y economizamos ese dinero", completa el ex líder de la empresa Torneos y Competencias.-¿Quién puede verse perjudicado con esto? ¿Alguien? ¿Conmebol puede sufrir algún perjuicio?- pregunta Hawilla, buscándole la boca a Burzaco.
-Todos podemos ser perjudicados. Todos. Mañana viene una agencia de lavado de dinero de Buenos Aires, o de Brasil, o de la DEA y dicen: "¿qué son estos pagos? Esto no tiene consistencia", comienza a rastrear y vamos todos presos. Todos, todos, él, vos...
-Es el riesgo de nuestro negocio-, concluye Hugo Jinkis.

Más de una decena de empresarios y dirigentes corruptos del fútbol sudamericano y centroamericano cayeron presos acusados de estafa y lavado de activos, entre ellos los protagonistas de la charla reproducida y el uruguayo Figueredo.

Pero Figueredo, recluido en primera instancia en Suiza, amagó con colaborar con la investigación para poder ser enviado a Montevideo, y así incriminó a Bauzá. Primero dijo que había recibido 300.000 dólares y en una segunda instancia se corrigió: fueron 400.000 -como parte de pago de un soborno total de 1.500.000- y se los había dado él mismo, en la mano.

Bauzá debió ir tres veces al juzgado penal, la tercera consistió en un careo ante el corrupto que lo había denunciado. El 9 de noviembre de 2017 su caso fue archivado y quedó libre de toda sospecha, pero recién desde el viernes se siente más aliviado, ahora que estas escuchas fueron públicas y los sucios lo tildaron ¿peyorativamente? de "honesto".

En una mesa de su confitería en 18 de Julio y Pablo de María, con un café y un cortado, el empresario narró con detalles sus padecimientos todos estos años, las denuncias, las coimas, las amenazas que recibió de parte de Francisco Casal y Nelson Gutiérrez y -si hiciera falta- por qué tiene decidido que nunca más volverá a la dirigencia del fútbol. Se contenta con ir a ver a Bella Vista al Nasazzi.

Bauzá no descarta colaborar en temas de educación o el deporte desde un lugar no tan demandante, si llegado el caso fueran a pedirle su colaboración. Pero nada de cargos de mucha responsabilidad y carga horaria, porque tiene claro que a la familia no le va a retacear más tiempo. Tiene claras sus prioridades.

 

-¿Cómo se siente luego de saberse que Alejandro Burzaco, exCEO de Torneos y Competencias, dijera en diálogo con José Hawilla, exdueño de la empresa Traffic, que a usted había que dejarlo fuera de las coimas porque era honesto?

-Con la tranquilidad de haber actuado bien y la satisfacción de que esto se ha hecho público más que nunca, porque ya en noviembre, cuando se archivó el caso en Uruguay, y en diciembre cuando salieron los últimos procesados en el juicio en Miami, quedó bien claro que había un presidente que no había recibido coimas y era yo. Pero en la sociedad uruguaya y en la prensa de acá no se había hablado tanto  como esta vez. Y más que nada por un tema familiar. Mis señoras, mis hijas, mis amigos, la empresa que yo tengo (la confitería Lion d'Or), mi personal que me veía trabajar todos los días... para mí era necesario que la opinión pública se diera cuenta cuál fue mi actuación y cuál fue el sufrimiento. Para mí fue muy duro, porque yo me fui (de la AUF) en marzo de 2014 y hasta mayo de 2015, cuando estalla el FIFAgate, yo había sido un presidente que por diferentes circunstancias me había ido de la asociación, que la gente tenía una buena opinión de mi actuación, pero esa nebulosa se empezaba a dar hasta diciembre de 2015 cuando el presidente de la Conmebol (Eugenio Figueredo) me acusa de haber recibido una plata que en una primera etapa dice que no sabía cómo me había llegado y en una segunda instancia dice que  me la dio personalmente él. Hoy diría que me siento aliviado y tranquilo.

-Cuando fue presidente de la AUF (2009-2014) rechazó firmar el contrato con Datisa, que unía las firmas Full Play con la agencia de marketing Traffic. ¿Por qué? 

-Cuando yo estuve en la Conmebol actué igual que en la AUF: primero quise ver los contratos (de televisación) que había, hasta cuándo tenían vigencia, y el por qué no se hacía un llamado a precios. Siempre perdía 9 a 1. Cada vez que se planteaba el tema de la renovación del contrato (ya sea por Copa Libertadores, Sudamericana, Copa América), los diferentes países estaban de acuerdo y yo era el que preguntaba hasta cuándo eran y por qué no se escuchaban otras ofertas. Incluso, a nivel de Copa Libertadores, apareció otra oferta, de Gol TV, y en grandes números era dos veces más de lo que teníamos. Lo plantee delante de Burzaco y de un representante de la red O Globo, y yo le dije: "Disculpe, pero me parece que esto lo tenemos que discutir los presidentes. Y hay una propuesta que hay que estudiar". Y te recuerdo que Gol TV es la empresa de Francisco Casal. Se me dijo que esta gente había pagado siempre, tenía buenos antecedentes y tenía prioridad. Dije que no estaba de acuerdo, y lo único que pedí era que constara en actas mi discrepancia. Eso lo hice siempre. 

-¿Olía algo raro o sencillamente ya sabía que se pagaban coimas? 

-Cuando yo llegué a la Conmebol en 2009, ese año asistí a pocas reuniones de directivas de Conmebol porque tenía 10.000 problemas en Uruguay, estábamos jugando las Eliminatorias para Sudáfrica y todavía no se sabía si clasificaríamos o no, entonces iba puntualmente a las reuniones pero no estaba nada empapado. Ahora, las renovaciones (de los contratos) solían resolverse en un ejecutivo de emergencia, que era como una "mesa chica": el presidente (el paraguayo Nicolás) Leoz, su secretario, el vicepresidente y el tesorero. Entonces, los contratos siempre pasaban por esos cuatro y ni se los pasaban al resto de los presidentes. Y comenzó un movimiento de los presidentes más jóvenes, donde coincidíamos que no podía ser, que se le estaba pagando muy poco a los clubes, que había que pagar más plata, y me pareció bien esa corriente de pensamiento. Llegado el momento, mejoraron sí los premios, pero no se abrió el abanico para escuchar otras propuestas. Ahí sí ya me puse firme. "Si hay otras propuestas, tenemos que estudiarlas", dije. Yo medié para que algunos presidentes escucharan a la gente de Gol TV, algunos los escucharon, otros nunca. Y ahí te das cuenta que hay algo más. Estaba Leoz, estaba (el argentino Humberto) Grondona, que fueron los que nunca se sentaron a escuchar; otros presidentes se sentaban, escuchaban y uno pensaba que había un corriente de algunos para cambiar la Conmebol, pero después no se dio.

-Precisamente, usted fue muy celoso con los procedimientos y protocolos: no votó los balances de la Conmebol, exigió ver los contratos, pidió licitaciones que no se hacían. Y buscó que quedara en actas su discrepancia. ¿Siempre quedó en soledad en las votaciones de Conmebol? 

-Fui el primer presidente en la historia de la Conmebol, de casi 100 años, que no votó un balance. Los balances llegaban sobre la hora, se votaban y listo. En algunos temas puntuales me acompañó (Manuel) Burga, el presidente de Perú. Quisieron rescindir los contratos con Gol TV de la publicidad estática de la cancha, porque se habían atrasado en los pagos. Eso venía enganchado con que Gol TV era la empresa que quería quedarse con los derechos. Querían cortar cualquier vinculación con esa empresa, entonces se dijo que eran mal pagadores y cortaron todo. Creí que no era un buen motivo -el atraso en unos pagos- para dejar de negociar con ellos y Burga en eso me acompañó

-Pero también encontró un aliado honesto en el chileno Harold Mayne-Nicholls.

-Yo llegué a la Conmebol y coincidí un año con Harold Mayne-Nicholls, y con él estuvimos de acuerdo... Te explico: los derechos de la Copa América los tenía Traffic, tenía un contrato por cuatro Copas Américas que terminaban en la de Argentina de 2011 (en la que Uruguay salió campeón), pero hubo una edición que no se jugó. Ahí se dio una discusión donde algunos entendían que la de 2015 en Chile le correspondía a Traffic y la Conmebol decía que no, que en 2011 se terminó y si no se hizo una, mala suerte. Traffic le hace juicio a la Conmebol porque había resuelto -en el comité ejecutivo de urgencia, o "la mesa chica"- darle los derechos a (Hugo y Mariano) Jinkis, de la empresa Full Play, para que los negociara. Fueron las primeras reuniones en las que me encontré con esta situación, donde venían abogados de Miami porque el juicio se hizo allá. Pero por otro lado, apareció Full Play y dijo que los derechos de televisión por la Copa América valían tres veces más de lo que se pagaba. Entonces, arriba de la mesa, decíamos que no podíamos seguir con Traffic porque había pagado poquísimo, que Full Play pagaba muchísimo más, y ahí Mayne-Nicholls me dijo: "Mirá, esto no me gusta nada. Porque la Conmebol puede llegar a comerse un juicio". Coincidíamos en que había que pedir un informe jurídico, lo pedimos y eran abogados que eligió la Conmebol. Mayne-Nicholls no estuvo de acuerdo, después él se va de la Federación chilena, y yo perdí un aliado. Él renunció y asume en su lugar Sergio Jadue, pero Jadue entró en ese grupo que se hablaba de "siete países", donde quedaban afuera Argentina, Brasil y Uruguay. Argentina porque ya estaba Grondona y Brasil porque estaba (Ricardo) Texeira, que eran "la mesa chica", y Figueredo que era el vicepresidente, entonces como él era uruguayo y vicepresidente de Conmebol, yo quedaba afuera de esa negociación. Grondona, Texeira y Leoz firmaban los contratos. 

"Me puse firme. 'Si hay otras propuestas, tenemos que estudiarlas', dije. Yo medié para que algunos presidentes escucharan a Gol TV. Algunos como Grondona y Leoz no los escucharon. Ahí te das cuenta que hay algo más"

-El audio conocido la semana pasada llega a la opinión pública por una investigación periodística de Globo Esporte de Brasil. De no haber sido así, ¿cree que se hubiera seguido dudando de su honestidad?

-Cerrar el caso en Uruguay era muy importante, pero la gente que estaba informada y seguía el juicio en Brooklyn y Miami, bueno, todavía no había salido esta escucha, pero sí la declaración de Burzaco diciendo que los únicos dos presidentes que no habían recibido coimas habían sido Mayne-Nicholls, hasta que se fue en 2010, y Bauzá. En el juzgado de Estados Unidos ya estaba esa declaración, algunos se enteraron y otros no. Acá la diferencia fueron los titulares de los diarios y cuando dice "nos ahorramos", la gente ya entendió a qué se refería. 

-El diálogo de Burzaco, Hawilla y los Jinkis es muy elocuente, revelador. Todos se hacen cargo de la trama de corrupción, ¿sin saber que uno de ellos -Hawilla- luego entregaría la grabación al FBI?

-Cuando se da esta charla grabada yo ya había renunciado a la AUF, así que fue después de marzo de 2014. José Hawilla, el CEO de Traffic, fue detenido en 2013 y negoció con el FBI que iba a empezar a delatar y ayudar a la investigación, para bajar su pena. Entonces fue cableado a una reunión y por eso le busca la lengua a los otros. Burzaco no tenía ni idea, por eso explica cómo fueron los pagos y Hawilla se hace el desentendido; el que pagaba era Burzaco. Al primero que agarraron fue al presidente de la federación de Estados Unidos (Chuck Blazer), porque tenía un piso en la Torre Trump de Nueva York sólo para tener gatos. La Policía empieza a investigar, no le cerraba que tuviera un piso entero -que valía dos palos verdes- para cuidar de sus mascotas... Y se le suma que Estados Unidos perdió la chance de organizar un Mundial, y resulta que no defendió la chance de Estados Unidos como debía. ¿Por qué? Porque había recibido mucho dinero para que su país no resultara ganador. Ahí lo agarran, se hace aliado y empieza a delatar y empieza a ir cableado a las reuniones de FIFA, porque la corrupción también llegaba a la elección de los países que organizaban los mundiales. Con él arranca todo, después cae Hawilla y también colabora. 

-¿Recuerda en qué momento se enteró que Eugenio Figueredo -procesado por estafa y lavado de activos- lo incriminó señalando que usted había recibido coimas por 400.000 dólares?

-Fue el 24 de diciembre de 2015. Ese día era muy importante, como para todos los católicos, pero además desde el punto de vista laboral, por la confitería, lo era. Terminé mi jornada como a las 21 horas, llegué a casa y lo escuché en el informativo. Quedé helado. Debe haber sido la peor Navidad de toda mi vida. Una impotencia brutal...

-¿Cómo reaccionó? ¿Cuál fue su reacción más inmediata esa Nochebuena, donde seguramente tenían planes en la familia?

-Venía de trabajar casi 24 horas porque acá en la confitería eran días de mucho trabajo. Después de escuchar eso, no quise ir a cenar a lo de mi cuñada como habíamos quedado, me quería quedar en casa y no hacer nada. Mis hijas me pidieron por favor que fuéramos y acepté, pero pasé una noche espantosa. A las 0.10, después de brindar, me volví a mi casa. No quería nada... Era imposible sacarme el tema de la cabeza. La impotencia que sentí no se lo deseo a nadie. Ese 24 de diciembre me pasé hablando con mis abogados, a ver qué tenía que hacer... "Hay que esperar que te citen", me dicen. Aparte, si todos los presidentes habían recibido transferencias, y se sabía desde Estados Unidos, ¿por qué yo le voy a pedir a Figueredo que agarre la plata y me la traiga, si yo fui el único que voté en contra de su balance y voté en contra de sus continuaciones de contratos? No tenía sentido. Voy a aceptar una coima y seguir llevándole la contra en la Conmebol. ¡Iba a terminar en una cuneta si hubiera hecho eso!

-Otra versión decía que había cobrado 1.500.000 de dólares de parte del propio Figueredo...

-Porque se decía que había cobrado 400.000 como primera cuota de 1.500.000. Eso me dolió muchísimo. Cuando en marzo y en diciembre de 2015, cuando meten preso a Figueredo, (al brasileño José María) Marín, y a gente de la Concacaf, que eran cinco, ahí se supo que los presidentes de la Conmebol habían recibido 1.500.000 de dólares. Y ciertos portales de acá de Uruguay pusieron mi foto diciendo "Bauzá recibió 1.500.000 de dólares, por venta de derechos de la Copa América"...

"El 24 de diciembre de 2015 terminé mi jornada laboral como a las 21:00, llegué a casa y escuché (la denuncia de Figueredo) en el informativo. Quedé helado. Debe haber sido la peor Navidad de toda mi vida"

-¿Se refiere al portal de Tenfield?

-Sí, Tenfield lo puso. ¿Qué pasa? Hay gente de otros portales que leyó eso y empezó a citar a Tenfield. En estos días vi un tuit donde está la foto esa, con la información en el portal de Tenfield, con mi foto, y al lado la información de ahora en Ovación que dice: "En escuchas, Alejandro Burzaco define a Bauzá como 'honesto'". (NdeR: se refiere a un tuit del arquero de Danubio y vocero de Más Unidos que Nunca, Michael Etulain). Esa información publicada en Tenfield no sabés la bronca que me generó... Después, a los tres meses, citan a todos los presidentes de la Conmebol a declarar, y quedé suelto. Ya había quedado liberado y quedó claro que yo no había recibido coimas. Pero llegó Figueredo y tiró ese balde... Cuando pensé que todo se había terminado, otra vez de vuelta a defenderme en la Justicia. 

-¿Fue una represalia o vendetta porque cuando Figueredo lideró la Conmebol usted era el único que no lo acompañaba?

-Esa es la primera interpretación. Como él teóricamente iba a colaborar con el FBI tenía que tener alguna teoría para no quedar solo y arrastrar a alguien. Y sí, la vendetta por cómo actué yo en Combebol. Quiso imitar a Hawilla y delatar a alguien para que lo trasladen de Suiza a Uruguay, y que eventualmente acá le reduzcan la pena. Pero tenía que demostrar que ese soborno existió. 

-¿Nunca lo llegaron a tentar explícitamente? Hacerle algún guiño para sugerirle el camino del soborno...

-Los guiños eran tipo: "Che, vamos a Miami a firmar el contrato y allá nos van a explicar bien". Y yo contestaba: "No, no voy a ir, porque para mí hay que hacer un llamado a precios". No hay que renovar, entonces no iba. Nunca fui a Estados Unidos y ellos iban cada seis meses. Y la otra: siempre hay utilidades tanto de la FIFA como de la Conmebol. Ellos el número de cuenta de la AUF ya lo sabían, con su código Swift, todo. Y a veces -ponele- daba ganancias la Copa América y me llamaban: "¿A dónde te giramos tu parte de las ganancias?". Y yo contestaba: "Al mismo lugar de siempre, a la cuenta de la AUF, ustedes ya la tienen". Buscaban que yo les diera mi cuenta bancaria personal. Hasta me enojé: "¡No me pregunten más!".

-Hasta el presidente del Banco Central tuvo que salir a aclarar que no era cierto que alguien había depositado dinero sucio en la cuenta de su esposa. ¿No es así?

-Después de la incriminación de Figueredo en diciembre de 2015, pasó como un año entero y recién fui llamado a declarar en octubre de 2016, ya con el fiscal (Luis) Pacheco. Ahí me enteré que me habían abierto mis cuentas y las de mi señora. El fiscal me pregunta por  qué había depósitos muy grandes a nombre de mi señora. Yo le dije que mi señora no era, que depósitos no había, y por suerte mi abogado accedió al expediente y se dio cuenta que estaban poniendo cosas que no eran mías. La UIAF (Unidad de Información y Análisis Financiero) es un organismo que depende del Banco Central, y es la que abre las cuentas e informa al juzgado sobre esas cuentas (en busca de combatir el lavado de activos). Ellos decían que había transferencias de mi señora de Estados Unidos a Perú -¿por qué Perú? Porque hay un Full Play Perú- y por otro lado, había depósitos en efectivo en un banco de plaza, a nombre de mi señora. Se demostró que no era mi señora. Nunca pude saber qué pasó realmente, sólo me dijeron que fue un error, cuando mis abogados reclamaron... El fiscal reconoció que fue un error y Mario Bergara lo aclaró en una conferencia de prensa, que fue un error del BCU.    

-El fiscal Luis Pacheco archivó esa denuncia por falta de pruebas el 9 de noviembre de 2017, tras un careo con Figueredo. ¿Cómo podría describir ese intercambio, ese diálogo cara a cara, con quién quería ensuciarlo?

-Me dolió mucho, porque después de haber ido dos veces al juzgado penal, ir una tercera vez... En la segunda, yo fui a demostrar que no había habido ningún depósito extranjero en mi cuenta y la de mi señora, que no había habido nada raro. ¿Y encima tengo que ir a un careo con una persona procesada por estafa y lavado de activos? Me sentí en desigualdad de condiciones. No entendí ese careo, con un tipo que había mentido toda su vida. Mi abogado me dijo: "Tomate una pastillita, para no calentarte". Él nunca me miró a los ojos, miraba al fiscal. Yo lo miré una vez y mi abogado me tocó y me dijo: "Quedate quieto, no pierdas el control". Él no tenía pruebas, repetía siempre lo mismo, que él me había dado 400.000 dólares. Yo expliqué toda mi actuación, dije que era un tema de venganza y cuando él quiso contestar, la jueza lo cortó enseguida y dijo que se cerraba el caso.  

"'¿A dónde te giramos tu parte de las ganancias?'. Y yo contestaba: 'A la cuenta de la AUF, que ustedes ya tienen'. Buscaban que yo les diera mi cuenta bancaria personal. '¡No me pregunten más!', les dije".

-¿Usted recibió amenazas en todo este tiempo?

-El fútbol es un ambiente muy complicado. Cuando quieras cambiar algo y vayas contra el sistema, vas a tener problemas. Tengo 30 años en mi empresa, he negociado cosas que negocia cualquier empresario, consejos de salarios, y hay códigos. En el fútbol se pierden los códigos. Y en esas negociaciones te encontrás con gente que no tiene tu manera de actuar. Y si te tienen que decir que te puede pasar algo si no opinás como ellos o no tomás decisiones que favorezcan a ellos, te lo hacen sentir. 

-¿Cómo es eso de que un empresario le dijo que sabía dónde estudiaban sus hijas? 

-Eso fue cuando la AUF comenzó esa negociación por medio de la consultora BDO. Se cortó aquello de que el dirigente negociaba directamente con los dueños de los derechos, sino que había que tercerizarlo. Hicieron un estudio y ellos informaban a la asamblea y la asamblea decidía. Antes (de mí) no entraban los medios a la asamblea, entonces la prensa no se enteraba. Yo les abrí la puerta a los medios para que no sólo los presidentes y representantes de los clubes supieran qué pasaba y qué se votaba, sino también la gente a través de los medios. En esos momentos, en esas negociaciones, se dio una charla tipo: "Esto para mí vale 3"; "No, mirá, para mí vale 8". Bueno, no nos ponemos de acuerdo, había que negociar y ahí las presiones eran muy complicadas...

-¿De quién estamos hablando? ¿De qué empresarios estamos hablando?

-Fueron las negociaciones que yo tuve con Casal y (Nelson) Gutiérrez.

-¿Fue uno de ellos el que le dijo que sabían dónde estudiaban sus hijas, entonces?

-Estábamos sentados a una mesa, yo me quise levantar y me dijeron: "No, quedate, esto lo tenemos que arreglar"... Mirá... hay varias cosas de esa índole (NdeR: se refiere a la advertencia de que sabía dónde estudiaban sus hijas) que se hablaron, pero por un compromiso con mi familia, prometí no hablarlo más, porque mis hijas sintieron mucho miedo.

-Hace más de dos años que intento esta entrevista y usted siempre me dijo que prefería no hablar, por todo lo que estaba sufriendo su familia, precisamente. ¿Qué fue lo peor por lo que tuvo que pasar en este tiempo? 

-Mi señora, que sin comerla ni beberla, tuvo que vivir todo el episodio de una supuesta transferencia y un depósito en su cuenta. Ella quería ir al juzgado, y  yo le dije: "Vos no tenés que ir, yo voy a demostrar que esos depósitos no son tuyos". Esos fueron los peores momentos. Y tengo hijas mujeres que vivían la angustia diaria. Lo peor es que te acusen de algo que no hiciste. La Justicia tarda pero llega, pero a veces tarda demasiado. Arrancó en 2015, se cierra en noviembre de 2017, y ahora esto (de los audios) es la frutilla de la torta. Pero todos esos meses, todas esas Navidades y fines de año, fue complicado. 

"En las negociaciones con Casal y Gutiérrez, yo me quise levantar y me dijeron: 'Quedate, esto lo tenemos que arreglar'... Hay varias cosas (como las de que sabían dónde estudiaban mis hijas) que prometí no hablar más, porque mis hijas sintieron miedo"

-Usted dijo en El País, en noviembre del año pasado, que salió de la AUF por un complot del gobierno de José Mujica, Tenfield y la Mutual de Enrique Saravia. ¿Cuáles fueron los roles de cada uno? 

-Hagamos un poco de historia: en marzo de 2014 -Uruguay por suerte ya había clasificado al Mundial de Brasil, estábamos a dos meses de irnos al Mundial- se da que se desata la violencia en el fútbol. Se dio un partido Nacional-Newell's en el estadio (Centenario) donde termina con un lío bárbaro entre la hinchada de Nacional y la Policía. Nosotros en la AUF teníamos un debe, porque se había sacado la "responsabilidad objetiva" y ya no había quita de puntos cuando ocurrían actos de violencia de las hinchadas. Eso trajo aparejado que como no se sacaban puntos, los hinchas armaban líos. Nosotros queríamos reimplantar la quita de puntos a los clubes, algo pedido por la FIFA, además. Entonces empezamos a trabajar en el nuevo Código de Disciplina de la AUF. Se da este lío de Nacional-Newell's y nos citan desde el Poder Ejecutivo (de Mujica) a Eduardo Ache, presidente de Nacional, Juan Pedro Damiani por Peñarol y yo. Tuvimos una reunión con Mujica, que estaba indignado, y nos dice que si no se votaba el Código de Disciplina, si no se tomaban medidas, la Policía no concurriría más al Centenario. Era un jueves. Yo dije: "Si suspendemos la fecha, el lunes no voy a tener votado el Código de Disciplina, ni las cámaras (de identificación facial)". El gobierno no quería pagar las cámaras, decía que era responsabilidad de la AUF, pero no es algo de un día para el otro: de hecho, demoraron tres años en venir. Yo pensé: "Tratemos de votar cuanto antes el Código de Disciplina  y vayamos a seguir adelante con la licitación de las cámaras". El sábado jugaba Nacional en el Franzini, y el domingo jugaba Peñarol en el estadio. El sábado en el Franzini fue la Policía, pero el domingo, como era en el estadio, la Policía no iba. Y el sábado de noche nos llaman de la Mutual que si no iba la Policía, los jugadores no irían a jugar. Llamé urgente al Ministerio del Interior y les dije: "Ustedes me dieron la palabra de que se jugaba la fecha, de que habría policías para cuidar a los jueces, boleteros y en la cancha". "No, en la cancha no va a haber policías", me dicen. Se pusieron firmes y tuve que suspender la fecha. Ahí se enojó Nacional pensando que yo estaba detrás de todo esto, cuando Ache conocía mi postura y la del gobierno. Nosotros llamamos a asamblea y algunos clubes que estaban en contra de nosotros -habían firmado una carta diciendo que invertíamos mucho en la selección y no lo repartíamos a los clubes-, de alguna forma, nos sacaban gobernabilidad. Si no tenía quórum, no podría votar el Código de Disciplina, como quería Mujica. Por lo tanto, algunos clubes me habían sacado la confianza. Segundo, yo había pedido que antes de ir al Mundial de Brasil se vendieran los derechos de televisión del próximo Mundial. ¿Por qué? Porque Uruguay había salido campeón de América, había salido cuarto en Sudáfrica y estábamos segundos en el ránking FIFA. Había que vender los derechos en ese momento, que la marca estaba cotizada. Pero como vender los derechos significaba otra vez llamar a una consultora y hacer una licitación, muchos clubes y la empresa (Tenfield) no estaban de acuerdo. Sumale que no tenía policías para entrar a la cancha, no tenía el Código de Disciplina, y bueno, sin gobernabilidad, me fui. A las 36 horas (de haberme ido) volvió la Policía a las canchas y volvió el fútbol. 

-¿Cree que hubo connivencia entre Mujica, Tenfield y la Mutual que dirigía Saravia, diputado suplente del MPP en ese entonces?

-Hay un hecho... Hay imágenes -de canal 12- donde al otro día de haber tenido la reunión con Mujica, estaba (Nelson Daniel) Gutiérrez saliendo de Torre Ejecutiva. Yo relato hechos, no especulo.

-A mediados de 2015 el diario La Tercera de Chile publicó que Datisa había pagado 20 millones de dólares en sobornos. Eran tres millones para el presidente de la Conmebol y para cada uno de los presidentes de las asociaciones de Argentina y Brasil, y un millón y medio para el resto de los presidentes. Tenfield levantó esta noticia en su sitio web, como dijimos, pero agregó su nombre, que no estaba en el artículo original. Lo curioso es que el viernes pasado no publicó nada sobre los audios donde lo califican de "honesto" y que por eso no había recibido coimas. ¿Cree que hay animosidad contra usted? 

-No sólo no publicaron nada en el portal de Tenfield, sino que ningún periodista de los que trabajan ahí, pero además en otros medios, lo levantó. La mayoría de periodistas de Tenfield trabajan en otros medios y tampoco me llamaron, ni lo informaron, ni lo pusieron en su Twitter. Son hechos. No me sorprende. En todos esos años hablaban de mí, pero cuando mi nombre quedó fuera del sistema (corrupto), no dijeron nada. 

-¿Cuáles fueron sus principales logros al frente de la AUF esos años? Más allá de los deportivos: Uruguay cuarto en Sudáfrica 2010 y Campeón de América en 2011...

-Y clasificamos a todos los mundiales juveniles, jugamos dos finales del mundo (en Sub 17 y Sub 20), clasificamos por primera vez a un mundial femenino, porque empezamos a desarrollar el fútbol femenino. Eso en la cancha. Ahora, administrativamente, marcamos un camino: contratar consultoras para negociar los derechos de televisación, algo que es muy oscuro -y lo estamos viendo-, donde se maneja muchísimo dinero. Los que empezamos en esto, pensamos: los derechos de TV, ¿cuáles van más, los derechos en Uruguay o hacia el exterior? Cualquiera pensaría que valen más hacia el exterior, pero no. En Uruguay, por el cable. Acá pagaron 11 millones de dólares y afuera pagaron seis. Porque acá, como los uruguayos somos futboleros pagamos para ver el fútbol, y en otros países, las Eliminatorias se pasan por TV abierta, acá no. Llegamos a hacer un estudio -de la consultora BDO- para ver cuánto se pagaba y cuánto valía la televisación del fútbol, y lo sigue haciendo el Ejecutivo actual. Ahí se ve lo mucho que se genera y lo poco que entra en la Asociación. Para mí, eso fue lo más importante. Y complemento: hacer contratos cortos que empiezan y terminan, que cuando terminan, los derechos vuelven a la AUF. El famoso duelo entre Puma y Nike por la camiseta, se logró que entrara mucho más dinero, y antes iba para Tenfield, porque la AUF en el 98 -con Figueredo- le había dado los derechos de la camiseta, de por vida. Segundo, todos los sponsors eran de Tenfield, como los banners y las estáticas; hoy todo volvió a la AUF. Hicimos un contrato que decía que en diciembre de 2016 todos esos derechos volvían a la AUF.

-Fue presidente de Bella Vista y presidente de la AUF. ¿Volvería a la dirigencia del fútbol?

-No, no... No hay chance. Voy a ver a Bella Vista, eso sí. Primero no volvería por un tema familiar, segundo porque no tengo ganas, y tercero, porque al sistema no le sirve que yo vuelva. Al presidente de la AUF no lo vota la gente, lo votan los clubes, que a veces tienen compromisos. Hay muchos clubes que me sacaron la confianza porque le daba poca plata a los clubes y la ponía en mantener el proyecto de selecciones, y vaya si dio resultados...

"¿Mis logros? Llegamos a hacer un estudio para ver cuánto se pagaba y cuánto valía la televisación del fútbol. Ahí se ve lo mucho que se genera y lo poco que entra en la Asociación. Y hacer contratos cortos, que cuando terminan, los derechos vuelven a la AUF"

-¿Cómo ve la presidencia de Wilmar Valdez al frente de la AUF?

-Lo ha ayudado muchísimo la presencia de los jugadores en ciertos cambios que se estaban dando, y le dio un espaldarazo que yo también tuve en su momento. Yo hoy tengo una excelente relación con muchos de los jugadores de la selección: con Godín, con Lugano, con Forlán. Pero en aquel momento ni ellos tenían espalda, porque clasificamos últimos a Sudáfrica, hubo que discutir todo. La espalda se la ganaron después, cuando salieron cuartos, después campeones de América y empezaron a jugar en Barcelona, el PSG y equipos importantes. Empezaron a ver otro mundo, también, y a independizarse, a manejar sus contratos ellos mismos. Volviendo a tu pregunta: en algunos aspectos creo que hay continuidad en el gobierno de Valdez. La parte institucional y deportiva la ha mantenido, y eso está bueno.

-¿Y en qué le parece que no? 

-Yo no negocié cuando fui presidente de la AUF la formación del Ejecutivo. Dije: "El Ejecutivo lo armo yo". Habría que preguntarle a él si para las próximas elecciones el Ejecutivo lo va a nombrar él o va a hacer una negociación (de nombres) para seguir siendo presidente.  

-A caballo de la buena imagen que usted tiene en la opinión pública, en 2014 Lacalle Pou le ofreció ser candidato a la IM y usted no aceptó. ¿No le tienta la política?

-Siempre voté al Partido Nacional, pero nunca milité. Nunca tuve una calcomanía en el termo o en el auto. ¿Por qué no acepté? Primero, porque recién salía de la AUF. Segundo, porque hay que trabajar mucho para ser intendente, porque en cinco años le había dedicado mucho al fútbol y poco a mi empresa, y era el momento de devolverle la tranquilidad a mi señora, que trabaja conmigo, y a los encargados de la empresa. Y no tenía fuerza para encarar una campaña política de ese tipo. Hay temas que me interesan, como la educación: por eso estoy apoyando el proyecto EdUy21, que me parece que fundamental. Y aparte está bueno para gente de todos los partidos políticos. Yo creo que todos los uruguayos tenemos que tratar de cambiar ciertas cosas que estamos seguros de que están mal: la educación, la inseguridad. Tengo una muy buena relación con Fernando Cáceres, el director (de la secretaría) de Deportes. Pero creo que necesitamos dar una mano desde el lugar de cada uno, porque en la sociedad se han perdido muchísimos valores.

-Ese no era el momento, entonces, pero, si para el próximo gobierno le ofrecieran la secretaría nacional de Deportes o dar una mano en la educación, ¿agarraría?

-Dependerá  de la situación en ese momento. Lo que sí no descarto es trabajar para mejorar el país, no sé desde dónde. Tampoco tengo el tiempo para dedicarle a un cargo importante. Los políticos viven de la política, pero yo vivo de mi empresa. Ayudar para cambiar el país, no lo descarto.

-¿Cree que su conducta tiene puntos de contacto con el movimiento de futbolistas Más Unidos Que Nunca (MUQN)?

-Nunca esperé que este grupo, los MUQN, llegara a donde llegó. Nunca pensé que se fuera a cortar el campeonato por los derechos de imagen. Con la selección lo hablábamos, pero que el fútbol uruguayo asumiera esta postura, me sorprendió gratamente. Está bueno que ingrese más dinero a la AUF, a los clubes y a los jugadores. Menos empresarios ricos, más dinero para la Asociación, los clubes y los futbolistas, que les llegue el dinero que les tiene que llegar. No puede ser que los jugadores no supieran qué implicaban los contratos entre la Mutual y Tenfield por los derechos de televisión y de imagen de ellos mismos. Hoy cambió el negocio: los partidos se ven en el cable, pero también se puede ver por celular. Cambió y va a seguir cambiando. Por eso hay que estar muy alertas y hacer contratos cortos, porque la tecnología avanza muchísimo. 

-¿Qué le dice la gente por la calle desde noviembre del año pasado, cuando se archivó la causa por la acusación de Figueredo?

-Ni en los momentos más difíciles la gente me gritó algo malo, tipo: "Bo, devolvé la plata". No, no... Siempre la gente gritándome: "Vamo' arriba, Bauzá", o pidiéndome que vuelva. Siempre las demostraciones en la calle y en redes sociales fueron favorables.

-¿Es feliz?

-Sí, soy feliz. Siempre fui feliz porque tuve principios que estaban por encima del fútbol. El fútbol me encanta, sigo jugando al fútbol, sigo haciendo deporte, y la experiencia en la AUF fue espectacular. Tengo una familia divina, que me llena la vida. A veces el poder corrompe. Todo el mundo me decía: "¡Te fuiste dos meses antes del Mundial de Brasil!". Sí, porque si no tengo gobernabilidad, no me quedo. Hay cosas más importantes para mí que estar sentado en un sillón de un palco mirando un partido de fútbol del Mundial. Hay otras cosas que me importan más. Soy feliz, aunque tuve dos años muy complicados. Fue un paréntesis del que me quiero olvidar.