Winders Sianene, un zimbabuense de 34 años, vivió una auténtica pesadilla tras ser perseguido por un elefante. En un intento desesperado por salir de semejante apuro, acabó por pasa del fuego a las brasas.
En un intento por escapar del enorme mamífero, Winders saltó a un río y procuró poner agua de por medio con su perseguidor. Para su desgracia, un cocodrilo vio en él la oportunidad de un inesperado almuerzo y lo atacó.
El hombre fue socorrido por vecinos de su aldea, que ahuyentaron al reptil con palos y piedras. Esto no evitó que Winders sufriera graves mordeduras en ambas piernas y un brazo.
La víctima perdió varias partes de sus extremidades como resultado del ataque, pero sorprendentemente logró sobrevivir al ataque de un animal que, dotado de fortísimas mandíbulas, no suele soltar a sus presas.
Winders contó al periódico Sunday News cómo luchó para salir con vida de la desesperada situación.
“Me senté a horcajadas sobre el cocodrilo y sostuve su cabeza con fuerza, poniendo mi mano dentro de su boca. Sabía que tenía que vivir a toda costa y que los cocodrilos tienen una lengua pequeña, y no quieren que nada los toque allí porque les duele”, explicó.
Aunque sintió un "dolor tremendo" alrecibir las mordeduras del animal, el zimbabuense se mantuvo "enfocado" en su propia supervivencia.
Tras el hecho, que llamó la atención de la prensa local, las autoridades del país publicaron un comunicado destacando el peligro de los ríos de la región.
"Recomendamos que las personas se mantengan alejadas de las vías fluviales y tengan cuidado con ellas. Los ciudadanos no deben pescar en estas regiones, ya que pueden estar infestadas de cocodrilos", decía el mensaje.