Este lunes 21 de abril a las 18:30 horas se realizará un acto en la Iglesia E. Armonía, ubicada en Carlos María Ramírez 840 esquina José Castro, con el objetivo de recordar a las víctimas del genocidio y agradecer a Uruguay por su histórica solidaridad con el pueblo armenio.
El evento es organizado por la comunidad eclesiástica, contará con mensajes conmemorativos y se espera la presencia del presidente Yamandú Orsi.
El hecho
Entre 1915 y 1923, el Imperio otomano perpetró uno de los crímenes más atroces del siglo XX: el exterminio sistemático del pueblo armenio. Hoy, su memoria resiste en la diáspora y en los actos de reconocimiento global.
El 24 de abril de 1915 marcó el inicio de una de las páginas más oscuras de la historia moderna. Aquel día, cientos de intelectuales y líderes comunitarios armenios fueron arrestados en Constantinopla, dando comienzo a un plan sistemático de deportación, persecución y exterminio que duraría años y segaría la vida de entre 1,5 y 2 millones de personas. Ese episodio, conocido como el genocidio armenio (Hayots tzeghaspanutiun), dejó profundas huellas no solo en Armenia, sino en todo el mundo a través de una vasta diáspora forzada a huir para sobrevivir.
El genocidio fue ejecutado por el Comité de Unión y Progreso, que gobernaba el Imperio otomano en el contexto de la Primera Guerra Mundial. Bajo el pretexto de “seguridad interna”, el régimen otomano ordenó deportaciones masivas, confiscación de bienes, asesinatos en masa, violaciones y marchas forzadas a través del desierto sirio. Los deportados, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, fueron obligados a caminar cientos de kilómetros en condiciones extremas, sin alimentos ni agua, lo que provocó incontables muertes por inanición, enfermedad o violencia.
Aunque se centró en los armenios, el genocidio también afectó a otros grupos cristianos del Imperio, como los asirios y los griegos pónticos. Varios historiadores consideran que estos crímenes forman parte de una política más amplia de limpieza étnica y homogeneización del Estado otomano en declive.
El término Mets Yeghern (El Gran Crimen), utilizado por los armenios para referirse al genocidio, simboliza no solo la brutalidad de los hechos, sino también la herida profunda que persiste más allá del tiempo. Como resultado de esta tragedia, la población armenia se dispersó por los cinco continentes, formando comunidades activas que, hasta el día de hoy, luchan por el reconocimiento y la justicia.
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