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Satdjian: “Yo no me acostumbro a tener esa cantidad de uruguayos muertos todos los días”

El 2 de Salud Pública es un dirigente de confianza del presidente. Dice que se realizan la mayoría de recomendaciones del GACH.

13.05.2021 10:53

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2021-05-13T10:53:00-03:00
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Por César Bianchi

Fotos: Javier Noceti


En su familia eran comerciantes. El pequeño José Luis se crio viéndolos trabajar: su padre era carnicero, y su madre ama de casa, pero trabajaba con su marido. Cuando José tenía 6 años su padre pasó a tener un reparto de alfajores, y él iba con ellos a trabajar. Su madre se tomaba un ómnibus al mediodía y lo llevaba de La Curva de Maroñas hasta la escuela Artigas en Brazo Oriental. La palabra "trabajo" le resulta muy cara a José Luis Satdjian. En parte por ser descendiente de armenios, una colectividad caracterizada por el esfuerzo y el sacrificio. En parte, como vemos, por herencia familiar.

Quizás por eso en la casa de sus padres tiene encuadrado un tique, un tique común y corriente, impreso por una calculadora. Fue el primer "recibo" de sueldo como cajero de una red de cobranzas, por allá por 2003, cuando tenía 19 años, en los albores de su carrera laboral. Lo enmarcó para verlo cada tanto y recordar cuando todo empezó y trabajaba 12 horas por día para ayudar a sus padres, tras la crisis.

Hoy con 36 años Satdjian es el viceministro de Salud Pública, el ministerio que acapara más minutos en TV y más tinta en diarios, por culpa del Covid-19. Es un hombre de confianza del presidente -él, Martín Lema y Nicolás Martinelli apuntalaron la carrera presidencial de Lacalle Pou cuando era diputado por Canelones- y trabaja 14 horas diarias en yunta con el neurólogo Daniel Salinas.

Satdjian dice en su despacho que el gobierno ha seguido "la mayoría" de las recomendaciones del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), que "las restricciones que se tomaron fueron las correctas" y que todos los días se angustia cuando llega el boletín con los fallecidos por coronavirus. También afirma que el sistema de salud "nunca" estuvo saturado, aunque sí comprometido. Y que la cartera ya piensa en la salud pos-pandemia.

-¿Qué querías ser de chico cuando fueras grande?

-No lo tenía muy claro... Cuando fui creciendo, ya en el liceo, me atrajo el sentido de la justicia. Por ahí tenía una veta de abogacía, que no seguí, porque hice Licenciatura en Administración y Gerencia de Empresas, pero sí tenía una inclinación por lo que era justo. En la forma de ser y pensar.

-Tenés formación en administración de empresas. ¿Por qué elegiste ese camino?

-Porque creo que es la carrera más completa, que te da habilidades y te enseña a gestionar cualquier ámbito o cualquier situación que te enfrentes. Con esa licenciatura adquirís habilidades para gestionar no solo empresas, también organizaciones. Podés gestionar la actividad pública, la actividad privada comercial, establecimientos. Podés gestionar recursos. Y me sirvió también para la actividad política, y para el lugar donde estoy ahora.

-La política llega con el impulso de la amistad con Martín Lema y Nicolás Martinelli. Pero, ¿cuál fue el germen, el puntapié inicial, hace 16 años?

-A Martín lo conocía de Las Toscas (yo era de Villa Argentina), veraneábamos relativamente cerca. Y siempre que nos veíamos charlábamos sobre la situación del país, la evolución del país, y coincidíamos en que éramos críticos al gobierno (del Frente Amplio). Con el tiempo lo encuentro y él estaba formando un grupo con Nicolás Martinelli y otros jóvenes (fue por 2006) y me invita a formar parte. La idea era apoyar al diputado en Canelones, Luis Lacalle Pou. Idas y vueltas con Luis, porque lo fuimos a buscar y al principio dijo que no, después fue "bueno chicos, arranquen y nos vamos conociendo", hasta que después se dio. Fuimos armando el grupo, después cada vez más, después más. Surgió la oportunidad de presentarnos a las elecciones de jóvenes del Partido Nacional en 2007 con un esfuerzo muy grande de militancia. En 2008 formamos la 404. El 11 de setiembre de 2008 tuvimos el primer acto en el club Defensor Sporting. Y desde ahí, siempre con Luis, en la actividad política.

-¿Cómo es eso de que con ellos organizaban fiestas con bandas tropicales donde alquilaban barras y vendían rifas, como publicó El Observador?

-Era parte de las cosas que hacíamos para financiar la agrupación. Era todo para recaudar fondos para pagar las listas, pagar volantes, hacer banderas, hacer reuniones, echar nafta en el auto para poder recorrer. Todo para financiamiento de la agrupación. Pusimos barras, sorteábamos DVDs, hacíamos actividades de todo tipo para financiar la actividad de jóvenes. Estábamos todos estudiando y trabajando cada uno por la suya, pero fue todo a esfuerzo de esas actividades para la militancia.

-¿Eran de cuna e ideología nacionalista en tu familia?

-Mi familia es de los partidos tradicionales, blanco y colorado. Yo siendo más joven tuve algún acercamiento con una agrupación del Partido Colorado, pero nada, algo muy fugaz. No tuve militancia activa. Fue leyendo la historia, aprendiendo y escuchando que sentí lo que es ser blanco, ser nacionalista. Uno que estudia la historia del país, no hay otra opción que ser blanco: el amor a la patria, el sentimiento del nacionalismo, los grandes caudillos que tuvimos en el Partido Nacional. Ni hablar Aparicio Saravia, la pelea no por el poder, sino por la transparencia en las elecciones y la igualdad de oportunidades. Y sumale toda la rica historia que tenemos en uno de los partidos más viejos del mundo.

-Ustedes, desde la 404, fueron la agrupación que propulsó a Lacalle Pou a la presidencia. Fueron los primeros que creyeron en él. ¿Cómo lo ves hoy como presidente, a casi un año y medio de gestión?

-(Es) un gran presidente... un gran presidente. Al tener la visibilidad de la presidencia, y poder demostrar en hechos todo lo que nosotros y él mismo ha anunciado, ahora se ve materializado lo que nosotros veíamos en Luis en aquellos años. El sentido de humanismo que tiene, la gran persona (que es) y el líder que es para tomar decisiones, aún en los momentos más difíciles. Como presidente, Luis es un gran ser humano, un gran líder y está demostrando ser el gran presidente que pensamos que sería.

-Asumiste como subsecretario de Salud Pública, un ministerio que históricamente suele tener un perfil más bajo, y no ser de los más importantes (como sí lo son el Ministerio del Interior o Economía), pero la pandemia puso a la cartera bajo el foco y la puso a prueba, ¿Cómo evaluás la gestión del ministerio?

-Salud no era de las principales prioridades de la gente, como vos decís. Eran educación, seguridad, economía, trabajo. Creo que la pandemia demostró la importancia de la salud pública, que sin salud vos no podés estudiar, no trabajás, no podés sociabilizar. En definitiva, la salud es lo más importante que tenemos las personas. Con respecto al ministerio, entramos y era todo nuevo, obviamente. Comenzamos un gobierno con ideas, proyectos, todo para transformar, y a los 13 días nos llegan los primeros casos y la pandemia de coronavirus. Creo que este año de gestión ha demostrado que el MSP ha sido quien toma el liderazgo de la pandemia, y ha sido a base de mucho esfuerzo y mucho trabajo, desde los jerarcas, los funcionarios, todos lo que construimos el ministerio, de Montevideo y de todo el país, porque cuando surgen brotes en Rivera, en Artigas o Salto, ahí están los funcionarios de Salud Pública de esos lugares, los directores nacionales y los que están en esos departamentos.


"El sentido de humanismo que tiene, la gran persona (que es) y el líder que es para tomar decisiones, aún en los momentos más difíciles. Como presidente, Luis es un gran ser humano, un gran líder y está demostrando ser un gran presidente"

Y creo que el ministerio se ha caracterizado por estar delante de los problemas. Cuando el problema eran los residenciales, rápidamente diseñamos un plan para control de residenciales, cuando el problema estaba en la frontera, nos movimos hasta allí y generamos acuerdos con Brasil, generamos estrategias para controlar la frontera, cuando el problema era la escasez de tests, que era un problema mundial, desarrollamos en conjunto con el Instituto Pasteur, la Udelar y desarrolladores privados, el test nacional. O la escasez de respiradores, y también ampliamos el parque de camas de CTI de 625 que había cuando llegamos al ministerio y hoy estamos arriba de 1.040. Ha sido más de un año de esfuerzo, de gestión, y de adelantarse a los problemas.

-Daniel Salinas fue mirado de reojo desde el inicio, sobre todo por venir fuera de la política y ser propuesto por Cabildo Abierto. Sin embargo, es el ministro que recoge más simpatías y apoyos al día de hoy. ¿Cómo ha sido tu relación con él?

-Desde el principio tuvimos una muy buena relación, personal y laboral. Hemos construido un vínculo en este tiempo, que también ha ayudado para la evolución de trabajo que hemos tenido en el ministerio. Con Daniel tenemos una diferencia generacional, diferencia en la formación, Daniel es médico, un excelente profesional, y yo más enfocado en la gestión y la administración. Y yo tuve actividad política, al haber pasado por el Parlamento. Nos complementamos, tenemos una excelente relación. Está puerta que está acá (la señala) da al despacho de él, así que al final o al comienzo de cada día neteamos la información, intercambiamos la información, y por lo general las decisiones son conversadas. Por lo general, siempre acordamos en todo.

-¿Cuál fue el peor momento que viviste, hasta ahora, en el ministerio?

-Te digo dos. Uno es el 13 de marzo de 2020, todos nos acordamos de ese día. Yo estaba sentado acá (señala una mesa), tenía una reunión tipo tres de la tarde con Antel y me caen algunos mensajes diciendo que ya había cuatro casos. Ahí se me vino el plafón al piso... Fue un sentimiento de angustia, porque se materializaba lo que estábamos viendo que sucedía en otros países, las imágenes terribles que llegaban de Europa, de Asia, la pandemia cómo golpeaba a los países y cómo causa estragos. Era ver cómo eso llegaba a nuestro país. Y bueno, estábamos expectantes y deseando que no llegara. En el fondo sabíamos que no había chance de que no llegara. Pero rápidamente esa angustia se transformó en rebeldía. Fue decir: "Bueno, esto llegó a nuestro país, hay que enfrentarlo y lo vamos a enfrentar todos juntos. Y si acá estoy es porque me toca a mí estar en este lugar para tomar las decisiones y trabajar sin descanso para actuar en este momento".

La otra fecha fue al año, el 12 de marzo de 2021, cuando falleció el compañero del Partido Nacional, Andrés Abt. No era tan amigo como mis compañeros de lista, pero lo conocía mucho. Todas las muertes son dolorosas e injustas, uno quiere, desea y trabaja para que no sucedan, pero el fallecimiento de Andrés nos quedó a todos marcado...

-En algún momento me dijiste que "la vieron venir" a la pandemia...

-Sí, la vimos venir. El 11 de diciembre de 2019 a las 15 horas el presidente (electo) me llama para proponerme o anunciarme que iba a estar en el MSP. Ese cuadro (señala un cuadro en la pared con un cielo, que podría ser cualquier cielo, cualquier día) tiene la hora y el cielo de Uruguay en ese momento, el 11 de diciembre a las tres de la tarde. Y con Daniel empezamos a trabajar a los poquitos días. Empezamos a trabajar en el armado del equipo, terminando varios proyectos... El 31 de diciembre aparecen los primeros casos de coronavirus en China, acá se empieza a hablar de coronavirus la segunda semana de enero (de 2020) y en febrero, los primeros días de febrero, ya la veíamos venir. Ya se veía venir. Ahí cambiamos el eje de la preparación para enfrentar la pandemia. Empezamos a prepararnos y formarnos para enfrentar lo que se venía. Empezamos a hablar con los gremios, con expertos, con profesionales, y preparar el país viendo lo que pasaba en el mundo.

-Es curioso que digas eso, porque en febrero de 2020 (terminaba el gobierno de Vázquez), quien estaba en tu cargo, Jorge Quian, minimizó el impacto de la pandemia y dijo: "El MSP está más preocupado por el dengue y el sarampión que por el coronavirus".

-Tuvimos diferentes visiones. Te puedo hablar por lo que hicimos nosotros, que fue prepararnos desde febrero, porque la veíamos venir. Y le pedimos al ministerio el plan de contingencia para enfrentar el coronavirus, lo pedimos por escrito antes de asumir. Se publicó el plan de contingencia el 28 de febrero, de tarde. Cuando llegamos lo tuvimos que reescribir rápidamente. Y la primera acción que tuvimos en el MSP, el martes 3 de marzo a las 9 de la mañana convocamos a una reunión urgente con todos los actores involucrados en el combate a la pandemia: los gremios, la Udelar, el Ministerio del Interior, Ministerio de Defensa, el Instituto Pasteur, para prepararnos para lo que se venía. Y trabajamos a contrarreloj para elaborar un nuevo plan de contingencia, a que a luz de lo que pasó, nos preparó para enfrentar el virus.


"Los primeros días de febrero (de 2020) ya la veíamos venir. Ahí cambiamos el eje de la preparación para enfrentar la pandemia. Empezamos a prepararnos y formarnos para enfrentar lo que se venía. Cuando llegamos tuvimos que reescribir el plan de contingencia"

-Desde hace un tiempo se han alzado voces -desde la oposición, pero también desde la comunidad científica- que piden más restricciones a la movilidad. ¿No se necesitan más limitaciones a la movilidad?

-Yo creo que las restricciones que se tomaron fueron las correctas: las medidas de aislamiento de alto impacto que ser tomaron en marzo de 2020, y luego siguieron a lo largo del año, más las que se tomaron en noviembre y diciembre cuando tuvimos un aumento de casos, y ahora en marzo con el aumento que hubo en la última etapa, fueron las correctas. En estos días estamos viendo cómo se estás "meseteando" esa curva de contagios, y también por indicadores internacionales que indican a Uruguay como unos de los países con más medidas restrictivas han tomado.

La discusión más medidas, menos medidas... A esta altura, todos hemos aprendido lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer. Y ahí entra el concepto de libertad responsable, que ha manejado tan bien el presidente. Me parece que fueron acertadas las medidas, han tenido resultado, tienen resultado, y ahí le toca a Presidencia de la República cómo administrar esas medidas que son sanitarias, laborales, económicas y educativas.

-¿El gobierno le hace caso al GACH?

-(Piensa) Yo creo que sí, en líneas generales. Son los expertos que están asesorándonos. El GACH desde que se formó viene teniendo y tiene un aporte invalorable, que los principales científicos y técnicos estén dando su tiempo, sus recursos, su intelecto, para beneficio del país, es extraordinario. Creo que este año ha tomado trascendencia lo que es la comunidad científica y el aporte que tiene. Creo que la evolución que ha tenido Uruguay ha sido en ese sentido, cuando la comunidad científica desarrolló los tests nacionales, después hubo una iniciativa en cuanto a respiradores, todos los asesoramientos y los informes del GACH que han surgido...

-El virólogo Gonzalo Moratorio dijo el 24 de marzo: "Nosotros pusimos ‘el diario del lunes' el 7 de febrero". Da la impresión que el gobierno le hacía más caso a las recomendaciones del GACH en el 2020, no tanto en este 2021.

-A mí no me da esa impresión. Yo creo que en el 2021, si vos mirás los informes del GACH, la gran mayoría de las cuestiones que el GACH propone, se realizan. La gran mayoría. Yo creo que el GACH sigue con su claridad informando, asesorando, y el gobierno ha tomado las resoluciones al respecto.

-¿No hemos llegado a normalizar las cifras de 50 o 60 muertos por día? ¿No estamos anestesiados?

-Mirá, yo espero el informe todos los días de tarde. Durante el día le voy haciendo seguimiento a las cifras, a cada rato. Y cuando llega el reporte de fallecidos es angustiante. Yo no me acostumbro a tener esa cantidad de uruguayos que fallezca todos los días. Por más que se pueda decir que es una pandemia, y si uno pasa raya en este año y pico, Uruguay está dentro de las menores tasa de letalidad y la menor cantidad de fallecidos. Pero yo no me conformo con eso; los muertos duelen. Y esos números que vemos en cada informe son padres de alguien, hermanos o abuelos de alguien, y nos tiene que obligar a ser mejores. Cuando llega el informe y vemos números dramáticos, yo al otro día me levanto más temprano, trato de estar más concentrado y de tomar mejores decisiones para combatir el virus. Ese es el espíritu que predomina en el MSP. No es de conformismo, es de compromiso.

-Uruguay pasó de ser titular en diarios internacionales por el buen manejo de la pandemia, y ser ejemplo mundial, a ser titular en los diarios por la mayor cantidad de contagios nuevos de acuerdo a nuestra población, o la cifra más alta de fallecidos de acuerdo a la población. ¿Cómo se explica? ¿Solo por la cepa P1?

-Creo que Uruguay tuvo dos pandemias. Una hasta octubre del año pasado, y otra de octubre de 2020 para acá. Hasta octubre del año pasado teníamos comportamiento de tipo brote. Surgía un brote y rápidamente se actuaba y se apagaba, con un esfuerzo local, del MSP y medidas que se tomaban para apagarlo. Desde octubre y noviembre ha habido un incremento de casos, que luego bajaron en enero y febrero. Y luego lo que todos vimos a partir de marzo, que este incremento que ahora se está "meseteando" y cayendo la cantidad de activos diarios. También desmitifica aquello de que en Uruguay teníamos algo extraño que explicara la evolución que teníamos en el pasado. Había gente que no se explicaba la evolución de Uruguay. Bueno, con la evolución que tenemos ahora queda demostrado que no teníamos nada raro, sino que era el comportamiento de la gente. Entonces, la evaluación la vamos a hacer cuando todo termine. Al final podremos hacer una evaluación de lo que fue esta pandemia en Uruguay, una amenaza, una pandemia que ocurre cada 100 años, que nos toca a nosotros enfrentar. Ahora, el día a día y minuto a minuto es concentrarnos en trabajar para bajar esos casos.


"En líneas generales el gobierno le hace caso al GACH. Creo que en el 2021, si vos mirás los informes del GACH, la gran mayoría de las cuestiones que el GACH propone, se realizan. La gran mayoría"

-La vacunación es un punto alto, un éxito del gobierno. ¿Cómo está hoy?

-La vacunación viene muy bien. Uruguay avanza a muy buena velocidad de vacunación, vacuna a más de 65.000 personas por día (más del 2% de la población objetivo por día). Nos está posicionado en los primeros lugares a nivel mundial de velocidad en vacunación. Se ha conseguido una cantidad de vacunas suficientes para toda la población. Eso nos da mucha tranquilidad de tener aseguradas las dosis para los uruguayos que quieran vacunarse. Y que viene siendo satisfactoria, se viene avanzando y los resultados se están empezando a ver.

-¿Se vacunará a los menores de edad?

-Nosotros trabajamos con la Comisión Nacional Asesora en Vacunación, que es la comisión que está en el MSP hace decenas de años asesorando en materia de vacunación. Se ha conformado una comisión más amplia con la Udelar y con el GACH, y ellos están estudiando el tema y nos asesorarán, para saber si la vacunación se extiende a los menores o no. Ya el ministro Salinas anunció que iría para ese lado. Él ya dijo que una vez que se avance con los mayores de 18, probablemente se siga con los menores.

-¿Nunca llegaron a saturarse los CTI en el sistema de salud?

-Hasta este momento no. Hubo saturaciones puntuales en localidades u hospitales, puntuales. El sistema ahí tiene que funcionar como sistema, y lo hemos hecho funcionar como sistema. ¿Qué quiere decir? Que si no hay camas disponibles en Rivera, se traslada a Tacuarembó, y si no hay en Tacuarembó, se traslada a otro lado. Hay un muy buen sistema de traslado en Uruguay. ASSE ha hecho un esfuerzo muy grande en adquirir ambulancias especializadas para traslado, en base a donaciones e inversiones. El sistema hay que verlo como tal, no es por departamento o por hospital.

-Recuerdo dos conferencias con la firma de más de 20 agrupaciones de la comunidad científica, sumando al Sindicato Médico del Uruguay, que decían que el sistema ya estaba saturado. Tú decís que esto nunca pasó, nunca se saturó el sistema.

-Según los parámetros que maneja el GACH y que maneja el MSP, el sistema de salud no estuvo saturado, sí estuvo comprometido.

-Miguel Asqueta, director nacional de Salud, decía este fin de semana que estamos en "una meseta" en cuanto a casos, ingresos a CTI y muertes. ¿Qué se espera después de esa meseta?

-Los ingresos a CTI y los fallecimientos tienen un retraso con respecto a los casos. Aproximadamente 18 días después de la evolución de los casos tú ves el aumento o descenso de los internados y los fallecimientos. Es previsible que con esta cantidad de casos que venimos teniendo haya un descenso en los CTI y en los fallecimientos. También sumado a la vacunación. Ya se comienzan a ver los efectos en la población vacunada, lo que haría que disminuyan los fallecimientos.

-¿Ya se han puesto a pensar el MSP pos-pandemia?

-Sí, seguro. Es lo que te decía: nos obligamos a estar antes de los problemas. Ya venimos pensando en la salud pos-pandemia, no en el ministerio. Por eso hemos retornado a la presencialidad en las consultas a partir del 17 de mayo, le hemos pedido a los prestadores un plan de normalización de los atrasos que puedan haber existido. Y hemos avanzado en las líneas de trabajo que teníamos desde antes de asumir el MSP. Eso viene todo encamino y de forma paralela a la pandemia. Nuestra gestión no empieza y termina con la pandemia, y la salud es mucho más amplia que el coronavirus, y refiere a mucha más atención que la pandemia.


"Uruguay avanza a muy buena velocidad de vacunación, vacuna a más de 65.000 personas por día (más del 2% de la población objetivo por día). Nos está posicionado en los primeros lugares a nivel mundial de velocidad en vacunación"

-¿Cómo te cambió la vida y el día a día el ministerio?

-Yo ya sabía que era un desafío muy grande, el mayor desafío de mi vida. Tener 35 años y asumir un ministerio (como viceministro), asumir la responsabilidad de formar parte de un gobierno y el honor de trabajar para el país. Si a eso le sumamos la pandemia, es una mochila que me colgué el 1° de marzo de 2020 y que la llevo con mucho orgullo y mucho honor, por trabajar para los uruguayos. Me cambió la vida en el sentido que le dedico muchísimas horas, muchísimo esfuerzo y trabajo, como todos los uruguayos, porque esto nos ha puesto a prueba a todos. Por ahí los comerciantes, obreros, trabajadores de todo tipo, este año dieron un esfuerzo extra, todo los hicimos como sociedad. Yo siento que tengo que acompañar ese esfuerzo y lo hago con mucha responsabilidad.

-¿Qué significa para vos tener raíces armenias?

-Para los armenios en Uruguay es muy importante cómo el país abrió las puertas para nuestros abuelos. Nuestros abuelos venían escapados de la guerra, del terror, las masacres, venían perseguidos, y llegaron acá sin saber hablar, sin saber escribir, con lo puesto, a desarrollarse en una tierra de oportunidades. Los armenios siempre vamos a estar agradecidos con Uruguay por haberle abierto las puertas, y éstos le dieron su trabajo al desarrollo del país. Nuestro país se hizo de inmigrantes. En esa condición de uruguayo con raíces armenias creo que la colectividad armenia se caracteriza por el sacrificio, por el esfuerzo, por querer salir adelante. No solo por los inmigrantes armenios sino por la tierra armenia. Armenia es una tierra que siempre estuvo amenazada por invasiones, porque nos quisieron exterminar. Está en una zona geográfica que es muy importante por el pasaje comercial. Es innato en los armenios el sacrificio, el querer salir adelante y en definitiva, es lo que nos inculcaron nuestros abuelos y nuestros padres.

-¿Por qué tenés en la casa de tus padres tu primer recibo de sueldo enmarcado?

-¡¿Quién te dijo eso?! (Se ríe) Tengo el primer recibo de sueldo, que es un tique de la calculadora... Era cajero en Abitab, es del año 2003, después de la crisis. Yo tenía 19 años, había dejado el liceo y me puse a trabajar para darle una mano a la familia en casa. Trabajaba 12 horas por día, de 12 a medianoche, y la semana siguiente de 10 a 22 horas, y también fin de semana. ¿Y por qué lo tengo enmarcado en los de mis padres? Porque eso muestra de dónde arranqué a trabajar, y cómo eso me ayudó a formarme. Lo que soy, lo que me hice, los golpes que todos nos llevamos en la vida y cómo me fui preparando para hoy afrontar este desafío. Trato de dar lo mejor de mi y ser mejor persona. Lo que aprendí de la política también, es eso: ser mejor persona.


"La colectividad armenia se caracteriza por el sacrificio, por el esfuerzo, por querer salir adelante. Armenia es una tierra que siempre estuvo amenazada por invasiones, porque nos quisieron exterminar"

-En ese primer trabajo metías 12 horas diarias. ¿Hoy?

-Hoy más... hoy más.

-¿Sos feliz?

Sí, re. Más allá de los bajones que todos tenemos, de las situaciones complicadas que en el ministerio están habiendo, soy feliz con la vida que tengo.

Por César Bianchi