Tres días después de haberle presentado la renuncia al presidente Luis Lacalle Pou, Santiago González comenzó a recorrer diferentes barrios de Montevideo. Es que, según asegura, pese a no estar más al frente de la dirección de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior, su celular seguía sonando y del otro lado escuchaba diferentes problemas que aquejaban a los vecinos capitalinos. 

Del riñón del fallecido Jorge Larrañaga, González afirma en entrevista con Montevideo Portal que entiende a la política como un brazo creado para solucionar los inconvenientes de los uruguayos. Y, en esta etapa de su vida como militante, concentra los esfuerzos en la capital a través de un grupo al que bautizó como Juntos por Montevideo. 

Su salida del Ministerio del Interior se dio luego de que se comprobara que utilizó servicios del Hospital Policial, pese a que no estaba autorizado. Al comienzo desmintió la información publicada por medios de prensa, pero días después reconoció que se había equivocado y pidió perdón. 

Y perdón es una palabra que González repite, porque le da particular importancia debido a su creencia católica. “El otro día estaba en una misa con mi familia y el cura hablaba del perdón, pero no solo de perdonar a los demás, sino de perdonarse a uno mismo”, recordó. 

¿Cómo evalúa su salida del Ministerio del Interior? 

La evalúo con la responsabilidad que debía de tener, con la seriedad y habiendo asumido la responsabilidad, la culpa. Pedí disculpas y pagué lo que tenía que pagar, no solo en el sentido político con la renuncia sino pagando lo que yo no debía haber utilizado. Mirá, en esto no hay nadie que sea más duro conmigo mismo que yo. Le fallé a mucha gente, entre ellas a mi familia, y hace seis meses que estoy todos los días trabajando para nuevamente ser de confianza de la gente. Cometí un error, las disculpas las pedí de todo corazón e hice lo que podía hacer para arreglar lo que debía arreglar. 

¿Pudo encontrar algún motivo de por qué cometió el error? 

No, los errores se cometen. Todos cometemos errores, pero las personas públicas los cometen públicamente. Todos cometemos errores y creo que no nos andamos preguntando constantemente por qué cometiste el error.

“Pedí disculpas y pagué lo que tenía que pagar, no solo en el sentido político con la renuncia sino pagando lo que yo no debía haber utilizado.” 

Pero algo tiene que haber reflexionado al respecto, ¿o no? 

Pero en la vida cometemos errores. El otro día fue la misa de egreso de mi segunda hija de 6° de liceo. Y el cura venía hablando en la homilía y decía algo del perdón. Hablaba de pedir perdón, yo creo mucho en el perdón, y decía de perdonarse a uno mismo. Uno tiene que soltar el tema y ta... cometí un error. La vida sigue y creo que le di a mi actividad en el ministerio todo lo que había para darle. No necesariamente tenés que tener una respuesta a por qué pasó tal cosa.

¿Se sintió respaldado políticamente? 

Cuando le presenté mi renuncia al presidente de la República tuve una muy linda charla y le agradecí mucho. Pero no es que tenga respaldo, es el agradecimiento por presentar una renuncia ante un hecho que no era el mejor. Nada más. Los hombres políticos también sabemos que las cosas suceden y uno no debe enojarse. 

¿Cómo fue la relación con el por entonces ministro Luis Alberto Heber? 

Muy buena, yo le tengo un gran cariño a Luis Alberto y valoro enormemente que haya aceptado algo para lo cual no estaba preparado. Él estaba preparado e hizo una transición para ser ministro de Transporte, y sin embargo no le sacó el cuerpo al presidente y le dijo que sí. Yo le mandé un mensaje cuando pasó lo último [relacionado a su renuncia por el caso de Sebastián Marset], le mandé un abrazo porque creo que dio todo lo que había para dar. 

¿Fue difícil ocupar el lugar que dejó Jorge Larrañaga?

Fue difícil sí, sigue siendo muy difícil. Jorge fue el mejor ministro del Interior en muchísimos, pero muchísimos años. 

Hay un ejercicio que es contrafáctico sobre qué hubiera pasado con el manejo de las últimas polémicas en el Ministerio del Interior si siguiera Larrañaga. ¿Usted lo piensa? 

No, no. No me gusta ponerlo a Jorge —que no está— en un lugar que no está. Creo que es injusto para todos: para los que estuvieron y para el que no está. Creo que generó una expectativa brutal en la transición y cumplió con creces en los 15 meses. Y eso en los políticos se da muy poco, mucho menos en la Policía. 

Hubo denuncias por acoso y maltrato laboral contra usted, ¿en qué quedó eso? 

Yo no tengo ninguna denuncia, ningún fiscal me llamó. ¿La de hace tres años? 

Exacto. 

Es que nunca fui citado por la Fiscalía. Es un hecho... yo no puedo hablar de algo que no tengo idea. Ni siquiera se me comunicó. 

¿Pero la versión que se dio públicamente si la sabe?

Reitero, yo no sé. 

¿No la conoce? 

Pero, reitero, no sé de qué se me acusa. No me puedo defender de algo que no sé. 

¿Siempre tuvo un trato cordial con los denunciantes? 

Han pasado casi tres años. Yo no tuve ningún problema con nadie, no tengo ninguna molestia con alguien y espero que no la tengan conmigo. En sí, yo no tengo mucha respuesta. Está todo bien que me preguntes, pero es medio rara la pregunta y mi respuesta. La pregunta es rarísima porque soy la única persona que se me pregunta desde hace tres años, a nadie más se le pregunta. Yo entiendo que Montevideo Portal hizo el seguimiento en su momento, pero después no ponían una vez por semana que a mí nadie me citaba. 

Está diciendo que hubo un ataque mediático. 

No, no por favor, yo no hago juicio de nada. Digo que se cubrió mucho eso, pero nadie nunca me citó.

¿Tampoco se preguntó en algún momento por qué alguien lo denunciaría? 

¿Sabés la cantidad de cosas que tengo para hacer? Yo qué sé, no sé. Yo no tengo problema con nadie. He trabajado con todo el mundo, cada tanto pasa eso. Hay alguien que dice algo enojado, molesto. 

Foto: Javier Noceti/Montevideo Portal

Foto: Javier Noceti/Montevideo Portal

¿Cuándo volvió a militar? 

A los tres días [de renunciar] me fui a un merendero en Maracaná Norte, porque se inundaba. Lo que pasa es que mi teléfono seguía sonando con los mismos problemas que antes. Nunca tuve tantos mensajes en mi vida de gente que me preguntaba por qué había renunciado. Y a todos les expliqué por qué. Ahí empecé a recorrer Montevideo y le dediqué todo el día, todas las semanas. 

¿Cuál es el objetivo de Juntos por Montevideo?

Es un movimiento político que hace que los montevideanos se sientan representados y sepan con quién pueden hablar. Que los barrios tengan representación, tanto de organizaciones sociales, civiles, religiosas, y de dirigentes políticos con los que estamos trabajando. Yo siento que a nuestro partido le falta un espacio político que se dedique a trabajar exclusivamente en Montevideo. 

Lo había hecho con Laura Raffo a la cabeza. 

Sí, pero ahora le está faltando. Y en estos cinco años que somos gobierno, creo que mi mayor aporte es estar en el terreno. ¿Cuántos votos puede tener una agrupación así? Desconozco, porque lo que hago todos los días es intentar ampliar las bases. 

¿Tienen nombres para llevar a un candidato a intendente? 

Se verá qué decide el partido. Me gustaría que el candidato conozca como la palma de la mano Montevideo. La gente lo que debe de saber es que el candidato haya ido a su barrio, que haya caminado las calles. Pero no cuando faltaban 10 días para la elección. Eso sería lo que me gustaría. Honestamente, después de más de 30 años de gestión del Frente Amplio en Montevideo, en vez de ser una ciudad de punta, se hacen cosas que demuestran que nadie sabe qué es Montevideo. La bicisenda esta que están haciendo en 18 de Julio claramente es que no se tiene la más remota idea. 

De fondo está haciendo la misma crítica que hace Carolina Cosse al gobierno nacional: la falta de rumbo. 

Pero es que la ingeniera Cosse es intendenta de Montevideo. Se ha olvidado de su rol, se ha olvidado por lo cual la gente le paga el sueldo. Ella hoy es candidata nacional, entonces sabe de Bella Unión, de los tratados internacionales. Bueno, tiene que hacer veredas en Casabó, tiene que hacer que la gente no deba andar en silla de ruedas por la calle. Cuando me hablan de un Montevideo inclusivo, la gente no tiene por qué andar en la vereda. Anda al lado del ómnibus o del auto, porque la periferia no tiene veredas. ¿Cuál fue la política de la intendencia? ¿Cuáles son las grandes obras que se han hecho? Se pusieron árboles en 18 de Julio, ahora se pone una ciclovía. ¿Hacia dónde apunta? Yo no logro entender cuál es la definición de este gobierno municipal para decir este es nuestro sello. 

Ahí al Partido Nacional le puede caber una crítica, porque con Raffo a la cabeza tenían la oportunidad de hacer un proyecto a largo plazo. 

Laura está en todo su derecho a ser candidata a presidenta, totalmente. Lo que pasa es que los proyectos son más largos que una elección; ese es un tema. Vos podés perder una elección, pero te queda plantado una semilla para la que viene. A veces es difícil el candidato a Montevideo porque se parte de la base que va a perder. Bueno, deberíamos primero cambiar la cabeza. No es una crítica a Laura, ojo, pero es como me parece que es la realidad.

¿Está asumiendo ese rol? 

Para nada. Yo soy militante de una agrupación en Montevideo. 

¿Y si el partido así lo decide? 

Por ahora no está encima de la mesa. El partido es la bandera más grande que tenemos y los lugares en los que me pida que esté, sería muy difícil que yo le diga que no. Sea el lugar más chico, hasta el más grande. Pero no está dentro de mi análisis. 

Un rol bastante larrañaguista. Un militante-caudillo. 

Fue mi gran líder, lo siento así. Trato de hacer lo que hizo toda su vida. El estar para mucha gente es mucho más de lo que uno cree. A veces es imposible, pero [se trata de] hacer todo lo que esté al alcance de uno. Hasta salir a caminar en el barrio —muchas veces estigmatizado— a cualquier hora a conversar con los vecinos.

¿Tiene definido si apoyará a Álvaro Delgado o Laura Raffo?

Yo he dicho desde hace mucho tiempo que para mí el mejor candidato es Álvaro Delgado, pero no solamente para el Partido Nacional. Yo creo que se da un tiempo distinto. Hoy el mejor candidato es el que logre mantener y llevar adelante un gobierno de coalición. Creo que Delgado ha hecho todo el camino que debe de hacer un político, primero para tener legítimamente la chance de ser candidato a presidente. Él no es un paracaidista, al contrario, hizo toda la carrera legislativa y la verdad que ha llevado adelante un trabajo muy pero muy bueno desde la Presidencia. 

¿Y Raffo no es paracaidista?  

Yo creo que no, ella es de una familia blanca, una referente económica. 

No tuvo nunca un cargo público. 

No necesariamente tiene que tenerlo, hay distintas maneras. Considero que Laura Raffo sería una gran candidata, de otra manera, pero la considero una mujer muy pero muy inteligente. 

¿Cómo vio el caso Penadés y los respaldos del presidente Luis Lacalle Pou y del exministro del Interior Heber? 

Lo que pasa es que cuando él señaló, yo justo había ido a radio Sarandí ese mismo día, y eran comentarios de una persona. No tenía la más remota idea, como creo que varios, y ahí se hace el juicio de valor. Una persona dijo tal cosa, lo aclarará él. Todo lo que vino después es espantoso, todo es espantoso. No tiene nada que ver con la política, tiene que ver con un corrimiento de seres humanos como hay en tantos lugares del mundo. 

¿Cómo ve la marcha del Ministerio del Interior? 

A nosotros nos pidieron cambiar la realidad. Creo que hubo cambios muy positivos, pero por supuesto nos queda profundizar políticas y hay muchos temas en los que tenemos que seguir trabajando para disminuir los delitos, para que haya más presencia policial. Se han hecho cosas muy buenas en materia de combate al microtráfico. Sería bueno ver si el Frente Amplio va a derogar la LUC [Ley de Urgente Consideración], si se va a poder insultar de nuevo a un policía, si se va a prohibir frenar autos y ver qué pasa adentro. A mí me gustaría saber qué va a hacer el Frente, porque como estuvo en contra de la LUC, calculo que la va a sacar.