Salían de un asado con amigos: qué se sabe de los jóvenes que chocaron en Maldonado

La Fiscalía de Maldonado, a cargo de Jorge Vaz, realiza las primeras pericias junto con la Policía tras el siniestro de tránsito ocurrido el pasado fin de semana a la altura de Camino de los Arrayanes.

Producto del choque, dos jóvenes de 18 años fallecieron y los ocupantes de otro auto —que en principio habría provocado el siniestro— resultaron con lesiones de entidad y permanecen internados en CTI, según la última actualización.

Diego, el joven de 22 años que iba al mando del vehículo que habría provocado el accidente, dio resultado negativo al test toxicológico que se le realizó en las últimas horas, según informó el abogado de la familia, Ignacio Durán.

Vaz espera ahora los resultados del examen de alcoholemia, que serán claves para determinar responsabilidades. De acuerdo con la hipótesis elaborada en base a los elementos recogidos por la Policía en la escena, el auto conducido por el joven de 22 años se habría cambiado de senda.

Hasta el momento, no está claro por qué el vehículo pasó de una franja de la ruta a la otra. Según el testimonio de un testigo —un efectivo policial que iba de particular y cuyo examen de alcoholemia dio positivo—, el auto de Diego lo rebasó y en ese momento se cruzó de senda.

En las últimas horas trascendió una versión según la cual en el vehículo viajaban jóvenes alcoholizados e incluso algunos habrían vomitado tras salir de una fiesta cercana al lugar del siniestro.

Sin embargo, se comprobó que tanto el chofer como la otra joven que iba en el auto habían salido de un asado con amigos. La Fiscalía dispone, hasta el momento, de dos declaraciones de policías que asistieron a la escena. En tanto, Diego aún no ha declarado debido a su estado de salud, según supo Montevideo Portal en base a fuentes. 

Los fallecidos, quienes viajaban en el otro auto, eran Lola Ferreres y Agustín Catjak. 

Esa noche, Agustín y Lola decidieron irse más temprano porque estaban cansados. Sus amigos se quedaron un rato más, y él tomó el camino de los Arrayanes a una velocidad de 63 kilómetros por hora, según muestra el GPS.

De frente, con luces halógenas, se aproximaba un Volkswagen Golf que intentó rebasar a otro auto pese a que había doble línea amarilla. Al hacerlo, se topó con Agustín, quien alcanzó a frenar —según las marcas en la carretera— y giró el auto hacia la izquierda.