Contenido creado por Aníbal Falco
Política

A futuro

Qué piensan tres de los expertos convocados por ANEP sobre aspectos claves de la educación

Gonzalo Frasca defiende el juego como una poderosa herramienta educativa y Natalia Trenchi la frustración como parte de los procesos de aprendizaje.

02.09.2021 18:29

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2021-09-02T18:29:00-03:00
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Montevideo Portal

La Administración Nacional de Educación Pública (Anep) convocó a 13 referentes nacionales para generar un debate sobre temas educativos. Según informó El País este jueves, cada uno de los convocados que se destacan en diferentes áreas profesionales, como la científica, tecnológica, empresarial, sindical o cultural, debieron responder a la pregunta: “¿Qué deberían aprender los estudiantes para ese Uruguay que imaginan dentro de 20 años?”.

Los convocados por las autoridades de la educación para debatir sobre el tema educativo fueron: Gonzalo Frasca, Gonzalo Moratorio, Mónica Silva, Alejandro Vázquez, Nicolás Jodal, Isabelle Chaquiriand, Renato Opertti, Juan Miguel Petit, Leandro Folgar, Paula Mosera, Martín Inthamoussú, Richard Read y Natalia Trenchi. 

La noticia provocó la reacción de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes), que en tono de crítico, cuestionó que “los docentes docente de la educación pública no tienen lugar en el selecto grupo de expertos que la Anep de Robert Silva reunió para trabajar”.

“Toda una declaración de principios”, agregaron.

Apuntes sobre el pensamiento de tres de los convocados

Frasca, que es un gran defensor del juego y en particular del videojuego como una poderosa herramienta educativa, escribió el pasado 23 de agosto que “aprender debería requerir el mínimo esfuerzo”.

“Vivimos en una cultura que valora el sufrimiento a la hora de aprender. Es cierto que todo aprendizaje requiere algo de esfuerzo y frustración. Sin embargo, nuestros sistemas educativos valoran el sacrificio: estudiar largas horas, tolerar el aburrimiento, soportar ejercicios repetitivos. Esto no tiene por qué ser así. Por ejemplo, hace pocas décadas las computadoras eran extremadamente difíciles de usar. Esto favorecía a técnicos especializados y dejaba de lado a la mayor parte de las personas. Hoy día nos parece obvio que las computadoras deberían extremadamente simples de utilizar”, puntualizó en su cuenta de Facebook.

Apuntó que el punto es que “la gente use su tiempo y energía en hacer cosas con la computadora, y que los estudiantes deberían usar su tiempo y energía no en adquirir los conocimientos, sino en aplicarlos”.

“Un estudiante no debería ser aplaudido por tolerar el aburrimiento: debería recibir experiencias desafiantes. Un estudiante no debería ser aplaudido por estudiar muchas horas: debería recibir cursos y materiales eficaces. Valorar este tipo de "esfuerzo" sólo cumple dos objetivos: es una excusa para disimular carencias del sistema educativo y favorece a elites a mantener sus privilegios. Para democratizar el conocimiento debemos dejar de aplaudir el sacrificio sin sentido El esfuerzo del estudiante no debería estar en aprender. Su esfuerzo debería estar en utilizar lo aprendido”, reflexionó.

Por su parte, la psiquiatra de niños y adolescentes Natalia Trenchi señaló en julio de este año al semanario Voces que si tuviese que elegir lo más importante en la educación es la conexión.

“Son muchas las cosas que están involucradas pero, si tuviera que elegir una, te diría que es la conexión, el mente a mente, el relacionarte, el conectar y convivir. Así es que los chiquilines van aprendiendo las cosas. Aparte, vas a tener que hablar, que explicar, que rezongar, en algún momento, y vas a tener que poner alguna consecuencia lógica, si pediste que no agarraran la tacita y la agarraron, y vas a tener que hacer desaparecer la tacita hasta que el niño aprenda a aguantarse las ganas de agarrar la tacita. Eso también forma parte, pero nada de eso sirve si no hay conexión mente a mente, los lazos invisibles que nos unen. Ahí es donde está el secreto de que las cosas funcionen”, dijo.

También defendió la frustración como parte del proceso de aprendizaje de los niños y que “poner límites no es reprimir”.

“La frustración solo se tolera si hay experiencias precoces, saludables y amorosas que te van permitiendo desarrollar recursos y aprender que la frustración no te mata. Podrás querer mucho tener el mismo celular que tiene tu amigo, y que te morís de ganas y que un día capaz que hasta llorás por eso, pero que al otro día te das cuenta que el mundo siguió y que agarraste una pelota y jugaste al fútbol y fuiste tan feliz como cualquiera. Pero hay miedo a la frustración, sí. Hay miedo a que los niños sufran. Y en eso capaz que la psicología ha tenido su culpa, con el “no lo traumes”, “no lo reprimas”. Esas cosas están bien, pero con sentido común”, argumentó.

Con respecto a los límites, la especialista señaló que “la es sociedad violenta y punitiva” y eso lleva a pensar que “si un niño se porta mal, se dice que es porque le faltan límites”.

“Y cuando alguien dice que le faltan límites está diciendo que le falta que lo repriman, que le falta castigo, cuando en realidad poner límites es enseñar por dónde van los caminos. Poner límites es enseñar a vivir. Es decir que en casa no gritamos, que en casa nos hablamos bien. Eso es poner límites”, interpeló Trenchi.

En el caso del sociólogo y magíster en investigación educativa Renato Opertti tiene fijado en su cuenta de Twitter la siguiente frase: “No hay mejor política cultural, social y económica que una robusta política educativa de largo aliento. La evidencia mundial nos lo indica”.

El integrante de EduUy21 dijo en julio de este año que Uruguay tiene “una emergencia educativa asociada a un problema fundamental que radica en garantizar continuidad y fluidez en los aprendizajes”.

En diálogo con el programa Buen Día (canal 4) el especialista indicó que “el sistema educativo, con o sin pandemia, no es sostenible. O nos quedamos en la coyuntura o tenemos la amplitud de mirada para encarar la reforma del sistema".

En este sentido, agregó que “el país tiene que hacer un esfuerzo desde el punto de vista social, educativo y cultural -pero también desde los hogares y desde las familias- para sostener los aprendizajes y lograr que se efectivicen en el año lectivo, incluso aunque se renueven los ciclos y se estén pensando otros formatos”.

Apuntó a su vez que la pandemia y todos los desafíos que planteó, “brindó una oportunidad para repensar la educación en Uruguay”.

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