"No me importan mucho los conflictos por la pesca. No creo que haya suficientes peces para justificar una disputa", afirmó Duterte en la noche del lunes.

"Pero cuando comencemos a perforar, cuando comencemos a recuperar lo que el mar de China tiene en sus entrañas, nuestro petróleo, entonces en ese momento (...) desplegaré mis barcos grises para respaldar este reclamo", dijo el presidente filipino.

El presidente filipino señaló, sin embargo, su voluntad de "seguir siendo amigos" con China y "compartir lo que hay".

Duterte, que tras llegar al poder en 2016 se acercó a China, es criticado por su pasividad frente a la presencia china en la zona.

Las tensiones se intensificaron el mes pasado cuando se detectaron cientos de barcos chinos cerca del disputado arrecife de Whitsun, que los filipinos llaman arrecife Julián Felipe, en la zona de las islas Spratly, cuya soberanía reivindican varios países, incluidos China y Filipinas.

China, que reivindica la casi totalidad del mar de China Meridional, rico en recursos naturales, se negó durante semanas a retirar los barcos que, según Filipinas, entraron ilegalmente en su zona económica exclusiva.

China afirmó que eran barcos que se refugiaron del mal tiempo.

Los barcos de la Armada de Filipinas llevaron a cabo "patrullas de soberanía" en la zona.

China afirma haber sido el primer país en descubrir y darle un nombre a las islas del mar de China.

Sin embargo, la Corte Permanente de Arbitraje (CPA), un tribunal con sede en La Haya, falló en 2016 a favor de Filipinas, diciendo que China no tenía un "derecho histórico" sobre este mar estratégico.

AFP