Tras la salida de la empresa multinacional tecnológica UKG, el presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnología de la Información (CUTI), Amílcar Perea, se refirió a la situación y lamentó que 300 personas se hayan quedado sin trabajo.
En dialogo con Montevideo Portal, Perea aseguró que el anuncio “es una muy mala noticia”. “Para nosotros es el tipo de organizaciones que fue lindo traer. Pero fundamentalmente es una mala noticia porque deja a 300 personas sin su fuente de trabajo”.
“Es una pena; es una buena empresa que apostó por Uruguay y ahora tenemos que sacar las lecciones aprendidas”, manifestó.
También analizó que no tenían “ningún tipo de señales” de que la empresa se pudiera ir, “pero a veces pasa que estas decisiones en este tipo de corporaciones se toman a miles de kilómetros de distancia y no se involucran los mánagers locales”, por lo que deben cuidar los mensajes que dan y “cuidar la competitividad del sector”.
“Es una señal de alerta y hay que cuidarlo, pero no teníamos ningún tipo de previsibilidad de que esto pudiera pasar con esta empresa”, aseguró.
Consultado sobre los posibles impactos en el mercado tecnológico que podría traer la salida de Uruguay de UKG, Perea afirmó: “La imagen de Uruguay está súper consolidada. Esto son cosas que en el mundo de la tecnología pasan, ya que es muy dinámico”.
El jerarca sostuvo que, detrás de la decisión, está la discusión sobre cómo competir poniendo el foco en la calidad, la capacidad y el talento de los uruguayos, así como la reputación del país en materia de cumplimiento. A su entender, ese reconocimiento internacional hace que la situación se sienta como un golpe, especialmente para la gente involucrada.
Consultado sobre si existen cambios en las condiciones en el mercado, el presidente de la CUTI explicó que el mercado global ha golpeado de forma directa al sector, especialmente porque tiene una fuerte dependencia del mercado estadounidense. Señaló que “el 80% se exporta es a Estados Unidos”, un lugar que en los últimos años enfrentó problemas que terminaron afectando la demanda de servicios tecnológicos.
Según detalló, las empresas norteamericanas —principales compradoras de desarrollo y equipos de talento uruguayo— atravesaron “incertidumbre económica”, “medios de inflación que ya no estaban acostumbrados” y “limitantes que no conocían de acceso a financiación, a créditos”; estos factores complicaron la actividad local.
Ante esto, afirmó que el sector se ve obligado a redoblar la competitividad en un mercado global muy exigente. “Nosotros competimos por el mundo, la industria tecnológica juega la Champions League en el mundo”.
Si bien destacó que el rubro en Uruguay mantiene “muy lindas perspectivas” y un nivel que calificó como “impecable”, insistió en la necesidad de “defender muchísimo la calidad de nuestro trabajo y el prestigio de nuestras empresas y de nuestro país”.
Por último, advirtió que la llegada de la inteligencia artificial generó un nuevo desafío adicional, debido a que muchas tareas que antes requerían equipos completos ahora pueden resolverse con nuevas herramientas tecnológicas. “La inteligencia artificial, pudiendo cubrir esa franja de solución, obviamente hace que la industria esté muy desafiada”, sentenció.