"Cuando comencemos a retirar las medidas, el virus aún no habrá desaparecido, por eso siempre será de forma gradual y progresiva, porque cuando comencemos a retirar las medidas, el nivel de contagio va a aumentar de nuevo", dijo Costa en una entrevista con radio Observador.

Aunque no aventuró posibles fechas para esa reapertura y advirtió de que hablar de calendarios es "prematuro", pues la curva de contagios aún no está en fase de descenso en el país, sí insistió en que no será generalizada para poder contener un nuevo brote, que da por seguro.

"Vamos a tener seguramente segundos, terceros o cuartos brotes. Hasta que haya vacuna o medicamento eficaz vamos a tener que convivir con la presencia de este virus", advirtió.

El primer ministro portugués reconoció además que ese levantamiento gradual podría tener diferentes aplicaciones para la tercera edad, más vulnerable ante el Covid-19, y también puede ser diferente por regiones, teniendo en cuenta que en Portugal el norte ha recibido el mayor golpe, mientras que los casos en el sur son muy reducidos.

"Vamos a tener un país con múltiples velocidades: regiones diferentes, personas con riesgo diferente", sostuvo.

Portugal suma 535 fallecidos y casi 17.000 positivos de Covid-19, cuya curva da señales de estabilización.

Pese a ello, las autoridades insisten en la prudencia y se espera que el estado de emergencia que rige en el país desde el 19 de marzo se prorrogue al menos hasta el 1 de mayo.

Después de ese día el futuro es aún incierto, y no se descarta que algunas medidas se mantengan e incluso, en el caso de que se levanten, vuelvan a ser retomadas después. Todo las opciones están sobre la mesa de Costa, que ha pedido cautela incluso para las vacaciones de verano.

"Planeen las vacaciones aquí dentro (del país)", aconsejó hoy el primer ministro portugués, quien subrayó que aunque hasta verano "la situación deberá estar mínimamente controlada para que podamos tener vacaciones", la incertidumbre no va a desaparecer.

En el ámbito económico, Costa incidió en que no se descarta la nacionalización de la aerolínea TAP, cuyo mayor accionista es el Estado portugués y que está siendo muy afectada por la pandemia.

"La TAP es fundamental", afirmó el primer ministro, que dijo que no se puede "excluir la necesidad de nacionalizar la TAP u otra empresa fundamental para el país, porque no podemos correr el riesgo de perderla".


Con información de EFE