Contenido creado por Joaquín Symonds
Judiciales

La mesa chica

Penadés creó grupo de investigación de seis hackers y cuatro policías para armar “trama”

El exsenador mantuvo una reunión en su casa con los involucrados. Uno de ellos podría ser el nexo con el exdirector del Comcar, Taroco.

18.11.2023 09:25

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2023-11-18T09:25:00-03:00
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Por Joaquín Symonds

El exsenador del Partido Nacional, Gustavo Penadés, imputado por 22 delitos de explotación sexual, buscó acceder a la identidad de las víctimas denunciantes a través de varias maneras con el fin de idear una “trama” falsa y así intentar demostrar que había un plan orquestado en su contra. 

El hecho de que solo dos de los denunciantes, Romina Celeste Papasso y Jonathan Mastropierro, dieran a conocer sus identidades complicó la estrategia del exlegislador y su defensa. El resto de los datos estuvieron y siguen estando bajo reserva tras la decisión de la jueza Marcela Vargas de aceptar el pedido de la Fiscalía. 

Sin embargo, Penadés logró avanzar en la confección de esa trama al conseguir información por fuera de los márgenes de la ley y dejó a Mastropierro en el centro, como si fuera la persona encargada de armar la causa para dañar su honor y reputación. 

En la medida que la Fiscalía avanzó en las pericias de los teléfonos, se supo que detrás de estos movimientos hubo personal policial que investigó y buscó información a través de los sistemas estatales del Ministerio del Interior para dar con las identidades de las víctimas y así trazar vínculos entre ellos. 

En medio de este panorama fue que apareció en la investigación el exdirector del Comcar, Carlos Taroco, como la persona que dio órdenes a otros policías para armar el mentado flujograma que estaba en la galería de fotos del celular de Penadés. 

No obstante, la investigación reveló que Taroco nunca tuvo contacto directo con el exsenador. Es más, el efectivo policial (imputado también) no presenta actividad de militancia en filas blancas, sino que es un funcionario de carrera que llegó a puestos de mando tras concursar en la cartera de seguridad. 

Así es que se deduce que entre Penadés y Taroco hubo uno o más intermediarios, que podrían provenir del ámbito policial.

En el grupo colaborador de Penadés también había dos funcionarios de la Corte Electoral que, de acuerdo con la investigación, mantuvieron conversaciones sobre el acceso a información de víctimas de Penadés y brindaron datos personales (edad, entre otros) de las mismas.

La investigación paralela 

Unos meses antes de que la fiscal Alicia Ghione pidiera la imputación de Penadés y el exdocente Sebastián Mauvezín, un grupo de 10 personas se reunieron en el apartamento del exdirigente político ubicado en Bulevar Artigas y avenida Sarmiento. 

De dicho encuentro participaron seis hackers y cuatro policías, uno de ellos ya retirado, según supo Montevideo Portal en base a fuentes de la causa. La reunión se generó para hacer una especie de puesta a punto de la información que se había recabado de las víctimas hasta el momento. 

Los expertos en informática lograron filtrar los vínculos en común de Papasso y Mastropierro a través de un análisis de sus redes sociales. Además, se crearon perfiles falsos para interactuar con los dos denunciantes a través de grupos de WhatsApp. Pero no bastó con eso: faltaban datos más certeros de quiénes eran, con quiénes se relacionaban y a dónde solían ir. 

En esa reunión había un exintegrante de la Fuerza Aérea Uruguaya que había trabajado en inteligencia cuando estaba en funciones. Los investigadores presumen, de acuerdo con las fuentes, que esta persona fue la que hizo el contacto con Taroco para conseguir información más precisa de los denunciantes.

Podría haber salido bien

El grupo que formó Penadés había logrado establecer algunos vínculos entre las víctimas, sobre todo a raíz del contexto social en el que se movían. Sabían que Papasso se había reunido algunas veces con posibles denunciantes y que se movía en la zona del Nuevo Centro en un auto gris. 

También seguían el paso a paso de la vida de Mastropierro, porque el grupo de informáticos elaboró un informe detallado de la vida nocturna del joven, una fotografía de su camioneta marca Jeep y otras imágenes que fueron capturadas de Instagram. Tenían conocimiento que el joven se relacionaba con un grupo de dos o tres mujeres, con las que salía a boliches, a comer y también acostumbraba ubicarse en espacios VIP de los locales bailables.  

Una fuente de la investigación dijo a Montevideo Portal que el “error” de las defensas de los acusados fue hablar de una trama antes de saber si la podían armar. “Si hubieran dado explicaciones después de tener la información, capaz que lograban algo más”, agregó el informante.

Por Joaquín Symonds