La víctima denunció a la Policía que su cuñado la había estado espiando cuando tomaba una ducha, situación sobre la que ya había informado a su madre, quien sorprendió in fraganti al sujeto acechando por una ventana. Según informa el periódico local El Telégrafo, el hombre fue identificado pro las iniciales J.D.O.A y reside con la hermana de la víctima dentro del mismo predio familiar, pero en una vivienda separada.

Tras ser descubierto, el hombre comenzó a "enviar mensajes de índole sexual a su víctima", todo lo que fue relevado por personal de Policía Científica, detalla la citada crónica.

Ante la evidencia que lo inculpaba, el hombre admitió los hechos y dijo estar arrepentido de tal acción, por lo que colaboró para llegar a un juicio abreviado, logrado de común acuerdo entre las partes. Confesó asimismo que no era la primera vez que la observaba.

Se lo condenó como autor de un delito de violencia doméstica especialmente agravada, imponiéndole la pena de seis meses de prisión, la que se cumplirá bajo el régimen de libertad vigilada. Se estableció asimismo una prohibición de acercamiento a la víctima en un radio no menor a 300 metros, prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio -directo o indirecto- y la presentación dos veces por semana ante la seccional policial de su nuevo domicilio, debiendo permanecer una hora cada vez.