Este lunes se cumplen 40 años del plebiscito de Reforma Constitucional planteado por la dictadura militar para mantenerse en el poder. En aquel domingo de 1980, 707.118 (43%) personas votaron por el Sí y 945.176 (57%) por el No.
La propuesta de los militares fue planteada como una Reforma para organizar la salida de la dictadura, pero fue leída por la ciudadanía como una forma de legitimarla. En junio de 1976, los militares habían sacado del poder al dictador civil Juan María Bordaberry, culminando un proceso que buscaba sustituirlo. Antes de realizar un viaje a Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, Bordaberry firmó un decreto en el que determinaba que en caso de que el cargo quedara vacante el sustituto sería el presidente del Consejo de Estado, en ese momento Alberto Demicheli.
Sacado Bordaberry del poder, el proyecto político de la dictadura fue aprobado por los militares en el llamado Cónclave de Santa Teresa y anunciado en agosto de 1977, en dos actos conmemorativos de la declaratoria de la Independencia, uno en Florida comandado por el Contraalmirante Hugo Márquez y el otro en Treinta Tres a cargo de Gregorio Álvarez, que aspiraba a la presidencia de la República, con el cálido espejismo del voto popular. Allí se anunció que se llamaría a elecciones en 1981 con candidatura única y se abriría la actividad de los partidos políticos para que participen en las siguientes elecciones previstas para 1986 con múltiples candidaturas. El candidato único debía ser acordado por el Partido Nacional y el Partido Colorado y aprobado por las Fuerzas Armadas. En caso de que no llegaran a un acuerdo el candidato único sería nombrado directamente por el Consejo de la Nación.
El proyecto también planteaba modificaciones en consonancia con la "doctrina de la seguridad nacional" ampliando los marcos legales para la represión y suprimiendo libertades individuales. La propaganda masiva por el Sí se sumó al hecho de que los militares llamaron al pueblo a las urnas bajo amenaza de que la Reforma sería la única salida para retomar la vida democrática.
La ingenuidad con la que Álvarez presentó el cronograma, advirtiendo que no significaba el retorno al viejo sistema político -desprestigiado antes del Golpe de Estado por la corrupción y la actividad de la guerrilla- colaboró para que se hiciera visible que tan sólo se buscaba la legitimación política de una de las dictaduras más represivas del continente.
En las últimas horas, el PIT-CNT recordó el rol jugado en aquellos tiempos por los movimientos sindicales y sociales, que se veían obligados a actuar desde el peligro de la clandestinidad y persecución.
"Todo el movimiento popular que en ese momento se encontraba clandestino, la CNT, FUCVAM, la FEUU, la cultura y una gran campaña internacional desde el exilio fueron sostén para lograr organizar y manifestarse a favor de la democracia y las reales necesidades del pueblo", escribió la central sindical en redes sociales, agregando que "homenajear esta victoria es saludar a todo este pueblo y recordar que con organización y lucha seguiremos construyendo un mejor futuro para todos y todas las uruguayas".
Por su parte, el legislador colorado Ope Pasquet usó la red social Twitter para referirse al aniversario, y consideró aquella jornada electoral como "el Maracaná de la democracia uruguaya".
El plebiscito del 80 fue el Maracaná de la democracia uruguaya. Me dicen que José Rilla propone declarar, al 30 de noviembre, feriado nacional. ¡Apoyado!
— Ope Pasquet (@opepasquet) November 30, 2020
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