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Las 40

"Nunca dejé de ser comunista"

Óscar de los Santos cantó Las 40

"Cualquier partido que tenga tres períodos de gobierno está amenazado por la corrupción", dijo Óscar de los Santos, que contestó Las 40 de Montevideo Portal. Por Gerardo Tagliaferro

02.06.2015

Lectura: 26'

2015-06-02T06:06:00-03:00
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El currículum de Óscar de los Santos incluye como trabajos remunerados un levante de quiniela a los 9 años, la atención del mostrador de algún boliche del Interior -"esos de picada de salamín"-, noches como sereno de un edificio, madrugadas de obrero de la construcción -donde empezó como peón de pintura, rasqueteando y lijando y llegó a oficial- otra vez la quiniela en las playas de Punta del Este, la Junta Departamental y finalmente el sillón de intendente de Maldonado durante dos períodos.

En uno de los destinos turísticos más importantes y glamurosos de Sudamérica, la llegada al poder del "Flaco" De los Santos -por si faltaba algo, ex comunista y dirigente sindical- presagiaba hace diez años graves infortunios y dolores de barriga. Sin embargo no hubo cataclismos, Punta del Este no dejó de ser lo que era y Maldonado se recicló luego de la crisis de 2002 al compás de un renovado empuje de la construcción. A tal punto que los fernandinos le firmaron un nuevo contrato cinco años después, con un margen mayor.

En las últimas elecciones la cosa cambió, para él y para su sector político. La legislación le impidió postularse nuevamente y el candidato que apoyó tuvo una escuálida votación, lo que determinó que el Frente Amplio perdiera uno de los sillones más codiciados del interior, para peor a manos de su archienemigo local.

De los Santos mastica su derrota -¿Personal?- en un despacho en el ala izquierda del tercer piso del Anexo del Palacio Legislativo, uno de los pocos que no ofrecen al visitante la imagen de Raúl Sendic (padre), el Che Guevara o afiches de la 609. Es diputado por el Frente Líber Seregni, y reclinado en la butaca de su escritorio se explaya sobre el revés del 10 de mayo, explica algunas de sus decisiones como intendente, habla de política mayor y se interna en los enmarañados territorios de la relación entre utopía y realidad.

Por Gerardo Tagliaferro
tagliaferro@montevideo.com.uy


1) En las recientes elecciones departamentales, el Frente Amplio perdió la Intendencia de Maldonado, sin duda la derrota más dura para la izquierda. ¿La siente como una derrota personal?
Yo participé de la construcción de los diez años del gobierno y fui parte de la conducción de la campaña electoral, respaldando a uno de los candidatos y votamos muy mal. La gestión tuvo buenos niveles de aprobación en los últimos ocho o diez años y junto con Darío Pérez y Eduardo Elinger, del Partido Colorado, éramos los dirigentes que teníamos mejor saldo en cuanto a visualización. Pero ni la gestión ni este aspecto fueron elementos determinantes para la elección de la gente.

2) Esto está indicando que hubo gente que votó en las anteriores elecciones a Óscar De los Santos, que evaluaba positivamente su gestión, pero que terminó votando a candidatos opositores. ¿Quiere decir que el candidato al que apoyó De los Santos no era atractivo?
Creo que jugaron varios factores. El escenario no era el mismo que en el 2010. Entonces veníamos con los niveles más bajos de desocupación, ascenso social, trabajo de calidad, crecimiento en los sectores de clase media, en el último quinquenio pasamos de 400 a 5.000 en el número de quienes accedieron a estudios terciarios. Pero nos agarró una baja en la construcción en Maldonado, la situación de la última temporada y el escenario económico y social no era el mismo del 2010. Paralelamente, el efecto Concertación viene jugando en Maldonado desde el 99. En las tres últimas elecciones nacionales el candidato del Frente perdió en el balotaje en el departamento. En 2009 perdimos en la votación de la anulación de la Ley de Caducidad y en 2014 ganó el Sí a la baja de la edad de imputabilidad, cuando en todo el país ganó el No. Todo esto habla de que no hay un electorado homogéneo que tenga una concepción progresista.

3) Pero a usted lo votaron dos veces y su gestión era bien evaluada. ¿Usted le llega a gente que no es progresista o de izquierda y otros no, entonces?
No podría afirmarlo. Lo que es cierto es que en la elección de 2010 el Partido Colorado tuvo una mejor votación que en ésta, y el Frente le ganó a los dos partidos tradicionales juntos. Tuvimos 17 ediles, algo inédito en la historia posdictadura. La población de Maldonado creció en 25.000 personas en los últimos ocho años y no necesariamente todos tienen el ADN del proceso histórico. Quizás haya sectores que vengan muy apegados a liderazgos caudillescos, particularmente del Partido Nacional. Nosotros no logramos construir una alternativa a Darío (Pérez), que logró una diferencia importante con 30.500 votos. La estrategia era construir una interna atractiva como un elemento de competencia frente a una interna sí muy atractiva como la del Partido Nacional.

4) ¿Hubo una mala estrategia?
Nosotros éramos partidarios de dos candidatos y no tres. Dos columnas fuertes. Esto no fue posible y nuevamente el Frente Amplio fue con tres candidatos. Eso no permitió construir una alternativa a Darío. Las características de Darío y las mías son que hay gente que nos quiere y gente que no nos quiere. Al no tener una alternativa creo que efectivamente el crecimiento de los votos en blanco y anulados, que pasaron de 3.000 a 6.000 entre octubre y mayo, habla de un nivel de descontento. Además el Partido Colorado pasó de 18.000 votos en octubre a 8.000 en mayo, y el Partido Independiente de 3.800 a 800. Y votaron 2.000 personas menos.

"Fuimos derrotados electoralmente, y esa derrota tiene un alto componente político, social y cultural"
Facebook Oscar de los Santos

5) ¿El problema con el agua incidió?
Sí, creo que junto con esas condiciones económicas y sociales que mencionaba, ese factor influyó. Pero quiero decir con absoluta honestidad que yo no identifico aún una única causa. Creo que hay una multiplicidad: condiciones económicas y sociales, el tema del agua, una interna muy atractiva del Partido Nacional... en la calle parecía que ganaba (Rodrigo) Blas porque tenía mucha más cartelería y campaña. Conozco casos de gente que al otro día la fueron a felicitar porque había ganado Antía y dijo: "A mí no me felicites porque no ganamos nosotros". Eso habla de un escenario de liderazgos fuertes, donde los aspectos políticos, culturales e ideológicos quedan en segundo lugar. Las campañas departamentales tienden en general a estar por encima de los partidos, eso tuvo también su resultado en Maldonado.

6) Decía que tanto usted como Darío Pérez tienen gente que los quiere y gente que no los quiere. ¿Identifica cuál es la gente que no quiere a De los Santos?
Es transversal. Cuando uno mira los datos de las encuestas no ve sectores sociales. Lo sectores en los que tengo menos apego son los sectores altos, universitarios. Tengo mayor apego en sectores asalariados y de menores ingresos y algo de clase media. Y algo similar pasa con Darío. Igual creo que el Partido Nacional logró un buen resultado en barrios de trabajadores. Allí logró meter un discurso con propuestas muy fáciles: "Vuelve Antía, vuelve el trabajo", "Vuelve Antía, vuelve la seguridad".

7) ¿El resultado de la elección termina legitimando a Antía frente a las críticas que ustedes le hacían?
Sin ánimo de generar ninguna polémica, la convalidación de Antía se va a ver en estos cinco años. Tengo la impresión de que el tercio mayor que le dio el triunfo a Antía no expresa al conjunto del Partido Nacional, y mucho menos de la sociedad de Maldonado. Antía ha generado una ronda de prensa para lavar su imagen con un claro ensañamiento con la izquierda y particularmente conmigo, como parte yo creo de un dolor psicológico, pero tengo mis reservas de que reúna la opinión mayoritaria de la sociedad de Maldonado.

8) Habla de un ensañamiento de Antía con la izquierda y en particular con usted. Exactamente lo mismo dice Antía acerca de usted y su sector hacia él.
Me gustaría que todo el mundo pudiera confirmar las campañas de mi sector y del Frente Amplio: no tiene ningún elemento para afirmar eso. La campaña nuestra tuvo una primera etapa de propuesta, después era pegar la imagen nuestra a la del equipo que le daba continuidad al proyecto y la tercera etapa fue tratar de identificar dónde estaba la restauración del proyecto del Partido Nacional. Pero no hay ninguna entrevista ni ningún spot publicitario en donde se haya descalificado a Antía. Lo que sí dijimos es que Antía expresa la restauración desde el punto de vista político. Expresa un modelo de poder unipersonal, dirigido al vínculo personal, contra la descentralización. Veremos cómo se expresa esto ahora, las juntas locales que existían en Maldonado tenían un secretario personal de él, no había colegiado, los instalamos nosotros en nuestro primer gobierno. Tenía conceptos de arbitrariedad para la distribución de los recursos, dependía de la respuesta política de ese lugar con él, el ingreso era a dedo, no había ningún mecanismo de evaluación, lo mismo que el mecanismo de ascenso. Esto lo puedo sostener, comprobar, no estoy agraviando, estoy hablando de la realidad. De eso hablamos: de la restauración de esa forma de gestionar y de eso no me apeo un ápice.

9) ¿Hay aspectos del modelo que el Frente Amplio intentó construir en estos diez años que son irreversibles?
Irreversible no hay nada porque depende de la correlación de fuerzas. Creo que hay una institucionalidad más fuerte desde el punto de vista democrático: la distribución de los recursos; la creación de los municipios; el ingreso por concurso y sorteo; los mecanismos evaluatorios y concursables para ascender; el manejo de las políticas sociales con el concepto de la construcción de un sujeto de derecho y de responsabilidades... Creo que hay algunos de estos aspectos que cuando se quiera tocarlos, va a haber defensa de parte de los sectores populares que se vean afectados. Pero insisto: depende de la correlación de fuerzas.


Javier Calvelo | adhocFotos
"Tener 70 y pico de cargos de confianza fue una decisión política. La tomé y la sostengo"

10) Sin embargo, usted ha dicho que a pesar de los diez años de Gobierno del Frente Amplio, hay cambios que este impulsó que no se consolidaron culturalmente.
Sí. Lo digo sin soberbia: el Frente Amplio sigue siendo la principal fuerza en términos de cambios culturales, aunque hayamos perdido la elección. Porque del otro lado el abanico de propuestas electorales era tan amplio como desde el punto de vista programático. Por citar un ejemplo: Rodrigo Blas decía que iba a mantener el asentamiento "El Placer en el lugar". Dentro de un proyecto de desarrollo urbano eso está pensado como una zona de boliches, de movida nocturna. Antía dijo que lo iba a sacar. ¿Quién es el abanderado de la defensa de los intereses populares? ¿Blas o Antía? Y ahí tercia el Frente Amplio. Lo que hablamos con la gente es que el territorio del departamento nos pertenece a todos y dependiendo de la vocación que tenga un territorio hay que ver qué oportunidades genera: si es de producción y servicios o de residencia permanente. Nosotros para generar empleo y redistribuir riqueza necesitamos esos territorios con vocación de servicio. "Nosotros los vamos a relocalizar en otro lugar porque queremos que estos terrenos generen trabajo para vuestros hijos". Ese planteo del Frente no fue superado por ninguno de los discursos de los principales dirigentes del Partido Nacional. Eso me hace pensar que el planteo de cambio cultural sigue siendo del Frente Amplio y del otro lado hay una vaguedad muy grande.

11) Pero Antía proponía también la relocalización.
La pregunta es: cuando se cambie el asentamiento -cuestión que nosotros creemos que es necesario hacer, para también solucionar el problema de La Barra que es una zona de residencia combinada con el relajo de la noche-, ¿cuál va a ser la posición del Partido Nacional? El Frente tenía un planteo concreto, en base a un programa acordado por tres candidatos. Y eso significaba un cambio cultural muy fuerte que tuvo un respaldo, aunque hayamos perdido. Del otro lado hay una dispersión de ideas, en algunos casos hasta contradictorias. Eso no me hace decir que la derrota no es tal. Fuimos derrotados electoralmente, y esa derrota tiene un alto componente político, social y cultural, frente a proyecto de centro-derecha.

12) Clientelismo y amiguismo es lo que usted y su sector denuncian en la forma de hacer política de Antía. ¿Cree que quienes lo votaron y le dieron la victoria votan eso? ¿Son beneficiarios? ¿O no les importa?
No estoy en condiciones de analizarlo, pero sería un buen estudio académico. Cómo los destinos turísticos quedan más expuestos a otra escala de valores. Si yo me desapego de otro lugar del interior y me instalo en Maldonado creyendo que me voy a hacer la América, me doy cuenta de que es igual que en el resto del país: a Maldonado le va a ir bien si al Uruguay le va bien. Y el flujo migratorio va a seguir y habrá oportunidades cuando haya demanda de trabajo para mucha gente, pero cuando ella baje, bajarán las condiciones de vida. Uno de los problemas graves de Maldonado es el permanente asentamiento de gente en forma irregular, porque 25.000 personas que llegan en poco tiempo generan un problema de vivienda. Si no incorporamos la región Este en un plan estratégico podemos llegar a sufrir la expresión de una cara de Punta del Este y de Maldonado muy bonita, pero una espalda de enormes dificultades sociales.

13) ¿Considera que hay elementos de corrupción en la forma de gestionar de Antía?
No, hay una práctica de utilizar el Estado a favor de las personas más allegadas al Gobierno, a veces hasta por lazos de amistad.

14) ¿Y eso no es corrupción?
No es corrupción porque no está sancionado legalmente. Yo diría que sería un acto de corrupción que, sin derogar el decreto de ingreso de personal por concurso y sorteo, ingresara gente a dedo. Creo que allí va a haber una gran tensión porque supongo que habría oferta de trabajo a mucha gente. Y hay unas 500 vacantes, es muy tentador. Si lo hiciera sin respetar el decreto estaría cometiendo un acto de corrupción.

15) La oposición lo ha cuestionado a usted por la cantidad de cargos de confianza. Se habló desde 57 cargos, hasta 100.
Tuvimos 70 y pico de cargos de confianza.

"Lo de Satenil me costó muy caro, hice un gasto político y anímico descomunal que no valía la pena"
Facebook Óscar de los Santos

16) ¿Eso no es mucho para una intendencia del interior?
Dos o tres variables para que la gente pueda medir. Nosotros gastábamos menos de lo que gastaba Antía en cargos de confianza. En el presupuesto de Antía, los cargos de confianza significaban algo así como el 4 %, en el nuestro era el 3 y poco. La población creció 17 % y nosotros tenemos 500 funcionarios menos. Hay una estructura de confianza menor a la que tenía el ingeniero Antía.

17) ¿Eso significa menos personas en cargos de confianza?
No, significa gente distribuida de otra forma porque incorporamos nuevas políticas públicas. Con la incorporación de esas políticas tiene que ver los cargos de confianza. Al elaborar el Plan de Ordenamiento Territorial con la Universidad de la República, tuvimos que fortalecer áreas porque el territorio es un recurso finito y la definición de la orientación de los proyectos nos obligó a meter mucho más el ojo en el cumplimiento de las normas. Construimos por ejemplo un centro de rehabilitación para personas con discapacidad y aportamos más de un 60 % en la inversión para talleres y zona residencial para esas personas, que significaba poner en la estructura municipal un área que la Intendencia no tenía. Las políticas de género no existían tampoco.

18) Me menciona algunas políticas que se incorporaron, dos, tres, quizás algunas más. Cuando uno piensa en cargos políticos para dirigir esas políticas piensa en una persona, dos, tres, pero ¿más de setenta?
Le repito que si usted compara son menos que las que había en el gobierno de Antía. Y la definición es que se mantuvieron algunas políticas y se incorporaron otras.

19) Insisto ¿hay menos personas en esos cargos que los que había en el gobierno de Antía?
Menos porcentaje, porque los grados de confianza eran 10, 11 y 12: director general, subdirector general y director de área o cuestiones específicas. Nosotros mantuvimos la misma cantidad de direcciones generales, creamos algunas subdirecciones y en los grados 10 generamos algunas áreas específicas. Entonces, cuando uno mira los números totales era menos gente, pero teníamos gente más especializada en algunas áreas.

20) Más de setenta personas en cargos de confianza me sigue sonando una gran cantidad de gente, sobre todo si se trata de personas que no son funcionarios de carrera que llegaron ahí por concurso o al cabo de una carrera funcional.
No eran funcionarios de carrera, fue una decisión política. La tomé y la sostengo. Eran los cuadros que precisaba y le voy a decir más: me faltó más audacia para poner más cuadros de confianza en otros lugares para tener un mejor resultado de la gestión. Los aspectos vinculados a la carrera funcional cubren hasta cargos de división, no cubren más. Teníamos una gran cantidad de trabajadores que en el primer período logramos que terminaran la escuela por convenios con Primaria y lo mismo con Secundaria. Y cuando fuimos a hacer concursos para ingresar, una de las cosas que se pedían era sexto año de liceo, y los trabajadores que ya estaban no podían concursar para ascender. Por eso tuvimos que hacer esos convenios. La base social municipal no coincidía con la estructura que necesitaba la Intendencia, y esto significó que hubo cuadros administrativos que concursaron, con la más absoluta transparencia y llegado el momento de ejercer el rol de director de División no lo podían hacer.

21) Mirado en perspectiva ¿qué fue lo de Satenil?
Satenil fue un contrato directo por dos años, un monopolio de la publicidad con la idea de licitarla después, que fue lo que hicimos.

22) ¿Hoy sostiene que fue una decisión correcta?
Creo que me costó muy caro, hice un gasto político y anímico descomunal que no valía la pena. Pero lo digo hoy, después que tomé la decisión y la sostuve.

23) ¿Donó 200.000 dólares a la Udelar...?
(Interrumpe) 250.000, la mitad del salario que gané como intendente en el primer período. Nosotros queríamos impulsar la instalación de la Universidad y el compromiso que hice fue depositar en una cuenta aparte la mitad del salario. La Junta (Departamental) nos dio la anuencia para utilizar un terreno en la zona del Hípico y nosotros incorporamos un millón de dólares de recursos presupuestales de la Intendencia y la Universidad puso el resto. Y mi compromiso fue para dar dos señales: una era que estábamos dispuestos a jugar todo por la Universidad pensando en el desarrollo, y también una señal para la sociedad: que en la vida no solo hay que demandar, hay que tener una actitud de compromiso para resolver algunos problemas. Yo terminé el primer gobierno con 6.000 dólares en el banco y 400.000 pesos uruguayos, fruto de dos meses de licencia no tomada.

24) ¿El aporte fue solo en el primer período?
Sí. En el segundo no hice lo mismo. Casi lo mismo que aporté para la Universidad lo guardé en una caja de ahorros con la idea de comprarme una casa en Las Flores o en algún otro lugar para ir a pescar cuando sea viejo.


Facebook Óscar de los Santos
"Terminé el primer gobierno con 6.000 dólares en el banco y 400.000 pesos uruguayos, fruto de dos meses de licencia no tomada"

25) ¿Fue una decisión personal o involucró a otros jerarcas?
No, fue personal, consultada con mi familia, que me respaldó.

26) ¿Cuánto es el sueldo del intendente de Maldonado?
Hoy anda cerca de los 300.000 pesos.

27) ¿Era lo mismo, en valores reales, cuando usted asumió?
Sí, nunca se modificó. Es más, en este segundo período, cuando la Dirección de Contabilidad hace la interpretación de lo que tenía que cobrar, había dos posibilidades, yo fui a la Junta y les dije a los compañeros que optaran por la más baja, porque no me iba a poner en un lío por cuál era frente a esa inmensidad de sueldo. Pero era lo que cobraba Antía antes, lo que cobraba (Domingo) Burgueño y lo que va a cobrar Antía ahora.

28) Algunos sectores del Frente Amplio plantearon, ya en el anterior período de gobierno y lo reiteraron previo a las últimas elecciones, la necesidad de un giro a la izquierda. En base a algunas medidas que se han tomado y los temas que se están discutiendo, podría parecer que hay un giro a la derecha.
No, no comparto. Nosotros vivimos en un mundo capitalista y el Uruguay, en esta parte de América Latina, es el que mejor ha distribuido. El gran problema que tenemos en el marco de este modelo es que no tenemos otra alternativa que promover el crecimiento económico para generar nuevas herramientas de distribución. No alcanza con la herramienta del salario porque aún tenemos cientos de miles que ganan menos de 15.000 pesos, es un problema de capacitación y de generar empleo de calidad. El proceso de la construcción de derechos en los gobiernos del Frente ha sido medido internacionalmente y nos da guarismos muy importantes. Con eso me quedo porque es el programa común que tengo con el Frente Amplio, aunque no es mi utopía.

29) ¿Cuál es su utopía?
Yo desearía que hubiera más actores sociales que impulsaran la propiedad colectiva. Nosotros hicimos experiencia con las cooperativas sociales de Maldonado, cuando licitamos el taxi pusimos un porcentaje para que fuera cooperativa y están empezando a funcionar y generamos un proceso de licitación para los heladeros en la playa que hizo que solo pudieran ser cooperativas y los trabajadores pasaron a ganar varias veces más de lo que ganaban. Pero la cultura de convivencia y el abuso de algunos de ellos hicieron que ese proyecto esté en tela de juicio. Yo sigo creyendo que los trabajadores pueden ser dueños de los medios de producción y gestionarlos, lo que tengo claro es que me voy a morir sin ver eso. Pero es parte de la utopía.

30) ¿Estamos muy lejos culturalmente de eso?
Estamos muy lejos culturalmente. Estamos haciendo experiencias incipientes, con altos y bajos, aciertos y errores, pero ese es un camino. Hay otro camino: nosotros vamos hacia un sistema nacional de competitividad, donde el salario es una de las variables; la otra es la incorporación de tecnología. Yo creo que para que este proyecto avance por izquierda, con redistribución, tiene que vincularse más la academia al proyecto, que nos permita agregar valor a las cadenas productivas y mayores capacidades de gestión. Aspiro a que algún día parte de la renta de las empresas se transforme en un capital de acciones de los trabajadores. No estoy hablando de expropiar, estoy hablando de algo que sucede en otros lugares del mundo capitalista: que los colectivos de trabajadores puedan ser copropietarios de las empresas y de su renta si la empresa anda bien. Ese sería un avance hacia una sociedad donde el peso de la explotación del hombre por el hombre sea menor.

31) El actual Gobierno, conducido por Tabaré Vázquez, ¿va en esa dirección?
Creo que el Gobierno de Tabaré Vázquez está en el camino de dar el salto hacia el desarrollo. No hay posibilidades de plantearnos el salto por izquierda si no hay desarrollo. La tercera parte del mundo vivió en un bloque autodenominado socialista que se autofagocitó e implosionó. No hay condiciones de resolver ningún proyecto que no tenga una base democrática muy sólida y una base económica de desarrollo real, que sea competitiva porque el mundo lo va a ser cada más. Y más allá de ponerle títulos de izquierda o de centro, lo que debemos plantearnos es cuál es la base material que tiene el Uruguay y cuál es la que debe tener para tener una más justa distribución de riqueza. Incluso en un país que prospere económicamente, si en la mesa de negociación solo inciden los que tienen voz más fuerte, me temo que haya sectores empresariales o inclusive de trabajadores que terminen quedándose con la parte más gorda del tocino, como dice Mujica. Y que haya sectores que mueran mirando la fiambrera. Y eso es parte de cómo un proyecto de izquierda puede, en el marco de un mundo capitalista, generar otras condiciones.

32) ¿Eso es social democracia?
Quizás no pasa de eso, pero lo que es cierto es que la social democracia en el mundo se ha venido abajo, porque empezó otro problema: que cuando los partidos se instalan en el Estado viven el proceso del batllismo en el Uruguay y terminan usando el poder en función del partido y sus adeptos. Y ahí la democracia pierde contenido. El desafío de avanzar por izquierda en ese proceso de desarrollo es también generar nuevas reglas de juego para combatir la corrupción.

"Los hijos nuestros y los hijos de nuestros adversarios sufren las concepciones ideológicas porque todavía no las sabemos tratar democráticamente"
Pablo Vignali | adhocFotos

33) ¿El Frente Amplio está amenazado por eso?
Cualquier partido que tenga tres períodos de gobierno está amenazado. Y no advertirlo es ser suicida y contrarrevolucionario. Yo prefiero advertirlo y darme cuenta de que puede suceder para ver como lo prevengo, que ser parte de un proceso que cuando me dé cuenta esté en una telaraña de la cual no puedo zafar. Esto no es un pensamiento mío, hay mucha gente de izquierda que tiene esa preocupación.

34) ¿Cuándo dejó de ser comunista?
No, yo no dejé nunca de ser comunista. Fue en los principios y valores en los que me criaron. Tengo un método de análisis marxista, mezclado con algo de cristianismo y también con las vertientes que formaron el Estado uruguayo, particularmente el batllismo y las concepciones libertarias de Wilson. No comparto el concepto de partido único, no creo que exista ningún cambio de izquierda que no se sostenga sobre una base democrática real, de construcción de institucionalidad republicana. Pero ni reniego de mi pasado ni vivo prendido a él. Lo incorporo como parte de mi vida, nada más.

35) Mencionó al cristinanismo, ¿cree en Dios?
No, no soy creyente, pero creo que el cristinanismo es parte de la base de construcción de valores que tuvo la humanidad. Después la Iglesia estuvo al servicio de los sectores más reaccionarios del planeta en muchos lugares, pero creo que ha habido un giro particularmente con el Papa Francisco, que ubicó el tema de los pobres y la marginación en el centro y ahora ha tenido un acto de justicia con el arzobispo de El Salvador (Arnulfo Romero, asesinado en 1980 y canonizado recientemente). Creo que una Iglesia que está haciendo eso también se está autocriticando. Y si hay un faro en el mundo que transmita esas señales, aunque yo no crea en Dios, voy a creer en la institución que transmite esos valores.

36) Antes de ser intendente, ¿trabajó en otro lugar que no fuera la construcción?
Sí. Trabajé a los 9 años levantando quiniela, cuando iba al liceo trabajé en panaderías y boliches de pueblo, allí donde se comía la picada de salamín, y limpié alguna vereda alguna vez. Después, en el 85, volví a levantar quiniela porque a la salida de la dictadura, cuando empezamos a organizar el SUNCA, la empresa me despidió y tuve que volver a levantar quiniela en las playas de Punta del Este.

37) Su oficio es el de pintor.
Sí, arranqué de peón. Vivía en Pan de Azúcar y en el 78 me fui a Maldonado, siendo menor de edad. Había mucho trabajo, era el boom de la construcción y quería conseguir trabajo de peón porque se ganaba bien. Conseguí trabajo con un pintor, trabajé de peón, empecé a rasquetear y a lijar y aprendí el oficio con él. Después con 17 años compré un terreno a medias con mi padre, en Maldonado Nuevo, un barrio que no tenía ni calles y ahí viví hasta el 86, cuando me casé y me fui a vivir a San Carlos. Y trabajé de peón cuando había falta de trabajo de pintura en alguna obra. Trabajé de sereno también en un edificio, tres meses, cuidando el pasto, matando babosas que se comían las plantas y cuidando los autos.

38) ¿Hasta dónde llegó con los estudios?
Hasta cuarto de liceo.

39) Evidentemente usted es una persona formada.
Leí y escuché a mucha gente. Me gustaba hablar con gente más vieja, que tenía experiencia. De izquierda y de derecha también. Yo llegué a la Junta en el año 90, me había afiliado al Partido Comunista en el 85 y fui secretario desde el 88 hasta el 92, en que nos vamos del Partido. Y uno de mis grandes placeres era hablar con la gente vieja, los viejos oficiales albañiles, herreros y carpinteros principalmente, que eran los más fogueados. Ellos me transmitieron los aspectos vinculados a las injusticias sociales junto con el orgullo de ser un obrero calificado. Era gente que me decía: "El patrón no te puede decir, cuando le pedís salario, que el trabajo está mal hecho. Por eso para ser un buen dirigente sindical tenés que ser un buen trabajador".

40) ¿Sigue escuchando a los más viejos?
Bueno, la vida va mutando. Uno tiene hijos y empieza a escuchar a los hijos, a los amigos de los hijos. A amigos de adversarios políticos incluso. Tengo casos de gente con la que estuve muy cruzado... (Se emociona) Estaba en Rocha pescando y pasaron tres gurises con una camioneta. Se querían sacar una foto conmigo. Y después que se la sacaron me dijeron: "Nosotros somos hijos de Fulano, con quien tú estás muy cruzado. Mi padre tiene mucha bronca con vos pero respeta mucho tu dignidad y nosotros sentimos respeto por vos. No creas que las familias son lo que a veces la política hace que ustedes piensen de nosotros". Y eso me planteó un agujero en el alma que es: muchas veces los hijos nuestros y los hijos de nuestros adversarios sufren las concepciones ideológicas porque todavía no las sabemos tratar democráticamente. Y estoy seguro que he lesionado a gente bien, pero también tuve posibilidades de convivir con gente de derecha que creía que el mundo era así y que tenía que seguir siendo así. Y aun desde esa diferencia construí amistad.


Montevideo Portal | Gerardo Tagliaferro