El Observatorio Granjero de la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM) emitió un informe en las últimas horas en el que estimó que el precio del tomate no se espera que baje, al menos, hasta mediados de abril.

El documento señala que en el país existen dos zonas productoras de la hortaliza, en el sur, donde la producción “tradicionalmente se concentra en la estación estival” y en el litoral norte, “que luego de muchos años de especialización y desarrollo de tecnología productiva, hoy lo hace de manera continua en ciclos tardíos, invernal y tempranos (desde abril a diciembre)”.

En el sur también se han ido desarrollando cultivos protegidos de tomate, logrando así extender su período de producción desde el verano al invierno en algunos casos (de diciembre a julio).

Este contexto productivo, asegura el Observatorio Granjero, determina que en Uruguay se pueda disponer de “producción y oferta de tomate durante todo el año de manera ininterrumpida”.

Sin embargo, la falta de oferta del cultivo en las últimas semanas ha empujado su precio al alza y esto se dio cuando lo producido en el norte del país se retiró del mercado.

“En enero, una vez que los cultivos de invernáculo del litoral norte se retiraron mayoritariamente de la oferta que habían sostenido hasta diciembre, los cultivos del sur del país, tanto de campo como de invernáculo pasaron a constituir el mayor origen de la oferta de tomate en el abastecimiento local”, explica el informe.

En esta línea, se agrega que además “este verano fue especialmente complicado en materia climática” debido a la sequía de diciembre y parte de enero “que no favorecieron el buen desarrollo de los cultivos, ya que, si bien se realizan bajo riego, fue notorio que las fuentes de agua resultaron en ocasiones insuficientes”.

“En la necesidad de priorizar qué regar, los productores no eligieron el tomate que –hasta muy avanzado el mes de diciembre pasado – mostraba precios poco atractivos, tal como se observa en el gráfico semanal de precios e ingresos de tomate a la UAM. Además, según informantes calificados del sector, la superficie instalada de cultivos de tomate en el sur del país – principalmente de campo – ha ido decreciendo. Posiblemente esta reducción se explique también por los precios relativamente bajos que presentaba el tomate al momento de tomar la decisión de siembra por parte de los productores”, agrega el informe de la UAM.

Se añadió que “un nuevo factor de gran incidencia” fue cuando a mediados de enero de este año comenzó a llover en forma muy intensa y concentrada en el tiempo (particularmente en Canelones).

“El resultado fue que los cultivos de campo del sur del país rápidamente se deterioraron desde el punto de vista productivo, bajando sus niveles de producción desde la segunda mitad de enero en adelante. En los ingresos a la UAM el impacto se observó desde fines de diciembre de 2021 y se acentuó desde la mitad de febrero en adelante, con la excepción de la semana del 20 de febrero, en la que la luna llena del 16 de febrero favoreció la maduración provocando un empuje en los ingresos. Al observar el gráfico de precios e ingresos de tomate a la UAM del período noviembre de 2021 a mitad de marzo de 2022, podría deducirse que, para los niveles de demanda del verano, ingresos inferiores a las 400 toneladas semanales provocan incrementos en los precios a valores superiores a los $ 100”, concluyó el Observatorio Granjero.

Y añadió en cuanto a las perspectivas a futuro: “Al momento de esta publicación los precios de tomate continúan mostrando valores altos y no se espera que esta situación cambie en las próximas semanas, por lo menos hasta mitad de abril. Se espera con expectativa la llegada de la producción del litoral Norte, que comienza a ingresar a la oferta desde principios de abril, aunque se consolida en volúmenes relevantes recién a partir de la segunda quincena del mes entrante”.