Por María Noel Domínguez
manoeldominguez
“El mundo moderno no sufre de escasez, sino de abundancia”, dice el ingeniero Nicolás Jodal. “Abundancia de contenido, de datos, de imágenes. Lo que se volvió escaso es la verdad”. Con esa afirmación abre una conversación que transita entre la tecnología, la educación, los medios, el pensamiento crítico y hasta la puntualidad como valor humano.
Para Jodal, lo que cambió en los últimos meses es nuestra forma de convivir con la inteligencia artificial (IA): “Nos vamos acostumbrando. La gente joven ya sabe que mucho de lo que ve en TikTok es falso. Lo consume como entretenimiento. En cambio, una persona mayor reacciona con indignación. La juventud genera anticuerpos contra las fake news”.
Si no tenés formación crítica, podés terminar creyendo cualquier disparate
El problema, según su mirada, no es el algoritmo en sí, sino cómo funciona. “No te quiere convencer de nada. Solo quiere que no te vayas. Y para eso, te muestra contenido cada vez más radical. Si no tenés formación crítica, podés terminar creyendo cualquier disparate”.
Jodal cita al empresario Paul Graham: “En el mundo moderno, el sabio será más sabio y el tonto, más tonto. Porque si querés saber de física nuclear, este es el mejor momento. Pero también lo es si querés convencerte de que la Tierra es plana”.
Educación en crisis (y en transformación)
La revolución de la IA atraviesa también la educación. “Antes, escribir bien era un criterio para validar una idea. Si estaba bien redactado, parecía verdad. Hoy, eso ya no alcanza. Lo importante es saber si lo que está escrito es cierto”.
Cuenta que escuchó al diseñador de juegos Gonzalo Frasca proponer un cambio radical en la forma de evaluar. “Hoy, el examen no debería ser ‘escribí sobre Robespierre’, sino ‘esto lo escribió ChatGPT: ¿es verdad o no?’. Saber preguntar y pensar críticamente es más valioso que nunca”.
Jodal cree que los periodistas están mejor preparados para ese mundo que muchos ingenieros: “Saben preguntar y tienen espíritu crítico. Esas son habilidades clave ahora. Porque si le hacés la pregunta correcta a la IA, brilla. Pero si preguntás mal, responde cualquier cosa”.
La IA no recuerda nada. No tiene emociones. Cada vez que le preguntás algo, hay que volver a contarle todo
Inteligencia artificial, pero sin inteligencia
“Nosotros los ingenieros hicimos un truco: le llamamos inteligencia artificial, y ustedes pensaron que era un cerebro artificial. Pero no tenemos idea de cómo hacer el cerebro de una rata, ni siquiera el de una mosca”, dice. Lo que sí tenemos, explica, son modelos estadísticos capaces de generar texto coherente. Pero sin conciencia, sin memoria, sin valores.
“La IA no recuerda nada. No tiene emociones. Cada vez que le preguntás algo, hay que volver a contarle todo. Nos genera una ilusión de inteligencia porque escribe como si pensara. Pero no piensa”.
Lejos de alimentar visiones apocalípticas, Jodal cree que el miedo viene del desconocimiento. “Es como cuando se inventó el alcohol destilado: al principio hubo una epidemia de alcohólicos. Luego aprendimos a manejarlo. Con la IA pasará lo mismo”.
El desafío de formar a los próximos “senior”
Jodal ve un problema práctico en el mercado laboral del futuro: “Las tareas básicas están siendo reemplazadas por la IA. Pero esas tareas eran las que permitían formarte. El junior que hacía gacetillas o código simple se transformaba con el tiempo en periodista o programador senior. Si ya no existen los juniors, ¿cómo vamos a formar a los seniors del futuro? No lo sabemos”.
Y agrega: “Ninguna profesión va a desaparecer del todo. Pero sí va a cambiar la forma en que se accede a la experiencia. El que encuentre la solución a eso, encontró petróleo”.
Fijate si lo que estás viendo es verdad. No todo lo que está bien escrito o filmado es real
La creatividad acelerada
Para Jodal, la IA también habilita una nueva velocidad en la creación. “Antes, entre tener una idea y ejecutarla había una distancia enorme. Ahora esa brecha se achica. Podés hacer más, más rápido. Eso va a generar portales, aplicaciones y soluciones que ni imaginamos. En cinco años, todo será irreconocible”.
Finalmente, Nicolás cierra con una serie de ideas prácticas. La más fuerte: “Diferí la indignación. Vivimos en una época donde nos enojamos muy rápido. Aprendé a frenar antes de reaccionar. Fijate si lo que estás viendo es verdad. No todo lo que está bien escrito o filmado es real”.
Por María Noel Domínguez
manoeldominguez
Acerca de los comentarios
Hemos reformulado nuestra manera de mostrar comentarios, agregando tecnología de forma de que cada lector pueda decidir qué comentarios se le mostrarán en base a la valoración que tengan estos por parte de la comunidad. AMPLIAREsto es para poder mejorar el intercambio entre los usuarios y que sea un lugar que respete las normas de convivencia.
A su vez, habilitamos la casilla [email protected], para que los lectores puedan reportar comentarios que consideren fuera de lugar y que rompan las normas de convivencia.
Si querés leerlo hacé clic aquí[+]