Miles de personas salieron este sábado a la calle en Edimburgo en la primera gran marcha proindependentista en la capital de Escocia desde que empezó la pandemia de la covid-19.

La plataforma ciudadana All Under One Banner ("Todos bajo una misma pancarta"), que defiende el derecho a la autodeterminación escocesa, convocó una manifestación cuya participación estimó en unos 5.000 asistentes.

"Creo que el mensaje está claro: Escocia está en marcha (y) quiere la independencia tan pronto como sea posible", afirmó ante la multitud el diputado del Partido Nacional Escocés (SNP) Douglas Chapman.

"Existe mucho debate sobre si debería haber un referéndum o no, y sobre otras opciones", pero en cualquier caso es necesaria "una campaña que logre llevar a Escocia hasta una posición en la que estemos listos para avanzar hacia la independencia y asumir el control de nuestra nación", agregó el diputado.

La protesta llega pocas semanas después de que la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, iniciara una nueva legislatura al frente del Gobierno autónomo con el objetivo de convocar un nuevo referéndum de independencia de aquí a 2023.

El primer ministro británico, Boris Johnson, se opone a la celebración de una nueva consulta, después de la que en 2014 ganaron los partidarios de seguir en el Reino Unido (55,3 % frente al 44,7 % de los votos).

Los manifestantes recorrieron la capital escocesa hasta llegar a las puertas del Parlamento de Holyrood, donde representantes de formaciones políticas y organizaciones sociales ofrecieron sus discursos.

Desde la próxima semana, el Palacio de Holyrood pasará a ser designado “sitio protegido”, por lo que será un delito reunirse frente al Parlamento sin autorización legal previa, siendo posible una multa pecuniaria o un año en cárcel, restringiendo así las protestas a las puertas de la Cámara.  

Otros parlamentos en el Reino Unido, como Westminster en Londres y la Asamblea de Gales, también detentan el mismo estatus, condicionando la protesta social.

Esta fue la vigésimo cuarta manifestación organizada por el movimiento transversal en favor de la autodeterminación de Escocia All Under One Banner, la tercera en Edimburgo y la primera desde que comenzó la pandemia del coronavirus.

Siete años después del referéndum independentista que se celebró con la aquiescencia del entonces primer ministro británico, el conservador David Cameron, las encuestas muestran una sociedad polarizada ante la pregunta “¿debe ser Escocia un país independiente?”.

Un sondeo de la firma Redfield & Wilton publicado esta semana indica que el 47 % de los escoceses respaldarían continuar en el Reino Unido, frente a un 44 % que votarían por la independencia.

El 43 %, además, solo estaría de acuerdo en que se convoque una nueva consulta si se ha pactado con el Gobierno central, mientras que el 38 % querría volver a ir a las urnas en cualquier caso.

En base a EFE