Seré curioso

Carnavales son los de ahora

Miguel Villalba en Seré Curioso: "Las murgas de antes criticaban más, ahora son más suaves"

El líder de Nazarenos dice que por su familia no se fue a trabajar como cantante al exterior. Y se arrepiente de haber dejado pasar ese tren.

27.02.2018

Lectura: 19'

2018-02-27T00:00:00-03:00
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Por César Bianchi
@Chechobianchi

Fotos: Juan Manuel López 

Si a las adolescentes les cuentan los años en primaveras, a los carnavaleros le cuentan los carnavales. Miguel Villalba (67) tiene 42 encima, porque algún año paró para descansar. ¡Y eso que le cuesta adormecer un febrero el "bichito" de Momo!  El veterano líder de Nazarenos acumula una trayectoria que comenzó en Los Charleston en 1972, pasó por Caras y Caretas, Uruguay Show, Zíngaros en su debut y Momosapiens, pero tuvo dos grandes picos históricos: Los Gaby's, que supieron marcar escuela de parodismo, y los propios Nazarenos, su empresa familiar, su forma más auténtica de concebir el parodismo.

En una oficina de la sede de Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay (Daecpu), aceptó repasar su carrera como parodista, las rivalidades a las piñas entre agrupaciones de parodistas, el hallazgo de una voz con carácter, cómo alternaba su trabajo formal en una casa de repuestos con los tablados y las largas noches con conjunto Casino, la importancia de "Pendota" Meneses, y hasta rememoró con cierto pudor aquel febrero donde se vistió de cabaretero con portaligas. Todo sea por el amado carnaval...

 

-¿Cuándo descubrió la virtud o el don de su voz?

-De niño. En la escuela 31, en Piedra Alta entre Nueva York y Asunción, ya me gustaba cantar. Me escucharon cantar en el coro de la escuela y se interesaron del coro de Kurt Pahlen, era un director que tenía su academia, iba por las escuelas sumando niños para hacerlos cantar. El primer escenario al que me subí era la fonoplatea de la CX 16, atrás de la OSE, por allá por la calle Salto, y canté de solista de pantalones cortos. Ahí comenzó mi vocación: cantar. El finado mi padre trabajaba en Amdet me llevaba para cantar en viajes familiares, en feriados largos que iban al Chuy o a Rocha, y me hacían cantar en el ómnibus. Me encantaba cantar. Salíamos con mi cuñado cuando éramos mucho más jóvenes, él tocaba muy bien la guitarra y yo cantaba, salíamos por los boliches pasando un plato. ¡Pero él se llevaba toda la plata! Como yo laburaba, no lo precisaba.

 -¿En qué trabajaba?

-Comencé con 13 años a trabajar en un taller mecánico en la calle Piedra Alta entre La Paz y Miguelete, y como me gustaba estar limpio y no tener las manos sucias, con 16 pasé a la parte de repuestos, donde me jubilé con 43 años de laburo. Todavía el BPS me lo agradeció en una frase, en mi segundo cobro, que decía: "Gracias por aportar al BPS en forma ininterrumpida por 43 años, 10 meses y 26 días".

 -Hoy usted es una figura reconocida. Pero, ¿cómo se da el ingreso al carnaval?

-En 1971, de soltero, vivía en el barrio Aires Puros, en la calle Celedonio Rojas. Había un señor, Amaral, de Los Charleston, me invitó a salir. Me dijo que probara. Ensayábamos en el club de bochas que estaba a la vuelta, y ahí surgió todo. En el 71 era la murga del barrio, pero uno o dos años antes, ya venía de pibe, que nos juntábamos cinco o seis y cantábamos y tocábamos. En el '72 pasé a Charleston y ahí le tomé el gusto. En el '73 yo tenía un amigo, el "Cholo" Troche, que salió en Los Gaby's -hace añares que vive en España-, pero él me dijo. "Mirá, en Jardineros de Harlem puede haber lugar. ¿Querés venir?". Me dio una fecha para ir a una prueba en el Club Nueva Palmira, fui ese día y me encontré con que había 200 personas para probarse a la murga... Entonces vino y me dijo: "Mirá, Miguel, para Jardineros no hay lugar, pero se va a crear un conjunto de parodistas nuevo, que lo van a hacer los mismos dueños que los Jardineros de Harlem", que eran el "Tucho" Orta, el "Buby" Benítez y el "Tuca" Álvez. "¿Te interesa? Mirá que van a salir bien", me dice. Yo dudé. Mirá las cosas, da la casualidad que el club Nueva Palmira estaba en construcción y hoy es el club que me alberga a mí para salir con Nazarenos, para salir desde ahí. Ahí comenzó mi carrera.

 -En 1973, año del golpe de Estado, usted fue fundador en Los Gaby's. ¿Fue complicado hacer reír o mandar un mensaje en años de dictadura?

-Los Gaby's tenían su tendencia a hacer sus cosas... Si uno las sabía hacer con cuidado, con sutileza, pasaban. Llegaban y se hacían entender. Pasamos la censura sin ningún problema. Hubo un año, en el 73 o 74, que terminamos presos. Fuimos a un tablado en el Cerro, y al bajar del escenario, en la boca de la escalera había un camión marcha atrás con la lona trasera levantada y custodia hacia el camión. Terminamos todos en Cárcel Central. Fue por decir algo, no me acuerdo qué, pero además el conjunto estaba mirado de reojo por la ideología del director... El "Tucho" Orta fue dirigente sindical muchos años. Y no les gustó unas palabras que dijo el animador en aquel momento y terminamos en cana. Fue un año bravo, porque salíamos a la calle y estábamos pendientes de la situación (del país). A la noche siguiente de estar en prisión, hicimos nueve tablados. Llegábamos a los escenarios y nos aplaudían de pie.

-En esos Gaby's arrancan con una vestimenta osada, de shortcito corto y portaligas, ¿no?

-¡Uuuhhh, sí, sí! La parte del canto estaba todo bárbaro, después dice el director: "Ahora vamos a hablar de las parodias. Una era 'El chúcaro y su ballet' y la otra 'Cabaret'". Era el primer año. Yo le dije a mi señora: "Negra, tengo que vestirme de portaligas y short cortito para hacer Cabaret". ¡Los 16 vestidos así! Portaligas debajo del short con las medias enganchadas por arriba de las rodillas, un corazón en el pecho, tiradores y musculosa. ¡Tenías que ver a "Pendota" Meneses y al "Buby" Benítez con pelucas! Cuando entrábamos con el Chúcaro no había problema, porque nos vestíamos de gauchos, todo bien. Pero los primeros días que íbamos a los escenarios vestidos de Cabaret... era brava la cosa. Me acuerdo del Club Rentistas. Entrábamos y ya nos decían cualquier cosa...  Todos en fila sin mirar para los costados. "Pendota" quería pelearlos... Subimos al escenario, hicimos la actuación y cuando terminamos fuimos ovacionados. Después fuimos un montón de veces más y nos pedían la actuación de Cabaret. Fue la impresión del primer momento. Después ya nos reíamos...

"'Mirá, Miguel, para Jardineros de Harlem no hay lugar, pero se va a crear un conjunto de parodistas nuevo, que lo van a hacer los mismos dueños', que eran el 'Tucho' Orta, el 'Buby' Benítez y el 'Tuca' Álvez. Yo dudé. Eran Los Gaby's".

 -Precisamente, Los Gaby's fue una marca muy ganadora y predilecta para los nostálgicos, que dejó una huella. ¿Por qué?

-Dejó una huella porque cambió el parodismo. Hasta Los Gaby's era un parodismo, y después fue otro: bailar coreográficamente, ¡cantar!... porque antiguamente cantaba el solista y el coro hacía el clásico movimiento de parodistas. Y cuando llegó Gaby's cantábamos todos, bailábamos todos, hacíamos coreografías, hacíamos un coro, y evidentemente se hizo querer por la manera de llegar a los escenarios, por cómo éramos nosotros. ¡Nos seguían los autos en caravana! Y la noche del Teatro de Verano ni te digo... antes y después de la actuación había una caravana.

-Había una fuerte rivalidad con Los Klaper's y Los Walker's, de hasta terminar a las piñas... Nada muy distinto a lo que puede pasar hoy entre Zíngaros y Aristophanes o Los Muchachos. ¿Por qué se llegan a estos extremos?

-Creo que tiene que ver con la manera de ser de quien dirige. A mí nunca me vas a ver pelear con un conjunto rival ni con un compañero de la categoría. Yo me enojo por algún fallo, algún comentario de un periodista o lo que sea, y me callo la boca. Yo conozco directores que llamaron por teléfono a los periodistas porque dieron una mala opinión de su espectáculo. Eso no cabe, no me gusta. Yo trato de llevarme bien con todo el mundo. Me duele que los directores de otros conjuntos comenten cosas sin saber, eso sí. Pero por qué se daban aquellas  peleas a las piñas... no lo entiendo hasta el día de hoy. Por la bronca de los resultados, ponele, por "me ganaste mal" o "tomá, te gané".

-Pero en la categoría murgas también hay competencia y eso no pasa...

-Es cierto, en murgas no se ve esa rivalidad. En los parodistas hay hinchadas y se ha creado una rivalidad como la del fútbol. ¿Por qué en la categoría parodistas? No sé. Nosotros vamos a los escenarios, donde hay festivales (de parodismo), y tenés que ver las caras que pone la gente que es hincha de otro conjunto cuando estamos nosotros actuando. Ni una mueca hacen. Y si alguien se ríe o se sonríe, la codean para que se calle la boca. ¡Eso lo vemos nosotros, porque están en la primera fila! Eso en el tablado, porque al Teatro de Verano directamente no van cuando actuamos nosotros, si son hinchas de otros. Y lo mismo pensarán los hinchas de otros conjuntos de los hinchas de Nazarenos... Realmente hasta hoy no lo entiendo. Es una cuestión de temperamento... Yo las dejo pasar (a las críticas), "Pinocho" Sosa no las deja pasar.  

-Cuarenta y dos años de carnaval... ¿Cuáles han sido los principales cambios que nota con el paso del tiempo?

-Se ha modernizado mucho, se ha priorizado el espectáculo. En mi caso, yo apuesto al espectáculo íntegro, no a determinados rubros. Te diría que en los últimos 10 o 12 años que está esta dirigencia de Daecpu, que yo integro, ha tenido un cambio muy grande el carnaval: en lo organizativo, en los contactos, en lo económico. Y todo debido a la tenacidad de los directivos, encabezados por "Cachete" Espert. Se han conseguido cosas del gobierno, que antes no se conseguían...

-¿Cosas del gobierno como cuáles?

-Como la declaración de interés nacional del carnaval, se logró que toda aquella empresa que aporta por su trabajo en carnaval descuenta la totalidad del IRPF, entre otros logros. 

-¿Usted es de los que cree que "carnavales eran los de antes"?

-No, no lo creo. Antes era un carnaval más pobre. No sé por qué hay gente que dice "carnavales eran los de antes". Te cuento una anécdota: en el año 94 tuvimos la suerte de ir a Estados Unidos con La Reina de La Teja y cuando llegamos a Nueva Jersey, hubo uno que dijo: "¡Qué cambiados que están! ¡Qué distinto! Yo pensaba ver carnavaleros sin dientes y chupando vino". En el imaginario social, ese era el carnavalero de antes... Capaz que había uno sin dientes y chupando vino, y se generalizaba. Pero se ha profesionalizado más la cosa, antes era "a la que te criaste". Hoy ingresa más dinero también. Antes no tenías un puestita en escena, un coreógrafo técnico, era a la que salga. Ahora tenemos coreógrafos, director de marketing, uno o dos libretistas, asesores en diseño, puestitas en escena... Todo eso mejora el espectáculo, claramente.

"En los parodistas hay hinchadas y se ha creado una rivalidad como la del fútbol. ¿Por qué en parodistas? No sé. Nosotros vamos a los escenarios, donde hay festivales (de parodismo), y tenés que ver las caras que ponen los hinchas de otros".

-Debuta como director en 1996 con Valentino's y de pique gana el primer premio. Lindo espaldarazo, ¿no?

-Sí, claro. Venía de ser componente. Yo sigo actuando igual, hoy como director: si tengo que armar una escenografía o pintarla, la pinto, si tengo que hacer mandados o ayudar al coreógrafo, lo hago, y también en aquella época. En el año 95 salí en Zíngaros, con el debut de Zíngaros, y en el 96, después de haber pasado por varios, Carlos Viana -mi ex socio- con  Gervasio Prattis me dicen: "Vamos a sacar un conjunto de parodistas", y ahí lo sacamos. Salimos con la parodia de Carlos Gardel ("Sensación" se llamaba), divina...

-Desde el año 2000 fundó Nazarenos, una agrupación de parodistas de la familia en pleno. ¿Qué tiene de especial que sea un proyecto familiar?

-¡Las disputas! Uno quiere una cosa, y otro quiere otra. Comencé yo con Leonardo, mi hijo mayor, que somos los socios para la Intendencia. Él tiene mucha cabeza para los espectáculos, él hacía la coreografía, mi señora hasta el día de hoy se encarga de los vestuarios, Fabián, que cantaba, no tenía mucha idea, y Sebastián era muy chico. A medida que iba pasando el tiempo, empezamos a planificar mucho más... Hasta que Leo dejó de salir por sus compromisos laborales, ya no tenía tiempo de venir a ensayar. Entonces, el que agarró la posta para los espectáculos es mi hijo Fabián, que es muy tenaz y muy caprichoso para hacer las cosas. Esa tenacidad la aprendió en el Sodre, donde es tenor. Está bueno trabajar con la familia, pero es desgastante... desgastante para bien. Estamos todos juntos.

-¿Manda usted o su esposa?

-Manda mi hijo Fabián. Mary manda, pero tiene que estar de acuerdo Fabián. Ella tiene ideas espectaculares. 

 -¿Cuántos tablados llegó a hacer en una noche?

 -22.

-¿Y en un febrero?

-216. Estábamos con Carlos Nípoli, con "Pendota", era la época que se hacían tablados hasta de mañana. La Mutual, la estación Goes o el de Coca-Cola en Tres Cruces hacían de mañana, mateando, eran contrapuntos tipo Gaby's-Klaper's o Gaby's-Walker's -ya la cosa estaba bien entre las agrupaciones-, y actuábamos con lentes de sol porque teníamos que estar en el tablado a las 9, y nos habíamos acostado a las 5... Ese día arrancábamos así, volvíamos de tarde y de noche, a los mismos escenarios, cobrando siempre. 

-También fue cantante del emblemático grupo Casino, desde 1977. ¿Se sentía cómodo con más de 40 o más, siendo padre de familia, en un boliche bailable?

-Ya no. Empecé con 27 años, estuve 10 años, dejé por motivos económicos cuando me fui a El Cubano, y volví a Casino por un tiempo más. Cuando tenía 39 o 40, ya era padre como decís y no lo disfrutaba más. Por eso dejé. Ya me daba pereza salir en invierno, había que salir a la 1 de la mañana para entrar a las 2 al Eúskaro Español y ya no era la misma plata... Incluso, había mermado el trabajo y había fines de semana que no salíamos. Entonces me quedé con mi trabajo y el carnaval en verano.

"En el 94 fuimos a Estados Unidos con La Reina de La Teja y uno dijo: '¡Qué cambiados! Yo pensaba ver carnavaleros sin dientes y chupando vino'. Capaz que había uno sin dientes y chupando vino, y se generalizaba. Ahora se ha profesionalizado todo".

-¿En algún momento le tocó la triple actividad de carnaval, la orquesta y la casa de repuestos donde trabajaba? ¿Cómo hacía?

-Debido a la benevolencia de mis patrones, me permitían entrar más tarde, me permitían faltar, los sábados me dejaban faltar. Yo hacía tablados y tenía una moto (después, un auto), entonces desde el tablado iba a hacer un baile, y volvía a otro tablado y así... Siempre a todo lo que va en la moto y después en el auto, hasta que un día iba tan rápido que me dí cuenta que no podía seguir así, que tenía que parar porque me iba a matar.

 -¿Se dio cuenta a tiempo de que el desenlace podía ser fatal?

 -Sí, claro, y ahí decidí dejar muchos tablados y parar un poco la pelota. Les dije a los muchachos: "Hago el primer tablado, sigo con los bailes, y si llego al último tablado, llego". Si no, mala suerte. Y tengo que reconocerle al "Tucho" Orta que si teníamos cinco o seis tablados y hacía uno o dos, igual me pagaba todo.

 -En "El lado oculto" de TCC con Gerardo Sotelo le dijo que no le costó dejar Casino, pero sí dejar el carnaval "cuando pica el bichito". Defíname ese "bichito del carnaval". ¿En qué consiste esa magia?

-Cuando estás 40 y pico de años haciendo carnaval y ponele que decís: "El año que viene no salgo", te empieza a sonar el celular: "Che, ¿qué tenemos para el año que viene?". Y empiezan a preguntar los componentes. Y después estás arriba del escenario y ves cómo disfruta la gente abajo... y eso no tiene precio, yo ahí me olvido de la plata que puedo cobrar. Yo he ido a fiestas a cantar sin cobrar, porque me gusta. El tema es que algún día me voy a tener que bajar, porque ya mi gola no da mucho más.

-¿Es consciente cuando el grupo no está bien, cuando una agrupación competidora está mejor?

-Sí, sí. Yo observo mi conjunto, no miro a la competencia, ni por televisión. En los años que gané, yo sabía que estaba muy bien y les iba a costar mucho a los demás ganarnos. Mi esposa sí mira a la competencia, y me dice: "Este año no llegamos". Yo hago confianza en ella y en mi hijo mayor, si los demás están mejores, ellos me lo dicen. "Papá, este año no ganamos", me dicen.

-¿Y de este carnaval qué le han dicho?

-Que está muy competitivo... Nosotros tenemos un espectáculo muy bueno. Tenemos a la parodia de La Bella y la Bestia, y enganchamos con "China" Zorrilla, para terminar en la despedida con un homenaje a "Pendota" Meneses, antes de la bajada.

¿Quién es Miguel "Pendota" Meneses?

-Es el maestro de los parodistas. Imitaba, actuaba, salía de lo grotesco y lo burlesco a lo sentimental y no te dabas cuenta cómo... Hizo llorar y reír al público, estuvo en murgas, en humoristas, en parodistas. Para mí es un loco lindo. Yo compartí muchos años con él. Es un tipo temperamental, que defendía siempre a los compañeros. Por eso le quise hacer un homenaje en vida. No te olvides que somos fundadores de Gaby's en el 73.

"Pendota Meneses es el maestro de los parodistas. Imitaba, actuaba, salía de lo grotesco a lo sentimental... Hizo llorar y reír al público, estuvo en murgas, en humoristas, en parodistas. Para mí es un loco lindo".

-Usted tiene formación lírica, participando en coros. ¿Se trabaja la voz? 

-Lo mío es natural, es un don. Lo único que aprendí es a respirar. Yo no sé leer música, mi gran fracaso. Yo no sé leer una partitura, he perdido oportunidades laborales por eso. Yo participé del coro del Sodre, porque escuchaba la métrica y sabía dónde estaba el tenor, miraba al director y él me marcaba... Me fue bien, hice tres obras. Un director decía: "La voz es natural, a cantar se aprende, pero para aprender a leer la música, hay que estudiar".

-¿Qué es lo indispensable para un buen parodista: cantar, actuar o bailar?

-Antiguamente había que saber hacer las tres cosas. Hoy yo exijo que los componentes sepan hacer bien dos de las tres. Si tiene las tres, mucho mejor.

-Bajaron las exigencias, entonces...

-Bajaron, sí. Ahora es distinto: ahora está la coreografía por un lado, es un grupo con los que bailan bien -no pretendo que sean cinco o seis, sino 12 o 13-, y que alguno de ellos sepa cantar. Este año, por ejemplo, de 20 componentes tengo un músico y 19 sobre el escenario, de los cuales, seis no bailamos, pero 13 sí. De los13 que bailan, hay 10 que acompañan cantando y tres sólo bailan. Y actuando, casi todos. Hoy se exige que cante y baile bien, o que actúe y baile bien o cante y actúe bien.

-¿Se quedó con las ganas de ser cantante profesional?

-Sí, me quedé con las ganas. No pude porque no me daban los tiempos. Yo tenía que dedicarle tiempo a mi familia. A mí me vinieron a buscar de Buenos Aires para cantar tango, que me encanta, y yo dije que no. Me mandaron los pasajes. Dije que no porque me apartaba de mi familia. No queríamos mudarnos toda la familia tampoco. Yo acá canté con "Panchito" Nolé, integré grandes shows, hice fiestas privadas, y me quisieron llevar, pero no... Mis hijos me decían que no acepté por temor, pero no, fue por la familia.

-¿Se arrepintió?

-Me arrepentí, sí.

"Me quedé con las ganas de ser cantante profesional. A mí me vinieron a buscar de Buenos Aires para cantar tango, que me encanta, y dije que no. Me mandaron los pasajes. Dije que no porque me apartaba de mi familia".

-¿Es hincha de alguna murga?

-Me gustan mucho las murgas, pero especialmente La Trasnochada, porque compartí varios viajes a Buenos Aires, acompañando a Mario (Orta), a Gonzalo, y pasamos bárbaro con ellos.

-¿Le parece que critican a quiénes tienen que criticar?

-Algunos critican más que otras. Pero las murgas de antes criticaban más.

-¿Antes del Frente Amplio, dice usted?

-Claro. Ahora le están pegando al gobierno, y a Tabaré, y eso que Tabaré viene acá (a Daecpu) a compartir cenas con nosotros. Es que ahora son más suaves, se critica con palabras más suaves, antes eran más duras las críticas, pero igual se critica, eh.

-¿Cuántos meses antes de febrero empieza a pensar en lo que hará?

-En Semana de Turismo ya estoy pensando en el  próximo carnaval.

-¿Ha pensado en la fecha del retiro del carnaval o ni se le cruza por la cabeza?

-Año a año pienso en el retiro, pero no me dejan. Ya me estoy cansando mucho... mi señora también.

-¿Es feliz?

 -Soy feliz, en todos los aspectos. Lo único que estoy arrepentido de no haber seguido una carrera profesional como cantante, como te dije. Pero soy feliz porque tengo una gran familia, tengo tres nietas, dos de las cuales viven pegadito y me llaman "¡abuelo!", y tengo toda mi familia conmigo. Más que eso, ¿qué puedo pedir?