El homicidio de un empresario del rubro de los neumáticos conmueve por estas horas a la zona fronteriza entre Brasil y Uruguay, especialmente luego del giro que las investigaciones revelaron.

Hace aproximadamente un mes, desapareció súbitamente un empresario de la localidad de Santana do Livramento, dueño de una gomería situada en la avenida João Goulart, a unas diez cuadras de la frontera con la ciudad de Rivera.

En las últimas horas, la Policía Militar fue al comercio a indagar acerca del propietario, y comprobó que el lugar operaba con normalidad a cargo de un menor de 16 años, hijo del hombre ausente.

En conversación con los uniformados, el adolescente ofreció versiones contradictorias. Según informara el medio fronterizo Sentinela 24h, inicialmente afirmó que su padre había huido al campo tras cometer un delito de contrabando. Sin embargo, la policía verificó que el hombre no tenía antecedentes penales ni orden de captura vigente.

Presionado por las inconsistencias en sus declaraciones, el adolescente cambió de versión y dijo que su padre había sido asesinado hacía más de 30 días. En su narración, aseguró haber sido coaccionado por los perpetradores para ayudar a ocultar el cuerpo, y detalló que él mismo cavó la fosa y luego cubrió el cuerpo de su progenitor.

En su relato, dijo que los presuntos criminales lo encapucharon, pero que aun así conocía el lugar exacto de la sepultura, a la que condujo a los policías. Los restos del empresario estaban en una tumba a ras de la tierra en una zona de monte conocida como Rincón de la Bolsa, a unos diez kilómetros del centro de la ciudad y a unos cincuenta metros del camino. Los peritos comprobaron que los restos estaban en avanzado estado de descomposición, por lo que la muerte coincidiría con la fecha de desaparición.

Al ser interrogado sobre el motivo del asesinato de su padre y quiénes fueron los perpetradores, declaró que unos hombres irrumpieron en su casa, lo mataron para robar su camioneta y lo obligaron a sepultar el cuerpo. Luego le habrían dicho que, si se lo contaba a alguien, lo matarían.

Para los agentes, resultó especialmente llamativo que, durante más de un mes, el menor había estado administrando el negocio de su padre, atendiendo a clientes y proveedores con normalidad, e incluso llegó a contratar a un empleado.

Cuando alguien preguntaba por su padre, decía que estaba en el campo, en una zona sin señal de internet o celular, y que regresaría en cuestión de semanas.

El adolescente, cuya identidad no se divulgó, fue arrestado y de momento afronta cargos por robo y ocultación de cadáver, pero no se descarta que, con el avance de las pesquisas, se sume el delito de homicidio.