Seré curioso

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Maxi Orta: "Hemos llegado a transar, pero hay cosas en las que ya no transamos"

A punto de ser papá nuevamente, acaba de ganar el concurso de murgas con La Trasnochada. Enfrenta rumores y critica a todos.

14.03.2019 06:14

Lectura: 26'

2019-03-14T06:14:00-03:00
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Por César Bianchi
@Chechobianchi

Fotos: Juan Manuel López

A los cinco años ya le hacían su trajecito y se subía a los tablados a cantar y bailar. Lo hizo también a los seis y a los siete, con el mítico conjunto de parodistas Los Gaby's que dirigía su padre, José Lorenzo Orta, más conocido como el "Tucho" Orta. Mamó más de códigos y negociaciones en el mostrador de un club que de propuestas estéticas de carnaval. El niño creció y siguió ligado al parodismo, hasta que un tío -el "Cocina" Márquez- lo invitó a sumarse a una ignota murga y probó. Le gustó y en 2007 -tras una discusión con amigos en Florianópolis- sacó La Trasnochada para competir en Murga Joven. Salieron decimonovenos y muchos pensaron que la suerte sería tan similar como la que había corrido Todavía no se sabe, la murga del tío. Pero no. Les ha ido bastante mejor.

A los 33 años, Maxi Orta acaba de ganar por segunda vez el concurso oficial del carnaval con La Trasnochada, su murga -la murga que tiene con sus amigos- y en esta entrevista da por tierra con las maledicencias que hablan de "caminatas" para presionar a los jurados o conspiraciones. Él y la murga han transado, cómo no, pero no en cuestiones de principios o valores irrenunciables. "La ciudad de la transa" se llama el espectáculo ganador que dice, en pocas palabras, que en este país todos transan. "La izquierda transa", dice en un momento del cuplé. Y en esta charla en el club Capitol, Orta también explica su decepción por aquellas cosas que quedaron a medio camino por mantenerse en el confort del poder. También atiende -con la cara pintada y despintada- a Daecpu, a Enrique Espert, a la Intendencia de Montevideo, al gobierno y a la oposición.

Recreador y animador en campamentos educativos al servicio de la Anep, Orta dice que encontró este lado de la vocación en 2011 y le da muchas satisfacciones. Ahí, como educador/recreador se permite hablar de temas de género, inculcarle a los liceales la importancia del respeto entre compañeros, una convivencia amigable con los pares o prevención en el consumo de drogas. Y lo lindo, para él, es que le deja todo el verano libre para dedicarse a La Trasnochada, la murga que dice "giladas", pero que también critica, porque no quiere ser tildada de tibia.

-Arrancaste en carnaval de las promesas, en Los Carlitos Jr., ¿por mandato paterno o por vocación propia?

-Yo salí por primera vez siendo muy chico, a los cinco años, como mascota en los últimos años de Los Gaby´s. Tenía cinco, seis y siete y ya subía con vestuario y todo, por mandato familiar, de mi madre y mi madre. Me gustaba subirme y bailar, ya de chico me aprendía las coreografías y me ponía a bailar, sin que nadie me lo pidiera. Era un poco vergonzoso, pero ta, me gustaba, y tenía facilidad para bailar, después me alejé un poco cuando falleció mi viejo en el 92, y Los Gaby's salieron en el 93. Y en el 97 y 98 me invitó mi tío, (Jorge) "Cocina" Márquez, que también es carnavalero (estuvo en Los Saltimbanquis, Diablos Verdes, Araca la Cana, Los Pierrot).

-Después, ya de adolescente, comenzaste en parodistas Zíngaros. ¿Qué recuerdos tenés de aquella época?

-Tenía 16 o 17. Estaba en carnaval de las promesas, era figura máxima del carnaval, y estaba peleado con "Pinocho" (Ariel Sosa) por cosas de la vida... Más bien distanciado. Yo lo admiraba mucho porque era una referente pero él siempre fue muy especial, y un día con 15 o 16 -pero ya tenía personalidad- le dije algo de su conjunto que no me gustaba y se enojó. Discutimos por carnaval, me dijo que le daba pa' atrás, y estuvimos dos años sin hablarnos. Yo salí en Tribubis y en Bubys Bis y gané el premio a figura máxima del carnaval de las promesas. Un día estaba durmiendo, me despierto y él estaba en un sillón al lado de mi cama. Me despierto y veo que estaba el Pinocho al lado de mi cama, mirándome. Pensé para mí: "Qué raro, Pinocho en mi cuarto". Hasta ahora él cuenta que yo abrí los ojos y le dije "Dios", cosas de él, se convenció que le dije eso. Entonces le digo: "¿Qué hacés acá?". Y me dice: "Bien vos, eh. Te vi, eh, te vi". Me vio de casualidad porque él estaba en el Teatro de Verano, y yo estaba haciendo un personaje que era el "Cangrejo" Sebastián, que estaba todo el espectáculo en cuclillas. Y él le dice a uno que andaba con él: "Qué bueno ese botija... ¿Quién es?". "Es el Maxi, el Maxi Orta", le dijeron, y quedó helado, porque estaba peleado conmigo. Entonces después se aparece en mi dormitorio, faltando 10 días para que empiece el carnaval, y me dice: "Bo, ¿querés ir a los Zíngaros?". Eso era enero de 2003, yo pensé que me hablaba para el 2004. Le dije: "De acá a allá, hablamos". "No, no, para ahora, tengo un lugar libre", me dice. Y ahí salí.

Del 2005 para el 2006 saqué Los Gurrumines con Martín Souza y Marcos Lacaze. Nos gustaba mucho el parodismo, habíamos salido juntos en carnaval de las promesas, y ta, quisimos sacar un conjunto nosotros, entre amigos. Llamamos a Damián Luzardo y a otros más, y queríamos llamar a Pendota (Meneses), para mí el más grande del parodismo y uno de los más grandes del carnaval. ¡Y agarró! Nos manijeamos tanto, que la sacamos. Hablé con mi hermano (el ex futbolista Mario Orta), me decía que estábamos locos, pero nos dio para adelante. Teníamos 20 años, era 2006 y 2007. Competíamos contra conjuntos de veteranos que venían de los 70 y los 80, y nos metimos en la Liguilla. Después se desgastó un poco todo, y aunque queríamos seguir saliendo, mi hermano se abrió y sacamos La Trasnochada en Muga Joven, en 2007 y 2008. Salimos decimonovenos y pensaron que nos íbamos a desarmar. Aparte decían: "Estos parodistas, ¿ahora quieren hacer murga?".

-Tu viejo, José "Tucho" Orta -director de Los Gaby's, uno de los conjuntos de parodistas más importantes de la historia- fue un referente del carnaval. ¿Qué aprendiste de él cuando eras un niño?

-Yo aprendí mucho más de Los Gaby's después de grande que estando en Los Gaby's. Obviamente que hay vivencias que me quedan, como ir a los ensayos con mi viejo al club Trancateca en Acevedo Díaz y Rivera, mi viejo paraba en un boliche ahí, que era como su oficina, ahí arreglaba con los componentes, tenía otra mística, eran otros tiempos... otro todo. Mi viejo era muy inteligente, sabía rodearse bien, tenía una buena visión de espectáculo. Él no sabía escribir, ni arreglar, ni cantar ni bailar ni actuar, pero sabía manejar el grupo, sabía negociar, sabía reunir a los mejores y sabía rodearse. Sabía cómo hacer para que eso fluya y que todos estén contentos, que todos se sientan parte y se sientan en una familia. Acá en La Trasnochada somos una familia, somos una cooperativa, un grupo de amigos, pero Los Gaby's tenían un dueño, era más difícil todavía. Y él sabía hacer que se pusieran la camiseta de algo que no era de ellos. Sabía lidiar con los egos de las figuras, entonces a uno le decía "Vos sos el mejor, vamo' arriba" y a otro le decía "vos seguí así, que ya vas a llegar, vas a ver".

"Mi viejo no sabía escribir, ni arreglar, ni cantar ni bailar ni actuar, pero sabía manejar el grupo, sabía negociar, sabía reunir a los mejores y rodearse. Sabía cómo hacer para que eso fluya, que todos se sientan parte y se sientan en una familia"

-¿Qué crees que conservás o heredaste de él?

-Primero el amor por el carnaval, la pasión. Los Gaby's eran como un hijo para él, como La Trasnochada lo es para mí. Y también yo soy muy obsesivo y perfeccionista con todo, pienso mucho, y mi viejo era así. Y soy un buen mediador, mi viejo también. Creo que eso lo pude haber sacado de él.

-En 2009 salen por primera vez en el concurso oficial con La Trasnochada. ¿Te tiraba más la murga a esa altura?

-Siempre me gustaron más los parodistas que la murga. Porque desde chico mamé eso. Para mí, eran Los Gaby's. Cuando no estaban Los Gaby's iba para donde estuviera Pinocho, o Los Valentino's en su momento... Seguía los lazos que había dejado Los Gaby's, porque Los Gaby's dejaron de salir y todos los conjuntos tenían sus raíces en Los Gaby's. Mismo los conjuntos que hay ahora: Los Nazarenos, Momosapiens, los Zíngaros, todos tienen raíces en Los Gaby's. Y tenía a mis tíos que eran murgueros: "Cocina" grande y "Cocina" chico, los dos. Todos los años estaba la foto familiar, yo chiquito con el traje y con Los Gaby's, y mi tío. Y pasó que en 2008 yo no iba a salir, y él saca la murga Todavía no se sabe, una murga chica, y me invitó a salir. Yo no quería, estaba podrido del carnaval, pero él insistió y fui a un ensayo. Yo venía de los Zíngaros y Gurrumines, conjuntos importantes, y siempre quería ganar. Y era muy horrible la murga, con un cuplé espantoso... Se lo dije, y me dijo: "Quedate tranquilo que este cuplé no va. Va a venir un buen letrista, vas a ver que salimos bien". Se armaron más prolijo, y estuvo linda la murga. Yo tenía 19 años, y fue la primera vez que salí en una murga grande. Me dieron la oportunidad, pude cupletear (sic), escribí y me sentí cómodo. Fue una linda experiencia. Y con Todavía no se sabe nos metimos en la Liguilla en ese 2008. Al año siguiente, nos polenteamos (sic) y salimos con La Trasnochada.

-En 2012, la última vez que fueron ganadores antes de este año, se decía que no eran los grandes candidatos. La murga favorita era Curtidores de Hongos, quienes salieron segundos. En aquel momento hubo un fuerte rumor de que se filtraron los fallos antes de tiempo, y supuestamente daban como ganadores a los Hongos. Pero finalmente salen ganadores ustedes. ¿Cómo recordás aquel espectáculo y ese fallo bajo sospecha?

-Yo lo tengo muy claro, y con los años pude armar ese rompecabezas. Estoy tranquilo que la murga ganó por derecha. Es verdad que fue un mano a mano con los Curtidores, aparte ellos cumplían 100 años. Y La Trasnochada estaba muy bien, tenía el cuplé de (Fabián) O'Neill, que fue un suceso en carnaval.

-Aquella imitación de O'Neill te marcó...

-Sí, por lo que generó en la gente. Si te voy a lo popular, no había discusión. Lo más resonante de todo ese carnaval fue (la parodia de) O'Neill, aquella frase de "¡qué va a ser puto Forlán!"... Yo me bajaba de los tablados vestido de O'Neill, porque la gente quería sacarse fotos conmigo así. Generó un clamor popular muy fuerte. Eso es innegable, fue lo que más generó, tanto en los tablados como en el Teatro de Verano, en las tres ruedas. Lo que pasó fue que cuando fuimos a concursar al Teatro, había un rumor muy fuerte de que ganaban los Curtidores de Hongos. Nosotros estábamos a punto de subir al Teatro cuando escuchamos ese rún rún de que estaba todo cocinado... ¡y estábamos re calientes! Pero no porque ganaran ellos (creo que teníamos que ganar nosotros y ganamos bien), pero imaginate que estábamos por actuar y nos dicen: "Olvidate, ganan los Curtidores". Lo que hizo fue generarnos más rebeldía. Lo único que sí fue verdad de todo lo que se dijo es que nosotros dijimos: "Bo, es una vergüenza... Que se sepan los fallos, que estén diciendo que esto ya se sabe". Y lo dijimos ahí nomás, atrás del escenario, antes de actuar.

"En 2012 lo más resonante de todo el carnaval fue lo de O'Neill, aquella frase de '¡qué va a ser puto Forlán!'... Yo me bajaba de los tablados vestido de O'Neill, porque la gente quería sacarse fotos conmigo así. Generó un clamor popular muy fuerte"

-No fue lo que se conoce en la jerga carnavalera como "caminar"...

-No, no... No fue que fuimos a hablar con el jurado, ni nada. Ir a ejercer una presión en pos de un resultado, sí, pero si vos estás por subir y te dicen:"Olvidate, está todo cocinado. Ganan los Curtidores". ¿Qué hacés? ¿No vas a decir nada? Entonces nosotros dijimos: "¿Qué van a ganar los Curtidores? ¡Tenemos que actuar nosotros todavía!".

-¿A quién le dijeron eso?

-A todo el mundo que estaba ahí... "Bo, mirá que no ganaron nada los Curtidores. Vamos a ir nosotros ahora y vamos a romper todo". Fue, más que nada, una polenteada, una rebeldía interna. Nada más que eso. Y ahora te voy a decir cómo se tiró abajo ese rumor. Mucha gente va al facilismo de decir que La Trasnochada perdía, y fuimos y "caminamos", y por eso terminamos ganando. Mirá: la murga fue al Teatro de Verano en la Liguilla, fue su mejor actuación y rompió todo. Pero cuando pasan los días -después de saberse la murga ganadora- y se develan los resultados, he aquí que al cabo de la segunda rueda, La Trasnochada ya iba primera. Eso tira abajo todas las habladurías. Para que ese rumor de la caminata fuera cierto, tendrían que haber ido primero los Curtidores, y nosotros, después de la presión que "ejercimos", pasarlos. Y no: ya íbamos primeros al terminar la segunda vuelta. Todo lo demás es parte del folclore. Como este año, que me dijeron: "Bo, está todo arreglado, ganan las Cabras" (Cayó la Cabra). Y no, ganamos nosotros. Muchas veces, esas cosas que se dicen terminan siendo verdad, y muchas veces no.

-Este año le escribiste textos a Zíngaros. ¿Cómo viste que el conjunto haya quedado fuera de la Liguilla, y haya recibido críticas, precisamente, por la debilidad de los textos?

-Triste... Uno siempre tiene que ser autocrítico y pensar que hubo fallas en nuestro trabajo, el mío y el de Fabricio (Speranza). Por otro lado, creo yo que los Zíngaros, para mí, tendrían que haber pasado a la Liguilla. No digo que estuvieran para ganar, ni para definir, pero sí debieron haber entrado a la Liguilla. Creo que fue un castigo también a todo lo que pasó con Pinocho, a todo lo que generó, me refiero a los audios y sus declaraciones, y se lo hicieron pagar. Después, así como creo que debe haber una autocrítica mía y de Fabricio, tendría que haber una autocrítica del otro lado: creo que no se ensayó lo suficiente, nosotros teníamos elegida otra parodia, que era "el ministerio del tiempo", que estaba casi terminada y para mí estaba buenísima, y me llaman el 6 de enero para decirme: "Bo no va. Va El Padrino". Y ese día tuvimos que empezar a ver la película para escribir la parodia en poco tiempo. También hubo problemas con un componente, Pablo Cánepa, que no salió, y era una pieza fundamental en las dos historias. Los Zíngaros no tienen tanto elenco actoral como para darse el lujo de perder un actor. Entonces, se perdió un actor, faltó ensayo, se cambiaron las parodias, en la segunda parodia se hicieron muchos recortes que hicieron que la parodia perdiera mucha fuerza.

"Con Zíngaros uno tiene que ser autocrítico y pensar que hubo fallas en nuestro trabajo, como letristas, pero hubo otras cosas. Se perdió un actor, faltó ensayo, se cambiaron las parodias y en la segunda parodia se hicieron muchos recortes"

-Vos has sido muy crítico de Daecpu y sus manejos. ¿Cómo viste algunos episodios que se dieron este febrero, sobre todo con los audios que terminaron con la expulsión del "Gato" José Morgade como vicepresidente?

-Me da pena. Yo soy socio de Daecpu porque la murga es una cooperativa, pero ta, nosotros somos directores por un tema de roles y porque estamos hace más tiempo, aparte tengo un rol con Daecpu por mi viejo, que fue presidente... Veo que hay cosas que están bien, como el tema de la televisión. Hay mejoras en muchos aspectos. Lo de Morgade lo dijimos antes, yo no tengo nada contra él, pero cuando saltó esto de que él se llevaba una comisión, yo dije que él no nos estaba robando. El error no está en que él se lleve ese dinero, el error está en que yo saco una murga, ensayo seis meses, escribo, hago una puesta en escena, actúo, me voy de mi casa todas las noches, dejo la vida por la murga y si tenemos la suerte de ganar, ganamos 900.000 pesos capaz. Y un tipo por una comisión de una publicidad no se puede llevar eso. No tiene relación con lo que es el carnaval.

Es lo mismo que le critico a las casas de Daecpu. Está bueno que haya una casa, un lugar de encuentro para los carnavaleros, un lugar donde reunirse con la Intendencia, con el gobierno y con las empresas. El carnaval es la fiesta popular más grande de este país y hay que polentearlo un poco, comprate una casa acorde a este carnaval. Una mucho más humilde. No digo que se caigan las paredes de humedad, no... Pero no precisamos una mansión con arañas, candelabros, un piano y una oficina que parece sacada de Scarface. No se necesita eso. Destiná esa plata para otra cosa, destinala para los conjuntos. Cachete (Enrique Espert), al que le tengo que reconocer que ha hecho cosas buenas, no puede ser la voz que representa al carnaval... porque es de otra época, de otra generación, y hay cosas que no están buenas, como cuando salió a hablar de los travestis y los bufarrones... El loco está representando a todos los carnavaleros. Eso es lo que criticamos, y lo de las casas. No tengas una casa de 650.000 dólares y otra casa enfrente, para bancar un montón de personas trabajando en ellas y que haya cinco personas comiendo un asado en el quincho. Hay cosas que están buenas: se compró un panteón para los carnavaleros y no sólo para los directores. Esas cosas hay que imitar. El otro día la murga fue a cantar a una cárcel y fue gente de Daecpu, y yo dije: "Miren que nosotros criticamos a Daecpu, pero esta movida está buena, los felicito". Pero yo no los voy a felicitar por todo. La murga dice: "Cuando en Daecpu el voto usted mete, seguramente vote a Cachete". Y la murga agrega: "No se me equivoque, yo no soy de esas...". No es contra él. En realidad es contra todo el entorno que alcahuetea, no sé si por miedo o por qué. No es que él dice: "No hay más puesta en escena" y no hay más puesta en escena porque a él no le gusta. No: la puesta en escena está buena, jerarquiza el carnaval, jerarquiza una propuesta artística.

-¿En qué te inspiraste para escribir el cuplé de "La ciudad de la transa"?

-Es un proceso que fue mutando y se inició el año pasado. Hablábamos el año pasado del cuadro del barrio y de todo lo que se perdió del barrio, como jugar en la calle, decíamos que nosotros nos criamos jugando en la calle sin celular, sin nada, y ahora tenemos a nuestros hijos embobecidos con la pantalla del celular. Queríamos tomar aquello del cuadro del barrio y transformarlo en una ciudad, como una continuación. La ciudad de las bestias de Isabel Allende fue, para mí, un buen disparador. Empezamos a ver y Martín (Souza) me dice que hay que meter la palabra transa, el concepto de la transa. Está en todo: con tu hijo, con tu familia, en tu laburo, siempre estás transando, transás por un lado para acceder a otro lado. Él me habla de la transa, yo le agregué mi idea de la ciudad, y juntamos los dos conceptos.

Y a partir de ahí dijimos: "La murga tiene que criticar. No podemos quedarnos a medias tintas. Cuántas veces hemos hablado que la Intendencia está mal, que Daecpu está mal, que el gobierno está mal, la derecha, la izquierda... no podemos quedarnos a medio camino".

-No ser tibios...

-Ahí va, no podemos ser tibios. "A mucha gente no le va a gustar. La gente que nos sigue y le gusta la murga sabe que se caracteriza por una poesía, por una cosa sentida que ya la tiene, pero vamos a agregarle lo otro, porque la gente quiere que la murga diga cosas". Y la murga este año no se casó con nadie: le dio a la Intendencia, a Daecpu, al gobierno, a los blancos, a los colorados, a la izquierda, a movidas sociales. A mí me dijeron: "¡Bo, le pegan a la izquierda!". Y sí... porque a mí me dan la posibilidad, sin ser doctor ni tener ningún título académico, de poner un espectáculo de 45 minutos arriba del escenario que hace 100 tablados, que lo pasan 20 veces por VTV, que tiene más de 40.000 visitas en Youtube, que va a ir por España y por Argentina, entonces yo, esa responsabilidad, no la puedo dejar pasar para decir giladas todo el tiempo. Vamos a decir giladas sí, vamos a reírnos, vamos a joder, pero vamos a decir también. Porque después te dicen:"Es fácil decirlo de arriba de un escenario". No, no, no es fácil. Si hay cosas de Tenfield que están mal, hay que decirlas. Y a mí dame a Tenfield, porque hoy por hoy, no conozco a nadie que ponga esa plata para transmitir el carnaval, es necesario que esté Tenfield, pero vamos a darle también. Si le han coartado la libertad a gente, hay que decirlo. si hay cosas en las que están procediendo mal hay que decirlas.

-Da la impresión que hay una crítica al ambiente carnavalero, y hay una autocrítica.

-Obvio. Nos criticamos a nosotros mismos, claro. Mi personaje es un tipo que quiere transar con todo el mundo. Es hincha de Peñarol y es hincha de Nacional. Mi personaje, desde lo humorístico, es una crítica a nosotros mismos que muchas veces criticamos una cosa y hacemos eso mismo que criticamos. A mi personaje le preguntan: "¿Hay algo que no transe?" Y yo digo: "La murga... No, nosotros no. La murga". Porque nosotros sí hemos transado, porque hemos transado, con Daecpu, con la Intendencia, con los tablados.

-¿En qué han transado? ¿A qué te referís?

-Transar, en otras épocas... Que te pidan en un tablado, que es un garrón, y hacerlo, que te pidan que hagas una actuación y cobrarla ocho meses después.

"¿Transar? Sí, en otras épocas... Que te pidan en un tablado, que es un garrón, y hacerlo, que te pidan que hagas una actuación y cobrarla ocho meses después. Me refiero a aceptar cosas en las que no estábamos de acuerdo. Transar para ganar no, nunca"

-Eso es transar para aceptar determinadas cosas. ¿Transar para ganar no?

-Nunca. Nunca transamos para ganar. Digo transar en cosas que de repente no estábamos tan de acuerdo, como por ejemplo, en el primer año VTV no nos pasó en el desfile (inaugural por 18 de Julio) y nos bajó las cámaras por una cuarteta que hacíamos. Después nos complicaron varias veces. Y nosotros queríamos salir... y ta, hablamos y seguimos pa' adelante. Y la murga maduró si ahora me bajan las cámaras durante el desfile, no salgo nunca más, nunca más en la vida les doy una nota y los salgo a ensuciar por todos lados, ¿entendés? Pero cuando tenés 20 años te bancás algunas cosas. Uno va evolucionando, va cambiando, y cosas que te parecían que no eran tan malas, hoy por hoy no las hacés o no las permitís. Ya no transás.

Hace unos años íbamos a un tablado y nos decían: "Ojo, porque ustedes cantan tal cosa, eso no va". Y si ahora me dijeran algo en un tablado, les digo: "¿No te gusta? No nos traigas más". Hoy la murga tiene esa cabeza. Este año hay un par de lugares del interior que no los hicimos, y en parte debe tener algo que ver con lo que cantamos. Tampoco te lo puedo asegurar porque no tengo las pruebas, sólo sospechas. Pero a la murga hoy no le importa. Preferimos decir lo que queremos decir, capaz que antes bancábamos por permanecer en el ruido, y eso implica transar con algunas cosas.

-En determinado momento dicen: "La gente mal de la cabeza pide milicos en las calles, son los mismos caraduras que avalan la dictadura". ¿No es demasiado temerario decir que por acompañar la idea de sumar militares a la seguridad interna se esté avalando una dictadura?

-Sí, es así como vos decís. No somos ignorantes, sabemos que no toda la gente que apoya esa ley está avalando una dictadura. Lo decimos para marcar una postura con fuerza y que genere un impacto al decirlo. Esta misma discusión la hemos tenido entre nosotros. Está claro que no todo el mundo que pide milicos en la calle está avalando la dictadura. No tengo estadísticas de cuántos son los que sí la avalan, pero no queríamos ser tibios. Igual te admito que fue una cuestión bastante discutida, hasta por nosotros mismos.

-"La izquierda transa", dicen ustedes. ¿En qué transó el FA estando en el gobierno?

-En muchas cosas... Yo creo que hay algo que es inherente al ser humano: el ser humano es corrupto. Muchas cosas quedaron a mitad de camino: UPM, el tema de los desaparecidos, la distribución de la riqueza, creo que el Frente ha quedado a medias con muchas cosas. Se ha quedado en la comodidad por seguir en el poder, por seguir estando ahí, y en ese balanceo se quedó en un lugar de no jugársela. Eso sí se lo señalo. También entiendo a la gente que critica la inseguridad, yo también quiero que el país sea más seguro, pero no es un mal nuestro, es de toda América Latina. ¿Uruguay está inseguro? Andá a Venezuela, andá a Bolivia una semana.

"Muchas cosas quedaron a mitad de camino: UPM, el tema de los desaparecidos, la distribución de la riqueza, creo que el Frente ha quedado a medias con muchas cosas. Se ha quedado en la comodidad por seguir en el poder"

-Vos insistís con que la murga tiene que criticar y nunca callar. ¿Notaste muchas murgas light o tibias en sus textos?

-Y sí. Y otros años nos ha pasado a nosotros, no premeditadamente, pero hemos caído en esa tibieza. Hemos hecho alguna crítica pero más social, capaz que más superficial. La Trasnochada siempre tuvo crítica, pero a veces se necesita la crítica que pega y que duele, que llega a todos lados: a Manga, al Géant, al Velódromo, a Maroñas y al Teatro de Verano. Y noté esa tibieza en otras murgas sí... Este país tiene una historia donde costó mucho que el Frente llegara a ser gobierno y estaban acostumbrados a criticar a blancos y colorados. Hay como un miedo de perder lo que costó conseguir, y es más difícil remarcar los propios errores, porque a veces eso se confunde con le estás dando vida a la derecha. Ese punto de equilibrio cuesta.

-¿Vos en qué transás y en qué no?

-Hoy por hoy intento transar en las cosas que me parecen importantes. No transo en lo que yo pienso, en lo que quiero decir, en cantar con mis amigos, no cedo en algo de lo que se ha logrado para que la murga gane, en eso no transo. Si mañana me dicen: "Bo, sumate al Zurdo Bessio y ganás", yo prefiero peder, y no es contra el Zurdo. Pero prefiero que cante el que está conmigo, el que es mi amigo. Se fue Martín Souza como director, prefiero que venga Facundo (Marega), que nunca dirigió pero tiene condiciones, este año dirigió la murga y voló. Está nominado a mejor director, y antes no lo conocía nadie como director. Y la murga podría haber ido a buscar a cualquiera, pero en esas cosas, como murga, no transamos. Y creo que el mantener esa esencia, ese sentido de pertenencia, en eso no transa. La amistad no la transa.

-En una categoría pareja, definieron con Agarrate Catalina y Cayó la Cabra, ¿por qué crees que fueron justos ganadores?

-Creo que eran tres muy lindos espectáculos. Eran tres murgas que "rubreaban" bien, como se dice (por la calificación en rubros) porque las tres murgas cantaban bien, las tres estaban bien vestidas, tenían buena puesta en escena. Las tres tenían condimentos como para ser primer premio. Creo que La Trasnochada tuvo tres cosas que no hay ningún rubro que las represente, pero para un espectáculo de murga es muy importante: las explosiones de humor, las explosiones de crítica y las explosiones de emoción. La murga tuvo las tres cosas. Creo que a La Catalina le faltó eso: no tuvo ni explosiones humorísticas, ni de crítica ni explosiones de emoción, como otros años sí las tuvo. Reconozco sí que fue un espectáculo de muy buen nivel. Y creo que Cayó la Cabra tuvo explosiones de humor, pero no de las otras. La Trasnochada tuvo las tres cosas: momentos muy fuertes de humor, fuertes en crítica y fuertes en lo emotivo. En un concurso parejo, eso hizo la diferencia.

Y tuvimos tres ruedas muy buenas, fuimos regulares y ascendentes, te diría. A eso sumale que tuvimos muchos percances que fuimos sorteando durante el concurso. En la primera rueda hubo un cupletero que no pudo subir porque estaba internado, tuvimos que hacer un enroque, suplantarlo, y la murga salió adelante. En la Liguilla nos pasó eso mismo con un platillero, estaba enfermo y lo cubrió otro compañero que estaba anotado como suplente. A las cinco de la tarde le dijimos: "Bo, nos falta un platillero. ¿Subís?" "Y dale", dijo. Solo acá puede pasar eso.

-Venís de familia y tradición carnavalera. ¿Te gustaría que tu hijo Thiago también se dedique a esto?

-Mi hijo cumplió 7 el lunes 11. Nació el mismo día que ganamos el concurso de 2012. Y ahora, que ganamos por segunda vez, cumple años. Que sea carnavalero no me cambia, que haga lo que él quiera. Le hemos hecho traje y a veces se sube a cantar, pero a veces va conmigo al tablado y ni siquiera se quiere subir. No lo presiono, que haga lo que quiera.

-¿Sos feliz?

-Sí, muy feliz. Voy a ser papá de vuelta, así que imaginate...