La Policía Civil de Brasil y el Departamento de Asuntos Internos de la Policía Militar del mismo país divulgaron en las últimas horas informes que laudan —en lo que a dichas fuerzas policiales respecta— un trágico incidente ocurrido el 15 de setiembre en la ciudad de Porto Alegre.
En aquel entonces, efectivos de la Brigada Militar mataron a disparos a Herick Cristian da Silva Vargas, de 29 años, en su propia casa.
Según consignara la televisora Band, el joven había sido diagnosticado con esquizofrenia y, en el momento de los hechos, estaba sufriendo un episodio psicótico.
En las últimas horas, el canal RBS TV divulgó los registros de las cámaras corporales de los uniformados. Las filmaciones muestran cómo los agentes intentan dejar fuera de combate al joven disparándole con pistolas de choque eléctrico. Sin embargo, no logran detenerlo y uno de ellos es derribado por Da Silva.
Luego, el policía se reincorpora y pide a las tres mujeres presentes, familiares del enfermo, que se aparten y lo suelten. Posteriormente, el policía dispara nuevamente, esta vez con un arma letal. En ese momento, la otra agente que participaba en la operación también abre fuego. En total, se efectuaron cuatro disparos, pero solo uno dio en el joven. Una ambulancia arribó al lugar minutos después, pero los paramédicos no pudieron hacer más que constatar el deceso de Da Silva.
?? Jovem esquizofrênico em surto é morto pela polícia em Porto Alegre (RS). pic.twitter.com/ptvmzExmU9
— République (@republiqueBRA) November 15, 2025
En su comunicado, emitido el lunes, la Policía Civil concluye que los agentes de la Policía Militar actuaron en defensa propia. Con esta decisión, no se imputan cargos a los agentes involucrados en el incidente. Ambos habían estado suspendidos desde entonces, pero, con la conclusión de la investigación, pueden regresar al trabajo.
Por su parte, la Policía Militar informó en las últimas horas que el informe toxicológico del occiso elaborado por el organismo forense estatal oficial determinó que “había ingerido cocaína en una concentración extremadamente alta”, lo cual, “combinado con el episodio esquizofrénico que sufría, resultó en una intensa pérdida de control, que lamentablemente no pudo ser contenida de ninguna otra manera dadas las circunstancias”.
La madre del joven, que fue quien llamó a la policía, no encuentra de recibo tales argumentos.
“Los llamamos aquí para que nos ayudaran, no para que mataran a mi hijo”, expresó.