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Legnani: “El saneamiento es un problemón. Es de estricta justicia atenderlo este período”

Aprendió de Marcos Carámbula y Yamandú Orsi, está desde 2008 en la comuna canaria y quiere cumplir su sueño de ser intendente.

10.03.2025 10:36

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2025-03-10T10:36:00-03:00
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Por César Bianchi

Fotos: Javier Noceti / @javier.noceti

De niño, Panchito quería ser corredor de bolsas, pero nada de operaciones bursátiles: él soñaba con ir en el camión de recolección de residuos, saltar, tomar las bolsas de basura de la gente, tirarlas al camión y volver a subir de un salto al grito de: “¡Dale, dale que nos vamos!”. A los 5 o 6 años cumplió su sueño: el camión que recogía la basura en su cuadra de Canelones lo dejó dar una vueltita en el camión, y con eso ya se sintió realizado. Claro, para el nivel de anhelos de un niño con edad de un dígito.

De adolescente, a los 15 años, ya tenía clara su verdadera vocación: quería, algún día, llegar a ser intendente de Canelones. En el medio, hizo caso a los consejos y estudió abogacía primero y escribanía después, pero lo que le interesaba era la política y diseñar políticas públicas para su departamento, su tierra. Todo parece estar marcado en la vida de Francisco Legnani (46), quien a esos 15 años ya votó por primera vez a Yamandú Orsi, en ese entonces, el docente más copado que tenía el liceo departamental Tomás Berreta. Era joven, los entendía, y no se sentaba detrás del escritorio, sino que iba a charlar con los alumnos a los que disponía en un círculo.

Fogueado por Marcos Carámbula y el propio Orsi (su exprofesor), Legnani siente que se ha formado muy bien para ser el próximo intendente canario y retomar el legado de estos. Estuvo cuando no había plata y había que agudizar el ingenio, y cuando había más recursos para implementar políticas. Estuvo cuando la intendencia fue modélica en el sistema de recolección de residuos —aquel con el que soñaba cuando era un niño de 5 años— y ahora tiene como prioridad mejorar la movilidad y aumentar el nivel de saneamiento. 

¿Qué querías ser de grande cuando eras niño?

Recolector de residuos, de los que van atrás, obviamente no manejando. Me fascinaba ver a los funcionarios tirarse del camión andando a agarrar la bolsita. Yo sabía la hora que pasaban a recolectar lo del día y eran Artigas y San Martín, para mí. Un día, siendo niño, les pedí que me llevaran; me subieron, me llevaron hasta la esquina y fue tener el sueño cumplido. Eran mis superhéroes de todos los días, los recolectores.

Te recibiste de abogado y escribano, ¿por presión familiar por tener un título universitario, o por vocación?

Esto fue así: a mí me gustaban relaciones internacionales. Y en segundo de liceo una profesora de idioma español, Graciela Lugano, me dijo: “¿Sabés lo que pasa? Eso es muy político, las relaciones internacionales van de la mano de la Cancillería. Y si políticamente no estás con los que están, vas a estar frito. Vos tenés muy buena labia como para ser abogado. Pensá si esa no es tu profesión”. Me lo dijo a los 13 años, cuando hablábamos de qué quería ser cada uno. Entonces me orienté por ese lado, porque, de hecho, mi viejo es un pequeño productor rural. Tiene 30 hectáreas de quinta de manzanas y duraznos, y mi vieja era dentista. Entonces no pasaba por ninguna de las profesiones de ellos.

A mí me gustaban las letras, me gustaron siempre las materias relacionadas con las letras. Yo le disparaba a los números. Hice abogacía y quería ser abogado. Después me agarraron una tía y una prima en Piriápolis, tomando mate una tarde en la playa, y me dicen: “¿Por qué no estudiás escribanía, además? Vos sabés que la escribanía es una profesión de mujeres, pero hay gente que busca escribanos hombres. Y en Canelones no hay escribanos hombres”. Hice escribanía, me recibí de escribano y ejercí hasta hace unos años, cuando ya no podía con todo.

¿Cómo comenzaste tu militancia política? ¿Qué te llevó a adherir al FA?

Yo vengo de una familia política de Canelones, de toda la vida. Una vieja familia colorada. Ramón Legnani fue el primer candidato a Intendente por el Frente en el 71, primo de mi abuelo. Mi viejo arranca a militar con Ramón, y con Ramón yo arranqué militar en la campaña del 94 en el Partido Socialista. Ramón fue 10 años diputado del Partido Socialista. Él siempre era monotemático con el tema del cuidado del agua, el río, el medioambiente. Yo le decía: “Ramón, no vamos a ganar un voto con este tema”. Le decía eso cuando estaba terminando el gobierno del Partido Nacional. Le decía: “Vamos a darle al Partido Nacional con los escándalos que tuvo. Esos problemas que a vos te preocupan son coyunturales”. Y él me contestó. “Lo que yo estoy planteando te va a preocupar a vos dentro de 20 años”. Y tal cual, tal cual… Ese fue mi primer referente. Aprendí mucho de Mariano [Arana] y, después, de Marcos [Carámbula] y de Yamandú [Orsi], obviamente.

Desde 2008 integrás los equipos de gobierno en Canelones. ¿Cómo llegaste a la Intendencia?

Yo ingresé por concurso al Poder Judicial como administrativo en el 2004. Ahí me recibí y concursé en el 2006 para actuario. El actuario es el jefe de la oficina, tiene que ser abogado y escribano. Y con dos semanas de diferencia concursé para abogado en un llamado a la Intendencia de Canelones. Me llamaron de los dos lados. Mi vieja, en aquel momento, me dijo: “Optá por el Poder Judicial, porque la intendencia es muy politizada, todo el mundo sabe que sos muy frenteamplista, y el día de mañana el gobierno de los blancos te puede echar. Y en el Poder Judicial tenés estabilidad”. Consejo de madre.

“Ramón [Legnani] era monotemático con el tema del cuidado del agua, el río, el medioambiente. Yo le decía: ‘No vamos a ganar un voto con este tema’. Y él me contestó: ‘Lo que yo estoy planteando te va a preocupar a vos dentro de 20 años’. Y tal cual, tal cual…”

Y yo quería laburar en la primera gestión frenteamplista en Canelones con Marcos y Yamandú. Entonces opté por ingresar a la intendencia, como abogado sumariante. Y después Marcos me designa director de Jurídica en el año 2008. Ahí sí pasé a ocupar un cargo de confianza política.

Tenés un vínculo de 30 años de amistad con Yamandú Orsi. Fue tu profesor de Historia, en el liceo Tomás Berreta. ¿Cómo era como docente? 

Distinto. Primero porque era muy joven en una época en la que todos los demás eran profesores veteranos. Los profesores que me daban clases le habían dado clases a mi vieja y a mi viejo en el mismo liceo, el Tomás Berreta, liceo departamental. Yamandú tenía 26, yo tenía 15, era un guacho. Además de la juventud, tenía una forma de ser muy particular. Nosotros teníamos los bancos en fila, había una tarima y estaba el escritorio y el profesor con la silla del profesor en la tarima. Bajaba de la silla, se sentaba con nosotros, nos hacía sentar en ronda. Yo siempre digo que la primera vez que lo voté fue a los 15 años porque hubo que votar un profesor coordinador y lo votamos por unanimidad a él. Era el que llevaba nuestros reclamos. Él era el profesor coordinador y yo era el delegado de los estudiantes, a los 15, una edad complicadita.

Entonces, él era el interlocutor con la dirección, era el que hablaba con nuestros viejos, el que nos traía el carné. Era muy campechano, pero justo a la hora de corregir los escritos. A mí [Historia] era una materia que me gustaba mucho. Todo lo que era letras me gustaba mucho, entonces también se me hacía más fácil. Capaz que, si hubiese sido un profesor de Matemáticas, el recuerdo sería otro.

Fuiste jefe de campaña del hoy presidente Orsi en campaña electoral, hasta las internas. ¿Cuál fue el momento más difícil? ¿Fue la denuncia falsa en su contra por agresiones a una trabajadora sexual? 

La denuncia falsa, no caben dudas. Es una cosa que me preocupó muchísimo. Eso fue de cara a las internas. Y nosotros ya veníamos preparados, de alguna manera, por otra campaña del exterior y nos decían: “Mirá, al candidato no buscan pegarle por la gestión, ni por su función pública, sino que buscan pegarle en lo personal, desestabilizarlo emocionalmente y que tenga que dar explicaciones adentro de su casa”. De manual. Pero si bien íbamos preparados para que eso pudiera pasar, realmente no sabés lo que se siente hasta que te pasa. ¿Y sabés cuál era mi preocupación? Yo lo conozco desde hace 30 años, pero ¿qué están pensando en una peluquería en Mercedes? Él tuvo una entereza formidable.

Aparte, no es lo mismo su situación que la mía. Si me pasa a mí, yo tengo una gurisa de 20, una de 17, y uno de 5, que no sabe ni lo que pasa. Él tenía en ese momento dos gurises de 11 años, con acceso a redes. Una edad donde la relación con los compañeros es complicada. Te peleás por una pelota de fútbol y con el que te peleaste, capaz que uno escuchó una cosa en su casa y se lo larga sin filtro. Entonces, él tuvo que ir a explicarles a los niños. Y eso preocupó. Él mantuvo una entereza, encapsuló el tema en el equipo jurídico, siguió con la campaña y dio el tiempo para que se desbaratara antes de las elecciones nacionales. Al otro día de eso, yo voy a dar una nota en radio, paro y arranco caminando, acá a Montevideo. Y había dos muchachos cargando un camión con cajas, y uno le estaba comentando a otro: “¿Viste que al final lo de la denuncia a Orsi era todo mentira?”. Yo pensaba que estos mismos muchachos, capaz que dos meses atrás, estaban diciendo: “Mirá Orsi, tan buenito que parecía y las cosas que hacía”.

¿Cómo te imaginás el estilo de gobierno de Yamandú Orsi? ¿Qué impronta tendrá su gobierno?

Si replica lo que hizo en Canelones —que, como nosotros nos denominamos, es “un país dentro de un país”—, y después de gobernarlo 20 años y tener un 65% de aprobación, lo veo muy bien. Confío plenamente en que así va a ser. Él tiene varias cualidades personales: es una persona de diálogo, de tener puentes, de saber formar equipos, de confiar en el equipo. Así gestionó Canelones y me parece que así va a gestionar el país. Y esa mano de formar equipos, me parece que ya la demostró ahora, donde prácticamente no le cuestionaron el gabinete. Ahora hay que verlo en la cancha. Se esperaba, tal vez, un cuestionamiento mayor al ministro del Interior, tal vez a la Cancillería, y eso no pasó. Y ahora hay que verlo.

Confío plenamente en él, en su forma de gestionar, de gobernar, y cómo le da confianza a los equipos para laburar. Tiene todas las condiciones de una excelente gestión.

Sos el caballo del comisario, el delfín del presidente de la República en su terruño, Canelones. Incluso las encuestas te dan como el favorito. ¿Basta con no hacer olas para ganar la intendencia?

No, de ninguna manera. Nos proponemos hacer olas desde el principio de la campaña. Nosotros vamos a recorrer mucho el territorio. Será una campaña muy efervescente, de contacto mano a mano con toda la cantidad de vecinas y vecinos que podamos. Y venimos notando que hay una efervescencia en el departamento. Yo lo atribuyo, en gran medida, al sentimiento de orgullo de que Yamandú haya llegado a la Presidencia habiendo salido de Canelones, con lo que cuesta eso. No pasaba desde Tomás Berreta en el 46. Eso yo lo palpo en el territorio ahora. Una campaña que fue fría a nivel nacional y costó calentar los motores. En Canelones no lo venimos viendo. Venimos viendo muchísimo entusiasmo.

“La denuncia falsa contra Yamandú fue el peor momento de campaña. Nosotros ya veníamos preparados, nos decían: ‘Mirá, al candidato no buscan pegarle por la gestión, ni por su función pública, sino que buscan pegarle en lo personal, desestabilizarlo y que tenga que dar explicaciones en su casa’. De manual”

Entonces, desde ese punto de vista, la campaña nos la proponemos sumamente intensa. Es cierto que los números nos dan bien. Yo lo tomo como un insumo más, pero es una foto del momento y no sirve nada más que para motivarnos y seguir trabajando.

Solés hacer hincapié en que Canelones es un departamento “complejo”. ¿En qué radican esas complejidades, en comparación con otros departamentos?

Y bueno, no somos de los departamentos más grandes en superficie. Sin embargo, tenemos la misma caminería urbana que Montevideo y la misma caminería rural que Tacuarembó. Tenemos 30 municipios. Somos el departamento con más municipios; vamos a tener 32. Tenemos un Canelones costero con una cabeza muy montevideana, que no tiene nada que ver con San Antonio, y no tiene nada que ver con la ciudad de Canelones. Entonces, cuando vamos de municipio a municipio, las demandas cambian. Nos tenemos que cambiar el chip permanentemente, porque la gente nos plantea otras cosas y tenemos que tratar de contemplar a todos.

Tenemos municipios que están en manos del Frente Amplio (FA) y otros en manos del Partido Nacional (PN), no tenemos del Partido Colorado (PC), pero lo tuvimos. Entonces, tenés que administrar una cantidad de gente nueva que llega al departamento también. Crecimos mucho de un censo a otro. Tenés que administrar distintos gobiernos locales, distintas demandas, porque son cabezas distintas. Eso es lo que hace que Canelones sea un departamento desafiante, complejo y hermoso.

En Montevideo está claro que el tema de la campaña es la limpieza, el sistema de recolección de residuos, un problema que no es tal en Canelones, donde, por el contrario, se le reconoce una gestión modélica. ¿Cómo se explica el éxito en el sistema de recolección de residuos?

Hay un trabajo subterráneo que no se ve, que es un trabajo concientización, de material de mano que se va casa por casa, de charla y taller en jardín, escuela y liceo, más de 100 grupos de WhatsApp donde se brindan todo tipo de explicaciones y se atienden los reclamos de toda la ciudadanía. Es un trabajo de todos los días, de mucho tiempo, y eso genera conciencia para generar cuidados. A su vez, nosotros pasamos de la bolsita de los cinco camiones recolectores en 2005 a 153.000 familias con contenedor domiciliario, 90.000 compostando en domicilio, a 53 camiones, a 13 camiones eléctricos que levantan el material reciclable.

Hoy universalizamos los contenedores domiciliarios, con composteras todavía nos falta llegar a más familias, pero hay un trabajo. Por supuesto que el contribuyente, el vecino o la vecina, que clasifican en domicilio, eso hace que de las 500 toneladas de residuos que generamos diariamente, ya un 10% no llega al sitio de disposición final porque se clasifica en domicilio. A su vez, hay 74 familias que trabajan en cooperativas que ese material que se capta lo vuelcan en el mercado. De las 17.000 toneladas de envases plásticos que se vuelcan en el mercado, 7.000 las vuelca Canelones. Eso hace parte de Canelones limpio y hace 15 años que entre el 70% y el 80% de producción tenemos en esa materia.

Explicame cómo es lo de la compostera, en criollo.

La compostera con las lombrices. Damos toda una charla del material donde va yerba y todo lo que va a la compostera, las lombrices hacen su trabajo y después se vuelcan en huertas orgánicas comunitarias. Se entrega la compostera con las lombrices, les damos un folleto explicativo y abrimos un grupo de WhatsApp para que se evacúen todas las dudas.

“Somos el departamento con más municipios; vamos a tener 32. Tenemos un Canelones costero que no tiene nada que ver con San Antonio, y no tiene nada que ver con la ciudad de Canelones. Entonces, cuando vamos de municipio a municipio, las demandas cambian”

¿Y cuánto costó el cambio cultural? Porque en Montevideo se dice que hay que cambiar la cabeza y las costumbres de los montevideanos a la hora de gestionar la basura.

Nosotros llevamos un proceso de 20 años en el que, más o menos, el equipo en todas las áreas se mantuvo. Hubo sí reposición de piezas, pero, más o menos, se mantuvo. Y la política se mantuvo en 20 años. Me parece que es un gran activo que tenemos. Ese proceso de acumulación positiva, como siempre dice Herou [N. de R.: Leonardo Herou es el ex director general de Gestión Ambiental de la Intendencia de Canelones, hoy secretario general de la comuna canaria] de 20 años donde las políticas se continúan, donde no viene un intendente a refundar. Entonces eso creo que fue lo que nos ayudó a implementar con éxito este modelo de gestión.

Si la limpieza no es un problema, sí parece serlo la movilidad. En 20 años ha crecido un 20% la población en el departamento. ¿Cómo mejorarías la movilidad en Canelones? ¿Qué urge?

¿Qué es lo que ocurre? Lo tengo que trabajar con el Ministerio de Transporte. Lo tengo que manejar con la Intendencia de Montevideo y con el Ministerio de Transporte, que es quien tiene la llave y quien va a licitar. Esto no lo resuelve solo la Intendencia de Canelones. Lo que sí tenemos que hacer es abordarlo desde ya, el tema, con el gobierno nacional —nos consta que es una prioridad; así lo ha manifestado [la ministra] Lucía Etcheverry—, y con el gobierno de Montevideo. Y en estos cinco años tenemos que tener resuelto el tema de la entrada y salida por Giannattasio, tener solucionada la entrada y la salida por 8 de Octubre y Camino Maldonado. Son varias entradas y salidas que por la cantidad de gente que se fue a vivir a Canelones y que trabaja en Montevideo, cada vez se complejiza más, en horas pico. Entonces, hay que abordarlo.

Me contaste hace unos días en Buscadores que la prioridad es el proyecto de Tren Tram, pero que sabías que la ministra de Transporte, Lucía Etcheverry, estudia otras opciones para el transporte metropolitano...

No es que sea la prioridad: es que es el único que hoy tenemos a estudio formalmente en la Intendencia de Canelones, porque fue el autorizado por el Ministerio de Transporte. Entonces, formalmente es el que tenemos a estudio. Nosotros siempre somos de la idea que, en la medida que tengamos mayor cantidad de alternativas para organizar desde el punto de vista técnico hasta el punto de vista financiero, es mejor que tener un solo proyecto en análisis. Nos consta que Lucía tiene otros proyectos arriba de la mesa y, bueno, nuestros técnicos de Montevideo y los del Ministerio evaluarán, largaremos la licitación y nos pondremos a trabajar.

Canelones no llega al 30% de saneamiento. Es un problema...

Es un problemón. Entre otras cosas porque crecimos mucho la población en los últimos 20 años. Entonces, es una cuestión de estricta justicia que se atienda el saneamiento. Crecimos unos puntos en el otro gobierno del FA donde OSE invirtió 12 millones de dólares en saneamiento de la costa. Nosotros invertimos otro tanto, pero nos falta en la costa, nos falta en Atlántida. Nuestro principal balneario tiene una cantidad de proyectos sin poderse desarrollar por la falta de saneamiento y lo vamos a plantear como prioridad a [Pablo] Ferreri [nóvel director de OSE] y lo que es La Paz y Las Piedras, donde se concentra muchísima gente y tampoco tenemos saneamiento y hay que consolidarlo. Entendemos que es de estricta justicia que se atienda al saneamiento en Canelones, en este período.

Tu competidor en Canelones por el sillón de jefe departamental, el nacionalista Alfonso Lereté, ha hecho hincapié en el clientelismo político que, según él, caracterizó la gestión de Orsi en Canelones. ¿Reconocés en las designaciones directas o “compra de voluntades” algo a corregir?

A ver, nosotros en Canelones brindamos infinitamente más servicios de lo que se brindaba en el 2005. Si yo tenía un gimnasio en el 2005 y ahora tengo 17, los tengo que nutrir de funcionarios. Nosotros tenemos 150 bajas por año entre jubilados, fallecidos y rescisiones de contrato que los tenés que completar. En año electoral no podés ingresar por llamado, tiene que ser por designación directa. Y no sabés quién se va a jubilar ni quién va a fallecer ni a quién le va a recibir el contrato en qué área, y los tenés que reponer.

Entonces, si nosotros hacemos un comparativo con otras intendencias, hoy tenemos un 6,5% de designaciones directas en total de la plantilla. Somos la tercera intendencia con menos designaciones directas. Somos la segunda intendencia con menos funcionarios en relación a población. Tenemos 60 cargos de gobierno, de los cuales tenemos ocupado 48 y de los 48, 14 son ocupados por funcionarios. Creo que es un número que lo tenemos extremadamente cuidado.

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“En estos cinco años tenemos que tener resuelto el tema de la entrada y salida por Giannattasio, tener solucionada la entrada y la salida por 8 de Octubre y Camino Maldonado. Por la cantidad de gente que se fue a vivir a Canelones y que trabaja en Montevideo, cada vez se complejiza más”

Evidentemente que, por alguna causa, el Partido Nacional es el único partido que no acompañó el proyecto de [Adrián] Peña para regular las designaciones directas, que hay que regularlas, contemplando algunas excepciones. Yamandú Orsi no conoce una cantidad de operarios, ingenieros, oficinistas que ingresaron por designación directa por alguna de estas causales. Ni ellos tampoco conocen a Yamandú Orsi. Entonces, yo estoy afín de regularlo, el FA está afín. Hay que ver cómo se plantea dentro de la coalición porque ahí tenés a Walter Cervini [candidato a intendente de Canelones por la Coalición Republicana, Partido Colorado] impulsando el proyecto de Peña, pero el PN se opuso. Nosotros estamos a favor y entendemos que es imprescindible lograrlo.

¿Qué obras faltan en el departamento?

Siempre falta obra. Nosotros hicimos 300 obras en este período y pavimentamos 400 kilómetros de calle. Nos comprometemos a hacer obra nueva en los 32 municipios. A nosotros, en lo que mejor puntuamos es en gestión ambiental. En lo segundo que mejor puntuamos es en obra. Cuando le preguntan a la gente: “¿Qué le falta a Canelones?”, te dicen: “Obras”. Donde no llegó: “obras”. Donde no llegó la luz, contestan “luz”. Pero hemos avanzado exponencialmente en materia de obra en 20 años. Era un departamento sin obras. En luminarias pasamos de 11.000 a 80.000, y proponemos llegar a 100.000 en el periodo que viene. La garantía para el que no le llegó la obra, al que no le llegó la luminaria todavía, es: miren lo hecho en estos 20 años de gestiones frenteamplistas. No nos cabe la menor duda de que les va a terminar llegando. Y es un compromiso que estamos haciendo.

Has prometido la creación de nuevas canchas de fútbol infantil. ¿Cuántas y dónde? ¿Y cómo explicás la importancia de esas obras?

Nosotros, sin descuidar nunca lo que es alumbrado y la recolección de residuos (el ABC), desplegamos un plan de iluminación de las 74 instituciones del fútbol infantil, donde aportamos un granito de arena, al lado de lo que hacen los padres y las madres llevándolos a entrenar, vendiendo el refresco y la torta frita los fines de semana en un lugar donde se crece en valores: ahí está la importancia. Al igual que en la escuela y al igual que en la familia. Entonces, desplegamos un plan donde pusimos 12 focos led por cancha y el gobierno de Canelones se hace cargo del consumo de energía. Ahora, lo que nos proponemos es generar siete centros de desarrollo de fútbol infantil. Nosotros tenemos siete ligas de fútbol infantil en el departamento. Será uno por liga, que va a consistir en canchas con iluminación, vestuario, aula y alojamiento. Me parece que estamos dando otro salto en calidad en el deporte infantil que es muy, pero muy importante.

Acompañaste a Marcos Carámbula primero y a Yamandú Orsi después. ¿Sos la continuidad, sos más de lo mismo?

Continuidad o continuismo son palabras que a mí no me gustan. Yo voy a tener mi propia impronta. Tengo temas que atender, producto de la realidad, como el saneamiento y la movilidad, cuando tal vez las prioridades eran otras en los períodos anteriores. Tengo que leer cuál es la realidad actual y, por supuesto que, en base al aprendizaje de los dos —con Yamandú compartí 20 años, con Marcos compartí 10, pero era una fuente de consulta— y el consejo siempre certero y siempre dando en el clavo de ambos, cuando me lo tengan que dar, yo le voy a poner mi propia impronta.

¿Cuál sería la impronta de Pancho Legnani, si sos electo intendente canario?

Sacando el ABC, donde creo que venimos muy bien. Un debe que nosotros tenemos y en lo que soy un obsesivo es bajar los tiempos de gestión. Canelones fue el primer organismo del país en implementar el expediente electrónico en el año 2007 y en publicar las resoluciones. Desde Australia se podía dar lo que el intendente decidía en el año 2007, fuimos pioneros en el país. Avanzamos en los trámites en línea, avanzamos en la digitalización de documentos. Igual, para mí, tenemos que profundizar mucho en la rapidez de los trámites, porque del otro lado yo tengo un contribuyente, tengo un vecino que quiere habilitar un kiosco o tiene un emprendimiento y quiere venir a instalarse en Canelones. Y no los puedo hacer demorar; en eso me voy a enfocar con mucha fuerza.

Lereté me dijo que él está convencido de que esta vez sí, la coalición tiene grandes chances de arrebatarle la intendencia al FA. Y sos uno contra tres...

Yamandú, en las pasadas elecciones, fue uno contra cuatro, compitió hasta con un candidato de Cabildo Abierto en esta oportunidad. Cabildo este año en Canelones no tiene un candidato. Mi campaña es de mucho recorrido, de mucho territorio, con una campaña unitaria, y toda la fuerza política desplegada en el departamento. Entonces, en el sentido del uno contra tres, ya tenemos la experiencia que nos dice que no es desnivelante el hecho de ser más cantidad de números (tres candidatos contra uno). Por el otro lado, está muy bien que Lereté piense que tienen posibilidad de ganar. Tienen que hacer una campaña como para ganar.

“‘Continuidad’ o ‘continuismo’ son palabras que a mí no me gustan. Yo voy a tener mi propia impronta. Tengo temas que atender, producto de la realidad, como el saneamiento y la movilidad, cuando tal vez las prioridades eran otras en los períodos anteriores”

Por nuestro lado, nosotros ofrecemos mucha experiencia de gestión, 20 años dentro de la gestión, donde las viví todas: desde cuando no había un mango y había un montón de ideas y no se podían implementar en el territorio, cuando sacamos la cabeza de abajo del agua y se empezó a abrir el desarrollo en Canelones. Lo que yo tengo para ofrecerle a la ciudadanía es 20 años de gestión exitosa, no dicho por mí, sino confirmada por la ciudadanía que nos renovó la confianza en más de una oportunidad. Fijate que Yamandú dejó la gestión con un 65% de aprobación. Y tengo un gran equipo institucional que nos va a permitir hacer la mejor gestión para Canelones.

¿Cómo ha reaccionado la familia y especialmente tus hijos —Fiorella de 20, Maitena de 17 y Lucas de 5 años— ante este momento que estás viviendo?

Pasa que todos me han escuchado decir desde siempre que es un sueño que yo persigo desde muy chico, desde los 15 años. Yo tenía un abuelo materno, blanco, Pedro se llamaba, que después terminó votando al Frente, a quien a los 15 años yo le decía que quería ser intendente. Y él me decía: “No, estás loco… Si te gusta la política, arrancá para el Parlamento; la intendencia de Canelones va a ser ingobernable siempre”. Desde muy chico me lo planteé como un desafío y como mi verdadera vocación, la política. De hecho, desde que empecé a ejercer la profesión [de abogado y escribano] tenía el sueño de ser intendente. Y las circunstancias me pusieron en este lugar… Y, bueno, lo estoy encarando realmente, disfrutándolo mucho con mucha dedicación. Y mi familia, por supuesto, me acompaña.

¿Sos feliz?

Muy feliz. La felicidad completa no existe; existen los momentos felices, y estoy atravesando un momento feliz.

Por César Bianchi