Contenido creado por Julia Peraza
Las 40

Según el color

Las 40 de la diputada Gloria Rodríguez: “La nuestra es una sociedad sumamente racista”

“Hubo organizaciones que me dijeron que, como tienen convenios, tenían temor a manifestarse” sobre el incidente con la frenteamplista Susana Andrade. Por Gerardo Tagliaferro.

13.06.2017

Lectura: 23'

2017-06-13T00:00:00-03:00
Compartir en

Hace poco más de un mes fue portada por un incidente con la diputada frenteamplista suplente Susana Andrade, cuando ésta la llamo en un tuit "manipuladora negra blanca" -"afro blanca" corrigió después, según algunas versiones-. Su reacción, indignada, derivó en el planteo de una cuestión de fueros en Cámara, una primera negativa del Frente Amplio a considerarla y una marcha atrás después, con pedido de disculpas incluido.

A juzgar por sus intervenciones públicas y por algún discurso, Gloria Rodríguez no es de dar ni pedir tregua. Su estilo no es el de andar eludiendo la confrontación, cuando ésta se instala. Eso no le impide tener una "muy buena relación" con sus colegas de otros partidos, incluidos los del FA, aclara. La política, ya se sabe, permite esas licencias: griterío en la tribuna y cordialidad en el vestuario. Pero en este caso estuvieron en juego cuestiones que, puede suponerse después de escucharla, pesan en lo personal.

Gloria no podía ir a bailar al Club Unión de Melo cuando era adolescente porque en él, por estatuto, no podían entrar negros. Pero como siempre había sido así, nadie osaba discutirlo. Era lo natural. En el Club Uruguay los que no entraban eran los blancos. Parece cosa de Mississippi pero sucedía en Cerro Largo, Uruguay, hace 30 o 40 años.

Cuando la hoy diputada terminó sexto de bachillerato fue al Unión junto con sus compañeros, al baile de graduación. Como era un evento organizado por el liceo no le impidieron la entrada, pero las miradas de los funcionarios -recuerda ella, vaya a saber qué pasaba por la cabeza de ellos- la hicieron sentir tan incómoda que se quedó toda la noche sentada. "Ese día creo que fue cuando tomé conciencia de que había que hacer algo para cambiar eso", recuerda hoy, muchos años y camino recorrido después.

Es la primera mujer afrodescendiente que ocupa un lugar en el Parlamento uruguayo. Todavía no hay registro ni de hombres ni de mujeres de igual condición en el Senado. Ella dice que, pese a lo que muchas veces nos parece, la nuestra "es una sociedad sumamente racista".

Por Gerardo Tagliaferro
tagliaferro@montevideo.com.uy

 

1) Nacida en Melo e hija de un policía ¿verdad?

Mi padre antes fue mimbrero, una actividad que en el interior era muy común. Iba al monte a cortar la materia prima, la cocinaba, la pelaba y luego hacía muebles: mesas, sillas, muchísimas cosas. Era un artesano. Ahora me pongo a pensar que ese trabajo manual, tan prolijo, hoy no lo vemos. Porque no eran cestas, sin desmerecer ese trabajo, eran muebles. Mi padre fabricaba muebles de mimbre. Y después sí, fue policía. Mi mamá también trabajó años como empleada doméstica, hasta que ya mi padre pudo mantener el hogar.

2) ¿Un hogar politizado?

Por papá, sí. Papá era un hombre herrerista.

3) En Cerro Largo, y más en aquella época, difícil no ser blanco.

¡Ahora es difícil no ser blanco! (se ríe). Estuve hace pocos días... en Melo es divino hacer política para quienes somos del Partido Nacional. Todas las autoridades son del Partido... Cerro Largo es un departamento blanco. Mi papá hizo política siempre en el herrerismo, en la lista 22 con Jorge Silveira Zabala, Juan de la Cruz. Mi mamá no, no tengo recuerdos de ella haciendo política, más allá de ir a votar. El día de las elecciones en mi casa se organizaban asados, esas cosas muy clásicas del interior, y ella se dedicaba a atender a las personas que llegaban, pero nunca militó.

4) ¿Su padre llegó a ocupar algún cargo?

Sí, de secretario local, más bien el que abre el comité y toma las notas de los ciudadanos cuando van a solicitar alguna entrevista, esas cosas. Nunca ocupó ningún cargo importante.

5) ¿Cuál era el contexto social en el que vivían?

Era una familia económicamente pobre, un hogar sumamente humilde. Éramos una familia que vivía de lo que ganaba mi papá, que tampoco era un salario importante, y muchas veces con determinadas carencias. Nunca nos faltaron las cosas elementales, siempre digo que nunca nos faltó la comida, jamás. Ni la vestimenta. Humildes pero siempre con dignidad, vivimos en una pobreza digna.

6) En Cerro Largo, en un hogar de tradición blanca y con un padre militante, supongo que era difícil que usted tomara otro camino político. Pero ¿cuándo se produce ese clic que hace que se transforme en blanca por convicción, y no solo por herencia?

Sí, es así. Mi papá siempre fue un militante del herrerismo, pero nunca coincidíamos en el pensamiento. Él siempre tenía esa duda o el temor de que su hija se apartara del Partido Nacional. Yo siempre he tenido la cabeza un poco más abierta, y chocábamos. Yo era muy de discutir algunos temas... lo acompañé pero muchas veces no coincidí. Estaba más alineada con el pensamiento wilsonista y a veces discutía con él. Yo le decía: "Mirá que Wilson dijo tal cosa", y él decía: "No, eso no es así. Eso piensan los comunistas" (se ríe). Papá no era wilsonista, no voy a decir que era anti Wilson, pero no era wilsonista. Cuando falleció Wilson viajó, vino a Montevideo, pero tenía muchas diferencias con su pensamiento como muchos herreristas. Estamos hablando de que mi papá es un señor de 94 años. En aquel momento ya era un hombre grande, su pensamiento ya estaba consolidado antes del surgimiento de Wilson.

“Yo le decía a mi padre: ‘Mirá que Wilson dijo tal cosa’, y él decía: ‘No, eso no es así. Eso piensan los comunistas’”

7) ¿Usted fue wilsonista?

Nunca milité en el wilsonismo ni nunca voté dentro de esa corriente. Siempre voté en el herrerismo y siempre milité en él. En Cerro Largo siempre voté en el herrerismo y cuando vine a Montevideo, obviamente a la lista 71. Somos fundadores, ahora en noviembre cumplimos 25 años de la lista.

8) ¿Recuerda su primer discurso político?

Sí, por supuesto, en el club Cabrera. Me fue horrible, no me salió nada. No me olvido jamás, Penadés dijo "ahora va a hablar Gloria, la dirigente de Malvín Norte", y yo me había preparado muy bien para ese gran día, pero me fue muy mal. Era una reunión política de referentes de la zona, en ese momento la Regional 4B, y yo tenía que hablar y para eso me preparé. Pero estaba muy nerviosa y los nervios me jugaron una mala pasada. El discurso fue un desastre, dije "acá nunca más me invitan a nada".

 9) En 1991 vino a Montevideo con sus dos hijos, luego de separarse de su esposo.

Sí, me vine con mis dos hijos y mi bisabuela, que tenía 92 años. Había fallecido mi abuela y mi mamá, que era la que cuidaba hasta entonces a mi bisabuela. Mi mamá falleció y ella se quedó sola, entonces cuando decidimos venirnos la trajimos. Vine con mis dos gurises, mi bisabuela y un perro. Me vine por un tema de salud de mi hijo mayor, tenía dificultades en el aprendizaje y no encontrábamos un lugar para insertarlo en la educación. Un problema de disartria, lo mandaban a una escuela de chicos con deficiencias intelectuales y cuando iba, le hacían el estudio y decían "no, pero el coeficiente intelectual de este chico es normal". Tenía dificultad para expresarse y para escribir. Vinimos a Montevideo a iniciar un tratamiento, pero económicamente me resultaba muy difícil estar viajando prácticamente cada quince días, y llegaba el momento en que él tenía que insertarse en el sistema educativo, no podíamos estar así. Ahí fue que decidimos trasladarnos.

10) ¿Tenía familia acá?

Tenía familiares pero no como para darme una contención. Siempre digo que si miro hacia atrás y lo pienso, con la experiencia que uno ha vivido, no sé si lo hago. Fue una aventura, quizás sin tomar mucha conciencia de lo que estaba realizando. Era más fácil estar en Montevideo, teníamos más seguridad.

11) ¿Vino con trabajo seguro?

No. En Melo trabajé en colegios, en la parte de adscripción, siempre trabajé dentro del sistema educativo. Pero acá me vine sin trabajo. Vendí una casa que tenía en Melo y me vine con la intención de comprar algún apartamentito. Y cuando llegué pude comprar en Malvín Norte, el dinero no nos daba para comprar en otro lugar. Y bueno, uno después busca dónde trabajar, estuvimos buscando en un lado, en otro. Siempre tuve algo para hacer. Al poco tiempo hubo un llamado en el Ministerio de Transporte y entré, trabajé creo que dos o tres años. Luego, los que habíamos entrado en esas condiciones, como eventuales, nos quedamos sin trabajo por varios meses. Después, en el (segundo) gobierno de Sanguinetti, hubo otro llamado y ahí ya quedo efectiva en el Ministerio de Transporte, hasta que luego paso al Ministerio de Educación y Cultura. Ahí ya comencé a hacer otro tipo de cosas, estudié, hice periodismo en el IPEP, después Periodismo Científico en Buenos Aires... Siempre con militancia, a los tres o cuatro meses de llegar a Montevideo comenzamos a trabajar en la política.

12) Ese pasaje del Ministerio de Transporte al de Educación ¿fue un pase en comisión?

Sí... Cuando fue ministro (Antonio) Mercader yo fui en comisión a su secretaría. Luego, cuando cambió el gobierno, como es normal, cada uno regresa a su lugar de origen, pero nosotros estábamos trabajando en el Ministerio de Educación y Cultura en un proyecto de clubes de ciencia. Entonces el ministro que entra, (Jorge) Brovetto decide que me puedo quedar hasta terminar ese proyecto. Pero el proyecto se amplió y continuó y el ministro Brovetto me lleva en comisión. Siempre digo que estuve en comisión con Brovetto, con la ministra (María) Simón y con (Ricardo) Ehrlich. Esos tres ministros me sacaron a mí en comisión.

“Penadés dijo ‘ahora va a hablar Gloria, la dirigente de Malvín Norte’, y yo me había preparado muy bien, pero me fue muy mal (…) El discurso fue un desastre”

13) Y obviamente sabían que usted era militante del Partido Nacional.

Totalmente, totalmente.

14) ¿Cómo trabajó con ellos?

Muy bien. Trabajé muy pero muy bien. No puedo decir absolutamente nada de ninguno de los tres. Cuando había cambios se generaban esas dudas pero llegado el momento los tres me sacaron en comisión. Luego sí, me incorporo a la Dirección de Ciencias (del MEC), también en un gobierno frenteamplista y ahí me quedo a cargo del área de Comunicación, hasta que soy electa diputada y debo renunciar a la administración pública.

15)  Ocupó el tercer lugar en la lista a diputados por Montevideo de la 71. La ley que estableció una cuota de género en las listas obliga a que haya por lo menos una mujer en los tres primeros lugares. Si no hubiera sido así ¿cree que igual habría ocupado ese lugar?

Yo soy hija de la cuota, siempre lo digo. No sé, tengo mis dudas de si hoy sería diputada sin la cuota. Mis serias dudas eh... ¿por qué? Porque generalmente somos suplentes y al ser funcionaria pública habría tenido que renunciar a mi función, pero el suplente entra hoy y mañana no, pero hay que vivir y llevar la casa adelante todos los días. Entonces no sé si realmente sería diputada en esas condiciones. Lo digo con preocupación, por tantas mujeres más capacitadas y más preparadas que yo, que no han logrado ocupar un lugar.

16) ¿Cómo fue el proceso que desembocó en su inclusión como tercera candidata en la lista? ¿Quién lo propuso?

Yo. Yo lo propuse. Venía diciendo hacía muchísimos períodos que mi deseo era ocupar un lugar. Al principio no, pensaba que el tema era militar, trabajar, yo soy una activista social, pero me di cuenta de que tenía que estar. Que no son otros los que tienen que decidir por nosotros, que si nosotros no estamos las cosas no se deciden. Yo trabajé siempre con el tema de la discriminación y cuando tratamos la ley 19.122 (N. de R.: favorece la inserción laboral y educativa de los afrodescendientes) convoqué al Partido Nacional y los legisladores me acompañaron mucho. Ahí me di cuenta de la necesidad que teníamos de participar, que no lo podíamos mirar de afuera, porque a veces el que decide no siente la necesidad del otro. Hay que legislar "con", y no "para". Y por eso me propuse estar, y si no voy a estar me tienen que decir por qué.

17) ¿Tiene, entre comillas, un padrino que dijo "vamos a poner a Gloria acá"?

(Piensa) La lista 71 tiene un presidente y un senador. Un presidente que es Gustavo Penadés, con quien tengo más vínculo como amigo fuera de la política, y está el senador (Luis Alberto) Heber. Creo que hubo una combinación muy fuerte para tomar la decisión, aunque finalmente quien toma la decisión es el presidente de la lista, que es Penadés. Ahora, sería injusta si hablo de padrinos, creo que mis padrinos políticos fueron mis compañeros de militancia que se encolumnaron todos, blancos y no blancos.

18) Se refiera a la militancia social.

Militancia social y también política. Muchos compañeros políticos se sumaron, y compañeros que no eran militantes del Partido Nacional también y hoy muchos lo son. Tengo una compañera médica, una mujer militante desde siempre del MPP, mi amiga personal, que en ese momento me dijo que me iba a apoyar y hoy es una mujer del Partido Nacional. Se convenció de que donde estaba militando estaba equivocada. El que conoce el Partido Nacional se queda en él. Esos fueron mis padrinos, que se jugaron, pusieron su tiempo, abandonaron su familia prácticamente durante un año de trabajo. A esa gente le debo mucho y también a un barrio, que es Malvín Norte.

19) ¿Le hicieron sentir que estaba desplazando a alguien?

Ah, en política siempre. Siempre hay más candidatos. Vuelvo a decirlo: muchísimas mujeres tan o más capacitadas que yo, muchísimas compañeras que tenían sus legítimas aspiraciones.

20) Me refiero a hombres de la lista que pudieron sentirse molestos porque usted los desplazó.

Bueno... sí, obviamente. La lista 71 venía en los últimos años, en la línea de diputados, con tres o cuatro varones: Penadés, (Jaime) Trobo, (Gustavo) Borsari, (Pablo) Abdala... como tantas listas. Tuvimos también una compañera, Ana Lía Piñeyrúa. Pero como en tantas listas, los primeros lugares estaban ocupados por hombres. Por eso hubo una ley de participación política de las mujeres. Obviamente que algunos hombres se habrán sentido desplazados, unos sí, otros no. En política hay que saber ser generoso.

21) ¿Alguno se lo hizo sentir?

(Piensa) Claro... por supuesto que sí. Y es normal. Es normal que alguien diga: "Si siempre estuve ¿cómo puede ser que por una ley...?" Por eso este tema de las leyes muchas veces golpea, y golpea fuerte. Yo fui una de las que al principio no estaba de acuerdo (con la cuotificación), porque pensaba que nosotras teníamos que ganarnos un lugar por propios méritos. Pero reconozco que muchas veces no es suficiente y que una ley ayuda. Hay que ser muy cuidadosos, no es poner a una mujer como venga y que después sea como un florero. No es así.

“Soy hija de la cuota, siempre lo digo. No sé, tengo mis dudas, si hoy sería diputada sin la cuota”

22) ¿Está de acuerdo con la cuotificación por otros motivos, por ejemplo el color de la piel?

Sí, y he trabajado muchísimo en ese tema. Considero que es necesario, aunque también digo que no nos ha dado los resultados esperados. En el tema afrodescendientes, o negros, avanzamos pero ahora estamos estancados. Se ha trabajado muchísimo por las organizaciones civiles, durante décadas, para brindar la oportunidad de que todos podamos ocupar lugares de decisión y hoy somos muy pocos los que lo hacemos. Diez años atrás teníamos compañeras y compañeros afrodescendientes ocupando direcciones, lugares en el Parlamento. Hoy no, eso se ha perdido. El Estado ha invertido mucho dinero y ha llegado muchísimo del exterior para trabajar esta temática y los resultados no están a la vista. Hoy el tema afrodescendientes o negros lo hablamos para un círculo determinado de personas y no sale de allí. Si salimos al interior y preguntamos por las políticas hacia los afrodescendientes, no las conocen. Entonces hoy puedo decir que no estoy nada conforme con los resultados. Hablo no solo del color de la piel, hablo del diferente; estamos luchando para que el diferente esté en determinado lugar, pero yo pregunto: ¿estamos capacitados para recibir al diferente en ese lugar, o lo vamos a seguir mirando como diferente? Y si nos enojamos: ¿lo vamos a descalificar? ¿vamos a decir "el negro", "el rengo", "el homosexual"?

23) Específicamente la población de raza negra ha tenido históricamente una menor posibilidad de acceso a la educación, a determinado mercado laboral... sigue habiendo muy pocos profesionales afrodescendientes en proporción a la población.

Sí, la causa es que venimos de un sistema esclavista. Cuando viene la abolición de la esclavitud el negro queda libre, se le paga al amo pero el negro queda con las manos vacías. Tiene que seguir al lado de su amo y ahí sigue siendo la persona de servicio. Y al ser un colectivo sumamente empobrecido tampoco tiene la posibilidad de avanzar en sus estudios: se termina la primaria y hay que salir a laburar. Ha costado muchísimo. Y nos siguen mirando diferente.

24) ¿Se sintió discriminada en su niñez y adolescencia?

Sí, sí, obviamente que sí. La discriminación a las personas por el color de la piel es un hecho y obviamente que me he sentido discriminada. El primer lugar donde uno lo siente es en la escuela, porque cuando está en la casa está con sus iguales. Pero cuando sale de su casa ahí es diferente.

25) ¿La afectó siendo niña?

La verdad que no. No, por la educación que me dieron en casa, nunca nos sentimos mal por ser negros. Siempre digo que para mí es un orgullo, un linaje, y siempre lo he abordado con naturalidad y sin ningún tipo de rencor ni revanchismo. Nacimos en un hogar de familias negras, nos tocó eso y yo digo que es como una misión trabajar en estos temas.

26) ¿La nuestra es una sociedad racista?

Es una sociedad sumamente racista. Sumamente racista. Yo lo viví hace muy pocos días.

27) Se refiere a lo que pasó en la Cámara de Diputados con su colega Susana Andrade.

Por supuesto. Si esto sucede en Cámara ¿qué podemos pedir a los que están del otro lado? Este fue un hecho que nos demostró que estamos en una sociedad racista, porque no hubo una reacción diciendo "no, nos desmarcamos de esto, no tenemos nada que ver". Y me estoy refiriendo al Frente Amplio, que no reacciona, guarda silencio. Es decir que queda como alineado a la posición de esa legisladora. Como legisladora del Partido Nacional, si yo mañana cometo un acto de discriminación, considero que mi partido va a reaccionar y va a deslindar su responsabilidad y a decir que no piensa como yo. Eso no sucedió. Sucede cuando yo lo llevo al Parlamento, y lo hago porque tengo esa posibilidad, hay muchos que no la tienen. Yo no voy a permitir que este partido de gobierno hable de discriminación y racismo, porque entonces yo voy a salir a hablar también. Acá no se actuó como corresponde. Hubo organizaciones civiles que se comunicaron conmigo para decirme que, como tienen determinados convenios, tenían temor a hacer una manifestación pública sobre el hecho que yo estaba viviendo. Eso lo dije en el Parlamento y nadie me preguntó qué organizaciones eran esas. Dije: "¿Quieren saber qué organización fue? Lo digo ahora. Después no me lo pregunten".

“Obviamente que algunos hombres se habrán sentido desplazados. En política hay que saber ser generoso”

28) Yo se lo pregunto ahora.

Ahora no lo voy a decir, porque voy a tener la oportunidad de decirlo en el Parlamento.

29) Y esas organizaciones le dijeron que no podían salir a cuestionar públicamente la actitud del Frente Amplio porque tenían convenios con organismos públicos.

Claro, que podían terminar con algún problema. Como también sé de organizaciones que trabajan el tema de los afrodescendientes y han recibido muchísimo dinero... por eso digo: yo nunca viví de los negros. A mí nunca me pagaron para esto.

30) ¿Cómo ha manejado ese incidente después, en la diaria, con sus colegas frenteamplistas?

Ah, tengo que hablar bien de mis colegas... no puedo decir nada, al contrario. Prácticamente todos se acercaron a pedir disculpas. Yo tengo una muy buena relación con la bancada del Frente Amplio, no tengo enfrentamientos y coincidimos en muchas cosas. Lo que sí lamento es que no hayan reaccionado en el momento adecuado cuando se trata de un partido que siempre ha dicho que está en contra de la discriminación y el racismo.

31) ¿Con la diputada Andrade ha tenido algún contacto después?

Para nada, y no tengo intención de tenerlo. Nunca tuve relación con ella más allá de un saludo, dos o tres veces. Si nunca tuvimos una relación, menos la vamos a tener ahora. A mí me parece que lo que hizo fue lamentable y dejó mal parado a todo el colectivo; lo que todo ese colectivo hizo durante 20 años, esta señora en un segundo lo tiró abajo. Y hoy es la responsable de todo lo que ha ocasionado, porque ellos retrocedieron y no hay vuelta. Pueden hacer lo que quieran que yo puedo salir y decir: "¿Qué hablan ustedes de racismo, si cuando hay un ataque racista se callan la boca por una ideología política?" Cuando (Ignacio) De Posadas utilizó aquella expresión "merienda de negros", yo fui la primera -y no era diputada- en pedir una entrevista en el Directorio del Partido Nacional para decir que me sentía ofendida y que lo consideraba una falta de respeto a todo mi colectivo. Y el doctor De Posadas, que es un caballero, dio las explicaciones de por qué había utilizado esa frase y pidió disculpas. Y era de mi partido. Cuando (la activista afro) Tania Ramírez tuvo un problema a la salida de un baile yo convoqué al Partido Nacional para la marcha que se hizo en rechazo a eso y marchamos todos los del Partido Nacional, sabiendo perfectamente que ella es del Frente Amplio. Nunca miré si son blancos, colorados o verdes. Ahora, si el partido de gobierno considera que el negro que no es del Frente no merece respaldo cuando es agraviado... bueno, yo estoy acá para decirles que no es así.

“Si el partido de gobierno considera que el negro que no es del Frente no merece respaldo cuando es agraviado… yo estoy acá para decirles que no es así”

32) Leí que cuando usted era niña existía un club en Melo en el que no se permitía entrar a personas negras.

Sí, había sí. Obviamente ha cambiado todo, hablamos de 30 años atrás. Centro Unión Obrero, el Club Unión, ahí no entraban negros. Estaba en los estatutos: no se admiten personas de color. Y estaba el club de los negros, que era el Club Uruguay.

33) ¿Y nunca hubo ningún problema a raíz de eso?

Me supongo que sí, pero era algo tan natural que cada uno supiera dónde tenía que ir a bailar, no pasaba absolutamente nada. Cuando comencé a ir a los bailes iba al Club Uruguay, porque era donde podía bailar. Tomé conciencia cuando un tío, que era blanco y vivía con mi tía en Montevideo, fue allá y quiso entrar al Club Uruguay y le dijeron que no podía hacerlo porque era blanco. Ahí hubo toda una discusión y al final le dijeron: "entra, se sienta, pero no puede bailar". Y estuvo toda la noche sentado. Y en los clubes de los blancos, ni sentados los negros (se ríe). Pero los negros no lo sentíamos como un problema, no estaba aquello de "quiero ir al Club Unión", primero porque era para un determinado nivel económico. Fui al Club Unión a un baile de fin de año, cuando terminamos sexto año de liceo. Claro ¿quién iba a pensar que una negra iba a terminar el liceo?

34) Y no tuvo problemas.

Fue horrible. Me tuvieron que dejar entrar porque esa fiesta la organizaba el liceo, pero ahí es donde uno siente la discriminación, en las miradas de la gente que trabajaba ahí. Mis compañeros estaban en su salsa, bailando, pero yo no. Ese día creo que fue cuando tomé conciencia de que había que hacer algo para cambiar eso. Yo era una adolescente para cuyos padres era un orgullo que hubiera terminado el liceo, era un día de fiesta, las mejores ropas posibles, y uno no disfruta, uno se siente mal, totalmente fuera de lugar. 

35) Es creyente, pertenece a la Iglesia Nueva Apostólica. ¿Cree que Dios incide en las decisiones políticas de los gobernantes?

Creo que si lo dejamos, sí. Dios es todopoderoso pero también nos da libertades... también nos da libertades. Dios no nos impone. Por eso digo que si lo dejamos, sí.

36) ¿Cómo se define ideológicamente?

Soy una librepensadora. Esa es mi definición.

37) ¿Se imagina presidenta?

Noooo... no, de ninguna manera, ¡por favor! Mi presidente va a ser Lacalle Pou.

“A veces por ambición de poder queremos llegar más y más y más arriba, y los resultados muchas veces están a la vista”

38) No estoy hablando de las próximas elecciones, pero usted es una mujer joven todavía, y para la política uruguaya mucho más. Supongo que a quien se dedica a la política y ocupa altos cargos, alguna vez se le cruza la idea por la cabeza.

Voy a contestar con total honestidad: nunca, nunca, nunca se me pasó por la cabeza porque considero que es una responsabilidad demasiado grande. A veces por la ambición del poder, por querer llegar, terminamos perjudicando a tres millones de personas. No todos estamos capacitados para ocupar la presidencia, a veces por esa ambición de poder queremos llegar más y más y más arriba, y los resultados muchas veces están a la vista. En este momento yo no me siento, de ninguna manera, capacitada para gobernar un país. Ahora, sí me encantaría ver una mujer presidenta y me encantaría una mujer negra. O un hombre negro ¿por qué no? Yo no soy feminista, me encantaría ver un hombre negro presidente. Nunca tuvimos un hombre negro senador, o una mujer negra. En un país racista como Estados Unidos ya hubo un hombre negro presidente, lo cual fue muy importante para nuestro colectivo. Hubo un antes y un después de Obama, sin duda.

39) ¿Debe haber una mujer en la fórmula presidencial del Partido Nacional para las próximas elecciones?

Me gustaría muchísimo, pero no solamente por el hecho de ser mujer. Debe estar capacitada para gobernar, una mujer para florero no quiero.

40) ¿Ya tiene su candidata?

No, no la tengo. 

Montevideo Portal | Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López