Contenido creado por Julia Peraza
Las 40

Nadie antes que tú

Las 40 de Patricia Ayala: “Fui muy idealista, ahora vengo pisando tierra”

Hablamos con la primera mujer en ser electa diputada y luego intendenta en Artigas, hoy senadora y vicepresidenta por cuatro días. Por Gerardo Tagliaferro.

03.10.2017

Lectura: 22'

2017-10-03T00:00:00-03:00
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Los cuatro días de Patricia Ayala como vicepresidenta de la República incluyeron la aprobación en el Senado de la Rendición de Cuentas. Fuera de eso, más nada como para que la aventura quede registrada y mucho menos como para que pase a la historia. Sin embargo lo hará, porque por primera vez dos mujeres estuvieron esas 96 horas al mando del Ejecutivo, por el viaje del presidente Vázquez a la ONU: Lucía Topolansky en la presidencia y ella en la vice.

Pero las manías inaugurales de "la Paty" -como la llaman sus íntimos- no empezaron ahí. Esta fonoaudióloga, hija de ex presos políticos y madre de tres veinteañeros, parece destinada a cortar cintas invisibles. Después de 15 años de militancia alejada de las marquesinas, en el MPP de su Artigas natal, llegó a la Junta Departamental en 2005 y cinco años más tarde se convirtió en la primera mujer diputada por ese departamento. Ese mismo año la apuesta fue más fuerte, aunque ella asegura que no quiso apostar: fue electa intendenta de Artigas. Era la primera mujer en acceder a ese cargo y la primera vez que el Frente Amplio ganaba allí, en ese departamento del que salieron los cañeros del "Bebe" Sendic, pero en el que la izquierda era hasta poco tiempo antes una expresión marginal.

Todos los días, Ayala une su casa de El Pinar y el Palacio Legislativo en ómnibus. Lo hizo -¿por qué dejaría de hacerlo?- durante los cuatro días en que fue segunda en la línea de mando y en eso, también, quizás haya sido la primera. Si no lo fue, no cuesta nada imaginar que sí, porque es difícil que alguien pueda asegurar que otros vicepresidentes, antes, iban a sus despachos en ómnibus, conversando con algún extraño sobre el calor o el frío, leyendo algún libro o durmiéndose al sol de la ventanilla.

En su despacho de senadora, donde está desde febrero de 2015, Patricia Ayala toma mate y responde las preguntas con ese acento de la gente fronteriza, que no es portuñol pero pica cerca. Todavía anda descifrando algunas cuestiones de su pasado, y ni le pregunten sobre su futuro.

Por Gerardo Tagliaferro
tagliaferro@montevideo.com.uy

 

1) ¿Siempre venís al Palacio en ómnibus?

Sí. Estuve viniendo en auto, tenía un Gol que traje de Artigas, pero desde junio no lo tengo más y vengo en ómnibus.

2) Hay quien diría que eso es muy uruguayo: la vicepresidenta de la República vino en ómnibus a cumplir su función. ¿Crees que efectivamente no se ve en otras partes algo así?

Sería una atrevida si te digo eso, capaz que pensamos que no se ve y en otros lados sí existe. Igual acá es raro.

3) ¿Te pusiste a averiguar o alguien te comentó si hay antecedentes de personas que, ocupando la vicepresidencia, fueran en ómnibus a su lugar de trabajo?

No. Hay ministros que sí. Bonomi cuando era ministro de Trabajo andaba en ómnibus. Y acá hay muchos compañeros. Daniela Payssé, por ejemplo, sé que viene en ómnibus. Pero eso es más común.

4) ¿Te reconocen en el ómnibus?

Hay gente que sí, y si me topo con artiguenses es inevitable. Hay otros que miran, miran, pero no dicen nada. Mi cara es muy nueva por acá (se ríe). El año pasado me subí en ómnibus en 18 de Julio y enseguida quedó un asiento libre a mi lado. Una muchacha que estaba parada se sentó y vi que me miraba, me miraba, y dice: "Disculpame, ¿vos sos Patricia?" "Sí". "¿La que era intendenta de Artigas?" "Sí". "¡No puedo creerlo! ¡Encontrarte en el ómnibus!... vos no me conocés, yo soy de acá pero te he visto y nunca pensé encontrarme contigo en el ómnibus". Bueno, para mí es normal. Te digo más, yo pertenezco a la dirección del Regional Interior de mi sector, y hace poco tuvimos una reunión ampliada y vinieron más compañeros del interior. Y al rato uno de ellos dice: "para mí es una emoción que a alguien que veo por la tele, ahora la veo acá sentada, hablando con nosotros de igual a igual". Y vos decís: pah, todavía idealizamos ciertas cosas.

5) Tú debes haber tenido tu etapa de idealista.

Sí, fui muy idealista, como que ahora vengo pisando tierra. Y me pongo en el lugar de cómo yo veía a mis compañeros en esa función de senadores o diputados, y en realidad es una persona igual que vos, lo único que le tocó una función diferente.

“Cuando estaba cumpliendo 6 años mi madre estaba con la torta ya pronta… y en ese momento le avisan que mi padre había caído preso en Salto”

6) Ya habías sido vicepresidenta antes, pero has dicho que como era verano y solo fue por un fin de semana, pasó desapercibido. Ahora tuvo mucho más repercusión además porque coincidió que quedaron dos mujeres en los máximos cargos del Ejecutivo.

Sí, también tuvo más repercusión por cómo se dio, de la instancia que veníamos. Coincide con el viaje de Tabaré, primera vez en la historia que dos mujeres ocupan presidencia y vice, eso fue muy relevante y me parece bien que haya tomado esa relevancia. Porque por más que fueran solo cuatro días, es la primera vez en la historia que eso pasa y me parece que tiene su importancia para las mujeres y para el país.

7) Naciste en la ciudad de Artigas. ¿Viviste ahí toda la vida hasta que te radicaste ahora en El Pinar?

Estuve antes unos años en Montevideo cuando vine a estudiar, pero cuando terminé volví a Artigas. Y después, me vine ahora.

8) Tus padres estuvieron presos durante la dictadura, por su vinculación al MLN. Tu padre once años y tu madre uno.

Sí, mi madre estuvo presa en Artigas y mi padre en (el penal de) Libertad. Mi abuelo también tenía militancia política, fue candidato a la intendencia de Artigas por el Frente en la primera elección posterior a la dictadura (1984). Él era del PDC.

9) ¿Qué edad tenías cuando tus padres fueron presos?

(Piensa) Cinco o seis años. En realidad, para recordar en qué año cayó preso mi padre tengo que preguntar, porque antes estuvo clandestino, entonces me agarró más chica en eso. Iba algún día a Artigas a vernos y desaparecía otra vez. Como que su ausencia se inició por la clandestinidad y continuó con la cárcel después.

10) ¿Eras consciente de la razón por la cual tu padre estaba en esa situación?

Me acuerdo de todo lo que pasaba, de todo lo que vivimos... pero en realidad en ese momento era como algo natural: hoy está y mañana no. Cuando estaba cumpliendo 6 años -mi cumpleaños es el 25 de agosto- mi madre estaba con la torta ya pronta... no festejábamos el cumpleaños pero como había una barra grande de gurises los invitaba a tomar el chocolate y se cantaba el "que los cumplas feliz". Y en ese momento le avisan que mi padre había caído preso en Salto. Ahí terminó el cumpleaños. Torta al auto y a Salto.

11) ¿Cómo viviste la prisión de tus padres siendo tan chica?

Cuando los dos estuvieron presos, ese año quedamos con mis abuelos maternos y a media cuadra vivían los padrinos de mi madre, que eran también como sus padres porque ellos no tenían hijos. Una noche en cada casa prácticamente. Y los viejos cubrieron muy bien esas ausencias, porque hoy me preguntás y te digo que por supuesto extrañaba a mi madre, porque cuando sos chica y te lastimás vas corriendo a la falda de tu madre y ella no estaba, pero mis abuelos cubrieron muy bien esa parte. Además, en mi vida siempre tuve barras y en el barrio Zorrilla éramos como 30 gurises, varones y niñas, y jugábamos todo el día: las carpas, armar la casa en el árbol, todas esas cosas. Había un vecino que tenía un carro de esos de enganchar en la bicicleta y subíamos y él nos llevaba por todo el barrio. Los días de lluvia también eran una fiesta, todos a la calle a jugar, a mojarnos, los botecitos en la canaleta agua abajo. Yo jugaba mucho a la pelota y tenía mi bolsa de bolitas, así como tenía mis muñecas y hacíamos croché con una prima tomando mate dulce... Entonces, toda esa oferta estaba ahí. Mis abuelas -siempre digo que tengo seis abuelos, porque los padrinos de mi madre eran abuelos- me enseñaban a tejer, a coser, a bordar.

12) ¿Nunca sufriste, en la escuela, esa especie de discriminación que vivieron otros hijos de presos políticos, por ser "la hija de los tupamaros"?

No, de los compañeros, jamás. Lo que a veces era difícil de explicar es cuando te preguntaban "¿en qué trabaja tu padre?"

“Quedé embarazada soltera y mi preocupación era ‘cómo le digo al abuelo’”

13) ¿Qué contestabas?

Yo les decía: "está preso". Y les explicaba por qué, porque supongo que sentía esa necesidad de decir "mi padre está preso pero no por esto, sino por esto otro". No me ataba para explicar, capaz que me costaba un poco más, antes, decir que estaba preso, pero después que lo decía, lo otro salía solo.

14) Raúl Sendic ha contado que en Paysandú hubo una maestra que le propuso a su madre que cambiaran, él y su hermano, su apellido por el materno. Nunca te pasó algo por el estilo.

No, jamás. Las maestras eran maravillosas, alguna ya se murió. Hay otra que dos por tres la voy a visitar, la maestra de primer año. Aparte yo elegí la escuela, elegí la maestra... iba a una escuela y a todo el grupo de mi hermana lo cambiaron, entonces ya no me gustó y además la maestra me tiró un día de los pelos porque ensucié el cuaderno con chocolate, entonces ya no quería ir más ahí. Iba con la barra de mi hermana en el ómnibus y me bajaba en la escuela Río Branco y me metía en cualquier salón, hasta que mi madre me venía a buscar porque la llamaban. Así durante dos semanas, hasta que le dije a mi madre: "yo quiero ir a esa escuela, si me cambiás no te doy más trabajo". Y realmente, me cambió y nunca más le di trabajo. Bah... en esa área (se ríe). Y después, me quisieron poner con una maestra pero a mí me gustaba otra y me pusieron con la otra. O sea que elegí la escuela y la maestra.

15) Otros hijos de presos políticos han contado que en algún momento le cobraron a sus padres esa ausencia. Jorge Zabalza me contó hace muchos años que su hija mayor le decía: "todo bien contigo y tu militancia, pero cuando yo necesité un padre no lo tuve". ¿Te pasó algo parecido?

A mí personalmente no. No sé a mis hermanos. Pero siempre dije: acepto, apruebo, y quizás en el lugar de ellos hubiese hecho lo mismo. Viste que en la vida vamos buscando mecanismos de defensa para salir adelante, y hoy por hoy capaz que estoy un poco más abierta en eso de las emociones. Se me están viniendo recuerdos que los había dejado un poquito de lado. Y claro, en ciertos momentos necesité y no estaban, pero jamás se lo recriminé.

16) Además, tuviste una contención muy fuerte en tus abuelos.

Sí, que como te dije tuve seis. Mi abuelo materno, siempre dije que era la única persona que había extrañado en mi vida cuando se murió. Y hasta el día de hoy lo extraño, fue la figura paterna en cierto momento de mi vida. Además con él quizás vivimos algo más fuerte, yo en forma totalmente inconsciente, porque cuando mi madre estaba embarazada de mí empezó con pérdidas y no se sabía por qué. Hacía reposo y seguía con las pérdidas, y un buen día llega la doctora Esther a verla a mi madre -en esa época los médicos todavía iban mucho a las casas- y mi abuelo estaba cebándole mate a mi madre. Entonces la doctora le dice: "Modesto, ¿usted pone yuyos en el mate?" "Sí, le pongo tal cosa". "Ah... ahí está", dice ella. ¡El yuyo era abortivo! (se ríe) Mi madre siempre me lo contaba y yo creo que ahí estaba el por qué de eso sobreprotector que él tenía conmigo.

17) Se sentía culpable.

Creo que sí. Y te digo también que era de aquellos viejos cuadrados: su hermana quedó embarazada siendo soltera y él no le habló durante casi 40 años. Le vino a hablar después de viejo. Yo quedé embarazada soltera y mi preocupación era "cómo le digo al abuelo". Y no le dije nada, pero seguí yendo siempre a su casa. Claro, bobo no era el viejo (se ríe). Un día, él solo me dice: "si necesita algo, me avisa". Fue lo único que intercambiamos de mi embarazo.

18) Y después lo aceptó.

Sí, claro. A mi gurí cuando nació le faltaba solo un bisabuelo, los demás estaban todos. Los tiempos van cambiando, por supuesto. Creo que fue después de eso que él le volvió a hablar a su hermana.

“Durante muchos años fui la única fonoaudióloga en el departamento de Artigas”

19) ¿A tu padre lo venías a ver?

Una vez al año, más o menos, porque éramos tres además de mi madre. Económicamente no nos daba, la idea era que cada tanto viniera uno. Y a mí me tocaba una vez al año.

20) Y eras una adolescente cuando él salió de la cárcel. ¿Cómo fue el vínculo entonces?

Bien, bien. Él salió en el 83, yo en el 85 me vine a estudiar y volví embarazada. Y después me casé y vine otra vez a estudiar cuando mi hijo tenía un año. Pero el vínculo con él fue bueno.

21) Cuando viviste con tus abuelos y durante el período en que tu padre estuvo preso, ¿se hablaba de política en tu casa?

Con mi madre sí, con mis abuelos maternos no. Con mi abuelo paterno sí, pero eso fue más en la adolescencia. Después que mi madre salió de la cárcel vivimos otra vez en nuestra casa por un tiempo, hasta que murió su padrino y fuimos a vivir con la madrina de ella. Ahí, tres gurises con una veterana recién viuda... no anduvo mucho. Yo siempre digo que nosotros fuimos nómades, porque donde caía la noche dormíamos. Un día, 28 de noviembre, fuimos al cumpleaños de una prima y esa noche nos quedamos en la casa de mis abuelos paternos y bueno, nos quedamos ahí años, hasta que me vine a estudiar. Mis padres luego volvieron a vivir en la casa de ellos. Pero en esa etapa de la adolescencia, con mi abuelo paterno se daban lindas charlas. Él era muy católico y siempre estaba tratando de que fuéramos a misa, de que rezáramos... ninguno le salió para ese lado pero bueno, eran lindas charlas de la vida y ahí salían charlas políticas también.

22) Comenzaste a militar en el MPP cuando el sector se fundó en 1989. ¿Tuvo que ver en eso tu raíz familiar, con padres tupamaros?

Probablemente sí, pero fue una decisión mía sin conversarlo con ellos.

23) Todo ha sido muy rápido en tu vida política. En la primera elección en la que fuiste candidata, fuiste electa edil. Y a la siguiente elección departamental, ya fuiste intendenta.

Sí, en 2005 entré a la Junta (Departamental), en 2009 fui electa diputada por Artigas y en 2010, en la siguiente elección departamental, intendenta. Se dio así. De octubre de 2009 a enero de 2010 se empezó a hablar de las candidaturas a la intendencia, y yo no quería ser candidata. Y no quería porque habíamos hecho una campaña para ser diputada, era la primera vez que Artigas tenía una diputada mujer. Eso me pesaba. Pero bueno, el 19 de enero de 2010 vinimos a Montevideo un grupo de compañeros del MPP de allá, unos con una postura y otros con otra, a discutir el tema. Y de ahí salimos con mi candidatura.

24) ¿Cuál fue la razón que primó para que fueras candidata?

Yo qué sé... muy electorero todo. Acababa de salir, con buena votación, diputada, y tanto de allá como de acá, y no solo del MPP, había compañeros que decían que tenía que ser yo porque era la que tenía la posibilidad. Y bueno, en realidad fuimos tres al plenario departamental, hubo uno que se bajó de la candidatura y quedamos dos. El otro era el que es actualmente diputado por Artigas, el doctor Silvio Ríos, del Frente Líber Seregni.

“Mi mayor oposición en los cinco años de intendenta fueron los compañeros”

25) Y ahí ganaste. ¿Qué fue lo que te hizo ganar y ser la primera mujer intendenta y de izquierda en Artigas?

Una razón fue el trabajo que se había hecho desde la Junta. Recorrimos mucho el departamento los cinco años. Lo hicimos con el grupo de trabajo, pero cuando no podía ir el grupo, mi madre siempre estaba: salíamos del trabajo y ella estaba con el mate, el termo, la banderita, todo... me iba a buscar y ya arrancábamos de ahí. Y en época electoral, el parlante arriba del auto. Ella me acompañó mucho.

26) ¿Influyó tu profesión, vinculada a la medicina en el departamento?

No, mis pacientes no querían (se ríe). Sé que varios de ellos me votaron, por el cariño y todo lo demás, pero en realidad ninguno quería porque durante muchos años fui la única fonoaudióloga en el departamento. Después, con los años, se agregaron dos colegas en Bella Unión. Pero ganamos porque trabajamos muy bien en la campaña también con el compañero (Ríos), hicimos algunas actividades juntos al inicio, dos en el medio y una al final. Eso fue muy bueno. Y por otro lado, había un desgaste de los otros partidos.

27) ¿Y qué pasó en la siguiente elección? ¿Por qué no pudiste retener la intendencia?

Así como se dieron un conjunto de condiciones para ganar, también se dieron para perder. Una de ellas fue que no supimos contar todo lo que se hizo, y tampoco supimos mantenernos unidos como Frente. Mi mayor oposición esos cinco años fueron los compañeros. Los ediles de la oposición me decían: "nosotros no tenemos que hacer nada".

28) ¿Hubo iniciativas tuyas que no salieron porque algún sector del FA las bloqueó en la Junta?

Mirá, hubo modificaciones en la estructura (de la intendencia) que planteamos y no salieron. Por ejemplo, de inicio las direcciones nuevas no las votaron. No votaron el rótulo de director, porque después todo el planillado, el presupuesto asignado a esa área, todo se votó. Entonces, igual lo implementamos. Trabajaban como direcciones sin serlo. Pero fue una dificultad importante trabajar de esa manera.

29) ¿Cómo te sentiste cuando te enfrentaste a ser la intendenta de Artigas, sin ninguna experiencia en cargos ejecutivos?

Tengo una amiga que dice que hasta el día de hoy no me cayó la ficha (se ríe). Pero bueno, estando ahí el compromiso y la responsabilidad ya estaban. Y siempre estoy agradecida de que Gerardo García, el Flaco, me haya acompañado en eso. Es un compañero del Partido Socialista que fue el secretario general de la Intendencia, que realmente fue un apoyo importante para mí. Siempre las decisiones las tomamos en conjunto con él y con mi otra suplente, Anahí Riera, del Partido Comunista. Trabajamos precioso. Y claro, el primer año es todo aprendizaje, aprendí mucho de lo que era el funcionamiento de la Intendencia.

30) ¿Te costó cosas a nivel personal?

24 por 24, los 35 días del año, dedicada a eso. El año pasado, en que tuve un lindo proceso con mis hijos, me enteré de cómo vivieron ellos eso. Tengo dos varones y una mujer, y mi gurisa me decía: "la llamábamos a mamá ahora y nos decía 'termino y te llamo' y nos llamaba a los tres días". Yo no había tomado conciencia de eso, la tomé a partir del momento que me lo dijeron. Pero aunque ellos ya eran grandes... si llamás a tu madre querés que te responda. Hice abandono de hogar (se ríe). Tuve una pareja durante dos años estando en la Intendencia y el resto estuve sola. Pero sin arrepentimientos.

“Los valores no se perdieron, capaz que alguno los ha dejado en el cajón”

31) ¿Vas a buscar la revancha en la próxima elección?

Ni idea.

32) No decís como aquella primera vez: "yo no".

Con los años vas aprendiendo a que no decís más "esto no". Yo toda la vida dije que iba a vivir siempre en Artigas. Tenía la idea de que cuando me jubilara iba a vivir en un rancho en una playa, pero hasta ahí siempre dije que no me movía de Artigas. Y sin embargo... acá estoy. Dijeran los gurises: "adelantaste tu jubilación", porque vivo en El Pinar. Hace 20 años, en Artigas, vivía en una casa detrás de la casa de mi madre. Cuando ella falleció vendimos la casa, lo que me tocó por esa venta no me daba para comprar una casa en la ciudad y me compré una chacra, en un lugar hermoso. El año pasado la vendí y compré en El Pinar. Y ahí estoy.

33) ¿Hay mucha distancia entre la Patricia Ayala militante y la gobernante?

En la Intendencia siempre decía: "una cosa es lo que pueda decidir yo, la Paty, y otra cosa es lo que decida la intendenta".

34) No es lo mismo militar por una causa, una idea, que gobernar.

No, no es lo mismo, pero la concepción la tenés. No te podés desprender de ella. Y en el gobierno tratás de que las cosas tiendan a ser lo que vos querías como objetivo político para la sociedad. No todo lo podés hacer. Te cuento un ejemplo: a nivel de pequeños productores fuimos armando cosas con ellos. Desde la Intendencia compramos un parque de maquinaria para la utilización de ellos en forma común. Ellos fueron parte de ese proceso, de esa toma de decisiones, y eso es parte de la cosa: con las limitaciones que te impone el gobernar, podés hacer cosas dentro de la concepción que traés. Después también el trabajo con los gurises del interior del departamento; se pudo trabajar tres años y hoy no existe eso. En ese poco tiempo se lograron cosas lindas con los gurises, como por ejemplo "cero falta" en los ámbitos de estudio, mejor vínculo con su familia y con el entorno. Yo pensaba que en Artigas nos hacía falta conocernos más, y eso se hizo con estos chiquilines.

35) Con tu experiencia como militante de base durante muchos años y después en cargos de gobierno, ¿crees que en la izquierda están en tela de juicio valores que fueron como sus señas de identidad?

Una cosa son los valores que tengas como ideología política, y otra son los valores que tengas como ser humano. Hay de todo, en todos lados. No se pierden las cosas, a mí siempre me gustó mucho la física y sé que las cosas se transforman, no se pierden. Los valores no se perdieron, capaz que alguno los ha dejado en el cajón.

36) Antes de llegar al gobierno, ¿la izquierda uruguaya no pensaba que era la fuerza ideológica a la que eso no le podía pasar?

Ha habido muchos cambios. Una cosa son los inicios de esta fuerza política, un grupo de gente con ciertos sueños y utopías y capaz que ahí era más fácil marcar la línea y no perderse tanto. A medida que empezás a crecer, y crecés mucho, van habiendo cambios. Cosas que antes tenías como un objetivo muy lejano y que no sabías si las ibas a ver, quizás hoy las estamos viendo. El hecho de acceder a cargos en las funciones públicas creo que marcó un cambio. Es empezar a ver las cosas desde otro lado, como antes no las veíamos porque nunca habíamos estado allí. El pasaje por la Intendencia me marcó mucho en eso, hay cosas que antes criticaba y nunca más las voy a criticar, porque cuando estás ves todas las dificultades con las que te encontrás.

“El pasaje por la Intendencia me marcó mucho, hay cosas que antes criticaba y nunca más las voy a criticar”

37) Desde que tengo memoria escucho decir "el poder corrompe". ¿También a quienes creían estar a salvo de eso?

Yo no sé si el poder corrompe, o ya venís de antes. Cuando entrás a un ámbito de poder se te abre un panorama que antes no tenías y podés tomar decisiones que antes no soñabas, y por ahí, si no tenés claras las cosas, se te pueden volar las chapas. Ahí no jugás solo, sino con el colectivo con el que intercambiás cosas. En el intercambio con el otro te vas reviendo tú mismo.

38) ¿El MPP tiene definida su estrategia para enfrentar las denuncias de irregularidades que están en la justicia y afectan a integrantes del sector?

Esta dirección (del MPP) es muy reciente y no hemos discutido el tema todavía.

39) ¿Cuál es tu posición?

Prefiero no dar mi posición personal, al menos a nivel de prensa. ¿Por qué? Porque después se saca de ahí... tú con muy buena fe me podés preguntar esto pero después otro lo saca de contexto y no soy yo, es el MPP. Entonces prefiero no opinar.

40) ¿Cuál es tu techo en la política?

Yo qué sé (se ríe)... ni me lo pongo ni me lo saco. No sé lo que va a pasar. Fui edil cuando nunca había soñado serlo, fui electa diputada cuando tampoco lo había pensado, menos soñé con ser intendenta y estar acá (en el Senado) tampoco. Estoy en una etapa en mi vida en la que tengo claras las cosas si me preguntás proyecciones sobre el país o sobre mi fuerza política, pero yo, como persona... no hago suposiciones. Lo concreto es hoy. Hoy sé que estoy en esta vida, mañana no sé. 

Montevideo Portal | Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López