Contenido creado por Julia Peraza
Las 40

Give peace a chance

Las 40 de Pamela Martínez, directora del programa “Yoga y Valores en Cárceles”

“El tema de la seguridad pública no se resuelve con leyes, ni con más armas ni más policías; se resuelve trabajando la conciencia de las personas”

06.03.2018

Lectura: 23'

2018-03-06T00:00:00-03:00
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Pamela Martínez vivía en Playa del Carmen, era gerente de un hotel ecológico, ganaba bien y disfrutaba de lo que hacía. Un día, en medio de una de las sesiones de meditación a las que recurría desde que era adolescente, sintió lo que califica como "un mensaje": era hora de cerrar un ciclo en su vida que había comenzado siete años antes y volver a su país. En México, donde se había formado como maestra practicante de yoga, conoció una experiencia de rehabilitación a través de esta disciplina en cárceles de máxima seguridad. Y la semilla germinó en su interior.

Semilla en sánscrito se dice "bijam". Pamela creó a su regreso a Uruguay el "Voluntariado Ombijam": "Om es el sonido primordial que está en todas las cosas, nosotros decimos que si estuviéramos en silencio en el universo la vibración que se escucharía es ese Om. Y bijam significa semilla, una cosa chiquitita que cuando está nutrida de una manera correcta pueden crecer cosas muy poderosas". Desde allí, junto a algunos colaboradores, se dedicó a trabajar con personas en situación de calle, con discapacidades o, desde 2014, con presos. Esos presos que durante décadas el "sistema" se preocupó por tener lejos y bien guardados, en esa curiosa apuesta social de cortísimo vuelo.

Del programa "Yoga y Valores en Cárceles", que desarrolla desde hace cuatro años en la cárcel de Punta de Rieles, surgió el año pasado el "Banco Laboral", un intento por sensibilizar a empresas y dar a quienes recuperan su libertad una chance de empleo que es, ni más ni menos, una chance de comenzar una vida diferente.

Este martes 6, Pamela está brindando una charla para jóvenes empresarios en el exclusivo Piso 40, ese lugar del World Trade Center desde el que las luces de la ciudad -y también sus sombras- se ven desde muy arriba. Ese lugar selecto abrió las puertas para escuchar lo que tiene para decir también César Ocampo, el primer ex recluso insertado en el mercado laboral a través del Banco. "Trabajar como sociedad en las cárceles es como trabajar nuestras sombras en lo individual. Y ya lo sabemos, sin transitar nuestras sombras, no hay luz", dice Pamela.   

Por Gerardo Tagliaferro
tagliaferro@montevideo.com.uy

 

1) ¿De qué se trata el Banco Laboral?

El banco surge de ver cómo, cuando los alumnos de confianza del programa (Yoga y Valores en Cárceles) salían de la unidad de reclusión, se enfrentaban a dificultades como quedar en situación de calle, sin dinero. Muchos realmente con una entereza interior para no volver al delito, pero también con la desesperación de decir "¿qué hago?" Los empezamos a ayudar a hacer los curriculums en lugares que nos prestaba el Centro Cultural España, o la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos), a veces en mi casa, a veces en una plaza y ahí se fue dando de manera natural el seguimiento. Cuando me quise dar cuenta ya eran cuatro o cinco que estábamos viendo dónde pasaban la noche, si comían, acompañándolos a agarrar el diario para buscar trabajo.

2) A partir de ahí surgió la necesidad de institucionalizar un ámbito para ese acompañamiento.

Yo me llevaba todo esto para mi casa, a la almohada, y la verdad que me daba mucha angustia. Y entonces me brotó un pensamiento que se apoderó de mí: "no puede ser tan difícil conseguir trabajo". A los dos días agarré un lápiz y un papel y empecé a bajar cosas. Cuando quise acordar era un proyecto, lo llevé a mi equipo y lo compartí.

3) ¿Quiénes formaban tu equipo?

Las personas que trabajaban en el voluntariado. En esas reuniones había empresarios, una arquitecta, era de lo más variado. Les compartí la idea y me dijeron: "mirá, estás loca, en esta no te acompañamos".

4) ¿Cuál era la razón por la que no te querían acompañar?

"¿Qué empresa te va a dar corte cuando no hay un beneficio tributario? Con todo lo que está pasando en la sociedad ¿quién va a querer tomar un ex recluso?" Yo ya había visto todo eso. El valor que tiene es justamente hacerlo porque es lo correcto y con esto se salvan vidas, tanto la de quien vos ayudás con un trabajo como vidas en la comunidad, porque si estas personas realmente se reinsertan dejan el delito, nos dejan de lastimar.

5) Y cuando lo planteaste así ¿te entendieron?

No. Dije, bueno, lo hago sola. Yo sí estaba convencida.

“Con esto se salvan vidas, porque si estas personas realmente se reinsertan dejan el delito, nos dejan de lastimar”

6) ¿Qué significaba hacerlo sola?

Poner eso en una carpeta, armar un proyecto, poner información del programa, fotos, un video. Y empezar a hacer las visitas. Seleccionar a las empresas, porque hay empresas con las que no trabajaría. Cuando las personas del equipo me vieron tan decidida me dijeron "bueno, te vamos a acompañar". Cuando nos reunimos con el responsable de finanzas de la Comunidad Española, Antonio Sánchez, se dieron cuenta de que había posibilidades. Él me recibe, le cuento la idea y se enamora de ella.

7) Eso tuvo un efecto multiplicador.

Antonio me llevó a la Cámara de Comercio Española y les dijo: "No hay que dejar que esta mujer haga esto puerta por puerta, apoyémosla". Se sumó el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, se suma (el Comisionado Penitenciario Parlamentario) Juan Miguel Petit, se suma (el director de la cárcel de Punta de Rieles) Luis Parodi. Presentamos el proyecto en la Cámara de Comercio Española en junio de 2017. Y desde esa fecha hasta ahora hemos estado sensibilizando tanto a las empresas de la Cámara como a otras.

8) ¿Cuál es la primera respuesta que encontrás de un empresario cuando vas con el planteo de que emplee a un preso?

Negativa. Me escuchan y me miran como diciendo: "Está genial tu idea pero es como muy Heidi en este mundo. No estamos en condiciones de traer a una persona que estuvo privada de libertad". Como directora del programa, yo ni siquiera les pregunto por qué están presos, pero lo primero que me preguntaban los empresarios después que les hacía el planteo era eso. En la mayoría de los casos no lo sé, pero si lo sé no quiero compartirlo porque forma parte de seguir con los juicios y los estigmas. Lo importante es la persona de acá para adelante. Ahí se cerraba la puerta. Recorrí mucho y me encontré con una especie de Sahara empresarial. Conseguía muchas y buenas entrevistas, con los gerentes, con los dueños, pero nada. Pero yo me decía: "De cien puertas, una se va a abrir".

9) ¿Cuántas se abrieron hasta ahora?

Bueno, ahora llegué a AJE (Asociación de Jóvenes Empresarios) y ahí son 200 puertas porque son 200 socios. El martes 6 tenemos una charla en el Piso 40 (World Trade Center 4) que es para sensibilizar a los ejecutivos y ejecutivas que forman esa comunidad. El presidente de AJE, Pablo Buela, está presente en muchas cosas del programa. La propuesta empieza a tener un alcance que no tenía al inicio. Ese día voy a estar acompañada por Tomás Bartesaghi (director del restaurante La Corte), que ya tiene a alguien trabajando en la cocina del restaurante y va a compartir esa experiencia.

10) ¿Cómo está resultado esa experiencia?

La verdad que excelente. César Ocampo (el ex recluso que trabaja en La Corte) entró como bachero, su responsabilidad era lavar bien los platos y los vasos. Asumió esa responsabilidad como si estuviera haciendo la gerencia de limpieza. Él me decía: "No va a pasar que un cliente de La Corte reciba un plato sucio, porque esa es mi responsabilidad".

11) ¿Cuánto tiempo estuvo él en prisión?

Entre sus distintas causas, un período de 23 años. Desde muy joven. Lo digo porque él lo ha dicho públicamente en varios medios en los que ha estado. Cuando entró al restaurante lo hizo junto con otra persona. Esa otra persona ya no está, y César sigue ahí. Parte de la propuesta del Banco Laboral es que una vez que una persona se ubica laboralmente, el Banco hace con la empresa y la persona un seguimiento durante un año.

“Algunos me escuchan y me miran como diciendo: ‘Está genial tu idea pero es como muy Heidi en este mundo’”

12) ¿Qué implica ese seguimiento?

Ver cómo vamos, si hay alguna dificultad en la comunicación, en las responsabilidades, si la persona cumple, cómo es el trato con los compañeros...

13) En el caso de César, ¿es uno más para sus compañeros o es "el ex preso"?

En ese caso puntualmente es uno más. Lo han recibido hasta con cariño.

14) ¿Todos sus compañeros conocen su historia?

En el restaurante todos conocen la situación, le tienen paciencia porque él mismo me lo dice. Después de 23 años de privación de libertad, la socialización no es una cosa fácil. Hace poco hablé con un chico que está en el programa para que él se hiciera cargo de conseguir una pensión donde vivir, porque esperaba que lo hiciera yo. Pasaron tres días y no hizo nada, entonces me calenté. Y él me dijo llorando: "No puedo hablar con la gente". Ahí me di cuenta de lo que pasaba. "Entro en shock", me dijo. Esas cosas las aprendés haciéndolas.

15) Tú te vinculaste al trabajo con personas privadas de libertad a través del yoga. ¿Crees que el yoga es la herramienta idónea para ayudar a esas personas a modificar cosas o esto se puede hacer desde otros lugares?

Capaz que sí, que se puede hacer desde otros lugares. En mi experiencia, con el yoga vas por un camino más directo, porque trabajás directamente con las emociones de la persona, con su voluntad, con sus pensamientos y con su cuerpo. No hay que confundirse, el yoga no es solamente asanas, las posturas. Hay ocho pasos, las asanas son el tercero de ellos. Generalmente en Occidente el único que se conoce es ese punto y se ignoran los otros siete. Para mí los dos más importantes son los dos primeros, que son los yamas y los niyamas, y cada uno está compuesto por cinco puntos. El primero en los yamas es el precepto de la no violencia. 

16) La inmensa mayoría de los presos en Uruguay vienen de la pobreza más extrema y muchos de historias de violencia y delito. Imaginemos un muchacho de ventipocos años que está ahí porque su modo de vida era la rapiña, nunca conoció otra cosa. ¿Cómo hacés para llegarle, en una cárcel además?

Por participar en las clases de yoga ellos pueden redimir pena, como se hace con el trabajo o el estudio. A mí no me importa que vengan solo por eso, porque la práctica te transforma.

“Nosotros tenemos que empezar a creer en las cosas intangibles. Así como creemos en el amor y no lo podemos ver”

17) ¿Cuál es esa práctica que genera esa transformación?

Lo que pasa es que la práctica del yoga va directo a tu esencia. Nosotros tenemos que empezar a creer en las cosas intangibles. Así como creemos en el amor y no lo podemos ver, la esencia nuestra, el alma, existe. Y muchas de estas personas nunca han tomado contacto con eso. El yoga es una herramienta para llegar a la esencia de tu ser. Te puedo asegurar que desde la primera clase vos tenés ese encuentro. Lo que cuesta más no es tanto esa primera vez, sino que después tengan la constancia para asistir. Como nos pasa a cualquiera: sabés que te haría bien dejar de fumar, pero no lo hacés.

18) Además me imagino que quienes tienen interés en ir a una clase yoga en una cárcel, viven en un ambiente en el que el resto puede ver eso con desdén.

Sí, al principio pasaba. Literalmente, lo que decían era "eso es cosa de putos". Después nos pasó algo inimaginable, que esa sí no me la esperaba, y fue que una iglesia les decía que era una práctica demoníaca. Y algunos gurises dejaron de venir por eso.

19) ¿Creés que con estas prácticas cualquier persona puede cambiar, incluso alguien como el que te decía, que ha vivido toda su vida en un contexto de violencia?

En mi experiencia, sí. En mayor o en menor grado, cada una de las personas que han participado del programa han tenido cambios. El gran tema es tener presente que cada uno viene con un nivel de conciencia distinto, entonces cada uno va a tener un tiempo de cocción, por decirlo de alguna manera, diferente. Y nuestro programa no está preparado para todos esos tiempos de cocción porque trabajamos con muy poco apoyo.

20) ¿Qué falta?

Y bueno, en las unidades hay que reforzar muchísimo el trabajo con las adicciones. No solamente el trabajo con las personas que son adictas, sino el trabajo para que no se dejen entrar las drogas. ¿Cómo puede ser que dentro de una unidad encuentres más droga que afuera? Ahí entramos también en temas de poder, de corrupción, y de cómo el delito también es una fuente de trabajo para muchas personas.

21) Tú trabajás ahora en Punta de Rieles, pero estuviste en la unidad número 9, de mujeres. ¿Por qué no has podido trabajar en otras cárceles?

Sí, también visité cárceles del interior y di algún taller en Colombia, en la cárcel de San Diego, ahora en diciembre. Fui a representar a Uruguay con el programa Yoga y Valores, por un reconocimiento que obtuvimos, a un encuentro iberoamericano de Derechos Humanos. No he podido trabajar en otras unidades porque no hay apoyo.

22) ¿Lo has intentado y te cerraron las puertas?

Pongo un ejemplo claro. Yo no trabajo aislada, trabajo en un marco en el que está el Ministerio del Interior, el INR y la DINALI (Dirección Nacional de Apoyo al Liberado), entonces cuando surge lo del Banco Laboral sentí el compromiso ético de ir y decirles si querían tejer ese proyecto de manera conjunta, para fortalecerlo. Todos me dijeron "suerte empila". Otro ejemplo: no recibimos ningún apoyo para que yo viajara representando a Uruguay a ese encuentro en Colombia. Hubo tres empresas, Nuevo Observador, Gladys T y el hostel El Viajero, que fueron las que me permitieron viajar.

“En las cárceles hay que reforzar el trabajo con las adicciones. No solo con las personas adictas, sino el trabajo para que no se dejen entrar las drogas”

23) Hace poco se inauguró la nueva cárcel de Punta de Rieles, Unidad N°1, construida bajo el régimen PPP, que si bien presenta características muy superiores al común de las cárceles uruguayas, tiene un tamaño -2.000 plazas- que muchos especialistas aseguran no es el adecuado para pensar en una rehabilitación. ¿Qué opinás en función de tu experiencia?

Me consta que tienen un buen equipo de trabajo, pero el formato se replica de lugares donde los niveles de violencia y criminalidad no bajaron. Pero además, usando el sentido común, si fuera tan exitoso paguémosle a los inversionistas no por preso, sino por personas rehabilitadas. No hay que pagar por preso, si el modelo es un éxito paguemos por persona rehabilitada. Acá me parece que abrís las puertas para que termine siendo un negocio, porque cuantos más presos haya, yo más cobro. Incluso si llega a haber hacinamiento el Estado me tiene que pagar más.

24) Hay consenso entre los especialistas en que las cárceles deben ser lo menos numerosas posible.

Lo que recomiendan los especialistas en el mundo es trabajar con núcleos reducidos, teniendo instancias lo más personalizadas posible. El trabajo en grupos pequeños permite cambiar tu forma de pensar, cambiar hábitos, reeducarte en un montón de cosas. Nosotros trabajamos hasta el tema de la higiene, el cepillo dental. La gran mayoría no pasó por eso, muchos de los alumnos que nosotros tenemos se criaron solos, en la calle.

25) Contame algún caso concreto que ilustre esos cambios que decís son facilitados por el yoga.

Hubo uno de los alumnos a quien otro interno le saca el celular y se pone en contacto con alguien de su familia, creo que era su hermana. Eso dentro de los códigos carcelarios es muy grave... muy grave. Este alumno, cuando se da cuenta, lo va a buscar para agredirlo. No lo encuentra. Era viernes, tocaba clase de yoga y fue a la clase, con la intención de volver a buscarlo después. Llegó sacado a la clase, le pregunté qué le pasaba y me contó. Cuando finaliza la clase me acerco a ver cómo estaba y a tratar de ayudarlo a que resolviera el problema de otra forma, y me dice, riéndose, "no, ya está".

26) Hubo otro caso de un muchacho que se enteró, durante una clase de yoga, que habían matado a su hermana.

Sí. Nosotros no permitimos que entren con celular, pero algunos lo traen escondido. En un momento él recibió un mensaje y la noticia era "murió tu hermana". Lo que cuenta él mismo es que se quedó en la clase porque tenía miedo de lo que podía hacer si salía de ahí. La respiración, el estar concentrado y con el grupo sintió que era la mejor opción para vivir ese momento.

27) Estamos en un momento en que cobra fuerza el discurso "dejen de preocuparse por los delincuentes". ¿Por qué hacés esto?

Lo primero que te digo es que el programa educa en derechos y obligaciones. Ahora mismo, con el Banco Laboral, lo primero que trabajamos es la responsabilidad. Yo llego y los chicos me dicen "ta, ya me lo dijiste". Ahora, lo que me lleva a mí en lo personal a trabajar en esto es una construcción de vida. El voluntariado lo hago desde que soy niña. Tengo dos recuerdos importantes de la niñez. El primero: yo no tenía más de 7 años y con mis hermanos trajimos a una familia que estaba en situación de calle, al living de nuestra casa. A nosotros, como niños, nos partió el alma y los fuimos a buscar y los trajimos. Planeamos con mis hermanos cómo hacer para traerlos cuando nuestros padres estuvieran dormidos. Mi padre se levantó de noche y se encontró con gente durmiendo en el living, se armó un relajo... (se ríe).

“Tener un sentido en la vida es de las cosas más importantes que le pueden ocurrir a una persona”

28) Dijiste dos recuerdos. ¿Cuál es el segundo?

Yo vengo de un origen muy humilde, mi mamá era limpiadora y mi papá basurero de la Intendencia. Pese a eso tengo el recuerdo, con 12 o 13 años, de amadrinar a un niño de la calle. Lo integré al grupo nuestro y pasó una Navidad en mi casa. Después empecé a trabajar con personas en situación de calle y luego con personas con discapacidad. Trabajé también en orfanatos y asentamientos. El tema de la seguridad pública y de la violencia no se resuelve con leyes ni con más armas ni más policías. Se resuelve trabajando la conciencia de las personas. Tiene que haber una educación en la conciencia que haga que vos, desde dentro, quieras liberarte de esa violencia y tener una convivencia más pacífica. Y no lo digo solo para los privados de libertad, nuestra sociedad es violenta.

29) Lo ves en las redes sociales. Eso es algo que quizás no veíamos antes y que ahora está expuesto en las redes.

En el tránsito, en las escuelas, en los hospitales. Está instalada la violencia. A mí me sorprende cuando me preguntan por qué yoga. Estamos llenos de violencia, hay una herramienta que te enseña a ser pacífico... debería ser lógico utilizarla.

30) ¿Hay prejuicios?

Sí, sí... cada vez menos quizás. Yo trabajé en Monterrey, tenía un consultorio en el que atendía a empresarios y empresarias muy importantes que venían porque alguien les había comido la cabeza con que vinieran. Porque tenían insomnio, estrés, ataques de pánico... y la verdad que les cambiamos la vida.

31) ¿Fuiste a México a trabajar?

En realidad fui a trabajar en una gira del músico Emil Montgomery y estando en México encuentro un colegio que tenía todo un enfoque ancestral de las etnias mexicanas y me encantó. Me enamoré, y dije "me quedo acá a estudiar". Y me quedé, sin nada. Le escribí a la directora del colegio, que era una argentina, y me propuse para trabajar con ellos. Primero me dijo que no tenía cupos, pero a la semana me llama y me dice: "Mi mano derecha renunció, así que si querés venir a una entrevista..." (se ríe) Estuve allí cuatro años.

32) ¿Por qué volviste?

Estaba en Playa del Carmen trabajando como gerenta de un hotel ecológico y hacía un tiempo que a través de la meditación sentía que tenía que cerrar el ciclo en México y volver a Uruguay a hacer lo que estoy haciendo. Me estaba yendo muy bien, había llegado sin nada, sin papeles, sola, todo lo que fui logrando lo fui haciendo de a poquito. Estaba en mi mejor momento, viviendo en un paraíso en el Caribe, siendo gerenta de un hotel ecológico... me dije: "Me estoy boicoteando, ni loca me puedo ir de acá". Pero la realidad es que ese mensaje lo recibí en la meditación. Es loco hablar de esto, pero lo tengo que decir porque es real.

33) Cuando hablás de un mensaje que recibiste, ¿se trata de algo así como quienes creen en Dios pueden sentir como su voluntad?

Yo creo que hay una inteligencia divina en nuestro planeta. Cuando veo nadar a un delfín me doy cuenta de que hay una inteligencia, cuando veo crecer una semilla, cuando veo una flor, cuando huelo el perfume de un fruto, cuando como el alimento que da la tierra... para mí todo eso es inteligencia. Creo que el mar tiene inteligencia. La migración de las aves, todos los años por el mismo camino... hay una inteligencia en este universo. Con esa inteligencia vos te conectás cuando meditás. En realidad yo no quería escuchar ese mensaje porque me quería quedar en México, entonces hice como un pacto: por tres meses no voy a escuchar ese mensaje; si después de tres meses sigue apareciendo, le presto atención. Dicho y hecho. A los tres meses eso era más fuerte, así que renuncié, me tomé unos meses sabáticos para recorrer el Caribe y volví. Y empecé a hacer esto.

34) ¿Por creés qué la mayoría de los uruguayos no da importancia a la espiritualidad como tú la concebís?

Porque el mejor maestro o maestra que uno puede tener en cualquier área es la práctica. Y la gente no practica cosas para estar en contacto con esa inteligencia. Cualquier persona puede desarrollarlo, de hecho es lo que enseño. Tener un sentido en la vida es de las cosas más importantes que le pueden ocurrir a una persona.

“Trabajar como sociedad en las cárceles es como trabajar nuestras sombras en lo individual. Sin transitar nuestras sombras, no hay luz”

35) ¿De qué vivís?

Vivo de las consultas y, desde hace un año, de un viático que nos da el Ministerio del Interior. Son 23 mil pesos. Hasta ahora he pagado para hacer lo que estoy haciendo, lo he sacado de mi bolsillo. Ahora AJE me está ayudando para gestionar la personería jurídica y así conseguir fondos.

36) ¿Cómo te imaginás estos emprendimientos que has impulsado en los próximos, digamos, cinco años?

Me gustaría ver consolidados los logros, porque son cosas nuevas. En este momento estamos en un proceso de transición con tres novedades: la sede nueva, que nos va a cambiar mucho la forma de trabajo; la Escuela para la Transformación de la Conciencia, en Punta de Rieles, que está en construcción; y el Banco Laboral, con los apoyos que empiezan a llegar. Ahora, el 27 de marzo, vamos a hacer otra experiencia piloto que es el primer taller para personas en situación de calle.

37) ¿De qué se trata?

Allí vamos a trabajar con cinco empresarios de AJE y cinco ex liberados, que van a dar contención a diez personas en situación de calle, que ya están seleccionadas.

38) ¿Qué significa que les van a dar contención a esas personas?

Vamos a hacer un taller y eso significa que ese día, ese rato, soy tu amigo... vamos a estar trabajando en determinadas reflexiones y prácticas, con varios objetivos. Uno en lo inmediato es que esas personas reciban ese día un plato de comida y sociabilicen con otras que vienen de otro ámbito. Eso es importante no solo para ellos, también para los empresarios que van a participar, para que conozcan de primera mano esas realidades. Vos escuchás en la radio y en la tele que ellos quieren estar en la calle y que no quieren ir a los refugios... bueno, que te cuenten por qué están en la calle, por qué no quieren ir a los refugios. Es bien interesante. Vamos a filmar con el equipo con el que estamos haciendo un documental, "Otra conciencia es posible", y a aquellos que quieran se va a filmar su testimonio. Y van a poder decir su nombre, van a dejar de ser una cosa que está tirada en el parque o en la calle y van a poder dar su mensaje a la sociedad. Este es un piloto, la idea es hacer tres o cuatro talleres más y después seleccionar a uno para que salga de la calle, con un tutor empresarial, pagándole una pensión, el alimento, reforzando sus hábitos laborales y de educación y luego a través del Banco Laboral, conseguirle un trabajo.

39) En las últimas semanas has recorrido varios medios, se ha hecho más conocido lo que hacés. ¿Qué devoluciones tenés de la sociedad?

Algunos me dicen que soy como la Madre Teresa de Calcuta, y otros me dicen "déjate de yoga y dales pico y pala". A esas personas les contesto que todos los que están en el programa trabajan, estudian, y como ves con esta experiencia que va a haber ahora, hasta participan del voluntariado. Algunos critican mucho el estar trabajando con personas privadas de libertad, pero hacen lo mismo con la infancia, con las personas que tienen trastornos mentales... con todas las personas más débiles. Entonces, son excusas para no hacer nada. Para que esta sociedad violenta y vengativa pueda transmutar a una sociedad pacífica y reparativa tenemos que trabajar entre todos. Trabajar como sociedad en las cárceles es como trabajar nuestras sombras en lo individual. Y ya lo sabemos, sin transitar nuestras sombras, no hay luz.

40) ¿No te preguntan si vas a tirarte a una carrera política?

Sabés que sí, algunos me lo han dicho. Entre todos los divagues, ese fue el que me pareció más... (se ríe a carcajadas) Nunca lo pensé, honestamente.

Montevideo Portal | Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López