Contenido creado por Julia Peraza
Las 40

La derecha también existe

Las 40 de Conrado Hughes: “La quintaesencia del chanta uruguayo es Raúl Sendic”

El ex miembro del equipo económico de Lacalle Herrera habló de política, de economía y de su relación con el dirigente del SUNCA Oscar Andrade. Por Gerardo Tagliaferro.

31.10.2017 07:15

Lectura: 28'

2017-10-31T07:15:00-03:00
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Está tan al borde, que un empujoncito y se cae para afuera. Hablo de ese imaginario eje izquierda-derecha al que los políticos (antes los de derecha, ahora casi todos) le huyen como al diablo. Él no, aguanta a pie firme y sin rubor, parado allí en la esquina. Es cierto, todo es discutible, porque me podrán decir que hay otros más a la derecha pero no hacen tanto ruido. El asunto es qué entendemos por el concepto y entonces, para qué voy a explicar yo si puede hacerlo él: "¿Usted es hincha del PIT-CNT? No. ¿Es simpatizante de Fidel Castro? No. ¿De Chávez? Tampoco. ¿Ve con simpatía la intervención del Estado? De ninguna manera. ¿Cree en la iniciativa privada? Creo en la iniciativa privada. ¿Cree en el Estado de Derecho? Creo. ¿Cree que en las cosas que la ley no obliga la gente puede hacer lo que tenga ganas? Creo. Bueno, si creo en todas esas cosas soy de derecha. Y lo digo y no he tenido mucho éxito, porque no hay nadie más". Eso sí, se desmarca de los autoritarismos, como pidiendo escapar de esa simplificación tan nuestra que confunde un liberal de derecha con un "facho".

Es católico pero cuando era joven cometía pecados: andaba coqueteando con la "centro-izquierda" del PDC. Igual después se reivindicó ante su conciencia y como director de la OPP en el gobierno de Luis Lacalle Herrera, a principios de los 90, fue de los "halcones" que querían liberalizar la economía y desmontar el "Estado batllista" a como diera lugar. Le fue más o menos en esa empresa: sí, pero no tanto. Después se dedicó a la actividad privada y a la opinión en los medios: primero en La Tertulia de El Espectador y desde hace unos meses en el programa Todas las Voces de Montecarlo.

Algunos destaques de esta charla, además de su opinión sobre Sendic: el programa de Wilson Ferreira en 1971 era "un mamarracho monumental", en 1984 votó la fórmula wilsonista pero rezó para que no ganara y cree que si no hubiera sido por Vegh Villegas, el ministro de Economía de la dictadura, "el Uruguay hoy sería peor que la Argentina".

Por Gerardo Tagliaferro
tagliaferro@montevideo.com.uy

 

1) ¿Estás alejado de la actividad político-partidaria?

Me jubilé como contador y colaboro con dos empresas. Me dedico a mis nietos y después... vivo en la red. Yo hice mis primeras experiencias en internet probando cosas, entre otras la comunicación hablada y en video en 1994. Para que tengas una idea, tuve mi primera cuenta de correo electrónico antes de que existiera Adinet. Yo estudié Ciencias Económicas porque huí de la Facultad de Ingeniería al darme cuenta que no era lo mío, pero mi vocación inicial era la ingeniería y siempre me gustó la tecnología. En los años en que trabajé en la agencia de publicidad Grey -Pancho Vernazza, Antonio Mercader, César Aguiar y yo éramos el equipo de dirección de la agencia- a mediados de los años 80 empezamos a probar cosas. Pancho era un entusiasta de la tecnología y me embarcó.

2) ¿Cuál era tu rol en la agencia?

Era el director financiero, me ocupaba de los números. La mayoría del capital accionario lo tenía Pancho, teníamos socios argentinos y socios minoritarios americanos a los que teníamos que reportar. Trabajé entre el 82 y el 87 y nos divertíamos como locos. Era un equipo de gente muy estimulante desde el punto de vista intelectual. Y Pancho me empezó a dar mucha manija y empezamos a probar con computadoras de 2 k de memoria que él compraba cuando iba a Estados Unidos. Compramos la primera Apple para uso de la agencia en el año 83, nuestros colegas no tenían ni noticias de las cosas en las que estábamos. Como resultado de eso, soy un recontra veterano de ese mundo.

3) ¿Cómo es eso del correo electrónico antes que existiera Adinet?

Yo me había anotado en un sistema, que era solamente para iniciados y funcionaba sobre un protocolo que se llamaba X25, que ofrecía ANTEL en ese momento. Un ingeniero joven me lo había ofrecido en el año 88 u 89 y me afilié en ese sistema, por un lado a través de una empresa donde yo era asesor y por otro lado como director de ANCAP. Era la época en que había que escribir 25 comandos para que te dijera "está usted en línea" y poder levantar un correo electrónico. Yo llegué a la Oficina de Planeamiento y pregunté "¿dónde está la computadora de Ariel Davrieux?" (N. de R: Davrieux era el anterior director de la OPP). Y me dijeron "Ariel Davrieux no usa computadora". Era tan inteligente Davrieux que hacía todo el presupuesto con lápiz, papel, goma y calculadora. Fui de los tres o cuatro primeros que tuve ADSL a fines de los 90, con carácter experimental. Y me hice muy usuario de internet.

4) ¿Te seguís sintiendo ligado al Partido Nacional?

Sí. Mi trayectoria política comenzó en el Partido Demócrata Cristiano. En el 62, con 15 años, milité en el PDC y en el 66 lo voté. No existía todavía el Frente y yo compartía en esa época mi militancia política con la militancia en organizaciones de la Iglesia Católica. Ahí conocí a gente como el "Negro" Lescano o Walter Cancela. En el 69 me fui del PDC, sentí que estaba virando un poco hacia la izquierda. Yo entonces era un centro-izquierda muy moderado, admiraba el fenómeno de Chile, con (Eduardo) Frei Montaldo, y también los fenómenos europeos de la Democracia Cristiana. Yo estudiaba con dos compañeras y todas las noches, a las 8 y 25, hacíamos un intervalo para escuchar a Wilson.

5) Era difícil para un joven de entonces abstraerse al magnetismo de Wilson.

Nos des-lum-bró. Yo lo conocía de niño porque su hijo Gonzalo iba al mismo colegio que yo, Stella Maris, y como vivíamos en el mismo barrio también, la pequeña cadena de los niños hacía que muchas veces me llevara Wilson al colegio. Era la cosa más divertida del mundo. En el año 69 o 70 empiezo a ir a las interpelaciones, a escucharlo en la radio y en el año 71 me integré a Por la Patria.

6) Ese año fuiste candidato a edil.

Sí, integramos una lista de jóvenes. Para que tengas una idea, yo era primer candidato a edil y Enrique Antía era el quinto. Sacamos 2.000 votos y creímos que habíamos ganado la banca de diputados, hicimos un festejo y todo. Cuando terminó el escrutinio final, a mediados de febrero del año 72, me llama un amigo y me dice "perdimos la banca". "¿Cómo que perdimos la banca?" "Sí, había un error... ¿sabés quién se llevó la banca? "Cuqui" Lacalle". Después Wilson nos dio una pelota infernal, en el 72 nos puso en el directorio a cuatro jóvenes ocupando el lugar 15.

“‘Nuestro compromiso con usted’ era un mamarracho monumental”

7) ¿Qué edad tenías?

24 años. Me senté en el directorio del Partido Nacional con don Juan Pivel, con don Omar Murdoch, con Mario Heber, con Carlos Julio Pereira... realmente era una escuela impresionante.

8) Hoy tenés una visión muy crítica de las propuestas del wilsonismo en aquella época, que formaban parte del célebre programa "Nuestro compromiso con usted".

¡Un mamarracho monumental! En los últimos años al que he acompañado es a Javier García. No solo lo he votado sino que le he dado mi okey para que me ponga donde quiera para figurar, y a la lista 40 ha adherido en los últimos tiempos una persona que venero y quiero mucho que es don Carlos Julio Pereira. Voy poco a la sede, pero cuando voy me encuentro con un afiche de "Nuestro compromiso con usted" y me quiero matar. Pero no pasa nada porque en realidad es meramente simbólico. Hoy ese programa no puede calificar para el MPP. Yo conocí a los que lo escribieron, participé en el proceso y mi formación económica y filosófica entonces era muy modesta. La Facultad era un desastre.

9) ¿En qué sentido?

Teníamos en primer año una materia que se llamaba Economía I, que en los hechos era "Introducción a la guerrilla. Conceptos básicos". Teníamos los filósofos marxistas más recalcitrantes, había unos apuntes que editaba el Centro de Estudiantes sobre Alfred Marshall -el que inventó las curvas de oferta y demanda, un economista de comienzos del siglo veinte- que estaban hechos por el grado 5 de la materia y después fue decano de la facultad. Ese librito se llamaba "El pensamiento neoclásico. Oferta y demanda" y era para que uno preparara su examen de Economía de primero, y tenía 20 páginas de prólogo. Y en esas 20 páginas había 43 citas del libro de Mao Tse Tung. Entonces, ¿qué mundo vivíamos en los 60? Los más locos de los nacionalistas catalanes son niños de pecho al lado de las cosas por las que nosotros pasamos. Yo hice mi carrera desde el 68 al 74, era delirante. Absolutamente delirante. Por eso cuando en el 71 me puse a militar, me chocaba mucho menos que lo que me puede chocar hoy en día. Y a la gente también. Yo le pediría a alguien que traiga las 30 medidas (del programa del Frente Amplio) y le pediría que me dijera si hoy pondría en práctica una sola de ellas.

10) Hoy quizás no, pero en aquel momento...

En aquel momento no solo tenía vigencia sino que arrastró al Partido Nacional... Pero Wilson era un liberal genuino, un admirador de los aliados, un anticomunista feroz. Hay un discurso famoso de cuando los comunistas se suben al carro de los militares en febrero del 73, en el que él destila ese sentimiento, que lo tenía muy acendrado. Siempre cuento esto: en noviembre de 1991 un día me entero que la embajada rusa iba a arriar la bandera de la hoz y el martillo e iba a subir la bandera tricolor (de Rusia). Me fui caminando a la embajada y presencié junto a 50 personas ese acto y saqué fotos. El embajador se llamaba Laptev, era un gordo que hablaba muy mal español, y con gran emoción hizo arriar la bandera por tres soldados del ejército rojo e izar la tricolor. Éramos 40 personas detrás de la verja, mirando esto, y miro para el costado y estaba Susana Sienra (N. de R: la esposa de Wilson Ferreira). Le fui a dar un abrazo y un beso y me dijo: "Connie, que alegría encontrarte acá. ¿Sabés por qué estoy acá? Porque Wilson desde el cielo está gozando como nadie". Por eso a veces me dan un poco de tristeza algunas actitudes de sus descendientes. De algunos...

11) Quiere decir que las medidas propuestas en "Nuestro compromiso con usted" eran, a tu criterio, impracticables.

Uno: las ideas económicas del Uruguay de los 50 y 60 eran de manicomio. Las cosas que se sostenían con total tranquilidad eran absolutamente delirantes. Y curiosamente no había un grupo crítico desde el punto de vista intelectual que se opusiera. El país se había hecho pelota. El proteccionismo, la suba de aranceles, las prohibiciones de importaciones, todas las cosas de las políticas económicas del 50 y 60 siguieron reverberando pese al esfuerzo de Azzini en el 59 y algunos que estuvieron con él. De no haber sido por Alejandro Vegh Villegas, el Uruguay hoy era peor que la Argentina. Había una estructura de ignorancia económica monumental. Teníamos ese complejo de superioridad tan uruguayo de creer que lo que se enseñaba acá era de primer nivel mundial.

12) ¿Y no era así?

Siempre cuento que los primeros becarios egresados de la facultad con título de economista -uno de los más destacados es Carlitos Sténeri- fueron con una beca en el año 76 -o sea tres años después de iniciada la dictadura- a estudiar a Chicago y cuando llegaron tuvieron que aprender todo desde cero. Cuando les hicieron el test para ver hasta donde llegaba lo que sabían -eran formados en la Facultad de Ciencias Económicas de aquella época- no sabían un pito de economía. Hoy eso no pasa. Han pasado 40 años, y en ese tiempo entre otras cosas la gente ha podido salir del país.

“De no haber sido por Alejandro Vegh Villegas, el Uruguay hoy era peor que la Argentina”

13) Pero esas ideas no solo eran importantes en Uruguay.

No claro, hay un gran responsable intelectual, que fue un gran economista argentino que se llamó Raúl Prebisch, que se había formado en la Inglaterra de Keynes y recibe en la posguerra la tarea de crear un organismo que sigue viviendo y es la CEPAL. La CEPAL se basa, en la formulación de políticas económicas, en los estudios que Prebisch había hecho sobre lo que se llama "deterioro de los términos de intercambio". Una teoría loquísima, toda equivocada porque Prebisch interpretó todo mal los números que vio en el archivo del tesoro de Reino Unido. Esa prédica en América Latina hizo destrozos monumentales y los países adoptaron esas políticas y se fueron a la miércoles por unanimidad.

14) El Desarrollismo de CEPAL.

El llamado Desarrollismo de CEPAL, que por supuesto tenía gente más civilizada pero que igual promovía esas ideas. El más conspicuo de los pensadores, que fue virando suavemente y merece reconocimiento y tributo, fue Enrique Iglesias. Pero Alejandro Vegh trabajó en CEPAL y mamó de esas cosas, y después decía "cuando me di cuenta el horror que era aquello"...

15) Si Wilson hubiera ganado en el 71 ¿habría llevado a la práctica esas ideas?

Bueno... creo que riesgos hubo. Nunca lo pensé en estos términos pero... qué suerte que no ganamos. En el año 84, como todavía no se había liberado en el Partido Nacional el apego a que todo lo de Wilson estaba bien, en el programa que se elabora para la candidatura de Zumarán y Aguirre, había muchas de esas cosas. Perdimos lejos con Sanguinetti. Yo dije "voy a votar a Zumarán-Aguirre -cosa que hice- pero voy a rezar para que no ganen" (se ríe).

16) En esa elección todavía estabas ligado al wilsonismo pese a que hubo otras opciones dentro del Partido.

Justamente, cuando el episodio de Juan Raúl (Ferreira) y el ómnibus (N de R: se refiere al famoso episodio en el cual se obligó a Luis Alberto Lacalle a bajar del ómnibus del wilsonismo que iniciaba una gira por todo el país) yo ya estaba medio expulsado de Por la Patria. Durante la dictadura fui integrante de la Junta Nacional de Por la Patria, con (Dardo) Ortiz, (Juan) Pivel, (Fernando) Oliú, toda esa pléyade de personajes y cuando se hace la lista para las elecciones del 82 (para convencionales de los partidos entonces habilitados) voy en el lugar 19, un lugar extraordinario, arriba estaban todos los capitostes. ¿Qué pasó? Hubo un incidente que no voy a contar, en el cual los más chupamedias cercanos a Wilson quisieron sacar a don Juan (Pivel) de la lista y poner a Susana (Sienra, la esposa de Wilson). Eso me llegó como información por un accidente y yo se lo cuento no solo a don Juan sino a otros importantes dirigentes de Por la Patria y hacemos una operación que terminó con esa candidatura enterrada de cabeza.

17) ¿Qué fue lo que hicieron?

Algún día lo voy a escribir, eso nunca salió a la luz pero fue una gran conspiración. Yo fui el primero que habló en la Junta de Por la Patria y dije: "Esto que está ocurriendo me hace acordar al deleznable movimiento peronista". Y entonces, lógicamente, me enterraron de cabeza. La lista en la que yo estaba en el número 19 fue a Londres (donde vivía Ferreira) y volví en el lugar 100.

18) Igual entraste.

Sí, porque ¿sabés cuántos convencionales sacamos? 162, con lo cual entré cómodamente. Y después estuve díscolo porque no voté (en la convención) la lista de Por la Patria para el Directorio. El voto era secreto pero yo proclamé "no voy a votar a Carlitos Pita para que se siente en el Directorio, esto es un invento de Juan Raúl y no lo voy a votar". Vino un dirigente y me dijo "Connie, no digas esas cosas, te van a pasar por arriba con una aplanadora". A mí me importaba nada, y voté en blanco. Cuando se hizo el escrutinio apareció un voto en blanco, que era el mío por supuesto. Con lo cual mi situación en Por la Patria empezó a hacer agua y en la elección del 84 ya no me pusieron ni en la lista de convencionales. Faltando un mes para las elecciones, cuando me enteré del episodio de Lacalle fui a saludarlo y le dije "Luis Alberto estoy a tus órdenes". Y me dijo "mañana tenemos reunión".

19) Pero entonces, ¿cuál ha sido, a tu criterio, el aporte positivo de Wilson al Uruguay y a la política nacional para ser la figura que hoy es?

Bueno, creo que tiene muchos aportes. Primero, el de su brillo intelectual, oratorio y analítico.

“En 1984 dije ‘voy a votar a Zumarán-Aguirre pero voy a rezar para que no ganen’”

20) Pero según tu visión sus análisis económicos no eran muy acertados.

Pero si uno agarra sus casetes, son una maravilla de análisis político. No tenía atadura de ningún tipo. Creo que su gran legado quedó en la descentralización, cosa que no es de las que a mí me entusiasme más, pero que es una tendencia mundial a que haya poderes más cerca de la gente. En el año 68, en mi carrera hacia convertirme en wilsonista, tuve una reunión con él y unos amigos en su despacho del Senado. Éramos ocho o nueve jóvenes, y nos hizo un análisis que me pareció fabuloso. Dijo: "miren muchachos, el problema del Uruguay es el batllismo. Que los batllistas sean batllistas está muy bien, pero en Uruguay son también batllistas los comunistas y eso ya es complicado. Y como si esto fuera poco, también son batllistas los católicos. Pero ¿saben qué? Los blancos también tenemos discurso batllista ¡y eso es un horror!" Yo dije "que tipo más inteligente".

21) La inteligencia y el carisma de Wilson nadie los discute, pero si su aporte en ideas queda apenas en la descentralización...

(Interrumpe) Y después la gran contribución a la salida en paz de la dictadura. Yo fui al Palacio Peñarol a no votar la fórmula Zumarán-Aguirre porque no podíamos resignarnos, teníamos que votar a Wilson y Carlos Julio. Vinieron "Polilla" García Costa y no sé quién más y nos convencieron. Y cuando sale de la cárcel y da aquel discurso en la Intendencia a las 3 de la mañana y le extiende la mano a Sanguinetti... a mí me dio una paz personal... yo dije "este tipo la ve tan larga, sabe lo que hay que hacer". Porque nosotros los jóvenes queríamos degollar sin más trámite. Y después vino todo el proceso de la ley de Caducidad que para él fue un gran sacrificio, porque la mitad o un tercio de la gente que lo apoyaba salió a juntar firmas (en contra de la ley). Gente de Por la Patria, buenos amigos a los que aprecio, se fueron. Esas dos actitudes más su trayectoria como parlamentario, sus interpelaciones... era el fiscal de la nación.

22) Fue un gran opositor. ¿Hubiera sido un gran gobernante?

No lo sé. Como ministro de Ganadería fue excelente. En el año 65 le rebotaron un cheque de 50 dólares al Banco de la República en Nueva York, y el gobierno entonces toma la prudente decisión de mandar a Estados Unidos una misión refinanciadora, haciendo una gran delegación donde iban algún diputado y algún senador del Partido Colorado, y va Wilson como presidente de esa delegación. La economía estaba en manos de gente muy buena -allí estuvo Daniel Hugo Martins o el escribano Dardo Ortiz- pero las ideas eran pésimas. Wilson fue entonces también un gran negociador, además de un gran orador y un gran artífice de la paz. Que propuso un programa de gobierno horrible, sí.

23) ¿Te reivindicás como una persona de derecha?

Claro. Hay dos problemas: uno semántico y el otro un triunfo de la izquierda y su imposición ideológica. La ideología de izquierda anda a las trompadas con el sentido común y con el éxito a nivel mundial, lo que hay es la reivindicación ética, cosa que a me calienta mucho.

24) ¿Por qué?

En el año 59, cuando viene (el presidente de Estados Unidos, Dwight) Einsenhower, las calles de Montevideo estaban inundadas de gente que lo aplaudía. Había 18 imbéciles en Bulevar y Bulevar desplegando carteles a favor de Cuba y en contra de los Estados Unidos, pero los uruguayos habían sido partidarios de los aliados y en particular de los norteamericanos.

25) La izquierda política era aún una expresión marginal.

Hasta el 71, con la constitución del Frente, la izquierda era una cosa marginal, el resto del país no debatía en términos ideológicos. Cuando la izquierda crece lo hace con la idea de que los honestos eran ellos. En muchas partes del mundo se distinguía entre la derecha intolerante, fascista y energúmena, y la derecha partidaria de la actividad privada, la disminución del rol de los sindicatos, el repudio a los totalitarismos, todas cosas que en el Uruguay ni se hablaban. Por eso cuando aparece en Uruguay el debate izquierda-derecha, ser de derecha estaba muy mal. Cuando se hacían encuestas, la mitad de la gente decía que estaba de acuerdo con cosas que son de derecha pero no decía ser de derecha, se colocaba en el centro. A mí me pareció, ya hace muchos años, que podía decirlo y explicarlo.

“Le dije a Oscar Andrade: ‘te podés hacer millonario con tu capacidad de gran negociador y de conseguir lo que nadie consigue’”

26) ¿Cómo lo explicás?

¿Usted es hincha del PIT-CNT? No. ¿Es simpatizante de Fidel Castro? No. ¿De Chávez? Tampoco. ¿Ve con simpatía la intervención del Estado? De ninguna manera. ¿Cree en la iniciativa privada? Creo en la iniciativa privada. ¿Cree en el Estado de Derecho? Creo. ¿Cree que en las cosas que la ley no obliga la gente puede hacer lo que tenga ganas? Creo. Bueno, si creo en todas esas cosas soy de derecha. Y lo digo y no he tenido mucho éxito, porque no hay nadie más.

27) El concepto "ser de derecha" en Uruguay está muy emparentado con la experiencia autoritaria de la predictadura y dictadura.

Pero yo les digo: "miren que yo estuve preso, fui organizador del acto del Cine Cordón, estuve en 25 conspiraciones; nunca agarré un fierro ni maté a nadie por la espalda, ni le di una inyección de pentotal a un pobre cristiano que pasó por error al lado de una tatucera". Eso sí: siempre estuve a favor de las soluciones democráticas. Voté el No (en el plebiscito del 80), firmé por un acto por el NO y fui remitido a la justicia militar. Nadie me torturó, me dieron un trato razonable, pero estuve cuatro días preso por eso. No es un blasón, es simplemente un accidente de mi vida política. Y por supuesto jamás me van a escuchar decir que estuvieron muy bien si le hicieron el submarino a uno o lo mataron. Ahora, no desconozco que eso fue en un entorno que después explica por qué sí estuve a favor de la ley de Caducidad.

28) ¿Por qué creés que el mejor sindicato es el que no existe?

No, yo no he dicho eso. Lo que no debería existir es la central sindical. El modelo uruguayo de sindicatos es un modelo totalmente perimido, ningún país del mundo tiene estas cosas que tenemos nosotros. Ninguno. Las centrales sindicales en el mundo no son unitarias ni imponen a nadie nada; en América tenemos el modelo de los delincuentes argentinos, el modelo de Brasil o de Chile de múltiples centrales, y después tenemos el modelo donde no hay centrales. El mundo crece por allí. Siempre se lo digo a Oscar Andrade (secretario general del SUNCA): "Tú sentate a negociar con los señores de la Cámara de la Construcción, que además te han otorgado todo, pero que te metas en qué hacen los de la forestal..." ¿Qué pasa? Que ahora los sindicalistas descubrieron que es un tipo que habla bien, estudia, es inteligente y sabe negociar, entonces lo contratan. Le dije "te podés hacer millonario con tu capacidad de gran negociador y de conseguir lo que nadie consigue". Ahora, que la central sindical se meta me parece un disparate.

29) Donde los trabajadores no se organizan el capital impone sus condiciones...

(Interrumpe) No es así. ¿Alguien cree que la vida en las sociedades prósperas contemporáneas es de alto nivel porque existen los sindicatos? No hay prueba alguna de eso. Porque si no el liderazgo estaría en Corea del Norte.

30) Ahí no creo que haya sindicatos libres.

Hay sindicatos como acá, responden al mismo partido. Yo me peleo siempre con los de Adeom, que lo que tienen ahora es una dirigente sindical que en vez de ser poco agraciada como la antecesora de los lentes es muy agradable y se mueve con cierta soltura. Pero no les importan nada los ciudadanos de Montevideo y así está la ciudad de mugrienta y destruida. Vengo de hacer 3.200 kilómetros y estar en 16 ciudades de Europa desarrollada: Francia, Suiza, Alemania, Bélgica y Holanda. No agarré un pozo en 3.200 kilómetros. Llegué acá y anoche agarré un pozo como para dejar la rueda entera. ¿Eso qué es? Es la combinación de un gobierno frentista con una dirigencia sindical frentista o ultra que domina.

31) No me vas a decir que la mugre y los pozos en las calles de Montevideo existen desde que el Frente asumió el gobierno.

No, no es que sostenga eso. Pero es una pésima gestión y no hay nadie que lo diga así. Daniel Martínez fue alumno mío en la Facultad de Ingeniería, fue empleado y presidente del sindicato cuando yo fui director de ANCAP y es amigo mío y lo quiero. Pero me muero de angustia de pensar que pueda ser presidente de la República. Y sin embargo, con una pésima gestión sigue tan campante. Porque los uruguayos aman al Estado y si les tira con unas migajas, que es lo que les tira Daniel Martínez, dicen que es una buena gestión. Esta ciudad es un desastre... desastre. Y la mitad de las del interior también, salvo a San José donde la dotación de recursos humanos es la tercera parte de otras.

“Daniel Martínez es amigo mío y lo quiero. Pero me muero de angustia de pensar que pueda ser presidente de la República”

32) ¿Cómo te sentís como panelista de un programa de televisión?

Como propuesta fue una sorpresa completa. Me llamó una joven del canal que yo no había visto en mi vida, una argentina que estaba en un equipo que estaba trabajando en el canal. Yo conocía a Daniel Castro de El Espectador y supongo que él pensó en mí.

33) ¿Qué te pidieron?

Me dijeron: "Usted sea como es". Yo hace 16 años que estoy en las tertulias de El Espectador y no cree un personaje, soy así. A esta altura de mi vida no me importa nada quedar bien con alguien. Soy respetuoso, tengo mucho respeto por el sistema político pero no me importa si alguien se enoja por un comentario. Y mi comentario normalmente tiene que ver con juicios de ética política y donde no tengo preferencias partidarias. Sé que hay compañeros o gente que me aprecia del Partido (Nacional) que se enojaron mucho por comentarios que hice. Mala suerte.

34) ¿Cómo te llevas con Oscar Andrade?

Muy bien, no lo conocía mucho y he aprendido a apreciarlo. Además es estudioso. Los atorrantes que talentean me ponen muy nervioso. La quintaescencia del chanta uruguayo es Raúl Sendic: un tipo no estudia ni estudió nunca nada y se pavoneaba porque era buen mozo y tenía buenos trajes italianos. Oscar Andrade estudia y estudia mucho, aunque ahora ya le conozco todo el discurso, repite sistemáticamente los argumentos y siempre sé para dónde va a salir. Además es muy honesto intelectualmente. Yo le he dicho que con 42 años tiene grandes condiciones para hacer carrera política, pero tiene una piedra que cuelga de su cuello que es ser del Partido Comunista. ¡No podés hacer carrera política siendo del Partido Comunista!

35) Lo mismo decían en 1989, cuando caía el Muro de Berlín y acá el Partido Comunista obtuvo la votación más grande de su historia.

Sí, pero eso fue un aborto de la historia. Los uruguayos estaban bastante mal informados, ahora están mejor y no se comen eso. Pero el Partido nunca más repitió esa votación. Yo no lo podía creer porque fue el año en que nosotros ganamos las elecciones con 170.000 votos de ventaja. Nunca más van a repetir eso. Oscar tiene buenas condiciones, ya hoy es un referente en la izquierda y tiene una ventaja: nadie le puede encajar cuentas de la Unión Soviética, por su edad. A esos los detesto, a Picasso, a Neruda, a los que defendían a Stalin, a Lenin, a todos los que cometieron aquellos crímenes... yo soy hincha de (Ronald) Reagan y de (Margaret) Thatcher, pero que me traigan víctimas de ellos como las que tuvieron estos señores. Un tipo de 42 años puede decir que no fue hincha del señor (Leonid) Brezhnev, pero tiene dos piedras que lo tiran para abajo: su defensa a ultranza del régimen madurista y de su casa matriz, que es Cuba. También es un sindicalista y no es Lula. Un día relajé a Bertolt Brecht, le dije que era un viejo de mierda y le presté un libro sobre él. Lo llevó, lo leyó y me dijo: "bueno, pero no era tan viejo de mierda" (se ríe) Bueno, es un problema de interpretación.

36) ¿Fuiste a comer un asado a la sede del SUNCA?

Fui porque los cameramen dijeron "ché, ¿vamos a comer un asado al SUNCA?" y él dijo "sí, pero tienen que venir todos, también Connie". Vino el que lo propuso y me preguntó si yo iría y le dije "pero por supuesto, como también me sentaría a negociar si yo tuviera empresa constructora". Ahora, si me dicen ¿querés adherirte? Noooo, ni mamado. En la calle los que me hablan son los hinchas míos; solo dos personas me mostraron lo contrario: un señor que me dijo "cómo me caliento con las cosas que usted dice, pero se ve que está convencido", y una señora, esa sí un poco más hostil que me puso mala cara. Yo le dije "señora ¿sabe cuál es la solución? Cuando yo aparezco, cambia de canal". Los liberales queremos que cada uno haga su vida como quiera.

37) ¿El Partido Nacional gana las elecciones?

Bueno, estoy optimista pero no enloquecido. El gobierno venía muy cascoteado pero el triunfo de Macri, que es la mejor noticia latinoamericana de los últimos cinco años, le va a dar un respiro. Esas cosas que tiene la política: gana un señor de la derecha civilizada en Argentina y el Frente, que sigue sin decir -con algunas honrosas excepciones- que está en contra de la señora Cristina y su banda de delincuentes, va a salir beneficiado. Eso va a traer una ola de optimismo argentino. En diciembre del 15 ganó Macri y en el verano del 16 ya los argentinos miraban el mundo con otros lentes.

“Esas cosas de la política: gana un señor de la derecha civilizada en Argentina y el Frente va a salir beneficiado”

38) Ves ahí una inyección importante para nuestra economía.

Van a venir inversiones, por supuesto inmobiliarias pero también otras. Los uruguayos tenemos bien ganado el prestigio de ser serios aunque le estamos haciendo mucho daño con estos acuerdos secretos y esas cosas, pero en general se puede entender que el acuerdo secreto no es para una coima (N de R: se refiere a la negociación por UPM). Los gobiernos no hacen eso, eso lo hacen las empresas. Si los dueños de la negociación son los gobernantes, los términos tienen que saberlos todos los uruguayos y eso no lo hacen.

39) ¿Por qué crees que el gobierno acepta eso?

Creo que es porque los finlandeses son duros para negociar y pidieron tantas cosas que les da un poquito de vergüencita. Me parece. Ahora, yo creo que (la inversión de UPM) no se va a hacer. No hay 1.200 millones de dólares para hacer un ferrocarril. Creo que no se va a hacer nada.

40) ¿Luis Lacalle Pou es tu candidato?

Lo voté muy a gusto y lo voy a volver a votar. Me parece que está despegado y lo voy a acompañar. Lo decidirá el Partido. Yo lo voy a acompañar, no tengo actuación política, opino con total independencia y nadie me da instrucciones. Mucho menos a los 70.

Montevideo Portal | Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López