El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, hizo esta mañana un viaje “fuera de agenda” a la ciudad de Maldonado, donde participó de la boda de Gimena Amarilla (49) y Jessica Gómez (31). La boda y la presencia del mandatario fueron cubiertas en vivo por Karina Olivera, comunicadora del medio local Frecuencia Abierta.

Amarilla, quien lleva más dos décadas de trabajo en viveros, contó a Olivera que se contactó hace largo tiempo con Lacalle para invitarlo a su boda, y que este se comprometió a asistir.

La mujer contó que su familia y la del presidente “se conocen”, y que la boda estaba prevista para una fecha anterior, pero “se complicó un poco el vivero” y hubo que aplazarla “un poquito”.

“Nada tiene que ver lo político, tiene que ver la parte humana. Y mi profunda admiración con él y que compartiera esto que es algo distinto, que en algún momento no se podía dar y que ahora se da”, expresó en el Paseo San Fernando, lugar donde se llevó a cabo el casamiento.

En declaraciones posteriores a la emisora FM Gente, la novia profundizó sobre el convite.

“Le conté mi historia de lucha personal. Toda la vida he luchado con esto de poder elegir a una mujer a mi lado para iniciar un proyecto de vida. Cuando yo era joven, esto no se podía hacer. También le conté que ahora estaba luchando con mis demonios personales por ser mucho mayor que ella”, agregó. “Me respondió desde un punto de vista muy humano y me dijo que, si estaba con tiempo libre cuando nos fuéramos a casar, iba a compartir con nosotras ese momento”.

“Cada una tiene su postura política muy diferente, pero Jessica aceptó [la invitación al presidente]”, añadió.

Si bien Jessica estaba enterada de que Lacalle había sido invitado, hasta último momento no creyó que acudiera.

“La verdad, no lo esperaba”. “Ella me decía que sí, pero yo no creía” comentó.

Para Gimena, la presencia del jefe de Estado en su boda tuvo un significado simbólico: “Pase lo que pase, y venga quien venga, estos derechos están validados”.