La tumba del papa Francisco, que será inhumado este sábado en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, reflejará la austeridad y espiritualidad que marcaron su pontificado. Según informó este jueves el Vaticano, la lápida será de mármol de Liguria y tendrá una única inscripción: Franciscus, su nombre en latín.

La sepultura estará situada en una nave lateral cercana al altar de San Francisco, dentro de una de las iglesias más emblemáticas del catolicismo, cuya historia se remonta al siglo V. La basílica, dedicada a la Virgen María y profundamente querida por Jorge Mario Bergoglio, alberga ya las tumbas de siete pontífices, aunque ningún papa había sido enterrado allí desde Clemente IX en 1669.

El diseño de la tumba también incluirá una reproducción de la cruz pectoral que Francisco usaba cotidianamente, símbolo de su vocación pastoral centrada en la humildad, la misericordia y el servicio a los más vulnerables.

La elección de Santa María la Mayor no es casual: Francisco solía visitar esta basílica antes y después de cada viaje apostólico al extranjero, encomendándose a la Virgen "Salus Populi Romani", cuya imagen milagrosa preside el templo. Para el papa argentino, este lugar tenía un fuerte valor personal y espiritual.

Construida hacia el año 432 bajo el pontificado de Sixto III, la iglesia contiene reliquias fundamentales para la tradición cristiana, y es una de las cuatro basílicas mayores de Roma junto a San Pedro, San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros. También alberga la tumba del arquitecto Gian Lorenzo Bernini, autor de las columnatas de la plaza de San Pedro.

Con información de agencias.