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No me quemés

La “sextorsión” avanza en el país y abogado detalla que “centro operativo” está en Uruguay

Una de las víctimas fue contactada por una persona que decía ser el exjefe de Policía de Maldonado Julio Pioli.

30.08.2023 09:25

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2023-08-30T09:25:00-03:00
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La sextorsión —la estafa que surge a través de las redes sociales y que implica mayoritariamente a hombres que reciben fotos eróticas de mujeres que luego afirman ser menores de edad— está presente en nuestro país por lo menos desde hace un año, pero este 2023 presentó novedades.

Según informó el abogado Diego de Pazos, la diferencia está en que el centro operativo de esta estafa era en Paraguay, pero este año se supo que se está operando en Uruguay. Por ejemplo, hubo personas que se hicieron pasar por policías nombrando efectivos que forman parte del Ministerio del Interior.

“Esto empezó el año pasado con un incremento bastante grande a mediados de año que se acercaban al estudio a consultar por una eventual extorsión que estaban recibiendo. En ese momento era principalmente de personas que operaban en Paraguay, y este año ya empezamos a recibir asiduamente personas denunciando lo mismo, pero dentro del ámbito interno del país”, indicó el profesional del derecho en diálogo con Apertura Sport de Sport 890.

Los casos que manejó el abogado repiten ciertos patrones: el primer contacto es por la red social Facebook, de una chica a hombres, para entablar una conversación. Ese intercambio avanza, pasa luego a WhatsApp e inicia el envío de fotos eróticas. Como contrapartida, se le solicitan a la persona fotos de la misma índole, momento en que muchos denunciantes optan por no hacerlo.

“Las personas que son contactadas algunas entran en ese intercambio de fotos y otros no. Eso es lo que ha pasado, pero del otro lado siempre hay fotos de contenido erótico. La conversación avanza, pero en determinado momento se corta. Al rato o al otro día, los hombres reciben una llamada de un supuesto funcionario policial, que incluso se presenta, y por lo general son nombres que se condicen con jerarquías del Ministerio del Interior”, relató.

“El primero que tuvimos al inicio del año pasado era una persona que decía ser el exjefe de policía de Maldonado Julio Pioli. En ese escenario le manifestaba a la persona que en la jefatura había una denuncia en su contra por presunto acoso sexual porque había estado conversando con una chiquilina que era menor, que le había enviado fotos, etcétera, y que ante ese escenario había alguna forma de resolverlo. Ahí es cuando se le pedía dinero a efectos de archivar la denuncia o que desaparezca”, agregó.

Las víctimas de estas estafas, en la mayoría de los casos van y terminan efectivizando el pago que se hace a la cédula de una persona uruguaya y que se repite en varios casos diferentes. Lejos de que la estafa termine allí, continúan siendo contactados para que giren más dinero, con la excusa de que la denuncia se filtró y está en la Fiscalía.

“Cuando hay voluntad de pago del otro lado y que se recibe ese dinero se ha llegado a enviar un papel membretado donde dice efectivamente que hay una denuncia en contra de esa persona e incluso hay otro papel donde dice que ya se pagó y que el asunto queda cerrado, pero en definitiva el asunto no queda cerrado porque vuelven a pedir más dinero”, aseguró.

De Pazos recomendó, en caso de estar sufriendo este tipo de estafa y acoso, hacer la denuncia y bloquear esos contactos, aunque reconoció que algunos clientes se sienten más seguros si sus abogados hacen la denuncia penal.

Con respecto a las indagatorias que hay al respecto para dar con los responsables, el abogado dijo que por el momento no hubo avances en las denuncias que están presentadas y explicó que el año pasado era más complicado de rastrear porque el origen era Paraguay.

“Te diría que la del año pasado era un poco más complicada porque el centro de operaciones era Paraguay, pero ahora, al ser aquí, en el ámbito doméstico, creo que con una investigación seria sería proclive a que haya resultados porque hay una cédula o varias cédulas que se usan para retirar ese dinero”, opinó, y detalló que las cédulas pueden estar falsificadas, pero que de algún modo están en el sistema porque estas personas están retirando el dinero con ellas.

“La recomendación jurídica es que las personas sepan que el canal de notificación ante una denuncia real jamás va a ser una llamada telefónica de un policía, menos para pedirle plata y menos un WhatsApp. Cuando alguien tiene una denuncia real, a lo sumo se lo llamará desde una comisaría a los efectos de que pase por tal jefatura a notificarse de una denuncia que tiene en su contra y, eventualmente, a declarar, pero no este sistema. No es así como se maneja una notificación judicial. Ya ahí hay un vicio de irregularidad de estos asuntos porque no funciona así”, concluyó.


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