Contenido creado por María Noel Dominguez
Entrevistas

La revolución del cerebro

La revolucionaria técnica del psíquico Marcelo Acquistapace para tratar adicciones

El psíquico afirma controlar adicciones en una sesión con una metodología no convencional, sin el uso de fármacos.

09.07.2025 08:49

Lectura: 6'

2025-07-09T08:49:00-03:00
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Por María Noel Domínguez

Desde una niñez marcada por percepciones extrasensoriales hasta el desarrollo de una metodología vanguardista para tratar adicciones y colaborar en casos policiales y judiciales, el psíquico Marcelo Acquistapace revela cómo su particular comprensión del cerebro y la información lo han llevado a un camino poco convencional, con resultados que desafían los paradigmas tradicionales.

Un método disruptivo que “apaga” adicciones sin negociar

En el abordaje de las adicciones, mientras la ciencia y la medicina “negocian con el adicto”, Marcelo Acquistapace propone una vía radicalmente diferente: “Nosotros lo que hacemos es desenchufar la zapatilla: le apagamos la información al adicto”. Este enfoque, fruto de su trabajo como psíquico y su profundo entendimiento del funcionamiento cerebral, promete erradicar adicciones complejas como el alcohol, la cocaína, el cigarrillo, la marihuana, la ludopatía y los desórdenes alimenticios en una sola sesión, sin medicación ni síndrome de abstinencia.

“Nosotros lo que hacemos es desenchufar la zapatilla: le apagamos la información al adicto”

“Modificamos la información lineal temporal que usa el cerebro inteligente y la transformamos en un idioma binario espacial atemporal, que es el que utiliza el subconsciente o el cerebro primitivo”, explica Acquistapace. Este proceso, que describe como una “reprogramación” o “hackeo” cerebral, expone al subconsciente una información que el adicto, al intentar recaer, simplemente no encuentra. Los resultados son, según afirma, “extraordinarios”, demostrados en más de tres años de éxito en Valencia, España, y aplicados también a casos de ansiedad, emociones e incluso en niños con hiperactividad, adolescentes y personas con autismo o síndrome de Down.

Se puede obtener más información en Cicama.

De una percepción natural a una metodología desarrollada

Las capacidades singulares de Marcelo Acquistapace se manifestaron desde su infancia. Lo que él consideraba una “extensión de los sentidos” —como escuchar la campana de la escuela segundos antes de que sonara— le generó inicialmente dificultades. Aunque esa habilidad se vio “anulada” en parte durante su niñez, su desarrollo posterior fue una decisión consciente y una búsqueda constante.

Un punto de inflexión fue a los 17 años, al conocer la hipnosis y la autohipnosis a través de Fabio Puentes en Tacuarembó. Allí descubrió el “potencial” del subconsciente. El contacto posterior con el Instituto de Parapsicología de Argentina y una serie de “ejercicios controlados” le dieron la seguridad para aplicar y replicar sus procesos, sentando las bases de su propia metodología de trabajo, que hoy cuenta con 34 años de experiencia.

Colaboración en casos policiales y desapariciones: entre el aporte y el prejuicio

“Siempre queda de alguna manera ahí como tapado mi trabajo, y a veces cuesta también el reconocimiento”

Desde 1991, Acquistapace colabora en numerosos casos policiales y personas desaparecidas, aportando su conocimiento para “ayudar ya sea a nivel policial, fiscalía o familias de personas desaparecidas”. Su método, que describe como “provocar la búsqueda”, utiliza la psicometría: a partir de datos de la persona (nombre completo, fecha de nacimiento, fotografía impresa y un objeto personal), su mente “capta” información que luego la investigación científica confronta.

A pesar de que su contribución fue crucial en múltiples ocasiones, muchas de ellas de alto perfil mediático, Marcelo Acquistapace lamenta la “falta de reconocimiento oficial” y la “ingratitud” que a menudo enfrenta. “Siempre queda de alguna manera ahí como tapado mi trabajo y a veces cuesta también el reconocimiento”, señala, mencionando casos como el de Lola Chomnalez, donde su aporte fue clave para hallar la mochila con el ADN decisivo, pero no obtuvo un reconocimiento público de la familia. “A veces te duele porque hay como una falta de reconocimiento ingrato, porque además no les cuesta nada y a mí realmente eso me duele”, expresa, atribuyendo esta actitud a “prejuicio” o “vergüenza” de admitir la ayuda de un psíquico.

En el delicado trabajo con familias de personas desaparecidas, donde la información puede ser devastadora, Acquistapace maneja la comunicación con extrema cautela. Además, siempre exige que haya una denuncia policial detrás de la búsqueda, para asegurarse de que la persona no se fue por voluntad propia y tiene derecho a no ser encontrada. En general, no colabora en casos que superen los dos años debido a los cambios en el entorno y la dificultad para corroborar la información.

El día a día de un psíquico y el nacimiento del podcast

En su vida cotidiana, Marcelo Acquistapace evita usar sus habilidades para beneficio personal. “Por lo general no lo uso para mí. Lo que hago es provocar la búsqueda en determinado caso o situación, porque si no terminaría enchalecado”, explica, refiriéndose a la abrumadora cantidad de información que recibiría. Su atención se reserva para “casos donde la vida humana está en peligro”.

Su deseo de compartir las “cientos de casos extraordinarios” y la “interna de lo que un psíquico vive” lo llevó a lanzar un podcast en colaboración con Tierra Media Producciones, de Federico Míguez y Alejandra Martínez. Eligió a Nacho Esquivel como coconductor, porque valora su perfil de abogado y exjuez —un “tipo escéptico pero que no niega”—, lo que prometía una “buena dupla interesante”. La eficacia de su método se validó recientemente cuando, a pedido de Esquivel desde España, Acquistapace brindó información precisa que permitió la localización del submarino Titán —el cual había desaparecido con millonarios a bordo— en la distancia exacta que él había indicado.

Acquistapace trabaja con tres a cuatro casos por semana, principalmente de Uruguay, pero también del exterior. No cobra por su colaboración, lo que, según él, le permite mantener la objetividad y la efectividad. “Ayudo a gente que no conozco, dejo de hacer mis cosas por gente que no conozco; lo único que le pido es que respeten mis tiempos”, afirma, dando prioridad a las situaciones de “vida o muerte”.

Considera que su metodología en adicciones está “200 años adelantada” a la tradicional, fruto de haber “visto el producto terminado” y animarse a ir hacia un camino donde las condicionantes científicas aún no existían. Es una ciencia en constante evolución, con ajustes continuos que arrojan mejores resultados, lo que lleva a su trabajo a estar “250 años adelantado en el tiempo”.

Por María Noel Domínguez