Contenido creado por Gerardo Carrasco
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Carne de mi carne

La peor buena noticia: necesitaba trasplante y un choque hizo que su hijo fuera el donante

Graziele Farias llevaba cuatro años en lista de espera. No pudo ir al funeral de su hijo porque fue el mismo día que la anhelada cirugía.

11.01.2023 10:48

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2023-01-11T10:48:00-03:00
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El primer día del año, el joven Kauan Farias, de 20 años, protagonizó un grave accidente de motocicleta en Birigui, una ciudad del interior de San Pablo, Brasil. Sufrió un traumatismo craneoencefálico y fue hospitalizado en estado comatoso.

Desde el sanatorio de su localidad fue trasladado a un hospital de Araçatuba. El martes 3 de enero se confirmó la muerte cerebral del joven. Previa consulta, la madre de Kauan, Graziele Farias, autorizó al sanatorio a donar los órganos de su hijo.

“No lo pensó ni dos segundos. Dijo que podía donar todo, todos los órganos que se podían donar. ‘Quiero que esté un pedacito de mi hijo en cada lugar’, dijo”, explicó Nayara Furquim, hermana de Graziele, en declaraciones al portal noticioso UOL.

Los médicos extrajeron los pulmones, el hígado, el corazón, tejido óseo y los riñones del infortunado motociclista. Curiosamente, uno de esos órganos acabó siendo donado a su propia madre.

De acuerdo con el citado informe, Graziele llevaba más de cuatro años en lista de espera para un trasplante renal. Durante este tiempo, la mujer dependió de hemodiálisis y perdió el 100 % de su visión. Cuando Kauan murió, ella se estaba dializando en un edificio lindero al hospital.

Además de problemas renales, la mujer padecía también insuficiencia cardíaca, algo que hizo dudar de la viabilidad del trasplante. “El médico le advirtió a mi hermana que tal vez no pudiera recibir el riñón de su propio hijo; aun así, ella dijo que eso no sería un problema para donar los órganos de mi sobrino”, explicó Nayara.

Graziele solo se enteró de la donación del riñón de su propio hijo al día siguiente, cuando el hospital le informó que había llegado un nuevo órgano para ella. “Venga a recibir el riñón de su hijo”, le dijo el personal del centro médico.

En este punto, Graziele tuvo que tomar otra decisión difícil: recibir el trasplante o ir al velorio de Kauan, porque la cirugía estaba programada para la misma hora que la ceremonia fúnebre del muchacho.

“Estaba muy emocionada, no sabía si iría porque se perdería el funeral de su hijo, pero hablamos con ella y luego Graziele dijo que Kauan le dejó un regalo”, concluyó Nayara.

El trasplante fue exitoso y la mujer, con la víscera de su hijo dentro del cuerpo, se recupera.