Contenido creado por Martín Otheguy
Locales

Una historia de violencia

La historia de la joven asesinada en San José, marcada por la violencia y el abandono

La menor estaba rehaciendo su vida y se había reconectado con su padre, lo que enfureció a su pareja, un hombre con antecedentes de abuso y violencia doméstica.

03.06.2019 14:21

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2019-06-03T14:21:00-03:00
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La semana pasada, informábamos que un hombre de 42 años mató una adolescente de 17 en la localidad maragata de Ciudad del Plata, un caso sobre el que recién se conocieron detalles en las últimas horas, que revelan el dramático periplo de la víctima. 

El 29 de mayo, próximo a la hora 17:00, la adolescente fue encontrada sin vida en la cama de la casa de su pareja (el imputado) con quien mantenía una relación desde hace tres meses.

La menor se encontraba internada por resolución judicial en el hogar de amparo de INAU del  departamento de San José, desde el 4 de mayo, habiéndose fugado en la noche del viernes 25, según Fiscalía.

Cuando la Policía llegó al lugar del hecho se encontró con la víctima tendida sobre la cama, con un disparo de arma de fuego en la cabeza, y a su lado su pareja. En la cama había también un arma de fuego calibre 22.

Del abandono y el abuso

Según las indagaciones de la Fiscalía, la adolescente había tenido una niñez cargada de obstáculos,y un padre que había roto el vínculo al separarse de su madre cuando ella tenía tan solo un año y medio de vida.

"Su madre se había dedicado a formar una nueva familia dejando de lado a esta hija, que constantemente intentaba llamar la atención de su progenitora", indica el parte. A lo largo de su infancia sufrió episodios de gran angustia, tristeza y desamparo, que la llevaron a huir de su casa en varias oportunidades.

Había quedado embarazada con tan sólo 15 años de edad. Desde ese momento su madre, decide deslindarse de responsabilidad sobre su hija, pasando la menor a vivir con su novio y su beba recién nacida. Más adelante, a pocos meses de nacer su hija, se separa y comienza a vivir en casas de desconocidos, hasta llegar a vivir en la calle, donde comienza a consumir drogas y a prostituirse.

Es por ese motivo que su hija es entregada en primer momento a su madre y posteriormente al padre biológico, lo que le generó gran angustia.

Luego de dos años de una vida de consumo de sustancias estupefacientes y de ejercer la prostitución en la calle, intenta cambiar y toma la decisión de internarse por su propia voluntad en el INAU, y es allí que en mayo ingresa en el hogar de amparo, por orden judicial. En ese momento el INAU intenta comunicarse con la madre de la joven, que demuestra indiferencia.

En esos días y gracias al trabajo de los técnicos de INAU, decide escribirle a su padre biológico, con el cual había tenido escaso relacionamiento a lo largo de su vida. Se reencuentra con él y se comunica con su abuela y tío paterno, los que residen en Rivera.

"Este encuentro trajo aparejadas grandes ilusiones y expectativas, ya que no sólo se estaba reencontrando con su padre, sino que también con toda una familia, la que ella tanto deseaba y anhelaba", indica el documento fiscal.

Su padre y abuela le habían prometido que irían a Rivera a conocer al resto de la familia y esto provocaba en la menor una gran felicidad, la cual le expresó a las funcionarias del INAU, a sus compañeras e incluso a su madre.

El jueves 23 fue la última vez que vio a su padre, ya que el viernes 24 salió a tomar mate con tres compañeras del hogar, no retornando nunca más.

La denuncia

Cuando el INAU denuncia el hecho y comienza a investigar, preguntando a las compañeras de la menor, descubre que esta les había contado de la relación que mantenía con el imputado, que esa relación había terminado ya que éste le ejercía violencia física y psicológica, obligándola a trabajar en la calle para él. También narró que el imputado consumía cocaína y alcohol y era allí cuando la golpeaba, insultándola para luego pedirle perdón y prometiéndole nunca más hacerlo.

En su última semana de vida, cuando la joven analizaba si irse con su padre, el imputado comienza a acosarla por mensajes de Facebook y llamadas, presionándola para quedarse con él.

Finalmente, él planifica la fuga del hogar de INAU convenciéndola de hacerlo y proporcionándole los medios para hacerlo.

La fuga

El sábado 25, la menor y su pareja se dirigen a lo de su ex suegra, donde la joven pregunta por su beba (que estaba con sus abuelos maternos).

Al llegar a la puerta de la casa, el imputado deja caer de entre sus ropas un arma calibre 22. Fue tal la sorpresa de los testigos que vieron el arma, que el indagado les dijo: "no se preocupen, no es para ustedes". El domingo la joven volvió a llamar por teléfono para que la dejaran ver a su hija, cortando luego cuando el imputado se lo ordena.

El miércoles 29, cuando la menor y el imputado se encontraban en la cama, ella le manifiesta que había retomado el vínculo con su padre, que estaba ansiosa y feliz, y que iría en las próximas semanas al departamento de Rivera a conocer a su familia paterna. Además, le contó que tenía pensado mudarse junto con su padre en Montevideo, ya que él le estaba acondicionando un cuarto para instalar una peluquería donde ella pudiera atender.

A raíz de ello, se suscita una discusión con el imputado, que le propina varios golpes, uno de ellos con la culata del revólver en el cráneo. La autopsia demostró varias lesiones severas en el cuerpo, incluyendo fractura costal.

Se le constató al imputado, por parte del médico de guardia, una marca en la frente compatible con erosión por uña humana y lesiones en dorso de ambos pies a nivel de los dedos, lo que demuestra que la joven intentó defenderse.

El hombre finalmente la arroja al suelo y termina disparándole con su arma. Minutos después, al tomar conciencia de la situación, mueve el cuerpo de la victima, apoyándolo sobre la cama.

El agresor

El homicida es una persona "con características de personalidad violenta, agresiva, celosa, posesiva y dominante".

Ya tenía una denuncia por violencia doméstica, en este caso por parte de su ex pareja, madre de sus dos hijas. Es importante destacar que dicha relación comenzó cuando la víctima tenía también 14 años y se encontraba en situación de vulnerabilidad. "Su relación fue signada por el miedo y la violencia sobre ella", indica la Fiscalía.

Recogidas las evidencias, se lo imputó por un delito de homicidio especialmente agravado y muy especialmente agravado en reiteración real con un delito de abuso sexual, en calidad de autor.