La ex Miss Uruguay Fatimih Dávila y su vínculo con una historia de sueños rotos y engaños

La muerte de la ex Miss Uruguay, Fatimih Dávila, volvió a traer a colación un oscuro caso judicial en el que la joven estuvo involucrada como víctima, y que fue ampliamente difundido por la prensa local y argentina en 2012.

El cuerpo de Dávila fue hallado sin vida en el baño de un hotel de la colonia Nápoles en Ciudad de México, en circunstancias lo suficientemente sospechosas como para que la Fiscalía mexicana iniciara una investigación por un posible delito de homicidio.

En 2012, la ex Miss Uruguay y ex competidora de Miss Mundo, debió declarar ante la Justicia por el caso Operación Blanca, que investigaba una red de prostitución VIP en Punta del Este.

El caso ameritó una investigación del periodista Javier Benech, que se cristalizó en el libro Sueños rotos. La trama oculta del modelaje, el fútbol y la televisión (Fin de Siglo).

El manager argentino Leandro Santos (ex novio de Zaira Nara) fue señalado como uno de los cabecillas de esta red, pero según la investigación contó con asociados. Uno de ellos es el "seudo relacionista público" José Acosta, descrito en el libro como "un morocho flaco, vestido con harapos y de mal olor, lograba convencer a bellas jóvenes, en algún caso estudiantes universitarias, de que la prostitución era un buen camino para sus carreras".

Muchas de las jóvenes atrapadas en esta red lo hicieron engañadas, creyendo que tener sexo con hombres poderosos iba a ayudarlas en su carrera en el espectáculo, escribe Benech.

De las escuchas telefónicas se desprende que Acosta era socio de Leandro Santos. "Yo me inicié en esta actividad por un contacto en Argentina, Leandro Santos, que tiene una agencia de modelos", dijo a la Justicia. La promesa de llegar a ser parte de la farándula era el gancho con el que este hombre lograba captar a modelos jóvenes.

La ex Miss Uruguay mantuvo más de una charla con él que quedó registrada en las escuchas. El relacionista le cuenta que un supuesto futuro contrato con un hotel en Punta del Este no le impedía bailar en un programa argentino (recordemos que Santos tenía relación estrecha con ideas del Sur, la productora de Marcelo Tinelli). "La otra vez estuve hablando con Leandro y me dijo que estaría bueno que entre en algo de eso para cotizarme, porque el tema de Miss Uruguay nadie lo valora", le comenta la modelo.

La charla muestra el modus operandi que tenía esta red para captar a sus víctimas. "Yo te conseguí lo máximo", le dice Acosta a Dávila. "Yo lo que quiero es hacer cosas para que agarres medio rápido. Estoy diciendo que nosotros vamos a salir al aire con un programa fino y delicado que se llama ‘Auto con estilo'. Vos vas a hacer se programa y el año que viene alguno en Argentina como para cotizarte, ¿viste?", le dice Acosta a la ex Miss Uruguay.

Cinco años antes, la joven había ganado el concurso Miss Uruguay con 18 años y se mostraba entusiasmada en estudiar periodismo y trabajar en producción. La jueza Graciela Gatti entendió en la investigación que Dávila, igual que otras chicas, se encontraba en situación de vulnerabilidad, porque accedía a estas propuestas con la esperanza de que eso las ayudaría en su carrera. "Y una vez que fueron introducidas en ese ambiente con promesas falsas, fueron explotadas", cuenta Benech en el libro.

Escuchas telefónicas y testimonios muestran que muchas de las chicas se veían "forzadas a prostituirse con la promesa de ascender en la escala social y cumplir sus sueños". Fatimih aparece en más de un capítulo del libro, casi siempre revelando en sus conversaciones la trama detrás de las promesas del espectáculo y los peligros del mundo que se encontraba operando en él. Siete años después, encontró la muerte en México, en circunstancias por lo menos sospechosas.