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La carta de Allende a los arrieros tras la “dramática odisea” vivida por los uruguayos

El entonces presidente de Chile envió una misiva de reconocimiento a quienes asistieron a Parrado y Canessa en la cordillera de los Andes.

11.01.2024 16:10

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2024-01-11T16:10:00-03:00
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Montevideo Portal

Tras el estreno de la película La sociedad de la nieve en Netflix el pasado 4 de enero, la historia de la tragedia de los Andes vivida por los 16 uruguayos que sobrevivieron ha generado repercusiones de todo tipo en redes sociales.

Entre ellas, se divulgó una carta que escribió el expresidente de Chile Salvador Allende para saludar a Sergio Catalán, Juan Farfán y Pedro Cerda, los arrieros que asistieron a Fernando Parrado y Roberto Canessa después de que ambos caminaran durante 10 días para escapar de la montaña.

En particular, la figura de Sergio Catalán fue siempre la más destacada en los distintos relatos de la historia de los jóvenes uruguayos que sobrevivieron más de 70 días en la cordillera de los Andes. De hecho, efectivamente fue Catalán el primero en hacer contacto con los dos jóvenes y leer lo escrito por Parrado: “Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedaron 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos vienen a buscar arriba? Por favor. No podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?”.

La carta enviada por Allende, que está fechada el 29 de diciembre de 1972, fue divulgada este martes por el exsecretario de Derechos Humanos de Presidencia de la República Nelson Villarreal. En diálogo con Montevideo Portal, Villarreal dijo que el documento le llegó de parte de un dirigente del Partido Socialista de Chile y está actualmente en manos de la Fundación Salvador Allende.

El documento había sido publicado en octubre de 2022 por el medio chileno El Regionalista, en el marco de la conmemoración de los 50 años de la caída del avión.

El texto firmado por el expresidente chileno, quien se suicidó el 11 de setiembre de 1973 ante el inminente golpe de Estado contra su gobierno comandado por Augusto Pinochet, dice lo siguiente:

“Quiero saludar en ustedes el espíritu generoso de nuestro pueblo, evidenciando una vez más a raíz de la dramática odisea vivida por un grupo de jóvenes deportistas uruguayos. Fueron ustedes los primeros chilenos con que ellos tomaron contacto y los que le dieron la certeza de que habían logrado salvarse. Cada uno cumplió un rol importante. Juan Farfán que fue el primero en auxiliar a los que llevaban ya diez días de dura caminar. Pedro Cerda al acogerlos en su rancho de la cordillera y compartir con ellos su hogar y sus alimentos, y Sergio Catalán que llevó hasta las autoridades la información del afortunado encuentro. La actitud de los tres constituye el resumen de los que es el auténtico chileno: solidario, generoso, esforzado, siempre dispuesto a dar lo mejor de sí mismo. En estos días los nombres de ustedes han recorrido el mundo y todos sentimos que los tres modestos arrieros colchagüinos representan lo que somos como pueblo”.

Según describe el libro El milagro de los Andes, de Jorge Balocchi y Pedro Marchant, el arriero Juan Farfán relató el momento de la siguiente forma:

“Ese día yo venía bajando de las montañas cuando al llegar al Puesto de los Negros me encontré con los hijos de Sergio Catalán. Al verlos solo les pregunté por su padre y los jóvenes contestaron que había tomado contacto con dos personas que se encontraban al otro lado del río, que eran sobrevivientes de un avión uruguayo perdido. Frente a esto, su padre había salido rumbo al retén de Puente Negro a pedir ayuda para socorrer a estas personas aisladas en las montañas”, contó Farfán.

Sobre el otro arriero participe de los hechos, el mismo libro señala que Armando Cerda “es recordado como un arriero humilde, un ovejero y sufrido trabajador, que durante las veranadas vivía prácticamente por meses en los cerros y montañas”.

“Cuando regresaba a Puente Negro agotado de su larga estadía en la cordillera, al no contar con una familia pernoctaba en cualquier lugar, excediéndose en ocasiones en la ingesta de bebidas alcohólicas. Armandito era muy querido por la gente, por su mansedumbre, sencillez y bondad”, se recuerda.

En esta línea, la obra relata que a pedido de Sergio Catalán, a Cerda “le correspondió el mérito de prestar ayuda y rescatar a Canessa y Parrado, proporcionándoles alimentos y abrigo mientras esperaban al arriero Catalán que se dirigía a Puente Negro en busca de socorro”. El final de la historia es conocido.

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