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La bioquímica que trabajó para detectar la covid y jugará rugby profesional en Italia

María Eugenia Cruces habló con Montevideo Portal sobre su pasión por el rugby y su trabajo como científica en el Institut Pasteur, previo a viajar a Europa para jugar en el Calvisano.

04.02.2022 09:11

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2022-02-04T09:11:00-03:00
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Por Santiago Magni

Por primera vez en la historia, dos mujeres firmaron contratos profesionales en Italia para practicar este deporte. Actualmente, el rugby en Uruguay es amateur en su gran mayoría de la rama masculina y completamente en la rama femenina.

María Eugenia Cruces y Cecilia Verocai, referentes de la Selección Femenina de Rugby de Uruguay, viajarán a Italia y firmarán su primer contrato a nivel de clubes, para jugar en Calvisano Rugby.

Además de su pasión por el rugby, Cruces es bioquímica y trabaja en el Institut Pasteur de Montevideo. Formó parte de los científicos que trabajaron en la puesta a punto de laboratorios de diagnóstico de coronavirus en hospitales públicos del país. En diálogo con Montevideo Portal, la capitana de Las Teras habló sobre su trayectoria en el rugby, la importancia de que mujeres practiquen este deporte y su rol como científica, entre otros temas. 

Montevideo Portal: ¿Cómo surgió la pasión por el rugby?

María Eugenia Cruces: Arranqué a jugar a los 20 años, me llevó una amiga cuando se formó el rugby femenino en el Círculo de Tenis de Montevideo. A ella la invitaron porque el hermano jugaba y me dijo para arrancar con ella. En ese momento no quería engancharme con nada, entonces le dije que no, pero ella fue a la primera práctica y me dijo: “Dale Maru, tenés que ir porque te va a encantar”. Ahí fui y hasta el día de hoy le agradezco que me haya llevado. Empezó como un hobby, en ese momento estaba bastante enfocada en mis estudios, hubo algunos meses donde tuve que dejar porque me coincidió con los prácticos de un laboratorio. Ni bien pude volví y me fui involucrando cada vez más, en un momento me citaron a la selección, empecé a entrenar en el Estadio Charrúa, y después me llegó mi primer sudamericano. Ahí me di cuenta del salto de nivel y que tenía que meterme mucho más, así fue de a poquito, y en un momento terminé siendo la capitana de la selección y estar cada vez más metida.

MP: ¿Qué significa esta oportunidad de ser jugadora profesional en un club de Italia?

MEC: Es un sueño porque cada vez me fui acercando y fue siendo más prioridad en mi vida el rugby. Cada vez empecé a ser lo más profesional posible, adaptando mi rutina, mi alimentación, mi descanso, para mejorar dentro de lo posible y siendo amateur, es decir, teniendo que estudiar, trabajar. A veces pensaba qué lindo sería poder llegar a una práctica estando descansada, bien comida (risas). Como arranqué con el rugby como hobby, y estaba muy metida en la carrera, me tomaba más light el rugby. Pero el rugby fue evolucionando, en el Círculo de Tenis entrenamos todos los días, antes no era así. Obviamente llega un punto en el que hay días muy largos, hay “sacrificios”, pero en mi caso era algo que disfrutaba y me apoyaba mucho en el equipo. Yo admiro mucho a los deportistas que no hacen deporte en equipo, porque no entiendo de dónde sacan la fuerza y motivación para meterle (risas).

MP: ¿Cómo es la realidad del rugby femenino en Uruguay?

Estamos en una situación complicada para el rugby femenino, sobre todo por la cantidad de jugadoras, que se ha estancado. Somos pocas, seremos a reventar 150 en todo el Uruguay y eso hace que la competencia a nivel local sea complicada. Nos enfrentamos a un nivel regional, de seleccionados en Sudamérica, que es otra cosa y requiere que la selección esté entrenando todo el año. Se ha ido creciendo porque a nivel local ha mejorado el nivel, tenemos un preparador físico en el club (Círculo de Tenis), y nos hemos ganado nuestros espacios porque es un mundo que para las mujeres es difícil y nos tuvimos que ir abriendo camino. El año pasado con el club salimos campeonas del Campeonato Nacional por primera vez, eso de a poco nos va ganando terreno. Lo que sucede es que los colegios y clubes tradicionales de rugby no tienen para chicas, a las niñas en general se les ofrece jugar al hockey y a los varones rugby, eso complica porque no tenemos juveniles. A nivel de selección pasa que no hay tantas jugadoras a nivel sudamericano formadas, de repente se bajan dos o tres y estabas en un cuarto puesto y volvés a un octavo. A nivel regional muchos equipos son profesionales, eso hace que tengamos que hacer lo posible para acercarnos a eso. A fines de 2019 conseguimos un preparados físico para la selección femenina, ese fue todo un avance.

Foto: Institut Pasteur

Foto: Institut Pasteur

MP: ¿Cómo será pasar del rugby 7 al de 15?

MEC: Es terrible desafío, fue una de las cosas que más me hizo dudar en el momento de decidirme. Lo consulté con mis entrenadores, con gente allegada y me dijeron que creían no iba a tener problema. Que quizás al principio me iba a costar un poco, pero le iba a agarrar la mano. Si bien es otra modalidad y tiene muchas diferencias en la esencia es el mismo deporte, es ir para adelante y taclear. He tenido algunas prácticas de 15 para asesorarme, he visto muchos videos y me apoyo mucho en Ceci (Verocai) que si bien no jugó en 15 sabe más porque es entrenadora de los varones en Vaimaca Rugby Club de Salto, forma parte del staff y es más cercana al 15. Por otro lado, el año pasado me invitaron a participar de las transmisiones de ESPN, del Campeonato Uruguayo masculino de 15, y ahí me fui acercando bastante al 15. Eso me llevó a informarme, estudiar, hablar con jugadores y coach, por lo que me acerqué a esa modalidad.

MP: En 2020 contribuiste al diseño del laboratorio de diagnóstico en el Institut Pasteur, ¿cómo fue esa experiencia?

MEC: En ese momento era otra situación, había incertidumbre. En Uruguay no teníamos mucha capacidad diagnóstica. Yo estaba con experimentos míos, no había dejado de ir al laboratorio. Luego el viernes 13 de marzo de 2020 se hizo una reunión en el instituto para ver en qué podíamos aportar desde nuestro lado. Gonzalo Moratorio, Pilar Moreno y Carlos Batthyány propusieron que ayudemos en ampliar la capacidad de diagnóstico, eso implicaba desarrollar un kit. La técnica de diagnóstico por PCR la utilizamos de rutina, si bien yo no tenía que ver con virus me ofrecí porque es una técnica que manejo. Entonces, a las dos o tres semanas habíamos armado el laboratorio de diagnóstico en el instituto, pero después se decidió seguir ampliando esa red y me tocó ir al Hospital Pasteur a montar el laboratorio. Fue una experiencia increíble, en la que trabajé con gente de distintos grupos, con bioquímicos, médicos y montamos el laboratorio, dejándolo funcionar. Eso se hizo en varios hospitales.

MP: Próximamente tenés que entregar tu tesis de maestría, ¿la idea es defenderla en Europa?

MEC: Mi plan es terminar de escribir la tesis y defenderla desde allá. Ahora se estaban haciendo por Zoom las defensas, por lo que hablé con mis tutores y no va a haber inconveniente. Había planeado tomarme enero para recibirme tranquila y ver cómo seguía, pero me surgió esta posibilidad. Como jugadora de rugby no tengo tanto tiempo más, pero como científica creo tengo un tiempo más (risas).

Por Santiago Magni


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