La BBC se pregunta: ¿Es cierto que los uruguayos son "todos buenos"?

La periodista uruguaya Ana Pais dedicó una extensa nota en BBC Mundo a indagar en el estereotipo del "uruguayo bueno", alimentado en buena parte por los argentinos.

¿Es cierto que los uruguayos son "todos buenos" (y qué tienen que ver los argentinos con ese estereotipo)?, se titula la nota.

En su crónica, Ana cuenta que desde que vive en el exterior, basta que revele su nacionalidad para que la conversación con cualquier extraño dé un vuelco afectivo.

En estas charlas, todos "tienen un elogio hacia la intrínseca bondad y modestia de los uruguayos", un estereotipo afianzado por la fama internacional de José Mujica como el "presidente más pobre del mundo".

"La idea de que todos los uruguayos son sencillos, honestos, serenos y, en definitiva, buenos es una generalización ingenua, pero que tiene sus raíces en elementos reales de la historia y presente sociocultural del país", continúa la periodista, que consulta al periodista Leonardo Borges al respecto.

Borges cuenta la génesis del país y explica que "Uruguay es una secesión de la Argentina", ya que José Artigas luchaba por crear las Provincias Unidas del Río de la Plata. Ese es el motivo por el cual son "sin lugar a dudas, (Argentina y Uruguay) los dos países más parecidos del mundo".

"Como la separación política ya fue, entonces la separación tiene que ser desde el punto de vista del cómo somos, del ser nacional", dice el historiador.

País recuerda también algunas frases del escritor argentino Hernán Casciari, que en una columna del 2005 dijo: "A lo largo de mi vida no conocí nunca, pero nunca, a un uruguayo malo, o cancherito, o pretencioso".

"En el fondo sabemos que ellos son como nosotros pero sin los defectos nuestros, porque aunque sean chiquitos son nuestros hermanos mayores, porque saben mirar a los ojos y tienen esa luz de pueblo silencioso en la mirada", dice también Casciari.

Pero, como dice Borges (Leonardo), Uruguay es el hermano menor de Argentina y por eso "en su historia ha tenido sistemáticamente la necesidad de separarse de Argentina, de marcar las diferencias" (lo que no sucede a la inversa). Por lo tanto, la "uruguayez", en gran parte, se define en función de la argentinidad, señala la periodista.

Ante el estreotipo del argentino "egocéntrico y gritón", el uruguayo cultivó "desesperadamente" una imagen de persona "mesurada y tranquila", agrega el historiador.

"Las historias nacionales son providenciales por naturaleza: intentan explicar por qué somos diferentes", agrega Borges, que apunta que nosotros, debido a la percepción de nuestra pequeñez, intentamos sobresalir a través de esas características.

Sin embargo, señala la periodista, "es fácil tirar abajo el mito de los uruguayos buenos con datos objetivos".

"Con más de 11.000 personas presas, Uruguay es el segundo país después de Brasil con la mayor tasa de población carcelaria de Sudamérica: 321 por cada 100.000 habitantes, según el World Prison Population List 2018", señala.

"Y en su historia ha habido desde un genocidio (el de los charrúas) hasta regímenes autoritarios con presos políticos, torturas y desaparecidos", agrega Pais.

Para Borges, en Uruguay también "hay un racismo solapado", algo que "puede atestiguar la comunidad afrouruguaya y los inmigrantes cubanos y venezolanos llegados en los últimos años".

En la nota se consulta también a Antonio Terracciano, investigador del Departamento de Geriatría del Colegio Universitario de Medicina del Estado de Florida (Estados Unidos), responsable de un ambicioso trabajo sobre las "personalidades" de los países

El autor explica que "hay comportamientos y dinámicas sociales que efectivamente pueden coincidir con los estereotipos nacionales". En este sentido, indica en la nota, comportamientos como la "bondad" uruguaya "no solo son una expresión de personalidad o carácter (como la amabilidad o la extraversión), sino que a menudo se guían por las normas sociales locales".

"Los uruguayos pueden tener una personalidad muy similar a otras personas en América del Sur, pero las normas sociales pueden obligarles a que se comporten amablemente", dijo Terracciano a la BBC.