Parte de la reforma de la seguridad social, convertida en ley hace algunos meses tras la discusión parlamentaria, comenzará a regir el próximo 1° de agosto. Uno de los puntos que incluye el proyecto es que eleva la edad de jubilación mínima a 65 años, aunque no abarca a todos los trabajadores: los rurales y los de la construcción tendrán una excepción. Estos aspectos entrarán en vigencia en 2027 y se incrementarán de forma gradual hasta 2035.

Sin embargo, hay un punto de la nueva ley que se comenzará a aplicar antes: todos los uruguayos que se jubilen podrán comenzar otra actividad laboral y realizar los debidos aportes por ella.

“Hoy tienen esa posibilidad aproximadamente la mitad de los jubilados, empleados públicos, policías, militares, bancarios y profesionales universitarios”, escribió en una columna de opinión en Montevideo Portal Rodolfo Saldain, quien presidió la Comisión de Expertos en Seguridad Social y coordinó el diseño y la redacción del proyecto.

En ese texto, Saldain da cuenta de que hay al menos dos razones por las que la gente vuelve a trabajar. En algunos casos es por necesidad económica y en otros es porque hay potencialidades que las personas quieren seguir explotando.

En caso de optar por iniciar una nueva actividad, los aportes se verterán al Banco de Previsión Social (BPS). “Los aportes que correspondan al pilar de ahorro individual (AFAP) se acreditarán en una cuenta de ahorro voluntario y complementario”, agrega Saldain.

“Los nuevos aportes a AFAP irán a una cuenta especial. Podrán complementar las prestaciones generadas o podrá accederse a esos fondos antes, en caso de enfermedades graves del titular o de quienes pudieren resultar beneficiarios de pensión de sobrevivencia”, indica Saldain en su columna.

El hecho de que los jubilados accedan a oportunidades laborales “no está asociado con una disminución en el empleo de los jóvenes, ni con un aumento en el desempleo de la juventud”. “Algunas investigaciones, incluso, afirman que la salida de las personas mayores de la fuerza laboral reduce la tasa de empleo de los jóvenes y de las personas en plena edad laboral”, explica Saldain al respecto.

El presidente del BPS, Alfredo Cabrera, consideró que el interés por esta nueva posibilidad irá en aumento “en la medida que es de los aspectos más novedosos” de la reforma. “Es de los temas que han llamado más la atención y donde las consultas se realizan más habitualmente”, agregó el jerarca en diálogo con Primera mañana (El Espectador). Para Cabrera, es una buena oportunidad tanto para las personas como para las empresas.

Ante la consulta de cuál es el trámite en caso de querer contratar a un pasivo, Cabrera explicó que las compañías presentarán su nómina de empleados como lo hacen habitualmente y será el BPS el que analice el caso concreto del jubilado que se quiere contratar.

El jerarca reparó en que la norma tiene algunas limitaciones y por eso será el organismo el que se encargue de analizar si todo entra dentro de la nueva ley. “Si está dentro de las condiciones, va a ingresar como un trabajador normal”, agregó. Este fin de semana estuvo caído la página del BPS, justamente por ajustes debido a la reforma.