El viernes 19 de marzo se computaron 11 fallecimientos por coronavirus en Uruguay. Dentro de lo triste y habitual de la noticia, había un fallecimiento que llamaba la atención: el de un joven de 27 años en Cerro Largo.
El medio local La voz de Melo informó al día siguiente que el joven se había negado a recibir asistencia durante varios días pese a tener claros síntomas de la enfermedad.
Montevideo Portal consultó a autoridades de Cerro Largo y confirmó que el joven se negó a recibir atención siempre que pudo, y que incluso firmó un documento en el que aseguraba no querer hisoparse.
"El muchacho, al igual que mucha gente, no cree en el coronavirus. Cree que es una gripe, una enfermedad pasajera a la que no hay que darle importancia. Empezó con síntomas de resfriado pero no quería ni hacerse el hisopado", explicó la secretaria general de la comuna, Graciela Etchenique.
Por su parte, la directora del CECOED departamental, Alejandra Rivero, añadió que el joven y toda su familia "tenían la convicción que el COVID es un invento político".
El joven presentó síntomas durante una semana y su situación se agravó, pero "mientras tuvo posibilidad de decidir, siempre dijo que no" quería atención médica.
Días después, la familia logró "a prepo" convencerlo de hacerse hisopar y resultó positivo. Ya cuando su situación era grave, la familia lo internó pero era tarde, y falleció.
Según detalló Rivero, el joven padecía obesidad mórbida, un factor de riesgo para la enfermedad.
Al mismo tiempo que él, su pareja, una joven de 26 años que no tiene comorbilidades, también cursaba la enfermedad sin consultar a los médicos.
Tras varios días, este domingo su situación se agravó y fue trasladada de urgencia al CTI de la ciudad de Minas, donde permanece internada.
"¡Hay gente que está negando la enfermedad!. La situación en Cerro Largo es bien preocupante. Los médicos están anunciando que nos quedaremos sin camas de CTI y la gente no toma conciencia", lamentó Etchenique.
La jerarca municipal aseguró que las autoridades policiales hacen su trabajo para dispersar grupos de jóvenes pero que no logran su cometido.
"En la Avenida Brasil se juntan muchos jóvenes. La policía los dispersa y se van a la terminal, a una cuadra. Cuando los sacan de ahí, ya están en la Avenida Brasil de vuelta. Como no se puede nada más que hablarles, es muy difícil. No hay conciencia", expresó.
La situación también afecta a la educación. Según detalló Rivero, hay cerca de 30 centros educativos afectados afectados por contagios, y en las próximas horas serán hisopados 238 niños y 51 funcionarios de varias instituciones.
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