Contenido creado por Julia Peraza
Las 40

El cajón de los cepillos

José Luis Corbo cantó Las 40: “El fútbol es un escenario sin códigos”

El expresidente de la AUF habló sobre su pasaje por el organismo y sobre sus épocas de defensor de presos políticos. Por Gerardo Tagliaferro.

07.02.2017 07:01

Lectura: 22'

2017-02-07T07:01:00-03:00
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La verdad, se expone a que algún detractor, de esos de los que casi nadie se salva, le diga: "Y bueno, si ya sabías cómo era ¿para qué te metiste?" José Luis Corbo le respondería entonces, como lo hizo en una entrevista de hace unos cuantos años, que la vanidad le jugó una mala pasada. Creyó que podía llevarse una medalla por cambiar muchas cosas en el fútbol uruguayo y la verdad es que... más o menos.

Él conocía por dentro el negocio porque había sido presidente de Rampla Juniors y del Colegio de Árbitros. Pero también porque su amigo, el ex senador y vicepresidente de la República Hugo Batalla, había estado en ese mismo lugar y había salido espantado de lo que vivió. Pero Corbo igual aceptó en agosto de 2006 cuando le ofrecieron presidir la AUF -sucediendo a Eugenio Figueredo y con flamante gobierno del Frente Amplio- y después, bastante después, se arrepintió.

El entonces ministro de Turismo y Deporte, Héctor Lescano, reclamó públicamente que pasara cepillo de alambre en la AUF. Hacerlo -no hacía falta aclararlo- implicaba ponerse de sombrero los contratos con Tenfield y a Tenfield misma. Corbo terminó en su casa, con muchos quilos menos y muchos sinsabores más y Lescano terminó en la embajada en Argentina.

Igual algo pudo hacer y, si se mira en perspectiva, no poco. Fue quizás el primero que logró poner una cuña en la relación AUF - Tenfield, por donde luego se metieron otros -los jugadores de la selección por ejemplo- para discutir el poder omnipresente de "la empresa". Pero aún hoy se queja de cosas parecidas a las que aludía Batalla unos cuantos años antes.

Corbo está alejado hoy del fútbol y también de la abogacía, que fue su pasión durante unas cuantas décadas, y aprovecha el tiempo para escribir. Hace poco publicó "Perversión. Casos reales de un abogado", que relata parte de sus experiencias en los tribunales. Antes había escrito sobre su paso por la AUF ("El fútbol con y sin pelota") pero hubo cosas que se guardó, a la espera de que el tiempo hiciera su obra. Y como el tiempo siempre pasa, es probable que en breve haya más noticias.

Por Gerardo Tagliaferro

 

1) Fue defensor de presos políticos durante la dictadura y también sufrió persecución: estuvo detenido y tuvo que exiliarse. ¿Eso fue consecuencia de su labor como abogado?
Sin ninguna duda, porque en aquellos tiempos se asociaba al defensor con las organizaciones que se denominaban "subversivas". Para los representantes de la justicia militar, yo era un integrante más de aquellas. Me acusaban de "correo", de asistente... a raíz de eso fui detenido, pasé desgraciadamente por episodios de tortura y nunca se me pudo probar nada. Mi compromiso no era el que tenían las organizaciones guerrilleras o llamadas subversivas, yo actuaba como defensor, procurando la correcta aplicación del derecho. Pero así no se entendía, en más de una oportunidad fui detenido, pasé por "la máquina", como se llamaba, hasta que en determinado momento supe por las mismas fuentes militares que el futuro no me deparaba la reclusión, sino tal vez otro destino más trágico, conjuntamente con otros colegas, y ahí decidí irme.

2) Le dijeron concretamente que integraba una lista de doce personas que iban a desaparecer.
Exactamente. Me dijeron: "Hay doce personas que van a desaparecer y tú sos uno de ellos". Casi todos abogados defensores.

3) ¿Se puede saber el nombre de alguno?
Algunos ya no viven. Le voy a decir el nombre de uno solo: Carlos Martínez Moreno. Él se fue a México. Y en aquel momento habíamos hablado de que cuando alguno supiera algo de eso avisara a los demás y así nos fuimos enterando. Desgraciadamente alguno que no se fue cayó en las mazmorras y después, al poco tiempo, perdió la vida.

4) ¿Qué tipo de torturas sufrió?
Plantones, el estar incomunicado sin saber cuándo era día y cuando era noche, estar sometido a la capucha y cuando tenía necesidad de ir a un baño ser trasladado así a un excusado y tener presente a gente de la soldadesca que se reía mientras uno trataba de hacer sus necesidades. Eso provocaba toda una situación orgánica tremendamente difícil. La amenaza del submarino con agua helada, que al final no se dio.

5) No llegaron a aplicarle el submarino o la picana.
No, con el submarino ya le digo, me amenazaron. Los plantones los sufrí y todos esos otros episodios.

“Me dijeron: ‘Hay doce personas que van a desaparecer y tú sos uno de ellos’”

6) ¿Qué querían de usted? ¿Información?
Claro, porque ellos sostenían que yo sabía... en los interrogatorios, alguna de esas madrugadas cuando me llevaban del calabozo a interrogar, me decían: "No bolacees más", y me imputaban en aquel momento además que yo había sacado del país al diputado (Washington) Ferrer. Porque yo había sido su abogado.

7) Ferrer era un diputado del Frente Amplio, cuyo desafuero era pedido por la justicia militar porque lo acusaba de estar vinculado a la guerrilla.
Seguro, y Erro y Michelini me pidieron que asumiera su defensa. Pero cuando yo vi que la situación no iba a ir por el camino que yo consideraba correcto -someterlo a la actuación de la justicia aunque fuera militar y ver cómo actuar- sino que se iba a escapar, me fui del Parlamento porque entendí que no era lo mejor.

8) Ferrer pasó a la clandestinidad y se fue del país, pero usted dice que no tuvo nada que ver.
No, en absoluto. Conscientemente me aparté, cuando sospeché que podía pasar una situación de ese tipo, porque en aquel momento pensé que no era lo mejor para él. Yo no lo veía tan comprometido, él era un trabajador de Florida, una persona de bien, que podría haber actuado en lo que en aquella época se llamaba "asistencia" (a la subversión) por actuar en el grupo de Erro, pero no tenía un compromiso... no era un guerrillero ni mucho menos. Yo creía que en cierto tiempo estaría en libertad, pero eso no fue comprendido por él y cuando yo sospeché que podía darse esa situación (de su huida) me aparté.  Al cabo de años me enteré que estaba trabajando como florista en Austria. Ese era otro de los hechos que me imputaban: que era yo el que lo había sacado.

9) En ese momento usted estaba vinculado a la lista 99 de Zelmar Michelini.
Sí, habíamos formado primero un movimiento que lo íbamos a integrar a la 99 -yo venía del batllismo también- pero en aquel momento se nos dijo, particularmente Seregni, que había que fortalecer el Frente y por lo tanto cuanto más grupos hubiera, aunque fueran chicos, le daban un efecto multiplicador al Frente. Especialmente los que venían de los partidos tradicionales. Yo era secretario general del Movimiento de Integración y en esos términos actuamos en el Frente, siempre asociados con la 99, como un "estado asociado". Yo era muy amigo de Zelmar.

10) ¿Dónde estaba usted cuando mataron a Michelini, en mayo del 76?
Yo estaba acá todavía. Me enteré cuando me llamaron y enseguida me fui a la casa de la familia. Ahí, con su hermano, hicimos una serie de gestiones para la traída del cuerpo. Tuvo una actuación la verdad que muy solidaria (el ex ministro de Economía Alejandro) Végh Villegas, que le dijo a Bordaberry que permitían la venida del cuerpo o él renunciaba al ministerio. Ahí se dio aquel episodio lamentable en el cementerio, con (el entonces jefe de Policía Alberto) Ballestrino, que estaba ahí con policías a caballo y en determinado momento dijo: "Bueno señores, esto se acabó" y entonces fue el desbande, los caballos pasando por arriba de las tumbas... tuvimos que salir corriendo, un desastre.

11) Llegó a la presidencia de la AUF en el año 2006, poco después que el Frente Amplio asumió por primera vez el gobierno. ¿Tuvo que ver ese gobierno en su designación?
No, yo llegué a la AUF promovido en principio por tres presidentes de clubes: el de Danubio, Arturo del Campo; el de Liverpool, José Luis Palma; y el de Defensor, Fernando Sobral. Ellos en 2005, siendo yo presidente del Colegio de Árbitros, vinieron y me plantearon esa posibilidad y yo les dije en ese momento que esperaran, que faltaba mucho. Era en julio de 2006 que debía haber elecciones (en la AUF). En diciembre de 2005 fallece una persona muy querida que era presidente de Rampla y en el cementerio del Cerro esos mismos presidentes me vuelven a hacer el planteo. Lo mismo cuando se aproximó el período de elecciones y otros presidentes se asociaron a la idea. Y me votaron.

“Siempre me llamó la atención, en el caso de Figueredo, el incremento patrimonial que tuvo en poco tiempo, sin conocerle fuentes laborales o comerciales”

12) Pero claramente hubo un cambio de orientación en ese momento, coincidente con la llegada del Frente Amplio al poder: terminó su mandato Eugenio Figueredo y fue designado usted en su lugar.
Es cierto, yo me quedé asombrado cuando asumí: no podía creer que se hiciera presente la más alta dirigencia política. Estaban la senadora Topolansky, el intendente Arana, senadores y diputados del Frente, el ministro (de Turismo y Deporte) Lescano. La verdad me quedé asombrado.

13) En aquel momento el ministro Lescano habló públicamente de la necesidad de "pasar cepillo de alambre" en la AUF. ¿Él habló con usted al respecto, le pidió algo?
No. Lescano siempre fue muy respetuoso de los roles de cada uno. Yo actué con absoluta independencia del gobierno, siempre reivindiqué la independencia y la autonomía de la AUF respecto de los centros de poder, y sabemos a quiénes me estoy refiriendo. En aquel momento eran prácticamente una pata más que conducía el fútbol hasta por encima de su genuina dirigencia. Eso me costó muchos problemas.

14) ¿Pudo pasar cepillo?
No era fácil, hicimos lo posible. Por lo menos puedo decir que a partir de entonces la AUF fue la exclusiva administradora de sus recursos, sin admitir injerencia alguna. Y además estableció cuál era la política deportiva, tanto en lo que refería a las selecciones nacionales como al futbol local. Y se cortó un cordón que existía hasta ese entonces y a costa de bastantes sinsabores.

15) ¿A qué se refiere con que se cortó el cordón?
Se cortó porque en aquel entonces el grupo económico estaba constituido dentro de la Asociación y desde ahí dirigía. Yo eso no lo permití. Ahora, todavía se mantenían vigentes los contratos sobre los derechos televisivos. Ahí pudimos, en la renovación de alguna parte de esos contratos, suprimir algunas cosas. No todo. Por ejemplo, una de las cosas que hubiéramos querido y no se pudo obtener -porque hay que tener presente que la voluntad que define es la de los clubes, no la de los neutrales- era eliminar la cláusula de preferencia (en favor de Tenfield) que tenían los contratos de televisión.

“En determinado momento se me dijo: ‘Vos estás de vivo ¿por qué no agarrás esto si lo agarran todos?’”

16) Una cláusula de ese tipo es la que permitió a Tenfield igualar la oferta de Nike para vestir a la selección.
Claro, ese tipo de cláusulas generalmente están en estos contratos y muchas veces no son beneficiosas para una de las partes. En este caso, la AUF siempre quedaba atada.

17) ¿Cómo consiguió mejorar los términos de la relación contractual con Tenfield? ¿Fue porque hubo voluntad de los dirigentes de la AUF que antes, con Figueredo, no existía o fue porque algunos clubes cambiaron su posición?
Evidentemente hubo algunos clubes que cambiaron. En aquel momento se planteaba que ya estaban pagados los derechos televisivos para las Eliminatorias del mundial Sudáfrica 2010, por una cantidad de 2.250.000 dólares. Entonces mis compañeros y yo sostuvimos que eso era ridículo, que no podía ser de ninguna manera. Ellos decían que esa cifra ya había sido pagada a la administración de Figueredo y por lo tanto Uruguay no iba a recibir más nada por las Eliminatorias, que recién estaban comenzando. Entonces le planteamos a Tenfield, especialmente al señor Casal, que de ninguna manera íbamos a aceptar eso. Y que de este lado teníamos informes jurídicos, contratos, dictámenes, con disposición para llevarlos a la justicia para que ella resolviera si efectivamente, como ellos sostenían, ya estaban pagados los derechos por las Eliminatorias. Y de este otro lado estaba abierta la puerta de la negociación. "Usted decide", le dije. En esos términos se lo planteamos. Y él dijo: "No, este camino". La negociación. Entonces le dije: "La cantidad que la AUF quiere es tanto". En definitiva, esa renovación que hicimos en el 2007 significó un ingreso, al margen de aquello que ellos decían que ya estaba pago, de 12.800.000 dólares más para la AUF y para los clubes.

18) En los años que presidió la AUF, ¿Casal o Tenfield lo presionaron personalmente?
De ninguna manera. Primero, porque no lo hubiera aceptado, y si hubiera sucedido yo sabía lo que tenía que hacer. La presión venía de los clubes.

19) Que a su vez eran presionados porque debían favores.
Claro. Yo no la aceptaba, pero los que aceptaban eran los clubes, porque todos sabemos cuál era la realidad: una cantidad de clubes que no podían subsistir si no era a través de la permanente dádiva que recibían de la empresa Tenfield.

20) ¿Negoció directamente muchas veces con Casal?
No, en esa oportunidad nada más. Porque después yo nombré unas comisiones que se dedicaban a eso. Y como me fui en 2009 no hubo más oportunidad. Cuando iba a comenzar un nuevo proceso yo renuncié, salí de eso que consideraba un escenario tan perverso.

21) Cuando asumió la presidencia de la AUF, luego de un largo mandato de Figueredo, ¿comprobó irregularidades?
No, lo que vi es que había un predominio del poder económico de la empresa Tenfield sobre los aconteceres de la AUF.

“Hoy a la distancia lo miro con más tranquilidad, fue una experiencia más de vida. Pero padecí mucho”

22) ¿No había constancia de las irregularidades que llevaron a Figueredo a la cárcel?
No, en lo más mínimo. Yo he dicho que siempre me llamó la atención, en el caso de Figueredo, el incremento patrimonial que tuvo en poco tiempo, sin conocerle fuentes laborales o comerciales. Eso le llamaba la atención a todo el mundo, pero en la  AUF yo no pude comprobar que ni el señor Figueredo ni ninguna otra persona hubiera obtenido parte de esos recursos.

23) Como presidente de la AUF ¿usted recibía dinero de la Conmebol?
Durante diez meses renuncié a lo que la Conmebol consideraba un viático para todos los presidentes de las asociaciones que la integraban. En determinado momento se me dijo: "Vos estás de vivo ¿por qué no agarrás esto si lo agarran todos?" Yo nunca tuve un peso de viático de la AUF, ni tuve celulares que pagaba la AUF ni combustible, ni transporte ni absolutamente nada. A partir de eso, o renunciaba a la AUF y dejaba un espacio en blanco en la Conmebol, o recibía 5.000 dólares, que era lo que se le asignaba a los presidentes y que tuvo un destino que la mayor parte de la gente sabe cuál es, y no soy yo el que lo debe decir.

24) ¿Quiere decir que el dinero que usted recibía no se lo quedó y le dio otro destino?
Le di otro destino por mi compromiso con la sociedad uruguaya. No interesa saber más.

25) ¿No interesa? Yo creo que sí, por supuesto.
Yo entendía que debía asistir a gente que necesitaba mucho más que yo. Después, al cabo de poco tiempo me fui. Cuando vino Figueredo pasaron a percibir 10.000, después 20.000 (dólares) y se mantuvieron mucho más en el tiempo. Cosas que son de locura. En la FIFA, según me han dicho, 60.000.

26) Se refiere a los dirigentes que vinieron después de usted. Concretamente ¿está hablando de Sebastián Bauzá?
Sí, Bauzá mismo lo declaró, él pasó a percibir 10.000. Cuando Figueredo asumió la presidencia (de la Conmebol) pasó la partida (para los presidentes de las asociaciones) de 5.000 a 10.000, y después pasaron a ser de 20.000. Esa es la información que tengo.

27) En una oportunidad usted le pidió al entonces presidente de la Conmebol, Nicolás Leoz, ver determinados contratos y él se lo negó.
Sí, en determinado momento, visto cómo era mi actuación en la Conmebol, dirigentes de otras asociaciones me pidieron que yo planteara en la reunión de todos los presidentes y de los capitostes de la Conmebol que debíamos conocer los contratos. En aquel entonces estaba el contrato con la firma japonesa Toyota y se hacía un nuevo contrato con Santander. Entonces le dije: "Presidente, si usted me permite, yo quiero llevar para mi asociación una copia del contrato de Toyota, que no se conoce, y también del nuevo contrato con Santander". ¡Para qué! El señor Leoz ahí se encabritó: "¿Se duda de lo que hacemos nosotros? ¡Se levanta la sesión!" Y nos quedamos sin ver los contratos.

“En la vida familiar, en la vida comercial, en la vida laboral, profesional, en la política, hay por lo menos algunos códigos que se respetan. En el fútbol no”

28) ¿No podían haber hecho algo en ese momento?
Sí bueno, pero los demás... fundamentalmente los que hacíamos fuerza en ese momento éramos el presidente de la Federación Chilena, Harold Mayne-Nicholls y yo. Y bueno, no pudimos. Eso se mantenía en absoluta reserva por parte de lo que era la cabeza de la Conmebol: Leoz, Grondona, Teixeira.

29) ¿Se arrepintió en algún momento de haber aceptado la presidencia de la AUF?
Sí.

30) ¿Hoy está arrepentido?
Bueno, hoy a la distancia lo miro con más tranquilidad, fue una experiencia más de vida. Pero padecí mucho. Yo lo tomé como trato de tomar todas las cosas en la vida, con total responsabilidad, con un compromiso serio, firme, y me encontré con un escenario donde la lucha por los intereses particulares, las visiones de chacra, prevalecían siempre sobre el interés general. Un ejemplo: con Tabárez decidimos que los chicos que pasaran a formar parte de las selecciones juveniles nacionales tenían que acreditar su asistencia y escolaridad a los centros de estudio. Lo planteé en una asamblea de clubes y salieron a decirme que lo que yo quería era fundir el fútbol, que cómo iba a plantear eso... cuando uno lo que pretende es primero formar buenas personas, antes que buenos deportistas.

31) Cuando dice que sufrió mucho personalmente, ¿a qué se refiere?
A esas visiones egoístas, pequeñas, de intereses corporativos muchas veces por encima del interés general. Casi siempre cada uno tira para su lado: dirigentes, árbitros, jugadores, prensa... todo conforma un sistema muy particular, asimétrico pero por encima de todo muy confrontativo. Para los medios de comunicación lo que vende no son las buenas acciones, una gestión seria, sino todo aquello que pueda ser anormal o irregular o que se sospecha o fabula. Todo eso me fue demostrando que era un escenario muy perverso. Un día me puse frente al espejo, me miré y vi que había adelgazado mucho, prácticamente no almorzaba, estaba todo el día en la Asociación. Me pregunté qué estaba haciendo ahí, ese no era mi lugar. No digo que lo mío sea lo mejor y lo otro lo peor, pero lo dije en la renuncia: en la vida familiar, en la vida comercial, en la vida laboral, profesional, en la política, hay por lo menos algunos códigos que se respetan. En el fútbol no. En el fútbol prácticamente no hay códigos. Es un escenario que permite una movilidad social vertical que en otros lados no se da. Entonces hay personas que utilizan cualquier medio, todo es válido, con tal de acceder a una foto, un micrófono, un viaje. Se accede a la dirigencia sin capacitación, sin conocimiento, sin antecedentes.

32) Hugo Batalla decía que en el fútbol había visto cosas mucho peores que en la política.
Totalmente de acuerdo, comparto enteramente eso con él. Y la verdad que me tocó un poco revivir episodios que él vivió. Yo concurrí con él al partido con Brasil en Maracaná, en el año 93, por las eliminatorias del mundial de 1994 (N de R: Brasil 2 - Uruguay 0; Uruguay quedó eliminado del mundial). Fuimos juntos, yo había sido designado delegado. Cuando veníamos en el chárter me dijo: "José Luis, se terminó mi historia en el fútbol, nunca más piso una cancha". Y así fue.

33) Esa eliminatoria fue la que estuvo marcada por el conflicto "Cubilla - repatriados".
Todo ese lío, y otros que la gente ni sabe.

34) ¿Cómo cuáles?
Lo que vivió Batalla allá mismo en Brasil, cuando se comprometían ciertas cosas sobre resultados. Episodios que no le hacen bien al fútbol pero eran todas fábulas que se trasmitían como realidades: que en tal lugar se iba a dar tal resultado y por lo tanto se iba a clasificar Fulano o Mengano, o que los jugadores iban a acordar en la cancha... Todo mentira, todas fabulaciones, pero que corrían como verdades.

35) ¿Eso se hablaba antes de aquel partido con Brasil?
No, se hablaba en cualquier circunstancia, no solo en ese partido. Y aquellos que no creíamos ni compartíamos, no dábamos pelota, pero eso estaba en los corrillos y algunos lo tomaban como verdad.

“Siendo presidente de Rampla les decíamos a chiquilines de la sexta que les íbamos a dar un viático y nos decían: ‘Tengo que hablar con mi representante’”

36) ¿Qué hay, a su juicio, detrás del actual conflicto entre los futbolistas de la selección con la Mutual y Tenfield?
La verdad, a mí me da mucha tristeza lo que está sucediendo. Ahora se ha conformado otro centro de poder que es el de los jugadores de la selección. No sé si está bien o está mal, lo que sí digo es que está jugando otra pata en este escenario que hasta ahora no había jugado y que reclama legítimamente derechos que le corresponden, como los derechos de imagen. Y eso se pudo resolver ahora porque nosotros antes desbrozamos el contrato. Son derechos que le pertenecen al jugador porque son de la persona, y que habían sido transferidos a la empresa (Tenfield) por parte de la Mutual de una manera inconsulta. Pero también esa presencia de algunos agentes que aparecen a último momento, como este señor Molina... ¿quién lo trajo?

37) Por eso la pregunta: ¿usted tiene claro cuál es el conflicto de intereses que subyace?
No está muy claro, hay mucha gente que mercantiliza todo esto y atrás de esa mercantilización hay muchos sujetos, algunos con intereses legítimos y otros no tan legítimos. Estoy alejado, no conozco directamente eso. Parto de la base de que todo el mundo actúa con fines legítimos, pero evidentemente cuando aparecen sujetos como éste que hacen ofertas que desde el primer momento uno ve que son fantochadas, dice ¿qué hay detrás? ¿Cómo apareció este señor? Todo eso me lleva a concluir que el fenómeno económico ha subsumido lo lúdico, la competencia, lo estrictamente deportivo.

38) Las clasificaciones a los mundiales en las eliminatorias sudamericanas ¿se juegan enteramente en la cancha o hay cosas fuera de ella que inciden?
Yo seré muy ingenuo, pero en lo que yo participé sin ninguna duda los resultados fueron los de la cancha. Si hubo otras cosas, escaparon a mí, no las conocí. Por supuesto que he escuchado cosas referidas a jugadores, a árbitros, pero yo no he tenido nunca un indicio de que el resultado estuviera condicionado a situaciones fuera del campo.

39) ¿Está pensando en algún otro libro?
Cuando escribí mi anterior libro, "El fútbol con y sin la pelota", me propuse guardar silencio sobre determinadas cosas por un tiempo. Ahora estaría escribiendo la segunda parte, vamos a ver si lo termino o no. A mí me gusta escribir, más ahora que tengo más tiempo. Además las heridas han cicatrizado, yo pasé muy mal sinceramente, creo que si seguía no estaba hoy acá. Me afectó mucho familiarmente incluso, porque era una tras otra. Cuando me eligieron presidente de la AUF yo estaba trabajando, tuve que renunciar a mi trabajo, me jubilé, así que desde el punto de vista económico perdí bastante. Llegaba a la AUF a las 10 de la mañana, y eran las 11 y ya era: está Fulano, está Mengano, "mire lo que dijo éste", "mire lo que dijo el otro", era así permanentemente. Como dice Batalla, el fútbol es un escenario sin códigos.

40) ¿Siempre fue así?
No siempre. Creo que cuando empezó esa exacerbada profesionalización, emulando a los mercados europeos, cuando se pensó que el niño iba a salvar la vida de sus papás, ahí empezó a desvirtuarse todo. Fíjese el fenómeno Casal... en cantidad de clubes de baby fútbol, que son un fenómeno de inclusión social, despertó intereses que no eran los mejores para los niños. Siendo presidente de Rampla les decíamos a chiquilines de la cuarta, la quinta, la sexta, que les íbamos a dar un viático para que vinieran a practicar y nos decían: "Tengo que hablar con mi representante". "Bueno, decile a tu representante que venga". Venían los representantes, unas fachas, y empezaban "que lo podemos vender en un millón de dólares"... Yo empezaba a revisar mis bolsillos y me quedaban mirando. "Estoy revisando, de todos los millones que pasaron, a ver si me quedó alguno". Una cosa lamentable. Todo eso ha sido un perjuicio, no un beneficio, porque no forman seres humanos, sino jugadores para ganar dinero. Venían padres y me decían: "Usted sabe que a mi hijo se lo llevó Fulano a Chipre y no sé nada de él". O me llamaban de consulados: "Mire acá hay un joven uruguayo que dice que lo trajo un representante y después no lo contrataron y lo dejaron acá, y no tiene cómo volver". Ese es un poco el escenario.

Montevideo Portal | Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López