En el despacho de Jorge Gandini, en el tercer piso del Anexo del Palacio Legislativo, Wilson es casi omnipresente. Está detrás de su sillón, al costado, en la puerta, en el termo, en todos lados. Como para muchos de su generación, el carisma del viejo caudillo operó de disparador, fue el punto de quiebre con una tradición familiar que abrevaba en Rivera y Batlle y Ordóñez.

Fue boy scout, tuvo academia de choferes, militó en organizaciones barriales y estudiantiles y se dejó encandilar por las luces de Ferreira Aldunate, aunque toda su familia era colorada.

Con un estilo confrontativo, Gandini se hizo un lugar en la interna nacionalista a partir de aquella experiencia militante. Fue edil y diputado y abrió camino a una candidatura a intendente de Montevideo que el reacomodo de piezas en su partido terminó frustrando, porque su sector -el de Larrañaga- no solo perdió sino que quedó en franca minoría en la capital tras las internas de mayo de 2014.

Poco después de esa instancia, Luis Lacalle Pou, electo presidenciable blanco, se sentó en este lugar donde estoy ahora y le dijo: "Mi candidato a la Intendencia no sos vos". Todo lo que había construido con bastante paciencia y mucha pasión se vino a pique. Sin el apoyo del Herrerismo, la pretensión de ser uno de los tres postulantes de la Concertación estaba condenada.

Hoy es uno de los referentes nacionalistas en la discusión presupuestal. Fiel a su estilo, se prepara para la batalla.

En paralelo digiere la frustración de no haber podido ir por la comuna montevideana, pero no renuncia a algo que, en su vida política, tiene el rango de sueño, o de obsesión. "Si me preguntás qué me gustaría ser en la vida, no es presidente de la República, es intendente de Montevideo. Si hay espacio o no, se verá".

Gerardo Tagliaferro
tagliaferro@montevideo.com.uy



1) En los últimos días el Poder Ejecutivo envió al Parlamento el proyecto de Presupuesto y tú expresaste dudas en cuanto a la posibilidad de cumplir las metas a partir del diagnóstico que se hace de la realidad. ¿Es inviable cumplir con lo que marca el proyecto?
Hay dos lecturas. Una, que lo hacen por dos años para retomar la senda de la distribución después de eso porque la cosa va a mejorar. Otra que dice que a lo mejor dentro de dos años hay que recortar porque no se llega ni siquiera a lo que se está comprometiendo hoy. Hay dos variables muy complicadas que van en sentido convergente: un déficit muy alto que viene del Gobierno anterior y termina el 2014 con 2.000 millones (de dólares) de endeudamiento para poder pagar ese déficit. Y arranca este presupuesto quinquenal con ese mismo déficit: es un Presupuesto de 19.000 millones y nos dicen que 2.000 millones no están financiados. Viene mal parado. Crecía al 5,9 por ciento de promedio y termina con ese déficit; ahora va a crecer al 2 por ciento de promedio, tiene que abatir el déficit y cumplir compromisos que le generan mayores gastos, en una economía que por lo menos se enlentece. No se compadece la realidad con los pronósticos de crecimiento y de abatimiento del déficit fiscal. Se mezclan proyecciones económicas de una coyuntura difícil con compromisos políticos que son aspiraciones. Ahí es donde el Presupuesto no cierra.

2) ¿Y qué crees que va a suceder, si esto es así? ¿No se cumplen los compromisos políticos o hay que sacar dinero de otros lados? ¿Crees que esto termina en un ajuste fiscal?
Algunas cosas que propuso, el Gobierno las cumple. Por ejemplo, el Presupuesto no contiene nuevos impuestos o caída de exoneraciones. Por lo tanto no hay por esa vía incremento de la recaudación. Pero de algún lado tiene que sacar el dinero, y el Gobierno tiene mecanismos legales para recortar gastos si lo necesita. No puede recortar salarios o jubilaciones, pero sí inversiones, gastos de funcionamiento, transferencias y demás. El país tiene una situación financiera sólida, lo que le permite endeudarse y de ese modo compensar la falta de ingresos. Pero se viene endeudando 2.000 millones de dólares por año, tiene margen pero no es ilimitado.

"El plan de negocios del Antel Arena prevé partidos de hándbol con 4.000 personas a 14 dólares la entrada. Imposible de vender"

3) Esto fue dicho el 23 de setiembre de 2014: "Si vamos a un escenario catastrófico, con un colapso y caída del producto en la región, aún en ese escenario no puede ser la respuesta un ajuste fiscal, entendido como ‘gasto menos y recaudo más'. Ahí sí hay que permitir un empeoramiento de las cuentas públicas porque lo importante es que no se deteriore la actividad y la malla social de la economía". ¿Estás de acuerdo?
Comparto, sí.

4) Menos mal, porque lo dijo Azucena Arbeleche, que hubiera sido ministra de Economía si ganaba el Partido Nacional.
Ah, mirá... Pensé que lo habría dicho Astori. Es el pensamiento del Gobierno, que dice "en este momento no podemos resentir la inversión". Yo creo que es verdad, y como hay una situación financiera saludable y el país tiene una situación de institucionalidad, estabilidad, puede seguir endeudándose. Pero tiene un límite, por eso está bien que en 2017 haya un parar para seguir andando.

5) Entonces no va a haber mayores diferencias entre oficialismo y oposición en la discusión parlamentaria del Presupuesto.
Las hay en cómo se concibe el Presupuesto en su conjunto. Hoy el Presupuesto contiene 19.000 millones de dólares y no se ve esfuerzo por reasignar partidas. Todos lo hacemos en nuestra economía: voy a revisar y dejar de gastar en esto, porque es más importante lo otro. La propuesta del Poder Ejecutivo es un poquito más de lo mismo: 280 millones más para agregar a esos 19.000. Pero no navegó en esos 19.000 millones a ver si podemos encontrar áreas no prioritarias para reasignar a otras. Todo lo que viene se mantiene y hace algunas proyecciones que son muy deseables pero difíciles de cumplir. Lograr que las empresas públicas, que perdieron 1.000 millones, ganen ahora 500 millones sin resentir la inversión, es una expresión de deseos muy interesante pero... Hay que ver cómo. En una economía floreciente (las empresas públicas) perdieron 1.000 millones de dólares y ahora, con enlentecimiento, van a poder ganar 500... Entonces había una gestión espantosa.

6) Hay inversiones de las empresas públicas que estaban programadas y que ahora se van a hacer de otra manera: con PPP (Participación Público Privada) por ejemplo.
Siguen siendo expresiones de deseos muy interesantes. Por ejemplo el Antel Arena... ¿Los periodistas conocen el Plan de Negocios? Yo lo conozco, aunque no es público, no lo entregan. Cuando lo conozcan se van a dar cuenta que es imposible que algún inversor se interese: el negocio prevé ventas de entradas por espectáculos imposibles de vender. Partidos de hándbol con 4.000 personas a 14 dólares la entrada. Es un precio caro para partidos de fútbol uruguayo entre los cuadros de élite. Y estamos hablando de hándbol... esas cosas los inversores las estudian muy bien. Las PPP existen hace tiempo y solo se concretaron dos: una cárcel y una ruta. Se encuentra gente que financie, porque plata en el mundo anda, pero no gente que quiera explotar el tema. Para hacer el puerto de aguas profundas, que cuesta 3.000 millones de dólares, hay un montón de gente anotada, pero si la invitación es a explotarlo, el inversor se pone a estudiar cuánta carga se necesita para hacer retornar esa inversión y se da cuenta de que no le da. Hay cosas que no son negocio para explotar, y si son necesarias las tiene que hacer el Estado.

7) ¿Cuál es la salida entonces?
Estamos en una situación difícil. Mucho menos difícil, por suerte, que la de nuestros vecinos a pesar de que no tenemos la espalda de otros. Porque uno llega a la conclusión de que Argentina, por ejemplo, es infundible.

"Lo de Juan Castillo no tiene perdón. Un presidente fuerte lo tendría que haber echado"

8) Estamos mucho mejor que Argentina, decís. ¿Eso quiere decir que en estos diez años de gobierno del Frente Amplio, tan mal no se hicieron las cosas?
Nunca hemos dicho que se hizo todo mal.

9) Desde el Partido Nacional se habla de "la década perdida".
Bueno, no se aprovechó, eso es lo que se dice. Acabo de decir que se creció al 5,9 por ciento promedio y no pudimos mejorar la calidad educativa. Perdimos la oportunidad, porque ahora tenemos que volver a pensar en eso cuando no tenemos plata.

10) ¿Los gremios fueron un palo en la rueda para mejorar la educación?
Los gremios, como casi todos en el Uruguay, se resisten a lo que no conocen. "Poco pero seguro", "esto no me alcanza pero es lo que tengo". Lo que hubo fue un gran miedo al cambio y una de las equivocaciones imperdonables del Gobierno fue que puso a dirigir y liderar la educación a quienes vienen exactamente de los mismos lugares que resisten los cambios. ¡Todos dirigentes sindicales al frente de la educación! Entonces no hay ninguna autocrítica, hay una mirada sobre la educación completamente hemipléjica, legítima pero hemipléjica. Se puso a esas cabezas, que responden a las corporaciones, al frente de la institución. Algunos en la representación social de los organismos, pero los (representantes) políticos también venían del mismo lugar. Y ese fue el error, porque esos representantes no se despegaron de esas ataduras para poder pensar en otra cosa. Y a los mismos que Mujica dice en algún libro que hay que destruirlos, los pusieron a dirigir la educación.

11) ¿También es un error ubicar en puestos claves del Ministerio de Trabajo a ex sindicalistas, como Juan Castillo por ejemplo?
Bueno, lo de Castillo no tiene perdón. Un presidente fuerte lo tendría que haber echado. El director de Trabajo dice que él no habló ni actuó durante esos días porque entre representar al Gobierno o al Partido Comunista, él representa el sentir del Partido Comunista.

12) No escuché esa declaración de Castillo. Sí lo escuché decir que se sentía mal por estar avalando desde el Gobierno una medida, como la esencialidad, a la que se había opuesto toda su vida como sindicalista.
Siempre que estás en un lugar donde se toman decisiones tenés conflicto de intereses. Yo los tengo en la Cámara de Diputados porque también vengo de algún lado y tengo que votar cosas. No podés lavarte las manos, decir "no estoy en el conflicto" siendo el director de Trabajo, que lo resuelva otro y que la cara la ponga María Julia. No me parece.

13) Pasadas las elecciones departamentales, ¿fue acertada tu decisión de renunciar a la candidatura?
Yo no renuncié, me generaron las condiciones para que lo hiciera. Lo que hice fue dejarle las manos libres a un partido que me dijo con antelación que no daba los votos para que yo fuera candidato. Dicho eso, advertí con tiempo suficiente que el partido debía buscar otro candidato. Pero me comprometí personalmente a no decirlo antes de las elecciones porque no aportaba. Por eso no hablé el 10 de diciembre.

14) ¿No tuviste apoyo de tu sector?
En Montevideo, en una proporción de 10 a 5, ganó el Herrerismo. Y había que elegir a uno como candidato para la Concertación. Entonces tenía dos caminos: enfrentar o dejar pasar, y creo que enfrentar no colaboraba. Y como mi premisa es que no puede haber un candidato sin tiempo, entendí que me debía bajar con tiempo para que pusieran a otro porque el candidato debe aprovechar la campaña nacional para instalarse junto a los candidatos nacionales como postulante en Montevideo, cosa que hacen todos nuestros compañeros en el Interior. Y lo cierto es que a mí me bajan porque había otro. El problema del Partido es que siempre resuelve sus candidatos (en Montevideo) después de ver cómo le fue en la fiesta... Y generalmente después de perder.

"Lo que quiebra mi estrategia (para la IM) fue que Larrañaga perdiera la interna. Eso sí que no lo tenía calculado"

15) ¿Cómo te sentiste cuando Lacalle te dijo que tenía otro candidato?
No me sorprendió.

16) ¿Ya lo sabías?
Lo suponía, habíamos hablado. Nunca integré el Herrerismo, yo estaba con el otro candidato y por lo tanto era natural que no tuviera el apoyo original. Lo que quiebra radicalmente mi estrategia fue que Larrañaga perdiera la interna. Eso sí que no lo tenía calculado. Las resistencias que yo podía tener del otro sector no iban a ser determinantes en tanto yo suponía que la interna la ganaba Larrañaga. Pero esto no fue así, cambió el eje de las mayorías en la interna del Partido y quedé desguarnecido.

17) ¿Cuándo te diste cuenta que Larrañaga no ganaba?
Empecé a sospecharlo tres o cuatro días antes, pero me di cuenta ese día (el de la elección interna). Como casi todos.

18) Pero desde bastante antes de tres o cuatro días algunos analistas venían diciendo que Lacalle Pou podía ganar la interna, después de haber arrancado muy abajo y a partir de una campaña que dio mucho resultado.
Es verdad, pero también veíamos que Lacalle Pou crecía en Montevideo pero que Larrañaga estaba muy fuerte en el interior del país. Lo cierto es que Luis nos ganó por 30 y pico de miles de votos en Montevideo y lo que creíamos iba a ser a la inversa en el resto del país, fue un empate. Al final pensábamos que el margen a favor de Larrañaga iba a ser estrecho pero favorable. En los últimos días sí, uno veía que había una ola. Es interesante cómo se producen cada vez más esos fenómenos de ola que no prevé nadie y hay cada vez una masa más grande de ciudadanos que aterriza en la atención política en los últimos quince días y le cambia los pronósticos a todos.

19) Eso explica también el traspié de la mayoría de las encuestadoras.
O el desafío que tienen de poder entender la evolución de la opinión pública en los últimos días, que es diferente hoy a hace algunos años. A ver, nosotros podíamos perder la elección pero no la mayoría absoluta. Y perdimos las dos cosas. En el sentido común de la gente, en análisis de las encuestadoras y de todos los partidos políticos, incluido el Frente Amplio, se daba por bueno que el Frente podía ganar, pero que las mayorías absolutas las perdía.

20) Eso se dio hasta el mismo día de la elección: las "boca de urna" daban que el Frente perdía la mayoría.
Y la retuvo. También hubo movimientos en la interna, uno ve que el Frente perdió electorado hacia los partidos menores, pero si no perdió votos en lo global fue que los ganó de los partidos tradicionales. Y si el Partido Nacional también creció y el único que bajó fue el Partido Colorado, quiere decir que una parte del Partido Colorado fue a compensar lo que el Frente Amplio perdió por la izquierda. Ahí hubo todo un movimiento que no fue mecánico: uno suponía que un colorado defraudado votaba a un blanco y no, algunos votaron al Frente. Y al final los colorados, en su debacle electoral, terminaron compensando lo que el Frente perdió por izquierda y favoreciendo esa mayoría absoluta.

21) Algunos dicen que el electorado se corre hacia la izquierda, por eso el Frente mantiene su votación y a su izquierda aparece Unidad Popular con un diputado. Otros dicen: los partidos se corrieron a la derecha, por eso el Frente capta votantes de centro que no captaba y queda un espacio libre en la izquierda que ocupa la UP. ¿Cuál es tu visión?
Para mí, claramente, el Frente no ganó para cambiar, cambió para ganar. Se corre hacia el centro ideológico y fortalece a sus sectores hacia nuestro lado, aun en el mensaje semiótico, lo que determina una frontera mucho más diluida entre algunos sectores de los partidos tradicionales y algunos del Frente. El Frente ha logrado ser el casi todo; frentes de izquierda grandes que llegan al Gobierno en otros países terminan teniendo otros partidos con 6 o 7 por ciento del electorado a su izquierda. Acá lo máximo que ha logrado la Unidad Popular, por primera vez, es un diputado. El Frente ha logrado un abanico que integra sectores marxistas-leninistas con otros que perfectamente podrían integrar cualquiera de nuestros partidos tradicionales. Nosotros podríamos armar un equipo económico con alguna gente que está en el equipo económico del Gobierno.

"Nosotros podríamos armar un equipo económico con alguna gente que está en el equipo económico del Gobierno"

22) Javier de Haedo dijo en esta sección el año pasado que Astori era el líder político con el que más se identificaba.
Bueno, hoy mismo Javier de Haedo viene acá a darle a la bancada del Partido Nacional su visión del proyecto de presupuesto que presenta Astori y tiene un visión lógicamente muy crítica.

23) ¿Por qué hay tanta disputa con Astori de parte de los partidos tradicionales si las diferencias no son tan grandes? ¿Hay un espacio común que se pelea? ¿Es que no hay química, no hay piel con Astori?
No, no la hay. Astori tiene menos química con algunos sectores de su propio partido, pero no tenemos química con él. Por más que hay reconocimientos que le hacemos a posturas sólidas y otras con las que coincidimos y lo hemos apoyado para que no triunfen posturas locas que lo arrinconan desde el otro lado. Denunciamos más de una vez en el anterior Gobierno la existencia de dos equipos económicos, mirá el resultado de las empresas públicas y te vas a dar cuenta. ¿Quién controlaba a las empresas públicas? La OPP, Frugoni, Buonomo, la otra barra, el otro equipo económico que no era el de Lorenzo, el de Astori. Por eso más de una vez tratamos de tirar hacia ese lado, porque queríamos heredar el país lo mejor posible. Y ahí coincidíamos con Astori.

24) En una entrevista del año 2002, me dijiste que el Partido Nacional se había ido para la derecha. ¿Dónde está hoy?
Creo que se ha aggiornado mucho. Primero superamos aquellos tiempos de enfrentamientos brutales. Nos costó mucho acostumbrarnos a las nuevas reglas electorales, pasar de un abanico abierto a una interna para terminar todos detrás de un candidato. Nos costó mucho. Me cuesta mucho ubicar al Partido en derecha, centro o izquierda, creo que hay una importante renovación generacional y está en pleno proceso de discusión sobre dónde está parado.

25) ¿Hay una discusión explícita de esto?
No instalada formalmente, pero implícitamente está.

26) ¿No es necesario explicitar esa discusión?
(Piensa) En nuestro partido es muy complejo hacerlo. Requiere una disciplina para discutir sin que se exteriorice la discusión. Somos muy libres, muy abiertos, no sabemos discutir hacia adentro, no hay puertas cerradas. Entrá a un plenario del Frente Amplio, conseguí información de ahí adentro... Ellos tienen otra cultura para esas cosas. Creo que está bien como lo estamos haciendo, la discusión está y de a poco va a permear.

27) Hay acá, en tu despacho, muchas imágenes de Wilson, es evidente la intención de marcar que este es un reducto wilsonista. ¿Es simplemente un anclaje histórico o el wilsonismo tiene contenido hoy?
Claro que lo tiene. Yo primero fui wilsonista y después fui blanco. Acá todos venimos de ahí, de ese sector del Partido, nunca hemos estado en otro. Y es un desafío de todos los días: tratar de darle contenido a un marketing muy eficaz, porque ser wilsonista da resultados. Decís "Wilson" en cualquier discurso y algún aplauso arrancás. El asunto es entender aquel fenómeno, que no se ha repetido, porque fue rescatar la historia del Partido y proyectarlo hacia adelante en otro escenario de construcción de poder. Eso es algo que todavía el Partido Nacional no ha podido resolver: cómo hace para construir poder representando tanta cosa como representa el Partido. Wilson tenía aquella cosa mágica y maravillosa de poder abrir los brazos y meter a todo el mundo adentro.

28) Está claro que más allá de su carisma y su liderazgo, Wilson interpretó un momento muy particular del país. ¿No será que superado ese momento y cuando el país es muy distinto, su mensaje perdió vigencia?
Lo sustancial queda. Wilson supo expresar las necesidades de tres países distintos. Uno que estaba atrapado entre la guerrilla y el pachequismo; otro en el exilio donde generó un pensamiento desde afuera y fue construyendo un liderazgo para retornar y luego, cuando retorna, enfoca al Partido hacia el Gobierno con su teoría de la gobernabilidad. Seguramente, si hubiera vivido, Wilson habría sido presidente en esa tercera etapa y no habría sido ninguno de los Wilson que conocimos. Lo que mantiene en todo ese proceso fue su capacidad de tender puentes a toda la sociedad, de saber interpretarla. Esa capacidad de abrir el Partido para que entrara gente. Yo soy uno de los miles que entramos por él al Partido.

29) ¿No venís de un hogar blanco?
No, colorado. Y te diría, con militancia del tipo frenteamplista. Nunca estuve en el Frente pero desde los 12 o 13 años estuve en organizaciones sociales muy comprometidas, en lugares difíciles y soy militante gremial desde el liceo.

"Quizás Larrañaga no es el mejor candidato en la interna, y superada ésta, es el mejor para la instancia que sigue"

30) ¿Eras colorado?
No, mi familia. Yo me hice blanco leyendo historia. Me hice saravista primero y wilsonista después, con Wilson en el exilio. Y después fui conociendo al Partido Nacional.

31) ¿Lacalle Pou es el líder del Partido?
Lacalle Pou es uno de los líderes del Partido o en todo caso el líder de un sector muy importante del Partido, el de mayor permanencia o solidez histórica.

32) El hecho de haber ganado la interna y haber sido el candidato a la presidencia por el Partido Nacional, ¿no lo transforma en líder el Partido?
Lo transforma en líder mayoritario. De las dos corrientes que el Partido tiene, en el líder de la corriente mayoritaria.

33) No es tu líder.
No. Pero eso no quiere decir que no lo respete ni que deje de reconocer el lugar que tiene. Por suerte mi partido tiene dos corrientes bien sólidas y diferentes que lo hacen grande. Yo no estoy en la que me conviene, estoy en la que siento que debo estar, que es el wilsonismo. Y que tiene desafíos, porque nos ha ido bastante mal.

34) Muchos pensaron que después de la derrota en la interna se había terminado la carrera política de Larrañaga -tomando en cuenta además su frase "subo por última vez las escaleras del directorio"- pero hoy también muchos piensan que con el resultado de octubre y noviembre, paradójicamente, su figura salió fortalecida.
Es una conclusión que se puede sacar, a mi juicio, injusta, con Larrañaga. Creo que él hizo mérito para resultar bien parado, porque de una situación en la que legítimamente podía haber dado un paso al costado, asumió la conducción de su sector aceptando la candidatura a la vicepresidencia. No era poca cosa, después de haber perdido con Lacalle Herrera, ser vice de Lacalle Pou. Recorrió ese camino y en la campaña tuvo un protagonismo que por momentos fue más activo que el de Lacalle Pou. Cuando se le gastó la pila a "la positiva" en el discurso de Lacalle Pou, que fue en el envión final, el horcón del medio lo bancó Jorge Larrañaga. Bancó el palo en la carpa durante el tirón final a pura actitud. Y eso fue lo que el Partido le reconoció y el que perdió la interna sacó 16 diputados, igual que el que ganó. Y sacó 4 senadores contra 6 del que ganó. Y cuando fuimos al escenario de mayo, el que perdió la interna sacó 8 intendentes y el que la ganó sacó 4. Larrañaga logró recomponerse porque tiene un lugar muy importante en el Partido. Quizás no es el mejor candidato en la interna, y superada ésta, es el mejor para la instancia que sigue. En la interna votan los blancos voluntariamente y en la otra votan todos los demás.

35) ¿Larrañaga pensó efectivamente dar ese paso al costado luego de la interna?
Lo pensó mucho. Y lo pensó con su alma, con sus desgarros y sus heridas. Muchos quisimos llegar cerca de él para darle nuestra visión y nos costó mucho. Todos pensábamos que tenía que seguir, pero también nos poníamos en su lugar.

36) ¿Fue un error "la positiva"?
(Piensa) No hay verdades absolutas ni estrategias únicas. Seguramente el maestro Tabárez no arma el mismo equipo para jugar contra dos rivales diferentes. Creo que fue un acierto para el momento que vivía Lacalle Pou en la interna, le aportó una imagen refrescante a su posicionamiento. Como le fue bien mantuvo la receta, y con Vázquez la receta era otra.


"La Intendencia es lo que más me sigue motivando, no sé si hay espacio para insistir"

37) ¿Pensabas que el Partido Nacional podía ganar?
Sí, totalmente convencido. Lo tengo escrito además.

38) ¿Hasta qué momento?
Hasta las últimas semanas, cuando las cosas comenzaron a cambiar. Visto ahora, uno dice: nos sobró un mes de campaña. Creo que en el último mes entra Mujica fuertemente a la cancha, el Frente aporta contenidos todos los días y nosotros mantuvimos el mismo discurso. Como veníamos bien, mantuvimos ese discurso sin aportar demasiados elementos para no cometer errores quizás. Creo que ese fue el error: no ir modificando la estrategia a medida que iban pasando cosas. El Frente estaba muerto. Bordaberry y el Frente no supieron cómo reaccionar al hecho de que Lacalle ganara la interna. Los dos estaban preparados para enfrentar a Larrañaga. Pero después, se van adaptando, particularmente el Frente. Y la presencia de Mujica fue determinante, fundamentalmente en el interior, en el Uruguay más rural, el núcleo duro del Partido Nacional. Ahí Mujica nos hace una entrada importante.

39) ¿Vas a insistir con la Intendencia?
Es lo que más me sigue motivando, no sé si hay espacio para insistir. Sigo a Daniel Martínez y lo que pasa en la Intendencia, es lo que más me interesa. Y sigo haciendo cosas, me interesa seguir aprendiendo. Si me preguntás qué me gustaría ser en la vida, no es presidente de la República, es ser intendente de Montevideo. Si hay espacio o no, se verá.

40) ¿Nunca soñaste con ser presidente?
No, no se me pasa por la cabeza. Será porque me formé con Wilson Ferreira Aldunate, pero tengo la visión de que el presidente que yo quiero tiene que ser mucho mejor que yo.

Montevideo Portal | Gerardo Tagliaferro
Fotos de Juan Manuel López