El Estado de Israel y su organismo de Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT) rechazaron este viernes, en términos categóricos, las conclusiones del informe más reciente de la Clasificación Integrada de las Fases de Seguridad Alimentaria (IPC), que advierte sobre una supuesta hambruna en curso en la ciudad de Gaza.

Según la declaración oficial, el informe se basa en datos parciales, sin verificación independiente, y omite tanto los esfuerzos humanitarios de Israel como las obstrucciones sistemáticas ejercidas por Hamás. “Este reporte no solo distorsiona la realidad, sino que también socava la comprensión precisa de la situación humanitaria”, expresó COGAT, que acusó al IPC de “abandonar su mandato técnico en favor de una posición política”.

Entre los principales cuestionamientos, Israel señala la modificación de criterios metodológicos que “rebajan el umbral necesario para declarar hambruna”, como la sustitución del indicador de desnutrición infantil (de 30% por peso/talla a 15% por circunferencia del brazo), supuestamente aplicado solo en el caso de Gaza.

Datos sobre ayuda humanitaria no considerados por el IPC

COGAT presentó un extenso informe que detalla la magnitud del operativo humanitario israelí, desde el inicio del conflicto:

En lo logístico, Israel destaca la habilitación de múltiples cruces fronterizos (Kerem Shalom, Zikim, Cruce 147 y Puerta 96), pausas humanitarias diarias, ampliación de horarios para camiones, pavimentación de rutas internas y coordinación continua con organismos internacionales. También menciona el uso de lanzamientos aéreos, cooperación con las Fuerzas Armadas de Jordania, y el funcionamiento de infraestructuras esenciales, como plantas de agua y hospitales.

Acusaciones de omisión y politización

El comunicado oficial también critica al IPC por basarse en datos no públicos provenientes de fuentes ligadas a Hamás, como el Ministerio de Salud de Gaza, y acusa al informe de reproducir “proyecciones alarmistas que no se han materializado”. COGAT remarca que sus propios datos son públicos y actualizados diariamente, y denuncia que fueron ignorados en la evaluación.

Asimismo, el gobierno israelí rechaza el llamado del IPC a un alto el fuego incondicional como condición para la entrega de ayuda, argumentando que dicha ayuda ya fluye con regularidad y que se han implementado mecanismos para evitar su desvío a fines militares.

Conclusión

Israel sostiene que los informes del IPC están siendo utilizados como herramienta política y no reflejan los avances humanitarios tangibles sobre el terreno. “El sostenido aumento en la entrega de alimentos, agua y asistencia médica refleja una política coherente de facilitar la ayuda humanitaria en Gaza, incluso bajo condiciones de seguridad extremadamente complejas”, concluye el documento.

El Estado de Israel asegura que continuará sus esfuerzos en coordinación con actores internacionales para garantizar que la asistencia humanitaria llegue a quienes la necesitan, en estricto cumplimiento con el derecho internacional.