El abigeato es moneda corriente para muchos productores ganaderos en distintos puntos del país. Sin embargo, en el departamento de Canelones se produjo recientemente un caso singular por sus características. Los delincuentes cortaron y sustrajeron las patas traseras a una vaca, abandonándola posteriormente. El propietario la halló luego todavía viva, pero agusanada y cubierta de moscas.
"Este caso nos superó totalmente", dijo Justino Zabala, directivo de la Asociación de Tamberos de Canelones, en declaraciones a Informativo Carve.
"A una persona tan habilidosa con el cuchillo como la que hizo eso, no le costaba nada degollarla y no dejarla como la dejó", expresó airado el productor, considerando que los autores de semejante ilícito "son gente a la que no le importa nada, igual matan una vaca como una persona".
El caso ocurrió en un establecimiento sito a la altura del km 20/800 de la Ruta 104, en la zona de Canelón Chico.
Zabala destacó que la mayoría de los abigeatos que se producen en los campos no son cometidos por personas impulsadas por el hambre, sino por "gente que forma parte de organizaciones que venden carne".
"Les sacan los cuartos, la carne más fácil de vender, y eso termina en algún circuito. Carnicerías, carritos, etc", refirió.
Por ello, entiende que la clave para solucionar el problema es "cortar el comercio", en el entendido de que quienes receptan y venden la carne robada "están cerca" de donde suceden los robos y probablemente "tengan influencias" que les eviten el castigo.
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