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Contenido creado por Inés Nogueiras
Las 40

En la recta final

Ignacio Zuasnábar cantó Las 40

"Una parte de la población montevideana ha hecho una ruptura con el Frente Amplio, que no es solo un ‘te dejo de votar'. Para algunos es: ‘Esto ya no me gusta'", dijo Ignacio Zuasnábar, que contestó Las 40 de Montevideo Portal. Por Gerardo Tagliaferro.

07.10.2014

Lectura: 24'

2014-10-07T06:00:00-03:00
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Cuando Ignacio Zuasnábar entró a Equipos Consultores en 1992, tenía encima tres semestres de Estadística en la Licenciatura de Ciencias Sociales de la Universidad Católica. Sin embargo, empezó a trabajar con una idea en la cabeza: "Acá alguna joda debe haber y yo la voy a descubrir, porque no puede ser que haciendo una encuesta a mil tipos estos sepan el resultado de una elección".

Nada demasiado diferente a lo que piensa todavía hoy mucha gente cuando recibe los resultados de un sondeo de opinión. "A mí jamás me encuestaron y no conozco a nadie que hayan encuestado" es algo que se suele escuchar. Sin embargo, está demostrado hasta la saciedad que, efectivamente, con una muestra de "mil tipos" -en Uruguay menos del 0,04 % de quienes votan, de ahí que la inmensa mayoría nunca fuimos ni seremos consultados- las empresas profesionales generalmente están muy cerca de los números que luego la realidad ofrece.

Zuasnábar descubrió el método -no la joda- que había detrás de esos números y, como en una bíblica conversión, pasó de joven estudiante descreído y desafiante a director de Opinión Pública de una de las principales encuestadoras del país. Ahora no plantea dudas, las despeja, o al menos eso intenta.

En el tramo final de una campaña que viene tomando una tardía temperatura, se hizo un espacio para intentar despejar algunas interrogantes sobre el bendito método, pero también sobre algunas cosas que él nos permite averiguar. Como el resto de los mortales, Zuasnábar no sabe quién será el próximo presidente de Uruguay, pero sí tiene respuestas a preguntas tales como qué votantes definirán esta elección, cuántos colorados pueden votar al candidato del FA en una segunda vuelta, qué le ha pasado a la izquierda en Montevideo o por qué los políticos desacreditan, cuando les dan mal, a las mismas encuestadoras que después, calladamente, contratan.


1) ¿Quién es el próximo presidente?
Obviamente no lo sabemos. Mucha gente supone que nosotros sabemos más de lo que decimos y eso no es tan así.

2) ¿Las encuestadoras están pendientes de lo que dicen las demás y si sus números les dan muy diferentes los retocan, para no quedar eventualmente mal paradas?
No. Obviamente uno sigue lo que hacen los colegas pero, en lo personal, soy un obsesivo del respeto al método. El día que por la razón que sea desconfíe de mi método, me tengo que dedicar a otra cosa. Esta disciplina tiene ciertas aspiraciones científicas pero tiene un conjunto de fuentes de error muy importantes y uno está tratando de perfeccionarse todo el tiempo. Lo que tú decís no ocurre en nuestro caso, y estoy seguro que en el de los colegas tampoco.

"No es posible descartar que haya (en los últimos días) movimientos más bruscos de los que ha habido en Uruguay en elecciones anteriores"

3) En el trabajo de las encuestadoras hay una parte de análisis cuantitativo y otra parte cualitativo. En este segundo aspecto, ¿cuánto hay de ciencia y cuánto de sentido común?
Quizás en esto de tratar de ser una disciplina científica en lo cualitativo viene un poquito más atrás que en lo cuanti, pero tiene también bases metodológicas extremadamente sólidas y son muy útiles. Lo cuantitativo te permite dimensionar una actitud, opinión, creencia o comportamiento en el conjunto del electorado. Lo cualitativo te da pistas de cómo la gente construye esa opinión. A veces el conocer la distribución de una variable -el 40 % una cosa, el 30 % otra- no te dice mucho y es mucho más interesante comprender los mecanismos por los cuales se construyó una opinión o la otra. Para conocer la realidad, lo cuanti es la herramienta más demandada por los medios, por ejemplo. Para el trabajo privado, para clientes que intentan modificar esa realidad, se necesita entender cómo esas creencias u opiniones fueron construidas. La herramienta cualitativa es extremadamente valiosa para llegar a intervenir sobre la realidad.

4) Básicamente hoy hay cuatro preguntas sobre esta elección: ¿quién gana?, ¿por cuánto?, ¿hay mayoría parlamentaria?, ¿hay segunda vuelta? ¿En cuál de estas preguntas está ubicada la aguja de la duda a esta altura?
Quién gana no sabemos. Obviamente, por cuánto tampoco. Si va a haber segunda vuelta, muy probablemente sí, quizás ésta interrogante es la que está más cerca de despejarse. Y lo de la mayoría parlamentaria uno diría que probablemente no la va a haber, con la información que tenemos hasta el día de hoy, 3 de octubre. Hay un conjunto importante de la población que está siguiendo la competencia electoral con más distancia que en el pasado, estamos viendo procesos de decisión de las personas menos firmes que en elecciones anteriores, hemos tenido en la interna -concretamente en el Partido Nacional- un cambio de decisión de una proporción de gente que si bien no fue muy grande, sí lo fue para esa interna, en un plazo breve... Entonces no es posible descartar que haya en este contexto movimientos más bruscos de los que ha habido en Uruguay en elecciones anteriores.

5) No estás hablando de indecisos, sino de gente que dice que piensa votar a un partido pero que aún puede cambiar.
En números gruesos, hay en el entorno de 15 % de indecisos y hay otro 15 % que está orientado hacia determinado partido pero que, tanto por la propia respuesta como por sus opiniones sobre otros temas, vemos que no está totalmente decidido.

6) ¿Qué puede hacer cambiar el voto de esa gente a último momento?
A veces hay una visión equivocada acerca de la opinión pública, y es que se piensa que reacciona mecánicamente ante los acontecimientos. El último tipo que se defina, el que va a votar el domingo 26 a las 6 de la tarde y se decide en el cuarto secreto, ese tipo no va a votar solamente por lo que pasó en la última semana. Quizás en su decisión influyen más las cosas que pasaron hace un año. El hecho de que la decisión sea en ese momento no quiere decir que sea por lo que pasó inmediatamente antes. En Uruguay, la mayor parte de la ciudadanía tiene una construcción de opinión sobre los líderes y los partidos políticos muy de largo plazo. Probablemente la mayoría de las cosas que van a incidir en esa decisión ya ocurrieron. Soy bastante escéptico de la idea de que las variaciones puedan darse fundamentalmente por lo que ocurra.

7) Esta es la elección más reñida de las últimas. En 2004 y 2009 prácticamente no estuvo en cuestión que el Frente ganara, ¿no?
En 2009, hasta principios de octubre te diría que sí. Hubo un momento, pos internas, en el cual el Partido Nacional llegó a estar a una diferencia muy estrecha. Tanto como ahora y más. En julio de 2009 el Partido Nacional llegó a estar en 37 % de intención de voto. Y si no recuerdo mal, en la encuesta de algún colega hasta en 39 % llegó a estar. Y los escenarios de simulación de segunda vuelta daban prácticamente una situación de empate técnico entre Mujica y Lacalle. Lo que pasa es que Lacalle Herrera tuvo un tramo final de campaña donde cometió un conjunto de errores y además el escenario de primera vuelta marcó mucho lo que ocurrió después. Hasta que se supo que el Frente Amplio tendría mayoría parlamentaria todavía era un escenario donde podía haber alguna duda. En Uruguay las elecciones han sido en general reñidas porque la estructura de fondo del electorado es de dos mitades.

8) En general se dice que el Frente venía en una caída en los meses anteriores, que llegó a un piso y comenzó a levantar en setiembre, y que el Partido Nacional llegó a su techo y se estancó. ¿Esto es correcto?
Las encuestas de setiembre mostraron eso, sí. El Frente había caído en agosto y después mostró una modesta recuperación. No fue que tuviera un crecimiento que lo volviera a llevar a los niveles de inicio del año, entonces es discutible si la tendencia cambió o no. Cualquier variación que esté dentro del margen estadístico de error, 2 o 3 %, no es significativa. Claro que si hay cinco encuestas hechas en forma independiente y todas muestran una recuperación, se puede suponer que eso es más o menos así. Pero aun asumiendo que es así, es una recuperación muy modesta y el Frente está claramente por debajo de lo que estaba en el primer semestre y bastante por debajo de lo que estaba en setiembre de 2004 y de 2009.

9) Por eso te decía: en setiembre de 2009 las cosas estaban mucho más claras.
Pero no necesariamente en términos de ganador. El Frente estaba un poco más alto, estaba en 44 % si la memoria no me falla, y ahora está en 40. No es mucho, tampoco es poco. Pero con 44 % en setiembre, el Frente no tenía seguro ni la mayoría parlamentaria ni el triunfo en segunda vuelta. Con 40, obviamente es más difícil.

10) ¿Cuánto debería tener el Frente en la primera vuelta para asegurar su triunfo?
Es difícil decirlo, porque no depende solo de la votación del Frente Amplio sino también de la votación de los otros. Si la suma de los partidos Nacional y Colorado conforma mayoría parlamentaria propia y está acompañada de un pacto que luzca sólido, ese es un argumento que debería pesar. Si ninguno de los bloques tiene mayoría parlamentaria y hay una buena votación del Partido Independiente y de Unidad Popular y el PERI, quizás el Frente pueda construir una mayoría parlamentaria que no sea propia pero que sea estable.

11) ¿El hecho de tener o no mayoría parlamentaria incide fuerte en la votación de la segunda vuelta?
Incide. No creo que sea decisivo pero no hay ninguna duda que incide, porque la hipótesis del bloqueo no agrada a alguna gente. Es cierto que hay otro conjunto que en realidad opina que no es bueno que un partido tenga mayoría parlamentaria. Pero si fuera una coalición de partidos, ya sea Partido Nacional y Colorado o Frente Amplio y aliados, eso podría ser.

12) ¿Cuántos votantes del Partido Colorado podrían votar al Frente?
Tenemos muy poca experiencia en segundas vueltas, solo tenemos dos: 1999 y 2009. Pero en las dos encontramos lo mismo: entre el 10 y el 15 % de los votantes en primera vuelta del partido tradicional excluido votaron al Frente Amplio. Y las encuestas de hoy nos muestran exactamente lo mismo.

13) Es decir que con una votación de 15 % del Partido Colorado habría 1,5 % de votos a Tabaré Vázquez que se agregaría en la segunda vuelta.
Exactamente. Casi dos puntos del electorado que saldrían del bloque tradicional y se sumarían al Frente Amplio, por lo cual esa diferencia se anula. Eso también es relevante: la capacidad que tenga el Partido Colorado y el Partido Nacional para retener la mayor cantidad posible de sus votantes.

"La proporción de montevideanos con la camiseta del Frente Amplio puesta disminuyó en el último quinquenio"

14) En una entrevista de julio de este año decías que están definiendo la elección "los frentistas desencantados". ¿Seguís manteniendo esa opinión?
En realidad, en alguna entrevista posterior afiné un poquito el término: son votantes frenteamplistas desencantados. La diferencia es que no hablo de los frentistas históricos, los que tienen la camiseta. El problema del Frente Amplio es con un núcleo de electores que lo votó en 2009, alguno también en 2004, y que hoy no está seguro si lo vota. Alguno está seguro que no lo vota, otro no sabe qué hacer, otro duda si votar en blanco, pero todos comparten una situación actitudinal que indica que, por distintos motivos, no han sido seducidos nuevamente por la oferta del Frente Amplio.

15) ¿Qué porcentaje del electorado es ese?
Es un segmento que está en el entorno de 5 y 10 puntos del electorado total. Algunos están dentro del segmento indecisos, otros ya cruzaron al otro lado, otros están hoy orientados a votar al Frente pero no seguros. Ese tipo de elector no es de izquierda y no es frenteamplista, es independiente, y el tipo de mensaje que el Frente necesita elaborar para captar a ese segmento es distinto al que necesita para fogonear a la militancia.

16) Parece claro que en ese segmento se juega buena parte de la elección. ¿Ves que, tanto de un lado como del otro, la campaña está apuntando hacia ahí?
Sí, pero a veces de manera un poco confusa. No necesariamente la estrategia global del partido es coincidente con la de algunos de sus sectores. Es muy difícil articular mensajes únicos en la campaña.

17) ¿El caso Pluna o las denuncias en ASSE han influido?
Yo diría que han influido en terminar de romper, por lo menos en un segmento de la población, aquello de que de un lado eran todos corruptos y del otro todos impolutos. Y eso incluso entre los propios frenteamplistas. En los estudios cualitativos que hacemos frecuentemente, en la elección de 2004 o de 2009, cuando se enfrentaban y discutían frenteamplistas con blancos y colorados llegaba un momento en que algún frenteamplista decía: "No importa, digas lo que digas ustedes tuvieron gobiernos corruptos y nosotros no". Y los blancos y colorados adoptaban una actitud vergonzante.

18) Y eso hoy ya no sucede.
Hoy lo que ocurre es que ese tema nunca sale: el votante frenteamplista ya no se considera suficientemente seguro como para tirar ese argumento arriba de la mesa. Eso significa que en las conversaciones cotidianas entre la gente, que como dice Mora y Araújo son las que forman la opinión pública, y en la capacidad de convencimiento de los frenteamplistas hacia los otros se ha perdido uno de los argumentos que era más fuerte.

19) Uno tiene la impresión de que los temas como seguridad o educación pesan en una decisión electoral, pero que lo central es la situación económica. ¿Lo ves así?
Sí, sí, la economía es un tema muy importante. El punto es que, por más que todos los indicadores económicos muestran que Uruguay anda mucho mejor que nunca en su historia probablemente, a veces el vínculo entre la economía percibida y las expectativas termina generando ciertas brechas que no se ven desde el análisis de los datos objetivos. Y a su vez se ha dado otro proceso: que en la sociedad uruguaya, en la medida que algunas demandas han sido satisfechas, empiezan a emerger otras. Al Frente Amplio a veces le ha costado entender este proceso de emergencia de nuevas demandas e incorporarlas en su relato. El voto económico importa mucho, pero está el retrospectivo, que mira hacia atrás, y está el prospectivo de las otras demandas. Y creo que, por lo menos en el tramo inicial de la campaña, el Frente Amplio quedó enredado en un relato retrospectivo y, por lo menos para ese segmento del que hablaba hoy, no fue el más atractivo.

"Hay una fantasía (en los políticos) de que si la encuesta le da bien eso le favorece o si le da mal le juega en contra, cuando a veces es exactamente al revés"

20) ¿La izquierda ganó las elecciones de 2004 por la crisis de 2002 o te afiliás a la teoría de que era prácticamente irreversible su acceso al poder ese año por una cuestión demográfica?
Ni tanto ni tan poco. Hay un trabajo famoso de Rosario Queirolo y Luis Eduardo González que es impactante y muestra la linealidad del crecimiento del Frente Amplio. César Aguiar trabajó mucho una de las grandes explicaciones que ha tenido el crecimiento del Frente Amplio, que ha sido la renovación demográfica del electorado. Quizás la crisis del 2002 le dio un empuje o una consolidación a ese proceso, pero es una simplificación decir que el Frente ganó por ese factor.

21) El trabajo que mencionás situaba al FA logrando 50,3 % en primera vuelta en 2004, y tuvo 50,4 %. Es asombroso. Sin embargo, si la crisis influyó como parece lógico que lo haya hecho, la evolución demográfica por sí sola no llevaba a ese porcentaje de votación.
Hay que recordar que el Frente en el tramo final de aquella campaña hizo quizás una demostración excesiva de poder. Hay una tesis por ahí de que aquel acto de Avenida Libertador y esa demostración puede haberle restado votos sobre el final. Había buena parte de las encuestadoras que medían al Frente holgadamente por encima del 50 %, por eso se puede especular con que efectivamente la crisis hizo que existiera un porcentaje aún mayor de votantes inclinados a votar a la izquierda, pero después algunos no lo concretaron. Pero no es posible saberlo con precisión.

22) En las departamentales del año próximo, ¿el escenario más probable es que el Frente pierda Montevideo?
Creo que eso depende en buena medida de la elección nacional, y también de los candidatos. Sí está claro que una parte de la población montevideana ha hecho una ruptura identitaria con el Frente Amplio, que no es solo un "te dejo de votar". Para algunos es "esto ya no me gusta". Por distintas razones: tiene que ver no solo con la gestión, sino con la forma de elegir candidato, por ejemplo. Puede estar dispuesta la población montevideana a reflexionar mucho más su voto y a tener un voto más libre. Pero esto no significa necesariamente que el Frente vaya a perder.

23) No hablás de votantes ocasionales sino de frenteamplistas.
Sí, sí, de gente que tiene la camiseta. La proporción de montevideanos con la camiseta del Frente Amplio puesta disminuyó en el último quinquenio.

24) ¿Eso implica que van a votar a un candidato blanco o colorado?
Eso significa que hay mayor cantidad de electores independientes. La tesis de la heladera que en algún momento estableció Sendic no se aplica en esta oportunidad, al menos para ese segmento. Los votantes de camiseta de todos los partidos están predispuestos a votar una heladera, el tema es cuántos son. Como el Frente Amplio era mayoría, si la mayoría estaba dispuesta a votar una heladera, no había problema. Hoy sí lo hay.

"Los jóvenes no necesariamente tienen menos interés e involucramiento político que los adultos. Eso es falso. Lo que pasa es que se involucran de formas diferentes"

25) A eso se suma que en la próxima elección departamental habrá una coalición que claramente le va a competir.
Exactamente. Es el escenario más amenazante para el Frente Amplio de las últimas elecciones departamentales. Desde que ganó en 1989 fueron escenarios relativamente claros. Hoy por hoy no es nada claro, pero tampoco es claro que el escenario más probable sea que pierda. Si el Partido Nacional gana la elección nacional creo que aumentan las probabilidades de que la Concertación gane la Intendencia de Montevideo.

26) ¿Por qué crees que todos los políticos critican e intentan desautorizar a las encuestas cuando les dan mal?
(Se ríe) No lo sé. Los políticos en Uruguay tienen en general un compromiso con su trabajo realmente admirable. Y en el contacto con la gente se nutren mucho, están todo el tiempo recibiendo elogios, voces de ánimo. Y bueno, en algunos casos uno ve que es algo más visceral, como un fenómeno de negación de la realidad, en otros es una cuestión más estratégica: aquello de intentar desacreditar o matar al mensajero.

27) Me cuesta creer que un político en campaña electoral, a pocos días de las elecciones, no piense milimétricamente cada paso que da o cada cosa que dice, calculando cuántos votos le agrega o le resta eso.
No, son seres humanos. También hay una fantasía de que si la encuesta le da bien eso le favorece o si le da mal le juega en contra, cuando a veces es exactamente al revés. Es lo que te comentaba de la elección del 2004: algunas encuestas daban al Frente Amplio el 50 y pico y eso no lo favoreció, tuvo menos votos. Capaz que incluso lo perjudicó. Lo curioso de esta profesión, y que yo no he encontrado que se dé en otras, es que la misma gente que te critica públicamente es la que contrata tus servicios y recurre a tu sapiencia.

28) Eso es lo que me hace pensar que cuando el político critica a una encuestadora porque le dio mal lo hace porque cree que esa encuesta le resta votos y debe salir al cruce para recuperarlos, sembrando dudas sobre un trabajo en el cual, en el fondo, él cree.
Sí, no lo sé, hay de todo. También tengo que decir que no me quejo de esto. En Paraguay fui amenazado de muerte por una encuesta que disgustó a algún candidato. Acá es todo con mucho respeto, muy a la uruguaya. No vivo las críticas con facilidad, sinceramente, no me gustan, pero las pongo en perspectiva en función de lo que me ha sucedido en otros países y no hay mucho de qué quejarse.

29) ¿Qué fue lo que sucedió en Paraguay?
Fuimos contratados por un medio de comunicación para hacer una encuesta seria porque en Paraguay las encuestas eran poco confiables. Hicimos la encuesta, la publicamos, me hacen una entrevista en un canal de televisión y en la noche, a continuación de mi entrevista, ponen la opinión de un líder político en ese momento de muchísimo poder en Paraguay y el tipo estaba absolutamente desencajado, gritando: "Esa encuestadora Mori... ¡morirá!" A eso se sumó alguna amenaza telefónica. Me puse un poquito nervioso, llamé a quienes me habían contratado y les pregunté: "¿Tengo motivos para preocuparme?" Y me dicen: "Mirá, como consecuencia de tu encuesta hemos tenido un montón de represalias sobre nuestro grupo económico de todo tipo. Yo creo que no va a pasar nada, pero si fuera vos me tomaba el primer avión a Montevideo". Eran las 11 y media de la noche y había un avión a Montevideo a las 4 de la mañana y te diría que fueron cuatro horas largas (se ríe). Después nos dimos cuenta de que quizás tampoco era para tanto, pero en Paraguay descosieron a tiros en una esquina a un vicepresidente, Argaña, en el 97, así que un encuestador uruguayo era un bocato di cardenale.

30) ¿Acá nunca tuviste presiones?
No. Más allá de esos comentarios públicos, no. Solo un par de veces, en veinte años que trabajo en esto, tuve una mínima insinuación de alguna cuestión algo extraña, donde vi que si la conversación seguía podía derivar en algún ofrecimiento no del todo correcto. Y en realidad eso habla bien del mercado, porque habla de que no hay oferta ni demanda de procedimientos no correctos.

31) Acá rápidamente se hace una identificación partidaria.
Sí, por supuesto, a mí por suerte me han encasillado en varios lugares diferentes, según vengan los vientos. En ciencia política hay como dos modelos de cómo encarar esto. Uno dice que la objetividad y la independencia absolutas no existen y lo correcto es explicitar el punto desde el cual uno habla para que todo el mundo lo tenga claro. Yo me afilio a otra corriente: me afilio a que la objetividad y la independencia absolutas no existen, pero eso no implica que la búsqueda de esa objetividad e independencia no sea un valor que uno debe procurar alcanzar.

32) ¿Ustedes trabajan para los partidos?
Para todos. Eso es algo que hace muy sana a la industria uruguaya, no en todos lados es así. Lo contrario te quita independencia. En Uruguay, como trabajamos para todos, no hay capacidad de presión.

"No me sorprendería que en Uruguay, paralelamente a los partidos, pueda generarse algún tipo de movimiento parecido a los que ha habido en otros países"

33) ¿Qué va a pasar con el plebiscito por la baja de la edad de imputabilidad?
Hoy es muy difícil que salga. A nosotros nos da 51 % de acuerdo con la reforma constitucional, pero el punto es que, por el mecanismo de votación, no solo es necesario que exista un clima de opinión favorable, sino que ese clima tenga suficiente intensidad para que se transforme en comportamiento. En 2009 tanto la papeleta sobre la ley interpretativa de la ley de Caducidad como la del voto epistolar tenían un clima favorable, pero ese clima no tuvo la intensidad suficiente como para que todo el que decía que las iba a poner en el sobre finalmente lo hiciera.

34) ¿Qué tipo de suceso de último momento podría producir en Uruguay un viraje en la opinión pública que provocara una sorpresa en la elección?
Cualquier cosa que pueda minar seriamente la credibilidad de los candidatos sin duda que puede generar movimientos de votos. En Uruguay no es fácil porque la imagen de los candidatos es construida a lo largo del tiempo, pero si aparece algo de último momento que muestre que un candidato claramente no es lo que se pensaba, eso puede perjudicarlo. Esto puede suceder en contra de un candidato pero es poco probable que suceda a favor. Es decir, algún descubrimiento que hable bien de un candidato no necesariamente le aporta mucho, pero sí lo puede perjudicar si es algo malo.

35) El Frente ha perdido votos entre los jóvenes, ¿eso es por estar en el poder?
Buena pregunta... Creo que en parte es por eso y en parte porque el Frente necesita una transformación de sus formas de participación e involucramiento político. Los jóvenes no necesariamente tienen menos interés e involucramiento político que los adultos. Eso es falso. Lo que pasa es que se involucran de formas diferentes, no van a un comité a discutir temas. Se involucran de otras formas y expresan su compromiso de otras formas -las redes sociales- y más esporádicamente. Resisten a estructuras verticalistas, pero no hay menor involucramiento.

36) Igualmente, en Uruguay no han tenido desarrollo por ahora los movimientos juveniles que se dan en otras partes del mundo.
Yo tengo la sensación de que en Uruguay están dadas las condiciones culturales y actitudinales para que ese tipo de movimientos surjan en algún momento. Pero obviamente necesitan un catalizador. Hay organizaciones que en algún sentido involucran un compromiso político, como Un techo para mi país, por ejemplo, que logran una participación enorme.

37) Un contrapeso para el desarrollo de experiencias extrapartidarias es que los partidos en Uruguay tienen un arraigo muy importante.
Sí, pero los partidos deben adaptarse. Y los partidos uruguayos hacen esfuerzos para adaptarse, son conscientes de eso. Los jóvenes hoy rehúyen de estructuras verticales, aquello de que los jóvenes van a pegar carteles no corre más, quieren estar donde se cocina o por lo menos en espacios relativamente horizontales. Si no, no les interesa. Además tienen una búsqueda de resultados inmediatos, no pueden esperar 20 años. No me sorprendería que en Uruguay, paralelamente a los partidos y entre jóvenes incluso de distintos partidos -y no tan jóvenes también- pueda generarse algún tipo de movimiento parecido a los que ha habido en otros países.

38) ¿Cuál fue la peor encuesta de Equipos?
(Piensa) Por suerte nunca antes de una elección...

39) Hubo una que fue célebre porque le erraron feo todas: la de la "mini reforma" en 1994 (N. de R.: todas las encuestadoras pronosticaban la aprobación de una reforma constitucional, apoyada por casi todos los sectores políticos, y fue rechazada por una amplísima mayoría).
Uh, sí, claro... Ahí empezamos con ese tema de instancias de voto voluntario y nos dimos cuenta, a fuerza de coscorrones, que la gente sobredeclaraba su participación en esas instancias. Fue tema de grandes debates sobre el método. Y acá hay una cosa curiosa: si mirás las elecciones departamentales de 2010, hubo errores importantes en las encuestadoras. Todo el mundo dio ganadora a Ana Olivera en Montevideo, no tenía ni gracia, pero en realidad hubo diferencias porcentuales de 6 y 7 puntos entre lo predicho por la encuesta y lo real. Claro, en esa elección no importaba... andá a errarle por 6 o 7 puntos en esta... ¡Te linchan! En las internas de junio nadie pronosticó un triunfo de Lacalle Pou por la diferencia que tuvo. Esa fue una mancha que nos lleva a revisar nuestros métodos. Las instancias de voto voluntario son más complicadas.

40) Hay quien dice que a Lacalle Pou le quedó larga la campaña.
Te lo respondo el 1º de diciembre.


Montevideo Portal / Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López
Por comentarios: tagliaferro@montevideo.com.uy