Contenido creado por Gerardo Carrasco
Locales

A la que renace de las aguas

Iemanjá volvió a convocar a miles de personas en la costa montevideana

Como cada 2 de febrero, el culto a la diosa afroamericana Iemanjá convocó a multitudes de fieles y de curiosos en la rambla montevideana.

03.02.2020 08:26

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"Madre universal" de todas estas religiones y "señora de los navegantes", el culto a esta divinidad tiene su remoto origen Nigeria, pero fue en Sudamérica, y mediante la fusión con elementos del cristianismo, que la religión umbanda y su panteón .que incluye a Iemanjá- tomaron su forma actual.

La Playa Ramírez es el epicentro de esta festividad y frente a ella se ubica la estatua de Iemanjá, que en este día recibe ofrendas, velas, fotos o besos y rezos de los presentes.

"El 2 de febrero, nuestra señora de los navegantes, Iemanjá, nuclea a todas las religiones que son afroamericanas y se ha hecho popular porque la mayoría entiende que tiene algo que agradecer o simplemente por curiosidad pero quieren participar", dijo Natalia Rouco, integrante del colectivo Afroumbandismo Verde, en declaraciones a la agencia noticiosa EFE.

Desde este movimiento se busca que las ofrendas que se hacen al río sean biodegradables y no contaminen la naturaleza ya que la prédica de esta religión es contraria a ello.

Además de la diosa, las protagonistas de esta jornada son las ofrendas que son variadas y preparadas de maneras diferentes para ser llevadas al agua.

Plantas, flores, comida, frutas, velas e incluso joyas son ofrecidas a Iemanjá como manera de agradecimiento o para hacer algún tipo de pedido.

Si bien muchos llevan las cosas en sus manos para arrojarlas directamente al agua, la mayor parte utiliza unas pequeñas barcas de espuma de color celeste y decoradas con flores y la figura de la diosa.

Cada ofrenda debe ser preparada y por ello los religiosos se separan en pequeños grupos de no más de diez personas donde colocan los objetos, los ubican en el centro de una ronda humana y allí empiezan a hacer danzas al ritmo de campanas y cantos difíciles de comprender.

Esto no se lo toman a la ligera ya que cada uno de los regalos tiene un ritual de aproximadamente media hora en la arena antes de ser llevado al agua.

La Ramírez es una playa ideal para esta fiesta debido a que es de marea baja y los creyentes pueden caminar cientos de metros con su obsequio mientras rezan hasta llegar a un sitio en el que la ofrenda pueda navegar por sí sola.

La jornada que estuvo acompañada por otras miles de personas que simplemente estaban disfrutando de la soleada tarde montevideana en la playa, también se mezcló con el carnaval ya que a pocos metros se ubica el Teatro de Verano.

Murgas, músicas africanas, ritos, bañistas y cientos de turistas vivieron todos juntos esta fiesta única en la que el agradecimiento, la paz y la cultura afroamericana toman por un rato la ciudad.

El evento se extendió a lo largo de todo el día para que esta diosa, cuya estatua de brazos abiertos mira fijamente hacia las aguas del Río de la Plata, sea homenajeada una vez más por sus miles de fieless.

En base a EFE