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Historia de una foto trágica

En 1994, Kevin Carter se suicidó poco después de ganar el Pulitzer por la foto en la que un buitre acecha a un niño moribundo en Sudán. Carter luchaba con una depresión debida en parte a las críticas sufridas por haber dejado al niño a su suerte, pero una reciente investigación revela qué fue de aquel bebé desnutrido.

21.02.2011 09:37

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2011-02-21T09:37:00-03:00
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Montevideo Portal

Una de las fotos más famosas de los últimos tiempos es la tomada por el fotógrafo sudafricano Kevin Carter en 1993, cuando viajara a la aldea sudanesa de Ayod para denunciar la hambruna y la guerra que sufría esa zona del país.

Antes de irse, vio a un bebé desnutrido tendido en la arena justo en el mismo plano que un buitre, acechando a la posible víctima.

Carter dejó Ayod y envió la foto al New York Times, que la publicó días después con un efecto que él no prevía. La opinión pública se tornó contra él por no haber hecho nada para salvar a la criatura de las garras del buitre. Aunque nadie vio morir al niño, todos daban por descontado que eso había sucedido, y se acusó a Carter de ser el auténtico "carroñero" de la foto.

"Es la foto más importante de mi carrera, pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla, la odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niña" (luego se supo que era un niño), dijo el fotógrafo al recoger el premio Pullitzer en mayo de 1994. Dos meses después, agobiado por la presión de las críticas y deprimido por la muerte de su amigo Ken Oosterbroek, se fue a la orilla del río donde había jugado cuando era niño, enchufó una manguera al tubo de escape de su coche, lo introdujo por la ventanilla e inhaló, muriendo mientras escuchaba música.

La investigación

Una crónica del diario español El Mundo revela sin embargo qué fue lo que sucedió con el bebé que todos dieron por muerto. En primer lugar, el rotativo revela que el análisis de la foto basta para descubrir que el bebé no estaba desatendido. Lleva en su mano derecha una pulsera de plástico de la estación de comida de la ONU, donde puede leerse el código "T3" (correspondiente a malnutrición severa).

El niño ya estaba registrado en la central de comida, en la que atendían enfermeros franceses de la ONG Médicos del Mundo. De acuerdo a la investigación de El Mundo, el niño se llamaba Kong Nyong, tenía malnutrición severa, fue el tercero en llegar al centro, se recuperó, sobrevivió a la hambruna, al buitre y a los peores presagios de los lectores occidentales.

Una delegación del matutino viajó a la población de Ayod 18 años después, con la esperanza de encontrar al "niño del buitre". Los periodistas lograron ubicar a la familia del pequeño: su padre lo identificó y confirmó que logró recuperarse de la hambruna, pero falleció hace cuatro años (siendo ya adolescente), bajo los efectos de la fiebre. 

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